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lunes, 6 de marzo de 2017

Dobles programas bizarros (II): BAD SANTA 2 de Mark Waters + TORRENTE 5: OPERACIÓN EUROVEGAS de Santiago Segura


Título: Bad Santa 2
Director: Mark Waters
Año: 2016
Guión: Johnny Rosenthal y Shauna Cross
Intérpretes: Billy Bob Thornton (Willie Soke), Tony Cox (Marcus), Kathy Bates (Sunny Soke), Christina Hendricks (Diane), Brett Kelly (Thurman Merman)

La original Bad Santa es una comedia negrísima que nos contaba la historia de un borracho asqueroso que junto a su socio, un enano negro, se dedicaban a atracar centros comerciales durante la campaña navideña, disfrazados para la ocasión de Santa Claus y de elfo. Personalmente es una película que me encanta precisamente por sus escasos valores morales, su humor políticamente incorrecto  y por la espectacular interpretación de su protagonista, Billy Bob Thornton. No sólo es una de las comedias que más me impactó en su primer visionado sino que también la considero una de las mejores películas de temática navideña de todos los tiempos.
En su momento la cinta de Terry Zweigoff cosechó un éxito moderado que permitió que ya tras su estreno en 2003 se comenzara a tratar el tema de una posible secuela que, finalmente ha tardado 13 años en ver la luz. En esta ocasión vemos como Willie, el personaje interpretado de nuevo por Billy Bob Thornton, ha fracasado miserable en su intento de reformarse como ser humano, volviéndose a convertir de nuevo en el repugnante y alcoholizado engendro que conocimos en la primera entrega. Tras un intento fallido de suicidio es te es contactado por su viejo socio Marcus, recién salido de la cárcel, para tratar de dar un nuevo golpe, en este caso, robando los fondos de una asociación benéfica durante la Navidad. Para ello, tendrán que enfundarse de nuevo en sus trajes de Papá Noel y elfo pero, en esta ocasión, contarán con la ayuda de un tercer partenair: Sunny, la madre del propio Willie.
La trama de la película viene a replicar, con escasos añadidos, la de la primera parte. Volvemos a tener un atraco; al dúo protagonista; a Billy Bob Thornton aprendiendo una lección sobre el significado de la familia y la Navidad de manos, una vez más, de Thurman Merman (el personaje interpretado por Brett Kelly que repite el mismo papel de la primera película pero habiendo pasado en esta ocasión de niño a adulto) y una subtrama “romántica” con una mujer de gustos singulares (si en la primera entrega teníamos a una mujer con una peculiar filia sexual por los Santa Clauses aquí tenemos a una especie de “santurrona” que oculta en realidad una personalidad sucia y pervertida a más no poder). Pero, a pesar de repetir todos estos elementos, la peli fracasa estrepitosamente en su intento de emular las intenciones de su predecesora. Todo rastro de ese humor tan incorrecto se pierde en una maraña de chistes obscenos muy flojitos y repetitivos y una constante sensación de estar viendo lo mismo pero peor. Si algo han enseñado películas como La Fiesta de las Salchichas es que el humor políticamente incorrecto por sí solo no vale. Un conglomerado de chistes bestias no sirve de nada si no está bien dirigido y enfocado por un buen guión. Bad Santa 2 sufre de este defecto y se muestra como una comedia muy sosita al fin y al cabo en el que el único aspecto que recuerda mínimamente a la original es la incorporación del personaje de Kathy Bates, la madre de Willie, un ser igualmente desagradable que caga con la puerta abierta, está constantemente hablando de sus repugnantes hazañas sexuales y acosa a su hijo durante toda la película llamándolo “Picha loca”.
Aun así, sus integrantes están muy bien todos ellos. Ni Billy Bob Thornton, ni Anthony Cox, ni la propia Kathy Bates ni Christina Hendricks desentonan o decepcionan. Hay mucho talento involucrado pero puesto al servicio de un guión y unas situaciones que no terminan de permitir su lucimiento. El guión corre a cargo de un novato Johnny Rosenthal y  una mujer, Shauna Cross, que previamente había sido responsable del guión de diversas comedias románticas como Que esperar cuando estas esperando. El director del proyecto es Mark Waters, veterano en el género y hombre tras la cámara en películas como Chicas malas, Los fantasmas de mis exnovias o Los pingüinos del Sr. Popper, películas entretenidas seguramente pero sin duda diametralmente opuestas en intenciones a lo que debería ser una secuela de Bad Santa. Cuando uno ve quienes son los responsables tras esta, entiende mucho mejor el por qué del decepcionante resultado final.
En taquilla la película ha sido un fracaso, no llegando siquiera a recuperar el dinero invertido en el presupuesto. Así, y salvo que la película funcione extraordinariamente en el mercado doméstico y en el del video-on-demand (cosa harto improbable), parece que ya podemos definitivamente despedirnos de futuras secuelas de Bad Santa. Mejor así. La primera aún permanece vigente e inmortalizada. Esta secuela, sin embargo, tardará muy poco en caer en el olvido. 




