Título: Willard
Director: Glen Morgan
Año: 2003
Guión: Glen Morgan (basado en un guión de Gilbert Ralston)
Intérpretes: Crispin Glover (Willard Stiles), R. Lee Ermey (Mr. Martin), Laura Harring ( Cathryn), Jackie Burroughs (Mrs. Stiles)
Willard es un ser retraído y asocial que vive una vida de penurias entre los cuidados que requiere su madre enferma y su trabajo en la empresa de su padre, ahora propiedad de un viejo amigo de la familia que se dedica a humillarle y hacerle bullying constantemente. Un día, tras inspeccionar el sótano de su casa encuentra una rata blanca a la que apoda Sócrates y toma como mascota. Junto a ella cohabita una enorme colonia de ratas que Willard amaestrará y junto a las que, poco a poco, fraguará la idea de una venganza.
Remake de una película de 1971, La revolución de las ratas, Willard cuenta como principal atractivo con la presencia del grimoso y desagradable Crispin Glover (el padre de Marty McFly en Regreso al Futuro) uno de esos actores especialmente conocido en Hollywood por no tener muy bien puesta la cabeza en su sitio (cosa que demostró cuando acometió las labores de director en su primer film, What is It ?, donde junto a un reparto compuesto por una mayoría de actores afectados de síndrome de down se dedicaba a cosas tan bonitas como mostrar decapitaciones de caracoles vivos o a mujeres con caretas de monos masturbando a un hombre con parálisis cerebral). Posiblemente sea la repugnancia que inspira este puto feo lo que vuelve realmente creíble la interpretación del protagonista de la película. El papel engendro humano ajeno a la sociedad y a todo tipo de relación remotamente humana le viene que ni pintado.
Le acompañan en papeles secundarios R. Lee Ermey (el mítico sargento instructor de La Chaqueta metálica) adaptando su papel más reconocido a lo exigido, interpretando, en esta ocasión, al jefe cabrón de Willard; Jackie Burroughs intepreta a una madre de Willard igual de fea que su hija y Laura Harring a la única compañera de trabajo que le hace un mínimo de caso. El director, Glen Morgan, tiene también en su haber el remake de la cinta de terror Negra Navidad, pero es sobre todo conocido por sus labores de producción en capítulos de Expediente X y en algunas entregas de la saga Destino Final.
Posiblemente no sea una película que de mucho juego para comentar, pero si es un film bastante digno, un buen entretenimiento y, sin duda, merecedor de los 50 céntimos que me costó la copia en DVD que obtuve en un Cex de Madrid. Sin ironías de ningún tipo.
Título:
El asesino del cementerio etrusco (Assassinio al cimitero etrusco / The
Scorpion with two tails)
Director: Sergio Martino
Año: 1982
Guión: Ernesto Gastaldi, Jacques Leitienne y Mara Maryl
Intérpretes: Elvire Audray (Joan Barnard), Paolo Malco (Mike Grant), Claudio Cassinelli (Paolo Domelli), Van Johnson (Mulligan), John Saxon (Arthur Barnard)
Guión: Ernesto Gastaldi, Jacques Leitienne y Mara Maryl
Intérpretes: Elvire Audray (Joan Barnard), Paolo Malco (Mike Grant), Claudio Cassinelli (Paolo Domelli), Van Johnson (Mulligan), John Saxon (Arthur Barnard)
Intenté
afrontar el visionado de esta cinta por primera vez durante un viaje en
transporte público y duré diez minutos antes de que decidiera echarme una
siesta debido al profundo sopor que esta me había causado. Una vez de noche en
mi hogar decidí darle una segunda oportunidad, pues igual fue el cansancio
acumulado a lo largo del día lo que no me había dejado disfrutarla
correctamente. Craso error, a los veinte minutos de metraje decidí dejarla
puesta de fondo mientras me dedicaba a otros quehaceres. Y es que estamos ante
una película tremendamente aburrida obra del artesano italiano (un binomio que,
cada vez estoy más convencido, equivale al apelativo de puto inepto) Sergio
Martino, bajo el seudónimo en esta ocasión de Christian Plummer, uno de esos directores no tan reconocidos entre el fandom como otros
compatriotas suyos pero que aún así tiene unos cuantos títulos con cierto
renombre dentro de los submundos del cine de género italiano como pueden ser La
Montaña del Dios Caníbal, Torso: Violencia Carnal o, este me encanta, 2019:
Tras la caída de Nueva York (2019: Dopo la caduta de New York…que melodioso
suena). El caso es que al igual que muchos otros italianos, Martino le dio a todo por igual y, por lo general, con los mismos y lamentables resultados: western, giallo, terror, pelis de monstruos, exploitation de Mad-Max, todo cabía en su filmografía. Y, sin embargo, El asesino del cementerio etrusco no termina de ubicarse dentro de un género claro, intentando ser a la vez un giallo, una peli policíaca con mafiosos y una peli de terror con fantasmas.
