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domingo, 17 de junio de 2018

EL DE LOS LENTES CARRERA de Óscar López


Título: El de los lentes Carrera
Director: Óscar López
Año: 2015
Guión: Óscar López
Intérpretes: Óscar López (Ángel), Fabian López (Joe), John Solis (Chino), Andrea Portugal (Senia), Leonel González (Pablo Mayorga), Geoffrey Ross (Ruso), Armando Zamarripa (Policía)

A cualquier género por ignoto que sea le acaban saliendo puristas con el tiempo. El género musical de los narcocorridos, por desconocido que sea en nuestro país, es una auténtica locura en México (y en el poderoso vecino del norte que, no olvidemos, recibe mogollón de influencia cultural de los sureños) que esputa grupos a diestro y siniestro con un nivel de producción descomunal en términos de cantidad. Como ya he comentado en repetidas ocasiones, este es un género que se vio inevitablemente reflejado en el cine, que aprovechó en el desarrollo del vídeo digital y las videocámaras caseras su Dorado particular, de manera que, en las dos últimas décadas la producción de narco-películas se ha multiplicado sin control alguno, pudiendo encontrarlas a toneladas si uno sabe buscarlas bien.
Pero,como he dicho, a todo género con el tiempo le acaban saliendo puristas. Y de la misma forma que, por ejemplo, los que escuchaban reggaeton en los 90 consideran que Bad Bunny es una mierda comparado con Don Omar, muchos fans de los narco corridos hablan ya de grupos clásicos como Los Tigres del Norte, Los Tucanes de Tijuana, Grupo Exterminador o el As de la Sierra  en contraposición a figuras más actuales como Gerardo Ortiz, Los Buchones de Culiacán o El Komander (todos ellos vinculados a un mismo cónclave de narco-músicos que se hacen llamar "El Movimiento Alterado") a las que consideran meros calcos sin gracia. Y por supuesto en el cine directo a vídeo ocurre exactamene lo mismo. 
En otras ocasiones he comentado también que la alta definición en el vídeo doméstico, ya que permite rodar cualquier cosa con una textura y una calidad que nada tiene que envidiar a muchas cosas que podemos ver en cine actualmente, puede hacer a auténticos patanes por gente competente. Gracias a dios, esto no ocurre en el cine narco, donde los directores son tan inútiles que aún teniendo como medios poco más que un par de cámaras digitales y un ordenador para el montaje y la post-producción (en el caso que nos compete hoy con el Final Cut Pro 7 instalado como bien nos informan en los créditos finales), consiguen un resultado aún peor que el que lograba la peña que, diez años atrás se salía con su camarita casera a rodar películas con la misma temática a la sierra de Sinaloa o a cualquier pueblito alejado de la mano de Dios. Por tanto, aquí si que no me extraña que haya cierto público que, al comparar las más recientes obras del cine narco mexicano con ejemplos más lejanos en el tiempo, consideren a las primeras como auténtica purria con respecto a las segundas. La realidad es mucho más sencilla: unas son horribles, pero las otras ya son inenarrables. Antes de nada, y como veo que me estoy yendo por las ramas, centremos un poco las cosas.
El de los lentes Carrera, como toda peli narco que se precie, tiene como inspiración un narco corrido, compuesto en este caso por el grupo Revolver Cannabis apenas un año antes del rodaje de la película. Nos cuenta la historia de un narco llamado Ángel cuya seña de identidad son unas vistosas gafas de sol marca Carrera que, tras liarse a tiros en una reunión de capos, secuestra a una chica que resulta ser la hija del mafioso más chungo de la región, el cual mandará a un buen puñado de asesinos y sicarios en persecución del dúo que se ve envuelto, lógicamente, en una frenética huida hacia delante.
Típica trama de peli de acción americana introducida en el mundo narco en el que la pareja protagonista aparte de no tener química alguna, está interpretada por posiblemente los peores actores que he visto en narco-película alguna (que ya es decir), hasta el punto de que uno en lugar de empatizar mínimamente con ellos desea que aparezca un comando de sicarios y les reviente la cabeza a los dos de un balazo. Bien es que el resto del casting no distan mucho de este nivel de calidad, ni los secundarios (entre los cuales encontramos al hermano del protagonista, porque, ¿que sería de estas películas si no se pudiera tirar de familiares y colegas a la hora de hacerlas?), ni siquiera el villano de la película, incapaz siquiera de sobreactuar en condiciones, que debe ser lo más fácil de conseguir para un actor. Para que el mejor intérprete de la cinta sea el ya curtido John Solis (que en atrocidades como El Papá de los Pollitos demostró lo pésimo que puede llegar a ser), muy, muy bajo tiene que ser el nivel. Vale que el género no se ha caracterizado precisamente por tener grandes profesionales trabajando, pero por ahí hay personalidades con cierto carisma (como Bernabé Meléndrez o Fernando Alma, el Charles Bronson mexicano) o incluso verdaderamente competentes, en la línea del gran y difunto Eleazar García Jr. Tener gente ya curtida por ahí desaprovechada y que los jóvenes den un recital tan nefasto augura perspectivas muy poco halagüeñas para el género en el futuro.
A las interpretaciones hay que añadirla una dirección igual de incompetente que en cualquier producción de este tipo, donde el HD no enmascara los planos y secuencias aberrantemente rodados (el propio narcocorrido en que está basado la peli tiene un videoclip mejor confeccionado) o los errores de raccord (y donde el director intenta descaradamente imitar a Guy Ritchie como si con los medios y profesionalidad que muestra pudiera ser capaz de lograr tal proeza); unos efectos especiales digitales de quinta regional que tampoco consiguen disimular el hecho de que las armas disparan aire porque no hay presupuesto siquiera para armas de fogueo (o para conseguir una pistola auténtica, que en dichos parajes no debe ser muy complicado de encontrar); y una banda  sonora conformada por melodías libres de derechos porque, de nuevo, ni hay pasta para pagar a una banda y que se toque un narcocorrido ni tienen la cara dura suficiente como para robar la música directamente.
Dirige el esperpento el propio protagonista de la cinta, Óscar López, quien como actor ha tenido un recorrido relativamente largo durante la pasada década pero que, como director, únicamente ha dirigido cuatro pelis directas a vídeo hasta la fecha: El de los lentes carrera y su secuela, El rayo de Sinaloa y La verdadera historia de Culiacán vs Mazatlán (también basada en un narcocorrido).
Nefasta, soporífera (armándome de valentía la conseguí terminar en tres cachos) y, sobre todo, carente del amateurismo del vídeo casero previo al HD y la sinvergüencería con la que intentan cubrir las carencias que muestran otros ejemplos del género. No me extraña en absoluto que los propios puristas del género (ya limitaditos de por sí en lo que a gustos cinematográficos se refiere) la consideren pura bosta.
Va directa a la basura que es donde pertenece y de donde nunca debió haber salido. 
Otra narco-película. Otra muesca en la culata. Todo esto seguro que acaba causando daños cerebrales a largo plazo...


domingo, 3 de junio de 2018

MÉXICO BÁRBARO de Isaac Ezban, Laurette Flores Bornn, Jorge Michel Grau et al.


