Y ahora, empecemos con...
MENCIÓN HONORABLE: Maligno de James Wan
Entre peli de superhéroes y peli de superhéroes, James Wan vuelve al género que le vio nacer para ponerse al frente de una auténtica locura de película en el mejor sentido de la palabra.
Maligno es una cinta de terror que salta continuamente de un subgénero a otro sin dar tregua al espectador. En un momento es una peli sobrenatural a lo Poltergeist para, al siguiente convertirse en un thriller con psychokiller de por medio, en una monster-movie o, incluso, cometer la osadía de transmutarse en una especie de siniestra peli de superhéroes con el despliegue de fuegos de artificio que se espera de una cosa así.
Las referencias visuales están expuestas como si de un escaparate se tratara para que el espectador disfrute de ellas sin que tenga que estrujarse la cabeza para encontrarlas. Las clásicas pelis góticas de fantasmas, el cine de la primera etapa de Cronenberg o el giallo italiano son algunos de esos referentes, y Wan salta entre ellos temática y visualmente sin problemas, adaptándose a los requerimentos de cada uno a la perfección, lo que es prueba más de que, fuera coñas, es uno de los mejores directores de estudio con los que uno se puede encontrar en la actualidad, algo especialmente reseñable teniendo en cuenta sus inicios, algo que pude volver a comprobar recientemente (más que nada porque revisioné Saw por enésima vez y me volví a dar cuenta de lo patán que era cuando empezó en esto del cine).
Todo ello viene aderezado con una trama que va a toda máquina, con su correspondiente giro de guión que no te ves venir de lo loco que es, y sostenida por la interpretación de la protagonista y pieza central del mismo, Annabelle Wallis, actriz sin apenas títulos reseñables en su carrera cinematográfica pero con notables intervenciones en TV en series como Los Tudor o Peaky Blinders, lo que convierte a Maligno en un producto que, sin ser tan excelso como muchos otros de este 2021, es, posiblemente, uno de los más entretenidos que nos ha dejado el año.
Y para más inri, tiene uno de los pósters más chulos que han pasado por las carteleras del mundo en estos doce meses.
MENCIÓN HONORABLE: Godzilla vs Kong de Adam Wingard
Me da una satisfacción inabarcable pensar que, mientras que en 2020 cierto tipo de público iban proclamando antes de tiempo que Christopher Nolan y su Tenet iban a ser los salvadores del cine made in hollywood tras la etapa fuerte de la pandemia, fueron un lagarto radiactivo y un mono gigante los que petaron las salas a lo grande por primera vez en tiempos del covid a principios de este año.
Recapitulemos un poco en lo referente a la trayectoria del Monsterverse de la Universal. El reboot de Godzilla de 2014 presumía de seriedad y de aportar una dignidad nunca antes vista al personaje y no terminó de satisfacer al público, ya no digamos de cumplir esos objetivos. Kong: la Isla Calavera es una gran película de aventuras con monstruo, pero aún arrastraba algo de esa seriedad que su predecesora tenía. Godzilla: Rey de los Monstruos tenía un guión diarreico pero nos deleitó con algunos de los diseños de monstruos más chulos en años, modernizando los clásicos y mostrándolos por todo lo alto con planos chulísimos y peleas espectaculares.
Godzilla vs Kong es la culminación natural de esa evolución. Una película en la que la lógica salta por la ventana para no volver y que pone los mejores efectos especiales por ordenador que Hollywood se puede permitir al servicio de peleas de monstruos coreografiadas como si fueran combates de la WWE. La trama es una huida constante hacia adelante en la que se encuentran la teoría de la tierra hueca (con su inevitable referencia al Viaje al Centro de la Tierra de Julio Verne), robots del tamaño de rascacielos o un hacha de piedra cargada con radiación procedente del núcleo terrestre entre otras idas de olla. La presencia de humanos en la misma, con estrellas de la talla de Alexander Skarsgard o Millie Bobby Brown (que repite su papel de Rey de los Monstruos), está justificada por el hecho de que el mono y el lagarto por sí solos no pueden hacer avanzar la trama, pero destacan entre poco y nada frente a dos monstruos infográficos que casi expresan emociones de la misma manera que los seres humanos reales que aparecen junto a ellos.
Ni que decir cabe que todo ello la convierten en uno de los grandes entretenimientos del año. Risas y diversión aseguradas en una peli que, sobre el papel tendría que ser igual de coñazo que las pelis de serie Z de canales tipo SyFy o que sus homólogas japonesas añejas (lo siento por los fans). Pero esa es la magia de las pelis de estudio hollywoodienses bien hechas, ¿no? Que entran así de fácil y así de bien.
Que un señor como Adam Wingard, procedente del cine de terror independiente, sea capaz de coordinar un espectáculo como este sin problemas me hace preguntarme, una vez más, si no estamos aupando a la categoría de "grandes directores" al tipo de gente equivocada.
