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jueves, 22 de diciembre de 2016

SI TE ENCUENTRAS CON SARTANA...RUEGA POR TU MUERTE de Gianfranco Parolini


Título: Si te encuentras con Sartana...ruega por tu muerte (Se incontri Sartana prega per la tua morte)
Director: Gianfranco Parolini (acreditado como Frank Kramer)
Año: 1968
Guión: Renato Izzo, Gianfranco Parolini y Theo Maria Werner
Intérpretes: Gianni Garko (Sartana), William Berger (Lasky), Sidney Chaplin (Stewal), Fernando Sancho (General Tampico), Gianni Rizzo (Alman), Franco Pesce (Dusty), Klaus Kinski (Morgan)

Cuando uno quiere introducirse en el spaghetti western y explorar el género más allá de los archiconocidos films de Sergio Leone pronto acaba topándose con dos nombres repetidos por cientos de personas, tanto expertas en la materia como simples aficionadas: Django y Sartana. Tanto el primero, encarnado por Franco Nero e inmortalizado en la gran pantalla por Sergio Corbucci en el año 66, como el que hoy nos ocupa, son considerados los modelos arquetípicos del pistolero del spaghetti western y han conformado un modelo que ha sido seguido por cientos de artesanos a lo largo de la historia del cine.
Sartana era el nombre con el que se conocía al personaje que interpretaba Gianni Garko en Baño de sangre al salir el Sol, un western de 1967 dirigido por Alberto Cardone. Al parecer (y como ocurría en miles de casos en aquellos tiempos) la película contó con diversos títulos de cara a su distribución internacional y, en el caso de su estreno en Alemania, se decidió promocionarla bajo el simple título de Sartana. Según el señor Garko, el éxito de la peli en aquel país fue tal que motivó a los productores a lanzar una nueva cinta en la que el protagonista tuviera el mismo nombre que tanta pasta había proporcionado...aunque la nueva película no tuviera nada que ver con aquella (mentalidad exploitation pura y dura). Viendo el percal, Garko aceptó con una condición: alejarse completamente del clásico protagonista motivado por la venganza que tanto abundaba en el spaghetti western. Así, la unión de mentes entre el actor y el director Gianfranco Parolini (que por aquel entonces firmaba sus obras como Frank Kramer) da como resultado la creación del personaje que todos los fans del western reverencian. Un individuo que se inspira psicológicamente en el Clint Eastwood de Por un puñado de dólares y estéticamente en el Lee Van Cleef de La Muerte tenía un precio, pero que también, en palabras de Parolini, tiene también algo de inspiración en los personajes de James Bond y del mago Mandrake. Un personaje socarrón y elegante al que nunca se le descompone el chaleco y la corbata en toda la película a pesar de que lleve el sombrero y el abrigo llenos de mierda. También un hombre optimista, un personaje más positivo que muchos otros de los que poblaban los westerns italianos de la época pero que igualmente resultaba ser un antihéroe cabronazo que no dudaría en acabar con quien se le pusiera entre el y sus objetivos, para lo cual se servía de una serie de armas y gadgets francamente peculiares para un western entre los que destacaba una pequeña pistola de bolsillo que se convertiría en la más vinculada al personaje.
Su debut en la gran pantalla tendría lugar en el film que tratamos hoy. La trama de la película nos cuenta como Sartana llega a un pueblo y descubre como un cargamento de oro procedente de una estafa de una compañía de seguros es disputado por diversos personajes entre los que se cuentan unos empresarios locales, un general mejicano y un matón a sueldo. Ni que decir tiene que Sartana será el nuevo y último jugador que se incorpore a dicha competición.