Título: México Bárbaro
Directores: Isaac Ezban, Laurette Flores Bornn, Jorge Michel Grau, Edgar Nito, Lex Ortega, Ulises Guzmán, Gigi Saul Guerrero y Aaron Soto
Año: 2014
Guión: Isaac Ezban, Laurette Flores Bornn, Jorge Michel Grau, Edgar Nito, Lex Ortega, Alfredo Mendoza, Paulo Riqué, Gigi Saul Guerrero y Aaron Soto
Intérpretes: Dulce  Alexa (Laura), Sara Camacho (Valeria), Ramón Medina (Conejo), Anuar Zuñiga Naime (Pepe), Harold Torres (José)

Películas antológicas (osease, pelis compuestas de varios cortometrajes unidos para llegar a una duración de peli estándar, a veces con un hilo conductor que enlaza unos otros, a veces sin el) tienen su protagonismo en el género de terror al menos desde los años 80 y Creepshow,y seguramente existan precedentes a esta aunque yo los desconozca. Sin embargo, en los últimos años, una serie de pequeños éxitos han supuesto lo que se podría considerar una revitalización de este tipo de films, que en algunos casos ha salido bastante bien (V/H/S y V/H/S 2) y en otros no tanto (The ABC's of Death y V/H/S: Viral), habiendo también unos cuantos casos que no he tenido el placer de desgustar pero que han cultivado críticas de todo tipo, tanto positivas como negativas, entre críticos y público especializado (Truco o Trato y The Poughkeepsie Tapes). Era cuestión de tiempo que cinematografías ajenas a la americana.
México tiene la sana costumbre de intentar costumbre de copiar al vecino del norte siempre que puede en el tema del cine de género. Desde, por lo menos, los años 90, este ha sido un país con una producción cinematográfico colosal en lo referente al mercado del home-video, habiendo cobrado protagonismo en los últimos años las narco películas, que se producen a toneladas y se venden en cantidades ingentes. Así, en 2014, el director de cortometrajes Lex Ortega juntó a unos cuantos de sus colegas para dar luz a su propio proyecto antológico de terror, el cual tendría un leitmotiv claro: basar todos los cortometrajes incluidos en las leyendas populares y las tradiciones de su país de orígen. De entre estos compadres, algunos tenían ya experiencia en largometrajes (como puede ser Jorge Michel Grau, director de la peli de caníbales Somos lo que hay, o Isaac Ezban, que con El Incidente hizo sus pinitos en la ciencia ficción), pero la mayoría no habían pasado de ponerse tras las cámaras en algunos cortos. Con esto quiero decir que no es de extrañar de que casi todos los cortos están rodados siguiendo lo que podría considerarse una plantilla que un estudiante de cine seguiría para aprender a rodar un corto, con todos los tópicos habidos y por haber, como el meter un filtro en blanco y negro para que el resultado sea más "artístico" o introducir digitalmente un grano falso y esos efectos de celuloide añejo que tan desafortunadamente popularizaron Rodríguez y Tarantino con su Grindhouse. Todo esto unido al consabido HD de cualquier cámara de vídeo actual, que hace que todo quede lustroso y hace pasar por un profesional decente a alguien que si le quitaras todo el artificio quedaría como un manazas.
México Bárbaro sufre además del talón de Aquiles de cualquier película construida a partir de fragmentos: que algunos son mejores y otros peores, que unos funcionan bien y otros no lo hacen tanto. Los cortos de la peli incluyen historias de fantasmas, brujería pagana, una reinterpretación del Coco y de algunos otros monstruos populares de la cultura mexicana entre otras cosillas. De todos ellos, únicamente uno me ha parecido verdaderamente destacable siendo, por el contrario, los más largos de todos ellos, aparte de una muestra de ineptitud palpable, mortalmente aburridos. No obstante, a nivel de efectos prácticos y maquillaje, hay que romper una lanza a favor de los responsables porque, sinceramente, para los medios con los cuentan, son francamente memorables y están, en su mayoría, bastante bien resueltos. Adicionalmente, se podría decir también que pecan un pelín  de guarretes, metiendo tetas y mujeres en paños menores a la mínima que pueden, y de innecesariamente provocadores (vemos cosas tales como una violación al cadáver de un niño, un monstruo que viola a una chica mientras vemos explícitamente la polla de goma de este y como le entra en la boca a la víctima o una tía que tiene que beberse la sangre menstrual de  su hermana para evitar que un espíritu le absorba el alma a través del ojete), en lo que supongo que será una pura maniobra de marketing para llamar aún más la atención del fan del cine de terror medio, que en muchos casos busca desesperadamente la siguiente muestra de mal gusto y depravación que se pueda ver en una pantalla (cosa que no condeno, pero que es preferible verla cuando viene a cuento). El resultado final que obtenemos es una peli que entra bastante bien por los ojos pero que demuestra ser pura fachada y envoltorio dorado una vez traspasamos lo que vemos a primera vista. Un producto irregular y fallido que, sinceramente, no podría recomendar a ningún fan del género o de este tipo de películas que se precie.
Fuera de su país de orígen, la peli no hizo mucho ruido, pasándose con más pena que gloria por algún que otro festival. Ahora, entre el selecto público mexicano, la cinta fue un auténtico boom, esputando una secuela en 2017, una explotación bajo el nombre de Aztech, suponiendo la consagración de de  los responsables de la misma como "jóvenes promesas" (lo cual les vino muy bien para que algunos sacaran por fin adelante sus proyectos de largometraje gracias a esa moderna forma de mendicidad llamada crowdfunding) y el que incluso cierta gente comience a hablar de una "Nueva ola de cine de terror mexicano" como ya ocurriera años atrás, aunque con kilómetros de diferencia en cuanto a calidad, con sus homónimos franceses. Ver para creer.


miércoles, 4 de abril de 2018

COMO PERROS SALVAJES de Paul Schrader


Título: Como perros salvajes (Dog eat Dog)
Director: Paul Schrader
Año: 2016
Guión: Matthew Wilder
Intérpretes: Nicolas Cage (Troy), Willem Dafoe (Mad Dog), Christopher Matthew Cook (Diesel), Paul Schrader (Grecco el Griego), Omar Dorsey (Moon Man), Louis Perez (Mike Brennan)