MENCIÓN HONORABLE: Spiderman: Sin Camino a Casa de Jon Watts
A la hora de pasar factura al ya inevitable subgénero cinematográfico superheroico de este 2022 teníamos para elegir entre unos cuantos ejemplos. Y de entre todos los candidatos, la que se lleva la palma por el peso que ha tenido entre el público, en su propio universo compartido y, por que negarlo, en las emociones generadas en un servidor ha sido la última aventura del hombre araña.
Intentar comentar esta peli sin destripar ningún detalle es tarea imposible, así que me limitaré a comentar que Sin Camino a Casa ejecuta en la mitología de Spiderman el mismo tipo de homenaje que Vengadores: Endgame hizo con los doce años previos de historia del MCU, que está repleta de grandes actores acometiendo grandes papeles y que demuestra que todo ese público comiquero que rajaba agusto de lo atroz que era este Spiderman hipertecnológico e ingenuo de Tom Holland (que, por cierto, queda retratado como el mejor actor de los tres que ha encarnado al personaje, me chupa un huevo el que opine lo contrario) ha quedado retratado como un sector impaciente y bocazas, pues esta peli nos muestra que la trilogía acometida tras el acuerdo entre Sony y Disney tenía una hoja de ruta planificada que nos ha conducido al Spiderman más purista y fiel a los tebeos, más aún que el de las pelis de Sam Raimi de la década pasada, con el cual vamos a disfrutar a lo grande en años venideros, demostrando una vez más, el potencial ilimitado de este MCU cuando sus productos están cuidados.
No puedo decir nada más sin colar cientos de spoilers. Sólo decir que en mi visionado hubo risas, gestos serios y un público entregadísimo que aplaudió con las mil y una sorpresas de la peli. La crítica se ha rendido ante ella y va camino de ser el gran taquillazo del año.
No hay otra, es la imprescindible de superheroes de este 2021.
Y dicho esto, vamos con el top del año, que estrena por todo lo alto...
5. ÚLTIMA NOCHE EN EL SOHO de Edgar Wright
No soy fan de Edgar Wright ni mucho menos. Su "Trilogía del Cornetto" me entretiene pero no me hace especial gracia, detesto su Scott Pilgrim contra el mundo, no he visto su Baby Driver y fui de esos a los que le dio igual cuando Marvel le apartó del proyecto de Ant Man. Pero al césar lo que es del césar, se ha marcado una peli con un par de huevos.
Última Noche en el Soho tiene algunos de los momentos más terroríficos del cine de este año y algunos de los más alegres también. Es un thriller sobrenatural que te planta una trama que crees conocer de antemano para darle luego el meneo a tu cabeza, habiendo jugado al despite con éxito. Su lectura sobre como se pueden cometer actos atroces en nombre del empoderamiento personal y esa moraleja final que muestra que incluso las figuras de moralidad más grisácea pueden inspirar a otros a hacer algo positivo con sus vidas me conquistó.
Ignoro si la reconstrucción del Londres de los años 60 es fidedigna o no, pero no cabe duda de que esta hecha con gusto y pasión, especialmente en esa primera secuencia de presentación de la época que es todo un festival de referencias. La selección musical del film es de esas que tienen marcando el ritmo con el pie toda la peli y enganchado a la lista de reproducción correspondiente toda la semana posterior al visionado.
El talento de Edgar Wright queda demostrado cuando uno comprueba que ejecuta a la antigua usanza secuencias para las que cualquier otro no habría dudado de tirar de CGI o montaje vía ordenador (recomiendo ver por internet tras el visionado el making of del plano secuencia del baile en el club, acojonante). A nivel interpretativo tenemos el duelo entre Anya Taylor Joy y Thomasin McKenzie por demostrar quien es mejor actriz, del que ninguna sale victoriosa porque es que dan auténtico gustazo por partes iguales. Junto a ellas los meritorios talentos del inquietante Matt Smith, el veterano Terence Stamp y de la gran Diana Rigg en su último papel cinematográfico antes de fallecer.
Ocupa en mi corazón el mismo sitio que en años anteriores ocuparon pelis como Puñales por la Espalda o Malos Tiempos en El Royale, el reservado a esas historias de misterio con personalidad, estupendamente escritas que te agarran según empiezan y no te sueltan hasta que terminan. Brillante.
4. JINETES DE LA JUSTICIA de Anders Thomas Jensen
¿Cine danés en la lista? Pues claro, la ocasión lo merece.