Gianni Garko (o John Garko como aparece acreditado) amolda el personaje a su propia capacidad interpretativa (que tampoco es que sea gran cosa) y se lo calza como un guante convirtiendo su presencia en lo mejor de la película sin ninguna duda. Le acompañan en el reparto William Berger, principal villano de la cinta y habitual del género al que por cierto confundí en sus primeros momentos en la película con el puto enfermo mental de Klaus Kinski, con el que comparte escena y que cuenta con un papel muy secundario dentro de la trama. Sidney Chaplin, uno de los hijos del inmortal Charles Chaplin, y el italiano Gianni Rizzo (otro habitual del género) interpretan a los empresarios locales mientras que el español Fernando Sancho (participante como secundario en decenas de producciones de todo tipo, desde westerns hasta grandes pelis de Hollywood pasando por cintas de fantaterror español) encarna al general mejicano Tampico. El alivio cómico corre a cargo de Dusty, el fabricante de ataúdes del pueblo, interpretado por el también italiano Franco Pesce.
La labor de Parolini tras la cámara es la del típico artesano italiano de aquellos tiempos que era tan apto para hacer un western como un peplum, una cinta bélica o una peli de monstruos si surgiera la oportunidad para ello. Ni fascina ni molesta como, de hecho, si lo hace la banda sonora obra de Piero Piccioni (acreditado como compositor en casi 200 películas de todo tipo), un perforatímpanos en toda regla (uno podría achacar esto a una baja calidad de la copia visionada...pero me inclino a pensar que en este caso no es así). 
La película tiene un buen arranque y un buen final pero su segundo acto se me hizo un pelín cuesta arriba llegando incluso a contar con ciertos momentos sospechosamente similares a otros spaghetti westerns (un reloj musical recurrente que recuerda bastante a La Muerte tiene un precio, un tiroteo con ametralladora que retrotrae al espectador de inmediato a Django, etc), algo que se puede perdonar en producciones más secundarias pero que resultan menos tolerables en películas con tanto culto como esta. En cualquier caso, sin llegar a ser un coñazo ni tampoco una gran película, al final, la cinta, a pesar de ser tan reverenciada dentro del género, se nos muestra como una más de tantas que salieron en la época. Se puede ver sin problemas pero no impresiona más que la mayoría de westerns italianos de aquellos años.
En España la película llegó a congregar a algo más de un millón de espectadores de la época en los cines. A posteriori, como ya he comentado anteriormente, el personaje caló hondo en la industria (el hecho de que diera bastante pasta  ayudó también sin duda alguna), de manera que la peli llegó a contar con cuatro secuelas oficiales: Yo soy vuestro verdugo, Vende la pistola y cómprate la tumba, Buen funeral amigos...paga Sartana y Llega Sartana. Hago especial hincapié en el adjetivo "oficial" por una sencilla razón: Sartana es ,junto con Django y Trinidad, uno de los personajes más explotados del cine del oeste. El éxito de la peli provocó que entre 1968 y 1972 vieran la luz unas cuantas cintas que se vendían de cara al público como secuelas de la original. Películas protagonizadas por Gianni Garko que no tenían nada que ver con el personaje, westerns de medio pelo que se aprovechaban del nombre para hacer algo de dinero e incluso crossovers con sus camaradas de armas Trinidad y Django fueron algunos de los casos en el que la "Sartanaexplotation" hizo acto de presencia. La verdad es que este tipo de explotación tan descarada y flagrante es un fenómeno que me fascina y, de hecho, uno de mis propósitos para este 2017 que ya está a la vuelta de la esquina es repasar todos los films oficiales y todas las explotaciones tanto de Sartana como de Django y de Trinidad. 
Así que, queridos lectores, tendréis por desgracia mucho spaghetti western y mucho Sartana próximamente. Algunos tenemos aficciones peculiares, que se le va a hacer.



