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jueves, 13 de abril de 2017

Dobles programas bizarros (III): EXISTS de Eduardo Sánchez + LA CASA DE CERA de Jaume Collet-Serra


Título: Exists
Director: Eduardo Sánchez
Año: 2014
Guión: Jamie Nash
Intérpretes: Chris Osborn (Brian), Dora Madison (Dora), Roger Edwards (Todd), Denise Williamson (Elizabeth), Samuel Davis (Matt), Brian Steele (Bigfoot)

Hace algunos años surgió una extraña corriente  dentro del subgénero del found footage por la cual aparecieron en un corto período de tiempo una serie de películas que tenían como eje central al mítico monstruo norteamericano también conocido como Bigfoot. De esta efímera moda surgieron cintas como Bigfoot: The Lost Coast Tapes, Bigfoot County, Willow Creek (posiblemente el film que más reconocimiento se llevó en su momento) o la peli que toca comentar hoy, Exists. En todas ellas el argumento era más bien clónico: una serie de jóvenes acababan de una forma u otra en lo más profundo de los bosques americanos y eran atacados por Piegrande, quedando todos los acontecimientos preservados en cámara. Exists no muestra grandes diferencias en estructura u originalidad en el guión respecto a otros found footage, pero si se encuentra rodeada de una atmósfera y una estética que le dan un aspecto mucho más cutre que muchas otras pelis similares.
En primer lugar, nos encontramos con un found footage que no es “puro”: hay planos imposibles de tomar con una cámara (ni siquiera con una de esas go-pro de las que tanto alardean los protagonistas durante el film), existe edición y montaje de las imágenes (estas se rebobinan adelante y atrás, se producen cortes entre un plano y otro, etc) y hasta banda sonora acompañando a las secuencias. Aún pasando esto por encima, la película sigue resultando muy pobre: los actores son muy malos, muy poco creíbles; la alta definición de las cámaras resulta contraproducente y enfatiza la falsedad del bigfoot (cuando este no está en primeros planos) y de las diversas heridas que los personajes sufren a lo largo de la trama, etc. Posiblemente el uso de otro tipo de cámaras más “cutres” habría mejorado el resultado, dando un aspecto más casero e inquietante al metraje, e incluso habría resultado hasta gracioso, pues podría haberse vendido como una especie de homenaje a esos vídeos infectos de supuestas grabaciones de bigfoot tan míticos que han poblado internet desde sus comienzos. Eso sí, a diferencia de otros found footage, aquí el monstruo aparece mucho y muy frecuentemente y cuando se le graba en planos cercanos, especialmente en el desenlace del film, este está hecho cojonudamente bien (no es para menos, pues las labores de efectos especiales y maquillaje corren a cargo de la mítica WETA Workshop,  la compañía que se cascó todos los efectos físicos de la trilogía de El Señor de los Anillos de Peter Jackson).
El reparto está compuesto por una serie de desconocidos y ninguneados entre los que destaca por encima del resto un tal Brian Steele, encargado de meterse en el traje de Bigfoot, el cual, según la IMDB ya había interpretado al monstruo en la serie de TV que surgió a raíz de la película Bigfoot y los Henderson. Curiosamente, el director de la cinta no es otro que Eduardo Sánchez, norteamericano de ascendencia cubana y uno de los responsables de, atención, El proyecto de la bruja de Blair. Resulta muy triste ver como uno de los responsables de una de las películas clave de la historia del género de los found footage realiza un trabajo en el que no sólo traiciona las normas del género que él mismo ayudó a construir sino que también denota su incapacidad como director. De aquí se extraen dos conclusiones: o bien El proyecto de la bruja de Blair fue una casualidad, una rara avis irrepetible y fruto de su tiempo; o bien el verdadero talento dentro de esta era el compañero del señor Sánchez, Daniel Myrick. Hasta donde tengo entendido, esto segundo es más bien una falacia, pero como no tengo conocimiento de las filmografías de estos caballeros, dejaremos el misterio en el aire.
También tengo entendido que el resto de found footage relativos al Bigfoot no son muy distintos a Exists. O, en otras palabras, son la misma mierda pobretona. No creo que me atreva con otra de estas hasta dentro de mucho pero, aun así, son 80 minutos de largometraje llevados con un ritmo decente, por lo que, hasta cierto punto, Exists puede llegar a entretener al espectador. Realmente es una mierdecilla pero es el tipo de film que puede llegar a llamar la atención de unos y no de otros, así que, ustedes verán si quieren jugársela. 