La trama de la cinta nos cuenta como un arqueólogo es asesinado mientras investiga una tumba etrusca recientemente descubierta. Su viuda viajará a Italia para intentar resolver el enigma en torno a la muerte de su esposo, descubriendo una trama orquestada por su propio padre para introducir heroína en los Estados Unidos junto a los descubrimientos arqueológicos de su difunto marido a la vez que se ve acosada por visiones de sacrificios de jóvenes y apariciones fantasmales que parecen apuntar a que la protagonista no es otra cosa que la reencarnación de una antigua sacerdotisa etrusca. El guión de este contundente ladrillo es obra principalmente de Ernesto Gastaldi, que ya había colaborado previamente con Martino en Torso y que tiene en su haber trabajos tales como una colaboración a pachas con Sergio Leone en el guión de Mi Nombre es Ninguno, así como labores de colaboración en la también "Leonina" Erase una vez en América. Los momentos de stop-motion del film corren a cargo del técnico habitual del inútil de Lamberto Bava y en ocasiones director de cierto renombre, Sergio Stivaletti. Componen el reparto principal los italianos Paolo Malco, Franco Garofalo y Claudio Cassinelli, la italiana Marilú Tolo, la francesa Elvire Audray y la breve pero significativa presencia de los habituales de la serie B John Saxon y Van Johnson. Por si alguno lo duda, actores de mierda todos ellos.
La trama de la cinta nos cuenta como un arqueólogo es asesinado mientras investiga una tumba etrusca recientemente descubierta. Su viuda viajará a Italia para intentar resolver el enigma en torno a la muerte de su esposo, descubriendo una trama orquestada por su propio padre para introducir heroína en los Estados Unidos junto a los descubrimientos arqueológicos de su difunto marido a la vez que se ve acosada por visiones de sacrificios de jóvenes y apariciones fantasmales que parecen apuntar a que la protagonista no es otra cosa que la reencarnación de una antigua sacerdotisa etrusca. El guión de este contundente ladrillo es obra principalmente de Ernesto Gastaldi, que ya había colaborado previamente con Martino en Torso y que tiene en su haber trabajos tales como una colaboración a pachas con Sergio Leone en el guión de Mi Nombre es Ninguno, así como labores de colaboración en la también "Leonina" Erase una vez en América. Los momentos de stop-motion del film corren a cargo del técnico habitual del inútil de Lamberto Bava y en ocasiones director de cierto renombre, Sergio Stivaletti. Componen el reparto principal los italianos Paolo Malco, Franco Garofalo y Claudio Cassinelli, la italiana Marilú Tolo, la francesa Elvire Audray y la breve pero significativa presencia de los habituales de la serie B John Saxon y Van Johnson. Por si alguno lo duda, actores de mierda todos ellos.
En su
versión americana la cinta se distribuyó bajo el título de The Scorpion with
two tails, supongo que con la intención de hacer referencia tanto a la famosa
trilogía de los animales de Dario Argento como a La Cola del Escorpión, otro
giallo de cierto renombre obra del propio Martino. Para añadir aún más aroma de exploitation a la mezcla, uno de los posters con los que se promocionó la película contaba con la presencia del melenas que, cuchillo en mano, protagonizaba el póster de Aquella casa al lado del cementerio, individuo reutilizado en diversas ocasiones en los posters de una amplia gama películas donde, al igual que ocurre aquí, no asoma en ningún momento la jeta (de hecho esta es la segunda ocasión que hace acto de presencia en este blog tras su aparición en la carátula del VHS de La Mantis maldita). Aunque también es verdad que el póster original con esa especie de "soldado romano zombi" miente de la misma manera al espectador pues, sobra decir, su presencia en la película es nula.
Vamos que una puta mierda de película pero antes que eso, un coñazo soberano. Idónea para inducirse una siesta o un coma voluntario sin la ayuda de fármaco alguno.
Vamos que una puta mierda de película pero antes que eso, un coñazo soberano. Idónea para inducirse una siesta o un coma voluntario sin la ayuda de fármaco alguno.