Paul Schrader es ya de por si un personaje cuya propia peripecia vital da para un dramón que te cagas. Educado en un ambiente calvinista y reclusivo no vio su primera película en cines (Un sabio en las nubes fue, por cierto) hasta los 17 años. Ya de mayor, tras haber pasado por la escuela de cine y por una etapa como crítico especializado en varios medios de prensa, acabó metido de lleno en medio de todo el movimiento del "Nuevo Hollywood", codeándose con figuras de la talla de Coppola, Spielberg, Milius o Scorsese. Para este último firmó los que son sus más reconocidos trabajos como son los guiones de Taxi Driver y Toro Salvaje, amen de un par de colaboraciones más en La Última Tentación de Cristo y Al límite. Ya para entonces, la salida del ambiente represivo en el que creció unido al lisérgico mundo del Hollywood setentero había convertido a Schrader en un ávido consumidor de sexo indiscriminado y cocaína, lo que acabó causándole un buen puñado de problemas de depresión y tentativas suicidas que hicieron que terminara escribiendo los guiones de sus proyectos fílmicos con una pistola cargada a mano por si le daba el último bajón. Un agujero del que tardaría varios años en salir. 
Y a pesar de que su labor de guionista sea la razón por la que es considerado un genio del cine americano moderno, su trabajo tras las cámaras no se queda corto, teniendo en su haber más de una veintena de títulos como director entre los que se incluyen películas muy bien recibidas por la crítica, como Aflicción, American Gigolo, Mishima: una vida en cuatro capítulos y un film que me flipa, Desenfocado (Auto Focus), a la par que otras cintas más pequeñitas y que no gustaron tanto entre los expertos en la materia, como pueden ser Adam resucitado, The Canyons con Lindsay Lohan o la cosita que vamos a comentar hoy aquí. 
Como perros salvajes nace como un intento de redención personal de Schrader por la oportunidad perdida que supuso su colaboración previa con Nicolas Cage en Caza al terrorista. En dicha peli, la productora metió bien las zarpas, cortando y remontando sin contar para nada con la opinión  del director, lo que acabó desembocando en un producto bastante alejado de la idea original de la que partía y en Schrader renegando por completo del proyecto. Así, partiendo de un presupuesto mucho más ajustado de lo habitual, y contando con un equipo bastante más amateur de lo acostumbrado (formado en gran parte por estudiantes de escuela de cine recién graduados), Schrader se lanza a reclutar de nuevo a Cage para rodar, en esta ocasión, lo que le da la puta gana sin impedimento alguno. Nicolas aceptó el participar en la peli siempre y cuando no recayera sobre él el papel de chalado pasado de rosca que se exigía para uno de los personajes principales (algo que a lo mejor sueles poner en tus cláusulas cuando te has convertido en un meme de internet y medio mundo se mofa de ti por tus interpretaciones más sobreactuadas). Ante la necesidad de recurrir a otro actor que se encargara de dicho papel, la bombilla se le encendió a Schrader. Si necesitas un actor feo como una gárgola y excéntrico como el sólo, ¿Quién mejor que Willem Dafoe? El buen hombre, a pesar de haber colaborado en el pasado con el director, se negó en un primer momento a aceptar el papel, y fue sólo ante la cesión del propio Nicolas Cage de 100.000 dólares de su propio sueldo (con el fin de asegurar la paridad de salarios entre ambas estrellas) que Dafoe firmó el contrato. Los mismos ajustes presupuestarios que pusieron en peligro la intervención de este último en la peli fueron los que hicieron que, tras la negativa por parte de figuras como Michael Douglas, Quentin Tarantino, Martin Scorsese, Nick Nolte, Christopher Walken o Jeff Goldblum, el propio Schrader se encargara de interpretar él mismo uno de los papeles secudarios, el del mafioso Grecco el Griego, poniéndose delante de las cámaras por primera vez en su carrera a los 70 años de edad. Con todo esto y un puñado de actores más ignotos que otra cosa, se filmó y lanzó el proyecto.
Y lo que tenemos es una pura y absoluta excentricidad en la que filtros de colores, efectos digitales en los que falsos marcos de televisión se integran en la imagen, en la que la gloriosa sobreactuación de los dos protagonistas es una constante  y en la que presenciamos desde el asesinato de una gorda hasta una pelea de chorretones de ketchup y mostaza pasando por una imitación de Humphrey Bogart perpetrada por el señor Cage que bien podría ser una ensoñación del personaje o no. 
Es una peli de esas que no son interesantes, que pueden llegar incluso a aburrir (seguro que lo consigue en la mayoría de los casos), pero que resulta increíble por el hecho de que sea una ida de olla descomunal de un profesional tan histórico en Hollywood. En los USA la peli fue directamente al mercado doméstico, pero en el mercado internacional (donde la figura de Cage es capaz todavía de llevar a gente al cine) contó con un estreno limitado en algunos países europeos donde consiguió recaudar algo más de 69.000 dólares. Aquí en España congregó a poco más de 2700 espectadores en salas...o dicho de otra forma, no interesó absolutamente a nadie.
El propio Paul Schrader afirmaba en una entrevista: "He tenido la fortuna de haber estado involucrado, a lo largo de mi carrera, en films muy presitigiosos e importantes. Dog Eat Dog no es uno de ellos". Se aprecia la sinceridad de este señor al proclamar que no está buscando la trascendencia, pero si esto es lo que entiende por un proyecto personal de redención, apaga y vamonos.
El buen señor actualmente prepara First Reformed, un thriller con ecologismo de por medio protagonizado por Ethan Hawke y Amanda Seyfried que tiene toda la pinta de ser un encargo de algún estudio. Y quizá sea uno de esos autores a los que las grandes productoras deban de ponerle freno para evitar idas de pinza como esta y algunas de sus últimas obras. Es decisión del espectador el valorar a Schrader por sus desvaríos de anciano actuales, por las cojonudas pelis que dirigió en el pasado o por las obras magnas que guionizó para algunos de los grandes directores del siglo pasado. Para mi la cosa está bien clara.


jueves, 1 de marzo de 2018

LOS CINCO VENENOS de Chang Cheh



Título: Los Cinco Venenos (Wu Du)
Director: Chang Cheh
Guión: Ni Kuang y Chang Cheh
Año: 1978
Intérpretes: Chiang Sheng (Yang Tieh), Sun Chien (Jefe Ma), Kuo Chui (He Yu/ Dragón), Lo Mang (Li Hao/Sapo), Wei Pei (Hong Wentong/ Serpiente), Lu Feng (Tan Shan-kui/ Ciempiés)

Por lo general el cine más serio de artes marciales, y dentro de este los considerados por el fandom como clásicos, me entra bastante peor que las comedias del género al estilo de las pelis de Jackie Chan o Sammo Hung. Pero de vez en cuando me encuentro con alguna que me cae en gracia y me acaba fascinando más que las de cachondeo. Me pasó con la saga de Ip Man con Donnie Yen (clásico moderno del cine de artes marciales donde los haya), me pasó con Las 36 cámaras de Shaolin y me ha pasado con Los Cinco Venenos.
Si hubiera que escoger cinco películas de kung-fu verdaderamente influyentes a nivel cultural, Los Cinco Venenos entraría dentro del lote casi seguro por ser fuente de inspiración para mil y un productos posteriores, desde episodios de los Power Rangers hasta el Kill Bill de Tarantino, pasando incluso por el mundo musical, tal y como lo demuestran los trabajos de los raperos Wu Tang Clan (que incluso llegaron a samplear la banda sonora y algunas líneas de diálogo de la película en su primer álbum, Enter The Wutang-36th Chamber). Y no es para menos, porque aún siendo una película hongkonesa, la película desarrolla un guión tan perfectamente asimilable por el mundo occidental que se podría sustituir a los cinco luchadores protagonistas por cinco pistoleros legendarios, ambientando la película en los tiempos de la fiebre del oro en California, y tendríamos un western al uso cojonudo.

La trama gira en torno, como no, a los Cinco Venenos, un grupo de cinco luchadores de kung-fu entrenados en el dominio de técnicas increíblemente mortales y apodados cada uno de ellos con el nombre de un animal característico(El Sapo, El Dragón, La Serpiente, El Ciempiés y El Escorpión). Cuando el mentor de estos guerreros se encuentra cerca de la muerte, encarga a su último discípulo dos tareas: encontrar a los miembros del clan que han mancillado el nombre del mismo y derrotarlos, y hallar también un tesoro ancestral escondido por uno de sus fundadores y donarlo a beneficencia. Los problemas comenzarán desde el primer momento, pues los Cinco Venenos también persiguen el tesoro y su identidad permanece oculta, pues ni los propios integrantes del grupo conocen las identidades reales de sus compañeros.

Muchísima información que no es transmitida de golpe y sin vaselina en un prólogo en el que cada uno de estos luchadores magistrales realiza una exhibición de las distintas técnicas de lucha que domina cada uno para, seguidamente, saltar directamente al escenario rural donde se desarrollará el resto de la acción. Y sin embargo, la peli lleva a cabo una labor excepcional al dejarnos claro desde el principio donde se sitúan cada uno de los personajes, quienes son en realidad (dejando una de las identidades secretas, la del Escorpión, como misterio para ser desarrollado a lo largo de la trama), cuáles de ellos son los buenos y cuáles los malos, de manera que durante el resto de la peli sólo tenemos que sentarnos a disfrutar de una trama que combina el cine de artes marciales más puro (con unas coreografías para mi gusto no demasiado espectaculares que no hacen sino dar más peso y espacio al resto de matices argumentales de la peli), el thriller de misterio y, sorprendentemente, el drama judicial, sin tener que devanarnos los sesos en ningún momento. Y si, he dicho drama judicial. Porque el epicentro de la película lo ocupa el proceso al que se ve sometido uno de los personajes y en el que entran en juego las famosas torturas chinas, en momentos que, porque los medios y los efectismos son los que son, pero que si estuvieran hechos con pasta y medios actuales serían unas burradas de categoría (hablamos de escenas en las que le queman la espalda entera a un tío con un hierro candente o en las que a otro señor le meten un gancho por la garganta y le rajan el cuello desde dentro). Y, con todo, la peli es súper entretenida y, como no se centra demasiado en los combates ni se encuentra demasiado arraigada a la cultura y mitología china, es seguramente una de las pelis de artes marciales que mayor potencial tiene de entrar bien al público general, incluso a aquel que no comulgue demasiado con el género.