sábado, 17 de diciembre de 2016

LA REVOLUCIÓN DE LOS NOVATOS de Joe Roth



Título: La revolución de los novatos (Revenge of the Nerds II: Nerds in Paradise)
Director: Joe Roth
Año: 1987
Guión: Dan Guntzelman y Steve Marshall
Intérpretes: Robert Carradine (Lewis), Curtis Armstrong (Pelotilla), Larry B. Scott (Lamar), Timothy Busfield (Poindexter), Andrew Cassese (Wormser) Courtney Thorne-Smith (Sunny), Donald Gibb (Ogro)

Hace poco volví a ver por segunda vez el clásico ochentero, la teen movie por excelencia, La Revancha de los Novatos. Disfruté de ese segundo visionado mucho más que el primero que acometí hace años ya y me di cuenta de que la película es mucho mejor de lo que recordaba. Una comedia super gamberra y cerda con ese humor políticamente incorrecto y ese amplio despliegue de tetillas y felpudos (esas marcas de confianza del cine de antaño que ya no vamos a volver a recuperar en estos tiempos en los que reina la tiranía de lo políticamente correcto) que tanto caracterizaban este tipo de comedias en aquellos tiempos pero que, además, cuenta con un ritmo acojonante y cuidadosamente medido para que la peli acabe en el momento en que más cariño le has cogido a su brutal galería de personajes. Dicho de otra forma, acaba dejándote ávido de ver más peripecias de los novatos. Dicho y hecho. Tanto fue el éxito de la película en su momento que de inmediato se planeó una secuela a la cual me he enfrentado hoy, La Revolución de los Novatos, en la que prácticamente repetiría el reparto de protagonistas al completo. El si esta hace honor o no a su predecesora es algo que toca discutir ahora.
La peli nos sitúa tiempo después del final de la primera entrega, en un momento en que los novatos, liderados por Lewis son llamados a una convención de hermandades universitarias en la localidad costera de Fort Lauderle. Allí, sus viejos enemigos los Alfa-Betas, ávidos de venganza intentarán provocar una expulsión de los novatos de la sociedad de hermandades. Al no conseguirlo, acabaran secuestrándolos y abandonándolos en una isla desierta.
A pesar de que el punto de partida es bueno (no en vano el llevar a esta panda de degenerados a un lugar lleno de tías buenas en bikini es como encender la mecha de una bomba), la peli supone toda una decepción al repetir algunas de las situaciones más destacables de la primera entrega y adaptarlas al nuevo entorno (vuelven a ser engañados y humillados por los Alfa-Beta; volvemos a presenciar como estos últimos echan a los novatos de su alojamiento teniendo estos que trasladarse a un edificio cochambroso; volvemos a tener un número musical, en esta ocasión metido con calzador, con el que los novatos se ganan la ovación de la gente de la ciudad; volvemos a escuchar un discurso de hermanamiento por parte de Lewis, etc), perdiendo en el proceso gran parte del ritmo alocado de la primera entrega y, sobre todo, la mayor parte de la carga sexual y de la incorreción política que esta tenía, convirtiéndose en una especie de copia mucho más floja y blandita que su predecesora.
Esto no quiere decir que la película no tenga situaciones divertidas. Las escenas compartidas entre Curtis Armstrong y James Hong (el actor que encarnó al villano Lo Pan en Golpe en la Pequeña China) y las situaciones vividas entre los novatos y Ogro en el último acto de la cinta son memorables, pero prácticamente son lo único verdaderamente aprovechable de esta. No llega a ser soporífera en ningún momento, pero si es una peli sosa, sin gracia y que ofrece una constante sensación de que uno "ya ha visto esto antes" que no consigue quitarse de encima por mucho que lo intenta.
A pesar de que prácticamente repite casi todo el plantel de protagonistas, perdemos por el camino a John Goodman, a la fémina Julia Montgomery y al guaperas Ted McGinley, así como a Takashi al "nerd" japonés de la primera entrega, los cuales volverían en futuras secuelas. Se incorporan en su lugar Ed Lauter y Bradley Whitford como nuevos villanos, Courtney Thorne-Smith como nuevo interés amoroso de Lewis y un tal Barry Somel como nuevo novato añadido al grupo. Por otro lado, tanto el veterano James Cromwell como Anthony Edwards repiten en sus papeles respectivos como el padre de Lewsi y Gilbert (el líder de los novatos en la primera entrega), aunque en esta ocasión su participación se ve reducida a simples cameos.
Dirige el circo el señor Joe Roth, un personaje que cuenta con poquitas películas en su filmografía como director pero que, sin embargo, ha sido productor de incontables blockbusters desde los 80, contando en su haber con títulos que van desde Despedida de Soltero con Tom Hanks hasta Maléfica de Disney , pasando por la adaptación de Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton y muchos, muchos productos de consumo más.
La película recaudó unos 30 millones de dólares partiendo de un presupuesto original de unos 10, lo que aseguró que la saga continuara ( ya sin Anthony Edwards, Andrew Cassese/Wormser y Timothy Busfield/Poindexter en el reparto) en la forma de dos telefilms: La Revancha de los Novatos III y Revenge of the Nerds IV: Nerds in Love (que nunca llegó a estrenarse en España). Por lo que tengo entendido, si esta segunda parte ya es flojita por decirlo suavemente, el resto de secuelas son ya verdaderamente atroces, lo que prueba sin ninguna dudas  (y para esto no basta extenderse más) que la genialidad de La Revancha de los Novatos se limita a su primera entrega y que esta da mil patadas a todo lo que la franquicia parió después. Toda una pena.


viernes, 9 de diciembre de 2016

ENFRENTADOS de David Von Ancken


Título: Enfrentados (Seraphim Falls)
Director: David Von Ancken
Año: 2006
Guión: David Von Ancken y Abby Everett Jacques
Intérpretes: Liam Neeson (Carver), Pierce Brosnan (Gideon), Michael Wincott (Hayes), Ed Lauter (Parsons)

