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domingo, 18 de septiembre de 2016

CIUDADANO X de Chris Gerolmo


Título: Ciudadano X (Citizen X)
Director: Chris Gerolmo
Año: 1995
Guión: Chris Gerolmo
Intérpretes: Stephen Rea (Viktor Bukarov), Donald Sutherland (Mikahil Fetisov), Jeffrey DeMunn (Andrei Chikatilo), Joss Ackland (Bondarchuk), Max Von Sydow (Alexandr Bukhanovsky), Imelda Staunton (Sra. Bukarov)

Los psychokillers me han parecido personajes tremendamente interesantes. Personas que ejercen sobre el que lee sobre sus vidas y obras una sensación a caballo entre el odio, el asco y la curiosidad morbosa. Particularmente lo que a mi me fascina sobre los psychokillers es el hecho de que estos por lo general no nacen, se hacen cuando en algún momento de su trayectoria vital algún hecho, alguna vivencia o simplemente la mera casualidad retuercen sus mentes hasta el extremo de convertirlos en monstruos capaces de las mayores barbaridades. Los psychokillers de verdad son atrayentes sin duda alguna, y uno puede caer con facilidad y convertirse en un aficionado a este tipo de historias tan truculentas. Yo mismo en el pasado tuve una época donde consumía obsesivamente material relacionado con estos seres humanos, llegando incluso a meterme entre pecho y espalda textos de psicología y criminalística como el cojonudo libro Dentro del Monstruo del ex-criminólogo y experto analista del FBI Robert K. Ressler, dónde este narraba con todo lujo de detalles las entrevistas que tuvo con asesinos de la talla de John Wayne Gacy y Jeffrey Dahmer, así como las conclusiones que extraía a raíz de estas.
Adonde quiero llegar con todo esto es que para el aficionado al mundo de los psychos existen ciertos nombres que resultan tan conocidos como los de Cristobal Colón o el de Charles Darwin. Me estoy refiriendo a personajes como Ted Bundy, Ed Gein, Pedro Alonso López o el que hoy nos atañe, Andrei Romanievich Chikatilo. Este fue un asesino en serie que actuó en la Unión Soviética post-Stalinista actuando particularmente sobre infantes y que entró en la historia al convertirse en el asesino más prolífico de la historia rusa y, con 52 víctimas en su haber, uno de los peores que dio el siglo XX. Con semejante currículum me extraña que tardaran tanto en plasmar su historia en una película, pero he aquí que Ciudadano X vio la luz en el año 1995. Posiblemente impulsada por el repunte que sufrió el interés por los psychokillers "realistas" a raíz del éxito de El Silencio de los Corderos, la película es una coproducción de la HBO y una tal Asylum Films (que nada tiene que ver con la cochambrosa compañía de cine zetoso que todos conocemos) creada para su exhibición en televisiones y cubre en sus casi dos horas la mayoría de la carrera criminal de Chikatilo mostrándola desde el punto de vista de los militares y policías que investigaron el caso y que acabarían capturando al asesino casi doce años después de que este comenzara a matar.
A pesar de tener como epicentro a un personaje de la talla de Chikatilo a la película le falta crudeza, le falta agallas par mostrar algo más de truculencia (salvo un par de escenas donde se ve alguna que otra puñalada de manera verdaderamente visceral la peli es bastante suavecita), pues si algo tiene la trayectoria vital de este psicópata es un trasfondo terrorífico donde las hambrunas, los horrores de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, los abusos sexuales y hasta el canibalismo se dan la mano. Dicho esto, tampoco le habría venido nada mal a la cinta algún flashback que nos mostrara la biografía de Andrei más allá de sus crímenes. Igualmente, la película se vende como un thriller pero tras terminar su visionado uno se da cuenta de que esta presenta una estructura y un ritmo más parecido al de un biopic que al de un thriller, donde se aprovecha la coyuntura para mostrar un retrato de la URSS de los años 80, con su represión, su opresiva burocracia y su ineficaz justicia.
Protagoniza la cinta el bonachón de Stephen Rea que clava el papel de un policía inexperto al que se la asigna un caso demasiado grande para sus zapatos pero que acaba demostrando ser más que capaz para llevarlo a cuestas aunque con alguna que otra consecuencia para su ambiente personal y familiar. Le acompaña Donald Sutherland interpretando a su superior en el escalafón militar y único apoyo dentro del sistema político soviético. La química entre ambos personajes está muy bien conseguida, trazando una evolución desde la fría camaradería militar hasta una férrea y calida amistad forjada en el horror de los crímenes de Chikatilo. 
El susodicho psicópata es interpretado por un Jeffrey DeMunn bastante controlado para lo que podía haber perpetrado (y bastante bien caracterizado si tenemos en cuenta que en la vida real Chikatilo era físicamente una especie de Alfredo Duro puesto de cocaína). Completan el plantel las breves participaciones de Imelda Staunton, Joss Ackland y el siempre simpático Max Von Sydow que aquí es doblado por el hombre que ponía la voz en español a los documentales de David Attenborough, lo cual resulta hasta gracioso cuando uno oye esa voz recitando las atrocidades cometidas por el asesino.
Tras las cámaras encontramos a un tal Chris Gerolmo, cuyo trabajo más meritorio fue el guión de Arde Mississippi. Se nota cierto empeño de este señor de intentar realizar un buen trabajo, pero a pesar de ello la dirección no resulta menos telefilmesca de lo que uno esperaría encontrar.
La cinta fue muy bien recibida en su momento y llegó a hacerse con un Globo de Oro (mejor actor secundario en una producción televisiva para Donald Sutherland) y tres premios gordos en el Festival de Sitges de aquel año (Mejor actor para Stephen Rea, Mejor actor secundario para Sutherland y Mejor película). Personalmente no es un producto tan grande como para merecer tantas alabanzas pero si que es un digno entretenimiento y una buena oportunidad para despertar la curiosidad en el espectador profano en el tema de los psychokillers. Merece un visionado.


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