La cinta está protagonizada por un grupo de cinco actores que habían estudiado juntos en la Ópera de Peking y para los cuales esta resultó ser el trampolín a la fama, de manera que a posteriori serían conocidos entre el fandom como The Venom Mob (“La banda Veneno”) y protagonizarían una serie de películas conjuntamente, haciendo cada uno de los miembros del grupo, además, carrera en solitario de manera más o menos exitosa. Destacan por curiosas la filmografía de Lo Mang, el más prolífico de todos ellos y el que aún mantiene una carrera relativamente activa (habiendo participado recientemente en Ip Man 2, Ip Man 3 y The Grandmaster de Wong Kar-Wai) y la de Chien Sun, actor que, si bien no tiene una filmografía tan abundante, vio abultado su currículum durante los años 80 al aparecer sin acreditar en diversas películas de la Filmark dirigidas por Godfrey Ho (que, como todo aquel que indague mínimamente en el género descubrirá, montaba muchas veces sus películas insertando metraje de diversas pelis de kung-fu ignotas, casándolas como buenamente podía con todo el morro), como pueden ser El guerrero ninja americano, El diablo de la dinamita o Contraespionaje en la selva (conocida también como Devil’s Dynamite: El diablo de la dinamita a pesar de que se trate de una película completamente distinta a la antes mencionada). Dirige la cinta Chang Cheh, uno de los más consagrados y prolíficos directores de la Shaw Brothers y responsable de algunos de los más respetados films de kung-fu de la compañía, como pueden ser Shaolin Invencible, El espadachín manco, El retorno del espadachín manco, La Furia del tigre amarillo o El luchador de Shantung.

El éxito entre el fandom de Los Cinco Venenos procuró que en años posteriores a su estrenó apareciera alguna que otra película en el mercado americano que se vendió como secuela de la original. Así tenemos, por ejemplo, Crippled Avengers en 1978, que sería conocida también como Return of the Deadly Five Venoms (y que, por cierto, tiene muy buena pinta, ya que trata de un grupo de luchadores, cada uno de ellos con una discapacidad distinta, que deben combinar sus minusvalías para lucha contra el mal); Attack of the Joyful Goddess en 1983, también conocida como Five Venoms Attack o, ya en 1988, Vampire Kid II, que al menos en el mercado del DVD se ha llegado a vender con el título de 5 Venoms vs. Wu Tang (me atrevo a intuir que aprovechando el tirón de los Wu Tang Clan para intentar engañar al posible espectador). En España, como tantas otras pelis de la Shaw Brothers, no llegaría a estrenarse hasta el boom del DVD en la década pasada (según los rumores que circulan por la red, debido a que las distribuidoras compraban, por el mismo precio que les costaba una única peli de la Shaw Brothers, un puñado de pelis de la IFD o la Filmark, a las cuales les sacaban la misma o mayor rentabilidad de las de la prestigiosa compañía hongkonesa) , siendo editada por Manga Films en la que es la única edición patria que se puede encontrar actualmente si uno se molesta en buscarla.

Y poco más se puede decir de Los Cinco Venenos. Como he comentado, una película muy entretenida, que puede entrar muy bien incluso a profanos en el género y que, ya después de vista, constituye un visionado básico para todo aquel espectador que se quiera cultivar mínimamente en el cine de artes marciales. Muy recomendable.



lunes, 5 de febrero de 2018

ESPECIAL FIN DE AÑO: Mis 5 películas favoritas de 2017


Ya se acaba 2017. El año en que se iba a acabar el mundo por culpa de la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses. El año en que definitivamente iba a estallar la tercera guerra mundial por culpa de Corea del Norte. El año en el que España ha sido "destruida" por culpa del independentismo catalán. En fin, un año en el que, visto lo visto, no hay nada nuevo y esperanzador por el horizonte. Pero aquí eso nos da igual. Porque hoy regreso aquí para hablar de lo que nos ha dejado el cine este año.

El año pasado intenté hacer un artículo parecido pero mis circunstancias profesionales y el hecho de que hubiera tenido que publicarse con meses de retraso hizo que lo mandara a tomar por culo cuando lo tenía casi terminado. Pero este año todo ha cuadrado bien y estoy listo y dispuesto para ponerme manos a la obra.

Este ha sido un año extrañamente mediocre o, como dirían otros, "uno de los flojitos". Venimos de dos años seguidos en los que había quedado realmente satisfecho de mis visitas al cine, afirmando incluso que habíamos asistido al nacimiento de clásicos modernos como, por ejemplo, el Whiplash de Damien Chazelle. Dos años muy prolíficos en lo que a cine bueno de pelotas se refiere. Sin embargo, este 2017 ha sido un año en el que hemos tenido un montón de productos que no han sido ni malos ni buenos, sino vulgarmente entretenidos, estándares, prácticamente nada de lo que he visto ha sobresalido por encima de la media (de hecho, esto llega a tal punto que los dos últimos puestos del ranking que veréis a continuación podrían ser perfectamente intercambiables por otras pelis iguales en calidad que he podido ver este año). Esto tiene una razón de ser: prácticamente todas las visitas que he hecho al cine han sido para visionar pelis de superhéroes, reboots, adaptaciones de novelas o secuelas tardías (por cierto, un año de adaptaciones temidas particularmente por mi y que, sin embargo, me han resultado casi todas bastante satisfactorias). Lo "freak" es la moda ahora, lo que da dinero y manda en la industria. Y estos productos nos pueden gustar más o menos, pero nadie podrá negar que, la inmensa mayoría, es un producto estándar y mediocre (una peli "de 6" de las de toda la vida) hecho para contentar a todo tipo de público posible. Y eso mola. Mola ir al cine sabiendo de antemano lo que vas a ver y salir completamente satisfecho tras el visionado. Pero es verdad que a la hora de ponerse a escribir un post como este cuesta decidir cuales entre todos esos productos sobresalen por encima de los demás, más aún cuando eres una persona como yo que ni ha tenido el tiempo ni los recursos necesarios para tragarse todo lo que se ha estrenado este año. Y es que a lo mejor me he quedado algo corto al respecto.

En cualquier caso, este artículo consta de varias secciones. Obviamente, contiene un ranking con las cinco mejores películas que he tenido el placer de ver este 2017. Este ranking tiene unas reglas que yo me autoimpongo porque para eso soy el dueño de este blog. Únicamente son candidatas de entrar en la lista las películas que se hayan estrenado, tanto en España como en USA, en cines. Por tanto, no encontraréis aquí pelis estrenadas directamente en el mercado doméstico o producidas por plataformas digitales tipo Netflix. Aunque sólo cinco de estas pelis llegaran a la gloria, dejaré en la antesala una serie de menciones honorables, dignas de ser reivindicadas por una u otra razón. Igualmente incluiré también una breve reseña de la película que más me ha sorprendido (puede ser para bien o para mal) este 2017 y otra de la que considero la mayor puta mierda estrenada este año (y que conste que al igual que ha sido complicado elegir las mejores entre tanta mediocridad, también ha sido chungo elegir una en particular como especialmente nefasta). Cerrará el post una serie de reseñitas rápidas que enumeraran en pocas líneas mi opinión de todas esas otras pelis que se han quedado en el tintero.

Por supuesto, ni que decir tiene que esta es mi opinión personal e intransferible. Cada persona es un mundo, pero este es mi blog y me lo follo como quiero. Esto es lo que he visto este 2017 y esto es lo que pienso de todo ello. 
Y así, sin más dilación empecemos con las...

MENCIONES HONORABLES: SAW 8 de Michael y Peter Spierig


Como saben aquellos que me conocen, soy un particular defensor de la saga Saw. La considero la sucesora conceptual de las grandes sagas slasher nacidas en los 80 (Viernes 13, Pesadilla en Elm Street y demás) y, a diferencia de estas, es la única cuya evolución he podido contemplar desde sus orígenes y a la cual me aficioné en un momento concreto de mi vida en el que despierta mi gusto por el cine de terror (todo esto quedará mucho más claro cuando termine el mega artículo retrospectivo sobre la saga Saw que estoy preparando). El que Saw 8 esté reseñada como una mención honorable aquí no sólo se debe a que sea un fan de esta serie de pelis, sino sobre todo a que ha sido la primera vez que he podido tragarme una de estas pelis en pantalla grande, cosa que nunca había podido hacer, bien porque era demasiado pequeño en su momento como para verlas en cine, bien porque nunca llegaron a estrenarse en mi pueblo. Y ha sido una experiencia muy satisfactoria. Saw 8 es una peli que cumple con todas las reglas de la saga, tiene sus momentos de gore salvaje (aunque bien es verdad que muchas de las muertes de esta entrega se antojan variaciones respecto a algunas vistas en otras entregas de la saga), un montón de guiños a los fans y planta la semilla para que tengamos mucho más Saw en el futuro (porque una cosa es segura, y es que estas pelis son rentables al cien por cien para los que las hacen). Incluso, gracias al vídeo digital y el HD, podemos decir que esta es la peli de la saga que mejor factura tiene, cosa que logra apartándose de algunos de los tópicos de la saga como son el montaje frenético de las escenas de muertes, basado en planos cortísimos y "flashazos" y el que sea la primera peli de la saga que transcurre durante casi todo su metraje a la luz del día o en entornos muy luminosos a la par que sórdidos, alejados completamente de esa escenografía de baños sucios, naves industriales abandonadas y halógenos verdes. 
Muchos fans la detestan y ni siquiera yo la considero como una de las mejores entregas de la saga, pero para mí, como fan de esta, ha sido una experiencia muy satisfactoria y una de las mejores experiencias que he vivido este año en cines. Suficiente para aparecer aquí.