Título: Torrente 5: Operación Eurovegas
Director: Santiago Segura
Año: 2014
Guión: Santiago Segura
Intérpretes: Santiago Segura (Torrente), Julián López (Cuco), Alec Baldwin (John Marshall), Jesulín de Ubrique (Jesusito), Cañita Brava (Antoñito), Barragán (Señor Barragán), Carlos Areces (Ricardito), Angy Fernández (Chiqui), Anna Simón (Paqui), Florentino Fernández (Butanero), Fernando Esteso (Cuadrado)

La saga Torrente es una de esas que han ido cuesta abajo y sin frenos con el paso de los años. Considero actualmente a la primera entrega de la saga como una película digna, importante dentro de la historia reciente del cine español y aquella en la que Santiago Segura soltó todo el mensaje y las intenciones que quería transmitir y de las cuales se desprendió en las posteriores secuelas. La segunda, Torrente: Misión en Marbella fue, en un tiempo pasado, mi favorita, y, sin embargo, la última vez que me la puse casi estuve a punto de quitarla de la vergüenza que estaba sintiendo. Torrente 3 es directamente una puta mierda y la cuarta secuela de la saga ya ni se podía considerar una película, sino mas bien una especie de sketch de programa de televisión al estilo de La Hora de José Mota estirado como un chicle y construido a base de cameos. A lo tonto, y a pesar de que considere gran parte de la saga como mierda pura, me las he visto todas con el paso de los años...y por ello es que no fui corriendo al cine a ver Torrente 5. El otro día por fin me dispuse a verla y desde luego me encontré con otra hez infernal; sin puta gracia; con unos gags basados, una vez más, en la consecución de cameos; cero imaginación y un guión que intenta ser una especie de spoof a la española de Ocean's Eleven de una manera más bien penosa ( y no, no voy a ser como el hijo de puta de Santiago Segura y soltar lo de La Cuadrilla de los Once para meter la nota cultureta).
La peli nos sitúa en el futuro 2018 (ya no tan lejano), donde Torrente sale de la cárcel para encontrarse una España en la que Cataluña se ha independizado, la crisis económica ha causado estragos y el Vicente Calderón ha sido demolido. Frustrado, se unirá a un ex-compañero de prisión y a una troupe de engendros humanos para dar un gran golpe en un casino de Eurovegas.
Al margen del asco que sienta hacia el propio Santiago Segura, he de decir que esta es posiblemente la vez que peor ha interpretado a Torrente hasta el punto de parecer un  sucio imitador del propio Santiago Segura (es casi como si con la pérdida de peso se le hubiera ido también las ganas de interpretar y el escaso talento que pudiera haber tenido alguna vez). Julián López realiza una mala imitación de Gabino Diego a la que tampoco el físico es que ayude mucho. Carlos Areces por su parte hace de Carlos Areces manteniendo el único registro que parece capaz de asumir el pobrecillo. Junto a todos ellos tenemos a una estrella internacional con todas las letras, un Alec Baldwin sorprendentemente integrado con el resto del plantel (lo que no se si es indicativo de lo alto que ha llegado Santiago Segura con Torrente o de lo mal que se encuentra actualmente la carrera de Alec Baldwin). Con este último termina el repaso de lo que podríamos denominar malamente como actores. Completan el plantel los colegas de siempre de Segura (Barragán, Flo, Cañita Brava...), un desaprovechadísimo Fernando Esteso y un par de zorrillas, Angy y Anna Simón, recien salidas de la televisión española más infecta. Redondea el conjunto un Jesulín de Ubrique que borda el papel de retrasado mental que Santiago Segura le otorga utilizando la misma técnica que Paquirrín usó en Torrente 4: ser simplemente él mismo.
Junto a esta caterva de seres encontramos toda una serie de cameos (una lista casi interminable) con los cuales, una vez más , se construyen el 90 % de los desacertados gags de la película. Entre estos encontramos que yo recuerde ahora mismo a Pablo Motos, José Mota, Chiquito de la Calzada, Leo Harlem, los youtubers El Rubius y Willyrex, Silvia Abril y Buenafuente (retomando sus personajes de anteriores entregas), Chus Lampreave y Neus Asensi (recuperando a la Reme y a Amparito de la primera película), Falete, Andrés Pajares, Santiago Urrialde, Manuel Tallafé y Ricardo Darín entre tantos otros. Posiblemente de todos estos, el cameo que más simpático me resultó (por lo cómicos que me resultan estos sucios personajes en la vida real) fue el de los periodistas deportivos Josep Pedrerol y Tomás Roncero (este último interpretando al seleccionador de fútbol del equipo catalán, vistiendo corbata con la estelada y todo).
En el tema musical hay que destacar (totalmente en serio) el tema inicial de Mónica Naranjo que es, posiblemente, el más James Bondiano de toda la saga y lo mejor que la película nos puede ofrecer. Algo totalmente opuesto a la aberración que perpetra Joaquín Sabina en los créditos finales. Aunque ya se sabe, para gustos los colores.
La peli partió de un presupuesto de 8,5 millones de euros y consiguió congregar en las salas a algo más de un millón y medio de espectadores y recuadar 10,6 millones de euros, convirtiéndose en la entrega menos rentable de la saga y una clara prueba de que la fórmula Torrente ya no tiene el mismo efecto que años atrás en el público. No dudéis sin embargo que tendremos una sexta entrega ,posiblemente dentro de unos cuantos años y probablemente tirando de factor nostálgico, que es la moda actual. Hasta entonces Torrente 5: Operación Eurovegas se convierte en el broche de mierda que merece una de las sagas más sobrevaloradas y decadentes de la historia del cine. Mala, pero mala a rabiar la puta peli.