Un hombre se encuentra tranquilamente en medio de una montaña nevada cocinando tranquilamente un conejo que ha cazado cuando, de pronto, recibe un disparo en el hombro por parte de un individuo desconocido. Así se iniciará una persecución incesante a través del oeste americano cuyos motivos se revelarán progresivamente al espectador.
Este pequeño y humilde western forma parte de esa pequeña oleada de westerns modernos con estrellas de primera fila que se dio hace unos años y de la cual surgieron películas como El tren de las 3:10 o El Asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford y, sin embargo, a diferencia de las mencionadas y otras cintas semejantes no resulta tan conocida por el público, posiblemente porque no gozó de tanta fortuna como alguno de dichos títulos.
Enfrentados (un nuevo hito para los traductores españoles) es una película muy reposada, muy lentita y con un argumento mínimo. Se inicia con una primera media hora en la que Pierce Brosnan apenas hace otra cosa que gruñir y farfullar mientras sobrevive a sus perseguidores a duras penas a través de la nieve, prosigue en las grandes praderas y estepas norteamericanas para, tras haber atravesado una misión evangélica itinerante y la construcción de una línea de ferrocarril, terminar en pleno desierto, habiendo recorrido en menos de dos horas todos los tipos de parajes que el western moderno tiende a ofrecernos, los cuales nos son mostrados con una fotografía preciosista y unos planos largos que recuerdan muchísimo a dos películas que aparecerían años después: el Valor de Ley de los hermanos Cohen y El Renacido de Alejandro González Iñarritu, que no me extrañaría que hubiera tomado como inspiración esas secuencias iniciales en las montañas a la hora de retratar el calvario sufrido por Di Caprio en medio de los páramos helados.
Pero no sólo nos habla de los paisajes americanos, sino que Enfrentados intenta capturar la idea de que en el oeste americano (en este caso usado en parte como un reflejo de la sociedad actual) había más demonios que ángeles, ya fueras soldado, campesino, obrero, empresario o religioso, aunque también tiene tiempo de aportar su granito de arena al sempiterno conflicto entre las dos Américas (que por una vez muestra hijos de puta en ambos bandos y no sólo en el sudista) .
Evidentemente, al ser una película tan reposada, el peso principal de la misma recae en sus dos protagonistas. Por un lado tenemos a un Pierce Brosnan en su etapa post-James Bond interpretando un papel concebido en origen para Richard Gere. Ya no tenía que mostrar siempre un aire de gentleman inglés y eso se nota, pues lo que nos encontramos aquí es un Pierce Brosnan ya algo vejete, cansado y con una barriguilla incipiente que, por otro lado, ofrece una de las interpretaciones más intensas que yo haya recordado en su carrera. Su contrapartida, un Liam Neeson implacable, acomete un papel donde muestra su característica principal: el ser un actor muy solvente y muy satisfactorio pero únicamente sublime en unas pocas ocasiones. Y, ya sea por desgracia o por fortuna, Enfrentados no es una de dichas ocasiones. 
Acompañan al dúo protagonista en forma de cameos los rostros siempre reconocibles de Tom Noonan (interpretando a un reverendo evangélico), el siempre reconocible Wes Studi (encarnando a una especie de alegoría del diablo) y una ajada Anjelica Houston en el papel de un personaje que se podría interpretar como una versión "western" de la mismísima parca.
Dirige la cinta un personaje muy vinculado al mundo televisivo como director y productor de series como Salem, Hell on Wheels o Código Negro, el señor David Von Ancken que cuenta con Enfrentados como su, hasta ahora, único trabajo que ha llegado a la gran pantalla. Ambienta todo el conjunto, además, una atmosférica partitura con ligeros toques siniestros obra de Harry Gregson Williams, compositor de bandas sonoras de películas tales como El Reino de los Cielos o Shrek.
Por supuesto, fue un completo y absoluto fracaso tanto en USA, donde no recaudó ni para pipas (apenas recaudó 420.000 dólares partiendo de un presupuesto estimado de unos dieciocho millones) como en España, dónde llegaría dos años más tarde de su estreno americano y apenas recaudaría 66.000 €. La recaudación mundial apenas superaría la cifra del millón de dólares. Una auténtica calamidad y quizá la explicación de por que esta película no es conocida apenas y por que su director no ha vuelto a rodar una película para su estreno en cines.
En resumen, un western pequeño, sencillo y humilde que aún con toda su simpleza, la verdad es que mola bastante. Un visionado seguro que no le hace daño a ningún espectador.