MENCIONES HONORABLES: THOR: RAGNAROK de Taika Waititi


La saga Thor ha sido hasta este año la considerada, por lo general, como la más floja dentro del Universo Cinematográfico Marvel. Personalmente, considero que la primera Thor es una película bastante digna, en tanto que su secuela Thor: El Mundo Oscuro es una de las cintas de superhéroes modernas más flojas, una comedieta sin gracia que me llegó a producir vergüenza ajena cuando la vi en el cine en su momento. Esta tercera parte, sin embargo, se folla vilmente a ambas.
Bien es verdad que los lectores del cómic hemos considerado siempre que Thor es un personaje que ha sido siempre muy seriote y que habría merecido una cinta épica con vikingos, trolls y demás criaturas de la mitología nórdica (de hecho, me puse adrenalínico perdido cuando la peli coge ese tono durante la batalla final… ojalá hubiera mantenido por más tiempo). Y bien es verdad también que esta es posiblemente la peli Marvel que más acusa del “síndrome Guardianes de la Galaxia” en tanto a como intentan convertir tanto a Thor como a Hulk en metralletas de chistes (algunos de los cuales funcionan bien y otros que no lo hacen tanto).  Pero es innegable que de las tres es la que mejor funciona, la más vistosa estéticamente y la más divertida. Chris Hemsworth tiene ya cogido el punto al personaje, no hablemos ya del Loki Tom Hiddleston que sigue imbatible en su rol de devora-escenas o del Hulk de Mark Ruffalo, que a ver si le dan una peli en solitario de una puta vez. De las nuevas incorporaciones al reparto destaco a un Jeff Goldblum histriónico y, cómo no, a la auténtica reina de la función de la peli: Cate Blanchett encarnando a la diosa de la muerte Hela.
Dicho esto, a los fans de los tebeos les digo que no se quejen tanto, más aún cuando están siendo tan fieles a la estética original de los tebeos, hasta el punto de que hay escenas calcadas de viñetas del Thor de Walter Simonson. Y también que hagan algo de memoria, que parece que se les olvida que los tebeos siempre han tenido dosis de humor cuando este venía a cuento, que no tienen por qué quitarlo del todo en las pelis, que con racionarlo basta.
De todos modos, visto como han ido avasallando los proyectos PG-R de la franquicia cinematográfica mutante y las series Marvel de Netflix, así como los adelantos que hemos podido ver de la tercera parte de  Los Vengadores, yo pronostico que de aquí a unos años, la Marvel va a volver a dar un giro hacia rincones más oscuros y que posiblemente tengamos por delante una serie de productos más seriotes que los que hemos tenido estos últimos años.
A mí con que mantengan el estándar mínimo de calidad al que nos han acostumbrado estos años me tendrán contento. Y Thor: Ragnarok, en calidad de redentora de esta saga, merece perfectamente una mención de honor en esta lista.

5- KONG: LA ISLA CALAVERA de Jordan Vogt-Roberts


Todos tenemos nuestros placeres culpables, nuestras obsesiones personales. A mí por ejemplo me encantan las pelis con monstruo. Me fascinan sus diseños y como cada vez la gente que quiere hacer una peli de estas características se tiene que romper más la cabeza en un intento de ser original. Me encanta ver a gente huyendo despavorida ante la perspectiva de ser devorada. Y si encima se continúa una franquicia clásica pues mejor que mejor.
No tengo apenas recuerdos de la King Kong original, y lo poco que me viene a la mente del remake setentero de John Guillermin no me genera ningún tipo de malestar (o sea que tan mal no tenía que ser). Pero sí que tengo muy fresca la versión de Peter Jackson (de la que soy un gran defensor) y puedo afirmar sin tapujos que las incursiones japonesas en el universo del monstruo con King Kong vs. Godzilla y, sobre todo, King Kong se escapa, me hacen cierta gracia.
Si juntamos todo esta mezcolanza de sensaciones y le añadimos el que este hecha con los impecables efectos especiales modernos y con la pasta y el ingenio suficiente como para asegurar un futuro universo compartido con Godzilla y otras criaturas gigantescas de la Toho (de hecho, este ha sido el único intento de crear un universo propio este año que ha salido realmente airoso), puedo decir que, al menos a día de hoy, Kong: La isla calavera es mi película favorita de todas las protagonizadas por el simio gigante.
Esta es una película de desmesura, en la que sudamos de la historia de amor clásica asociada al mono y de explorar las relaciones entre los personajes humanos más allá de lo necesario para ir a lo que verdaderamente, ver a monstruos reventando cosas. Porque sí, aparte del simio gigante (que a pesar de estar hecho de cojones de bien, conserva parte de esa estética de señor disfrazado tan propia de los kaiju eiga) tenemos también unos lagartos monstruosos, arañas colosales y asquerosas e incluso un pulpo descomunal que llega a entrar en combate con Kong. Todo ello rodado con una estética que intenta imitar las cintas bélicas encuadradas en la guerra de Vietnam (con referencias muy poco sútiles, por no decir obvias, a cosas como Apocalypse Now) y un reparto de campanillas de esos en los que no destacan las interpretaciones pero que es igualmente simpático (que incluye a Tom Hiddleston, Samuel L. Jackson, Brie Larson, John Goodman o John C. Reilly junto a secundarios eternos como Shea Whigham, Toby Kebbell o Richard Jenkins, que sale un momentito).
Cinta espectacular de estudio, con acción a raudales, desmesurada en su concepción y con monstruos gigantes a tutiplén. Tenía que entrar por huevos en el ranking.
Eso sí, me cago por ver los proyectos futuros que tiene por ofrecernos este universo de “Kaijus americanos” que nos tiene preparado la Warner.


4- LOGAN de James Mangold


Como fan a muerte de los tebeos de superhéroes es inevitable que una peli de este género caiga en la lista. Este año con diferencia, la peli que más ha merecido la nominación ha sido la última película de la saga cinematográfica de Lobezno y última ocasión, además, en la que Hugh Jackman se enfundará las garras de adamantium. Tomando como inspiración, muy de aquella manera, el tebeo de El Viejo Logan de Mark Millar y Steve McNiven, la película nos narra básicamente una road-movie en la que Lobezno, acompañado de Charles Xavier y una misteriosa niña, trata de sobrevivir a los peligros de un futuro universo en el que los mutantes se han ido a la mierda, lidiando con los problemas que acarrea su avanzada edad y tratando de llegar a un supuesto santuario mutante en Canadá en el proceso.
Muchos críticos y fans hablan de esta peli como un western crepuscular en el universo X-Men. No es para menos, y de hecho las referencias al respecto son muy poco sutiles, osea que Mangold y compañía no engañan a nadie. Al margen de esto, la peli tiene una carga muy importante de drama y, por supuesto, de acción, para la cual la calificación R le ha sentado de puta madre (por fin hemos podido ver a Lobezno rajando, amputando extremidades y atravesando cabezas como Dios manda). Y sin embargo, una de las cosas que más me gustaron fueron los pequeños detalles sobre el universo en el que se desarrolla la película que la película suelta sin profundizar demasiado en ellos y que, no sólo nos dejan ver todas las calamidades que han soportado los X-Men en ese futuro pseudo-apocalíptico, sino como los humanos tampoco es que se encuentren en una situación mucho más boyante.
Hugh Jackman, tras 17 años encarnando al personaje, lo ha hecho tan suyo que ya, al menos en el mundo cinematográfico, va a ser muy difícil separar al personaje del actor. Lo mismo se puede decir de Patrick Stewart y su Xavier. Ni que decir tiene que ambos se alzan en sus interpretaciones. Pero quien verdaderamente destaca por encima de ambos es la niña Dafne Keen, que debuta en esta película y que con su interpretación se convierte en un caso más de joven talento prometedor de los que tanto abundan en estos últimos años.
Sin olvidar tampoco la dirección con un estilo más clásico de James Mangold en la que las escenas de acción, herederas tanto de la fórmula Marvel como del estilo que ha popularizado John Wick, quedan resueltas de puta madre, Logan es la película que la saga de Lobezno necesitaba para marcharse con dignidad (al igual que, como ya he comentado, Thor: Ragnarok lo hace con la saga del Dios del Trueno), la mejor peli de superhéroes de 2017 y, por tanto, una de las mejores que nos ha dado la cinematografía este año.