Título: La Casa de Cera (House of Wax)
Director: Jaume Collet-Serra
Año: 2005
Guión: Chad Hayes y Carey Hayes
Intérpretes: Elisa Cuthbert (Carly), Chad Michael Murray (Nick), Brian van Holt (Bo/Vincent), Paris Hilton (Paige), Jared Paladecki (Wade), John Abrahams (Dalton), Robert Ri'chard (Blake)

De todos los directores españoles que han intentado cruzar el charco y hacer las Américas, posiblemente uno de los que más respete sea el catalán Jaume Collet-Serra. Para empezar, el buen señor estudió cine en tierras yanquis,lo que probablemente influyera en el hecho de que a la hora de llegarle la oportunidad de dirigir un proyecto grande en los USA no se andara con remilgos como otros nombres del cine patrio y aceptara el encargo sin más dilación. A día de hoy, no me equivocaría demasiado al decir que es, posiblemente, el director español más requerido en tierras yanquis por una pura y simple razón: es un director de estudio.  En su filmografía encontramos películas francamente potentes como La Huérfana junto a cintas como Non-Stop o Sin Identidad (por lo que también podemos contarle entre los responsables de haber convertido a Liam Neeson en esa especie de héroe de acción maduro/ padre justiciero que es ahora en el cine). La Casa de Cera fue su debut como director, un proyecto de cine de terror a caballo entre los rescoldos del asqueroso terror para adolescentes de finales de los 90 y el género más serio que empezaríamos a recuperar conforme terminamos la primera década de los 2000. Sin llegar a ser, como así se vendió, un remake de la añeja Los Crímenes del Museo de Cera y cortada más por el patrón del thriller de terror  que del slasher, la película nos cuenta como unos jóvenes, de camino a la Superbowl, tienen una avería que les obliga a detenerse en un pueblo donde el único atractivo es un museo de cera local que alberga a un par de asesinos hijos de puta que les darán caza a lo largo de toda una noche.
Como he dicho, sin llegar a ser un slasher al estilo más clásico (Viernes 13 y demás ejemplos similares), sí que pone énfasis en los asesinatos cometidos durante el film y, sobre todo, en que estos sean brutotes sin que haya chorretones de sangre a diestro y siniestro (personalmente me quedo con el momento en que el asesino, tras haber atravesado la cabeza de uno de los personajes con un palo afilado, agarra una cámara de video y nos regala un primer plano de la herida abierta y gorgoteante como si de un director de películas snuff se tratara). Estos crímenes se combinan con el mal rollo que inspiran los muñecos de cera para montar un escenario que, si bien no es tan atmosférico ni tan terrorífico como pretende, si que funciona muy bien para la historia que se quiere contar. Si acompañamos esto con cierta complicación técnica en la dirección de Collet-Serra (que se puede ver en ciertos movimientos de cámara puntuales a lo largo del metraje), pues tenemos un producto con un envoltorio bien majo.
Protagoniza la película Elisa Cuthbert, relativamente conocida por interpretar a una actriz porno en La chica de al lado y a la hija de Jack Bauer en la serie de TV 24. Esta acompañada de una serie de chavales sin nada interesante que reseñar que solían pasearse por productos de videoclub en aquellos años y por el principal atractivo del casting, la heredera del millón de dólares Paris Hilton en uno de sus pocos papeles en el cine en  el que no se interpreta a sí misma. En La Casa de Cera, Paris nos deleita con un striptease, le chupa el rabo a un negro y sufre, además, una truculenta muerte, por lo que no es tontería afirmar que esta es, junto a 1 Night in Paris, la mayor contribución al universo que va a dejar esta mujer en vida.
De Collet-Serra ya está todo dicho y desde luego con este debut nos entregó uno de los pocos slashers de aquella etapa de los 2000 que no da puto asco. Bastante recomendable.




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