3- THE DISASTER ARTIST de James Franco


La última peli que vi en un cine el pasado año resultó ser una de mis favoritas. Bien es verdad que iba algo predispuesto a que gustara por la temática que trata, tampoco las tenía del todo conmigo por el hecho de que el fandom post-moderno que ahora se ha aficcionado al visionado de “películas malas” está intoxicando la concepción que se tenía de este tipo de productos y de cómo afrontar su visionado… y The Disaster Artist podría haber corrido el riesgo de caer en esta tendencia. Y sin embargo, lo brillante de la visión de James Franco sobre la enigmática figura de Tommy Wiseau y el rodaje de The Room es el cómo este ha conseguido encontrar el equilibrio. Esta es una peli  perfectamente válida para cualquier tipo de público, sea conocedor o no de la historia original que relata y, de hecho, he podido comprobar cómo el film funciona de manera muy distinta para el público que desconoce el fenómeno The Room, para aquellos que lo descubrimos en su momento (cuando aún no había ganado la popularidad de la que goza hoy día) y para los que se han subido al carro del postureo y la moda en estos últimos años. Aun así, la película, como lo fue el Ed Wood de Tim Burton (su predecesora e inspiradora en todos los sentidos), no deja de ser una fábula que dulcifica detalles de los sucesos que rodearon al rodaje de The Room y a la cabrona y megalomaníaca persona de Tommy Wiseau de cara a contentar al mayor espectro de público posible. Dicen por ahí en la red que el documental Room Full of Spoons de Rick Harper (secuestrado judicialmente hasta hace poco a raíz de una denuncia por difamación puesta por el propio Wiseau) es mucho más fiable a los hechos reales que The Disaster Artist, argumento que algunos usan para desacreditar la película de Franco. Aunque esto sea así (yo, como prácticamente todo el público potencial del documental, no he tenido la oportunidad de verlo), reitero que esta distorsión no hace sino beneficiar a la película de cara a que esta guste a la gente y ni de coña es un motivo de peso que niegue la calidad que tiene de por sí la peli de Franco.
Ahora, dejando de lado impresiones personales, rabietas y pataletas contra el fandom, tenemos una papelón de James Franco galardonado con un merecidísimo Globo de Oro (y emponzoñado por los problemillas que le surgieron al actor tras la entrega del premio) acompañado de un casting en el que toda la colegada que le acompaña, desde el co-protagonista Dave Franco hasta Seth Rogen, pasando por Allison Brie, están más que bien. Si adornamos esto con los cameos de todo tipo de celebridades, desde Sharon Stone y Bryan Cranston hasta Zac Efron y los mismísimos Tommy Wiseau y Greg Sestero, podemos decir que a nivel actoral es una auténtica delicia. Ni que decir tiene que no verla en versión original con subtítulos es un completoo y absoluto crimen, dado que gran parte de la comedia de James Franco radica en su genial imitación de un personaje tan grimoso como Wiseau.
La gran pega que le veo a la peli es que, a no ser que logre una trascendencia mayor que la que tiene actualmente, me temo que no va a permanecer en el futuro más allá de ser la rémora, el lastre que acompañe a ese hito del cine de mierda que es The Room, cuando la cinta tiene las suficientes virtudes y valores como para destacar de manera independiente a esta. Esperemos que esto nunca ocurra.


2- BRAWL IN CELL BLOCK 99 de S. Craig Zahler


Una de mis pelis favoritas de 2016 fue Bone Tomahawk. Aquel híbrido entre western y película de caníbales rodado con un tempo lento y una preciosista dirección por el debutante S. Craig Zahler me ganó en su primer visionado y me terminó de fascinar cuando la revisioné adecuadamente y con tranquilidad en Blu-Ray. La duda estaba en si, como tantos otros directores que comienzan su carrera petándolo, iba a ser capaz de mantener el nivel conseguido con su primer trabajo. Vista su segunda película, uno no puede sino rendirse a la evidencia de que Brawl in Cell block 99 consagra a Zahler como una de las grandes jóvenes promesas actuales, a la altura de otros talentos como Damien Chazelle y Ryan Coogler, que ya han sumado películas a sus filmografía que ya se pueden considerar clásicos modernos.
La peli nos narra la historia de un hombre de turbio pasado que, por una serie de infortunios, acaba en prisión siendo sometido a un chantaje de los más chungos: debe buscarse la forma de ser trasladado a una prisión de máxima seguridad y cargarse a un preso concreto encerrado en dicho lugar o, de lo contrario, los sicarios de un narco hijo de puta con el que prota se había involucrado previamente, se cargarán al feto no nato de su mujer embarazada.
La cinta aplica todos los elementos que resultaron tan efectivos en Bone Tomahawk uno detrás del otro. Tempo lento, reminiscencias a subgéneros setenteros (en este caso, el drama carcelario), violencia burrísima y exploitation (ya no es que parezca sacada de una película italiana, es que parece directamente la versión seria de Historia de Ricky), actores metidísimos en el papel ofreciendo un recital de interpretación (Vince Vaughn, que tenía el sambenito de ser un caricato colgado a pesar de haber demostrado sus capacidades como actor serio en cosas como la segunda temporada de True Detective, hace un papelón tal que, si hubiera justicia en este mundo, habría estado nominado al Oscar a mejor actor), caras conocidas entre los secundarios (los siempre solventes Don Johnson y Udo Kier), todo ello redondeado con una dirección reposada y sin estridencias que te deja la película envuelta con un lacito lista y dispuesta para que le quites el envoltorio y disfrutes del regalo que es.
Cuando la estaba viendo me recordaba muchísimo a otra gran película de otro director (ya no tan joven) que me encanta, Bronson de Nicolas Winding Refn. Es curioso, ambos son directores que cogen el cine de género y le meten elementos del arte y ensayo, pero mientras Winding Refn tira más por el elemento artie y por hacer algo trascendente, S. Craig Zahler no deja en ningún momento de abandonar las raíces de las que parte, asentadas en la serie B y el cine más exploit. Es una mezcla explosiva de la que poco se puede decir que le haga justicia. Hay que verla, hay que experimentarla. Brawl in Cell Block 99, un pedazo de peliculón.
Ni que decir tiene, que me cago por ver la peli que está preparando para este 2018 con Vince Vaugh repitiendo papel de prota y acompañado de Mel Gibson. Dragged Across Concrete (“Arrastrado a través del asfalto”…joder, es que ya sólo el título es una genialidad) va a ser cine policial del que no espero otra cosa que un Harry el Sucio aún más pasado de rosca y con todos los elementos de la casa. Mucho se tienen que torcer las cosas para que no esté en la lista de pelis favoritas el próximo año.


1-     LA LA LAND (LA CIUDAD DE LAS ESTRELLAS) de Damien Chazelle


Y si no es ninguna sorpresa el que uno de los directores que más me ha llamado la atención en los últimos años esté en la lista, tampoco lo es el que la segunda película de Damien Chazelle, autor de una de las pelis que me dejó flipando como pocas películas lo hacen últimamente, Whiplash, se haya encumbrado hasta el primer puesto. Si bien es muy posible que no esté tan distanciada en lo que a calidad se refiere de Brawl in Cell Block 99, hay una muy buena razón por la que haya colocado donde está: a diferencia de la anterior, esta película ya se puede decir que forma parte de la cultura popular.
Chazelle ya mostró en su debut que aparte de ser un flipado del jazz sabe mover la cámara de cojones, y en este, su tributo a los musicales clásicos de Hollywood, dobla la apuesta con secuencias tan cojonudas como el plano secuencia inicial en la autopista, la escena de verano o el semi-onírico baile en el Planetario.
Protagonizando esta historia de amor entre una aspirante a actriz y un joven pianista de jazz en busca de sus sueños tenemos a una Emma Stone deslumbrante (galardonada el año pasado con su correspondiente Óscar a mejor actriz) y a un Ryan Gosling sorprendentemente expresivo y desenvuelto en los momentos musicales (yo soy de los que opinan que este señor es un actor con un registro muy limitado que ha sido encumbrado por una serie de películas que han trascendido en las que su interpretación se reduce a ser un carapalo).
Se ha dicho de todo a estas alturas de la vida de La La Land y podría, al igual que tantos otros antes, extenderme mencionando las referencias a los musicales Hollywoodienses añejos o a comentando la colorida estética de la peli, entre otras virtudes que tiene la peli, que son unas cuantas. Por mi parte, voy a limitarme a comentar un par de aspectos que me han flipado muchísimo.
El primero, obviamente, es la banda sonora de Justin Hurwitz (obra maestra inmediata), también premiada por la Academia el año pasado. Una música en la que todos los temas incidentales, instrumentales, swingueros y jazzísticos me fascinan mucho más que los números musicales que tanto han trascendido (de hecho, personalmente, City of Stars me parece el peor tema de la peli y el peor interpretado, dicho sea de paso, ya que el señor Gosling podrá hacer muchas cosas, pero cantar en este registro igual no es lo suyo). Eso sí, Another day of sun y Someone in the crowd son dos pepinos de un calibre descomunal.
El segundo es el demoledor final de la peli, que al igual que lo hizo el de Whiplash invita al debate y a que cada uno saque su propia interpretación. Para mí, el mensaje está claro: tú te puedes montar la película que quieras hacer de tu vida, un sueño en el que tengas el trabajo de tus sueños y el amor de tu vida a la vez, pero la vida no es así, la vida es brutalmente dura y realista y lo más probable es que si quieres ver cumplida algunas de tus expectativas sin ser arrastrado por el barro, tengas que renunciar a algunos de esas situaciones idealizadas con las que sueñas. Un discurso muy en la línea de Whiplash.
Lo dicho, una peli que, a diferencia de todas las otras de la lista, pongo la mano en el fuego que va a trascender de cara al futuro como una de las películas favoritas de los jóvenes de esta generación que todos rememoraran en el futuro como una de esos films que les hicieron amar el cine.
Sólo por eso merece el puesto en el que la he colocado. Hay que ser consecuente con el criterio que uno se autoimpone.


LA SORPRESA DEL AÑO: LA LIGA DE LA JUSTICIA de Zack Snyder


Antes de nada, dejar una cosa clara. La Liga de la Justicia es una peli de superhéroes mediocre como tantas otras. Si la califico como la sorpresa del año es porque fui al cine en su momento con las expectativas por los suelos porque la cosa pintaba muy, pero que muy mal. Y sin embargo, me encontré con una peli entretenida que no ofrece nada nuevo pero que no es ni de lejos la puta mierda que muchos opinan que es.
Yo creo que aquí entran muchas cosas en juego, mayormente las actitudes reprobables de muchos de los fans del cine de superhéroes, aquellos que pueden condenar una peli de estas antes incluso de su estreno. Si a esto le añadimos el odio particular que muchos espectadores tienen hacia el estilo recargado de Zack Snyder, es comprensible hasta cierto punto el entender las bajas calificaciones de esta peli. Calificaciones basadas en criterios erróneos, pero que a la larga acaban instauradas al fin y al cabo.
Personalmente, las virtudes de La Liga de la Justicia se reducen a tres puntos clave. Primero, el encomiable esfuerzo por intentar implantar a toda costa a la Trinidad de DC (Batman, Superman y Wonder Woman) como iconos del cine de superhéroes moderno en el que Marvel avasalla sin piedad (de hecho, todas las secuencias con Superman son brutales, lo mejor del film con diferencia). Segundo, el intento de situar a cada uno de los nuevos personajes (Aquaman, Flash, Cyborg, etc) en un contexto adecuado y darles una personalidad diferenciable de cara a que el espectador sepa que esperar de las próximas películas de la franquicia que estos van a protagonizar por separado. Tercero, y el más importante, el retorno a un tono más positivista y alejado de ese aire depresivo y tristón que adquirieron las pelis de DC a partir del Batman Begins de Christopher Nolan, tono que bebe tanto de la fórmula Marvel como, y esto es algo que no he visto comentar a casi nadie, de los clásicos añejos de DC como son el Superman de Richard Donner y el Batman de Tim Burton.
Con todo esto, y a pesar de que, como ya he dicho, se trata de una peli mediocre (a la que, ojo, merece la pena echarle un vistazo por lo menos), uno no puede sino rendirse a la evidencia de que Warner y DC han superado el bache que suponía esta película de cara a salir del pozo al que iban encaminados. Esta, y sobre todo, Wonder Woman nos están demostrando que esta es una franquicia que tiene muchas posibilidades de mejorar muchísimo y colocarse a la altura de sus competidores principales en el mercado, Disney y Marvel, a los que precisamente el exceso de buen rollismo está empezando a pasarles factura. En el término medio encontrarán la virtud ambas compañías.


LA PUTA MIERDA DEL AÑO: UNA NOCHE FUERA DE CONTROL de Lucia Aniello


Como dije al principio de todo esto, de la misma manera que entre tanta mediocridad cuesta elegir cosas que destaquen por encima de la media, también ha sido difícil escoger un pedazo de mierda que esté por debajo del resto de cine de 2017. Si he escogido Una noche fuera de control ha sido por una sencilla razón: es una comedia que ni siquiera consiguió arrancarme media sonrisa aún estando de vacaciones en un pueblo de Salamanca perdido de la mano de Dios, donde cualquier cosa que me sacara del tedio cuando llegaba a mi alojamiento ya me parecía la ostia. Si a esto le añadimos el cómo desperdicia el carisma de Kate McKinnon, una de las mejores cómicas que podemos encontrar en la actualidad, y la imagen y personalidad de una estrella como Scarlett Johansson tenemos tedio, sopor e incluso mala leche añadida por la oportunidad perdida de lo que pudo haber sido y ni se acercó.
Claro que, cuando uno lee en Internet que el guión estuvo años almacenado en un cajón y que sólo salto a la producción a raíz del éxito que logró la directora Lucia Aniello con una serie de TV (con lo cual esto no deja de ser el capricho que le concedió una productora a la susodicha),se entienden muchas cosas.
Un pedazo de basura, pero ni siquiera es un zurullo con la personalidad y entidad suficiente como para que se le pueda dedicar una buena parrafada. Así ha sido este año de plano.


LO QUE SE QUEDÓ EN EL TINTERO...
-Guardianes de la Galaxia vol.2: Más de lo mismo que vimos en la primera entrega. Me encanta como responden a las críticas de los detractores de su predecesora alzando a los personajes que quedaban flojos en esa y dándoles todos los puntazos. Mantiene el nivel, cosa que no suele ser habitual en las secuelas.

-Alien: Covenant: Se quita de encima en diez minutos casi todos los cabos sueltos que nos dejó Prometheus para contarnos una historia más cercana a la saga clásica de Alien pero que mantiene las rayadas metafísicas que tienen estas nuevas pelis. Es la más burra de todas las cintas de la franquicia hasta el momento y detesto a todos esos fans gilipollas que quieren ver El octavo pasajero una y otra vez por no darse cuenta de las virtudes que tiene el nuevo rollo de esta saga-reboot. Y está muy bien dirigida, que cojones…

-Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar: Mantiene el nivel de la cuarta, para mal y para bien. Es una prueba fehaciente de los estragos que ha hecho la cocaína en Johnny Deep. Javier Bardem sobreactuadísimo es una partida de culo. A los que seguimos esta saga con gusto aún nos prometen el equivalente a Los Vengadores en el universo Piratas del Caribe. Un placer culpable, pero vista objetivamente es floja.

-La Momia: La primera mitad de la película intenta ser una peli de terror siguiendo el corte clásico de la Universal, pero hecho con la pasta de ahora, para dar un giro después y convertirse en una peli de superhéroes Marvel. Me encanta el look de la momia cuando es aún de trapo y no se ha transmutado en tía. Tom Cruise me cae bien y Russel Crowe está imparable en su camino hacia la obesidad más recalcitrante. Muy divertida, no soy capaz de explicarme la masacre que ha sufrido por parte de crítica y público.

-Wonder Woman: La mejor película del nuevo universo cinematográfico DC hasta el momento. Corría el riesgo de seguir las tendencias actuales de las redes y convertirse en un panfleto hembrista pero sabe manejar los conceptos adecuadamente y no resultar una ofensa para todos los que repudiamos el feminismo moderno. Acción brutal, actitud positiva y grandes villanos histriónicos y sobreactuados, como debe ser (geniales Elena Anaya y David Thewlis).

-La Guerra del Planeta de los Simios: Cierre satisfactorio para una de las grandes trilogías de los últimos tiempos. No me gusta tanto como El Orígen del Planeta de los Simios pero está cerca. Un drama descarnado salvo en las partes en las que vemos a monos con armas de fuego cabalgando por eriales post-apocalípticos. Si hay justicia en este mundo, Andy Serkis debería llevarse al menos una nominación al Óscar por su papel aquí. Brutal.

-Spiderman: Homecoming: El segundo reboot de Spiderman en cinco años nos devuelve al superhéroe que perdimos tras la segunda entrega de la trilogía de Sam Raimi. Fórmula Marvel seguida a rajatabla: efectos especiales espectaculares, diversión por un tubo, guiños al tebeo y un casting cojonudo (grande y sobreactuadísimo Michael Keaton). Lo que verdaderamente me mola de esta peli es el diseño del Buitre, pero he de reconocer que todo el metraje que transcurre a partir de la escena en la que Tom Holland y Michael Keaton comparten un viaje en coche de camino al baile de fin de curso es brillante.

-La Torre Oscura: Iba con el machete desenfundado para cargármela sin piedad y me tuve que tragar mis sucias palabras. Es una adaptación infame, pero una película entretenida que no hace daño a nadie que no soy un fan radical. Estaré pendiente de cómo continúan esta saga tanto en TV como en cine, si es que al final lo hacen.

-Ghost in the Shell: Por mucha que les duela a los otakus es mejor que el anime original. Se olvida de los monólogos internos y el ritmo lentísimo que tenía este para darnos más acción y menos pajas mentales. Scarlett preciosa, vende la peli por sí sola, pero es que además tenemos buenas dosis de acción y una estética recargadísima, como Blade Runner mezclada con una dosis de LSD. Es mediocre, pero no es una mierda.

-It (Eso): La Stranger Things original. Una adaptación de Stephen King como Dios manda, muy fiel a la obra original. El payaso acojona pero los mejores momentos de terror pertenecen a otros personajes. Sophia Lillis, la actriz que interpreta a Beverly Marsh, es todo un descubrimiento, una chiquilla súper dulce que además tiene tablas para ser una gran actriz en el futuro. Poco más hay que decir, si te gusta King o el cine de terror es un visionado obligado.

-Blade Runner 2049: Era un proyecto arriesgado desde un principio por ser la secuela tardía de una peli emblemática de la historia del cine y, sin embargo, ha demostrado ser una digna secuela en lo estético y en continuar la temática tratada en la original, aunque hay algunas cosas que no quedan muy claritas según sales del cine. Ryan Gosling para hacer de androide es cojonudo porque es un “carapalo” con todas las de la ley y Ana de Armas es una belleza caída del cielo. Me gustó.

-La Piel Fría: El nombre de Xavier Gens vende entre el fandom sólo por haber sido uno de los directores clave en lo que se llamó “la nueva ola de cine de terror francés”. Esta no es de terror y, sinceramente, la he olvidado en su mayoría. Recuerdo que el maquillaje de los monstruos era cojonudo y que Ray Stevenson, señor que me cae muy bien, estaba convincente en su papel de pseudo-Robinson Crusoe pasado de rosca.

-Jumanji: Bienvenidos a la Jungla: Una que ya estaba crucificada por el público antes del estreno. Diga lo que diga la gente está entretenida, técnicamente es brutal y Jack Black y Dwayne Johnson son dos de los mejores actores de comedia que tenemos actualmente. Pero vamos, que ni que la primera fuera algo del otro mundo.

-La gran muralla: Posiblemente la película más plana que he visto en mucho tiempo. Los efectos especiales son cojonudos y el despliegue de medios por parte de los chinos es espectacular, pero no tiene nada más que merezca la pena remarcar. Aburrida.

-John Wick: Pacto de sangre: Más de lo mismo que vimos en la primera entrega pero con un poquito más de ritmo. Los que disfrutamos de una buena película acción salimos contentos por ver peleas bien rodadas en las que se ve lo que está ocurriendo, a John Wick matando a tres tíos con un puto lápiz y por presenciar tantos años después de Matrix una reunión de Neo y Morfeo. Keanu no será uno de los mejores actores de Hollywood ni de lejos pero en una cosa como esta funciona a las mil maravillas.

-Crudo: Cine de “terror” para hipsters. La nueva ola de terror francés caricaturizada. Películas como estas hace diez años intentaban tener un subtexto de trascendencia pero por lo menos ofrecían una peli de terror de verdad. Aquí no solo no tenemos ese elemento sino que es prácticamente cine de arte y ensayo vendido con otra etiqueta. No me gustó.

-La bella y la bestia: Una copia prácticamente plano por plano de la original en la que el tóner de la impresora se les gastó a medias a los de Disney. Los añadidos para que este remake diverja de la original no hacen sino estorbar y quitar fuerza a algunos de los grandes momentos que tenía la peli de dibujos. Todo el colorido de esta, además, se va a tomar por culo en una cinta que tiene una iluminación y un empaque que inspira tristeza en lugar de optimismo. El casting muy bien buscado aunque la Emma Watson me cae como el puto culo desde que dejó la franquicia del niño mago y me parece una puta mierda de actriz. Los arreglos a los que se ha sometido la banda sonora de Alan Menken son un completo y absoluto destrozo de la obra original. ¡Ah! Y la Bestia tiene un look que parece el hombre lobo de Paul Naschy. No molesta tanto como para encabronarse pero es lo de siempre: teniendo una copia casi idéntica de la original pero un escalón por debajo, ¿Qué ofrece al espectador que no tenga la original en mayor medida y mejor hecho?  Pronostico que, con el tiempo, esta peli acabará cayendo en el olvido.

-El otro guardaespaldas: Esperaba una comedia chorra e incluso una exploitation de Deadpool y me encontré una buddy movie cojonuda en la que tanto Ryan Reynolds como Samuel L. Jackson están muy bien y que cuando se pone violenta está al nivel de las grandes producciones del cine de acción de los últimos años. Te apaña una tarde sin problemas.

-Tulip Fever: Se vendió como una peli de época con mucho erotismo y mucho desnudo femenino. De lo último tiene poco y muy mal utilizado, como también desperdicia el potencial de un escenario histórico muy interesante para contar lo que es básicamente un culebrón con personajes que llevan gorguera al cuello. Muy mediocre, por no decir malilla.

-Kingsman: El Círculo de Oro: Ofrece lo mismo que la primera pero más pasado de rosca. Lo mejor, los cameos de celebridades y la maravillosa sobreactuación constante de las grandes estrellas que protagonizan el cartel. Un divertido despropósito que tampoco cala demasiado. Olvidable.

-Star Wars Episodio VIII: Los Últimos Jedi: La película que más ha polarizado al fandom retrasado en este 2017. Yo sólo puedo decir que, a diferencia de cuando vi en el cine el episodio VII, salí contento del cine y que a nivel de dirección y manejo de cámara, está a años luz de todo lo que hemos visto en la saga hasta el momento, incluida la trilogía clásica. Me gustó.