Esta es una peli muy humilde, que ha pasado muy por debajo del radar, pero que esta repleta de virtudes. Una vez más es una peli que te mantiene en vilo jugando al despiste con el espectador. Se presenta como una historia de venganza en la que una serie de personajes se congregarán para ejecutar una suerte de justicia urbana , peor poco a poco la trama nos va llevando a otros terrenos y, mediante el suspense, un humor negrísimo y multitud de momentos entrañables, que no ñoños, la película acaba retratándose como lo que es, un cuento sobre la superación del duelo por la pérdida de un ser querido y la doble faceta de algo tan metafísico como el destino preconcebido, que se nos presenta a la vez como una ficción que uno puede usar para justificar sus acciones vitales y algo que verdaderamente existe, sólo que no de la forma en la que cada uno nos lo imaginamos.
Aunque el casting entero es de esos que da gusto ver en pantalla, los laureles tienen que recaer si o si en Mads Mikkelsen, un pedazo de actor como la copa de un pino que a cada papel se reafirma como uno de los mejores talentos interpretativos que tenemos en Europa en estos momentos.
Para más inri, el ser una peli ambientada en Navidad la hace perfecta para estos momentos festivos del año, y la experiencia de visionarla en manga corta en pleno agosto con el aire acondicionado del cine a tope transportándome directamente a ese crudo invierno danés fue una de las más agradables que tuve en todo el año. Lástima de la bofetada de calor que me recibió a la salida y me devolvió a la dura realidad.
3. BENEDETTA de Paul Verhoeven
Tenía que volver un maestro del séptimo arte para dar un golpe en la mesa y mostrar a los pusilánimes de la industria actual como es hacer cine con cojones.
Ya hace años que se venía diciendo que lo mejor que pudo haber hecho Verhoeven para su carrera fue dejar Hollywood y volver a su Holanda natal para seguir haciendo cine. Aunque fue en América donde rodó alguno de sus títulos más míticos, como Desafío Total o Robocop, ha sido al volver a Europa donde, libre de las inevitables constricciones de los grandes estudios, ha dado rienda suelta a toda su mordacidad y su sordidez innata. Y así, tras cascarse en los Países Bajos el peliculón que es El Libro Negro y, más tarde y con capital francés, una película tan políticamente incorrecta que es un milagro que se haya hecho en estos tiempos de cancelación como es Elle, Verhoeven se ha marcado la que es, sin lugar a dudas, la película más sórdida, desvergonzada y blasfema de este 2021.
Apoyándose en esas pelis exploitation de décadas pasadas, el holandés nos presenta una historia sobre la epifanía de una monja lesbiana de un convento de clausura italiano en tiempos de la peste negra que no deja títere con cabeza. La Iglesia, para no decepcionar, queda retratada como una entidad degenerada, cruel y mercantilista. El ser humano, casualmente encarnado en esta ocasión en un grupo de mujeres (la mujer, ese ente intocable según ciertas corrientes del arte actual), se muestra como manipulador, egoísta, capaz de pisar los cuellos que haga falta para mantener su pequeña parcelita de poder o de arruinarle la vida a quien sea con tal de tener a su alcance el coño o la polla que sea de su apetencia. Aunque no está tan rebosante de nudismo y sexo como otros ejemplos, las escenas de coito desprenden sordidez por todos lados. Casi puedes oler el sudor y la lubricación del ambiente (por cierto, todos los aplausos del mundo para las dos actrices protagonistas, Virginie Efira y Daphne Patakia, que se tiran media peli como dios las trajo al mundo sin que su interpretación pierda un ápice de credibilidad). Igualmente la peli no se muestra parca tampoco en mostrar violencia y una representación de la iconografía cristiana que traerá de cabeza a más de un creyente. Aunque todo esto no sería ni la mitad de efectivo sin la magistral capacidad de Verhoeven de generar imágenes potentísimas sin necesidad de grandes efectismos.
Como mola ver que, aunque bajo mínimos, sigue habiendo transgresión en el cine. La pena será cuando esa generación de directores de otra época pase a mejor vida. Vaya erial nos van a dejar en ese sentido. Mientras tanto, hay que disfrutar de ello, dure lo que dure.
2. EL ÚLTIMO DUELO de Ridley Scott
1. OTRA RONDA de Thomas Vinterberg
Fue una de las primeras películas que vi este año y desde el momento que salí del cine ya sabía que iba a estar en la lista en el puesto que ocupa.
LA SOPRESA DEL AÑO: Eternals de Chloé Zhao
LA PUTA MIERDA DEL AÑO: El Rey de Zamunda de Craig Brewer
LO QUE SE QUEDÓ EN EL TINTERO...
-Mortal Kombat: Lo bueno que se puede decir de ella es que intenta ser igual de violenta que le videojuego, aunque no termina de atreverse a pasarse de rosca del todo. Todas las escenas de Scorpion y Sub Zero molan un montón y prometen un nivel que la peli no consigue mantener, especialmente cuando aparecen en escena personajes como Raiden o Goro, que dan bastante vergüenza ajena y ponen en evidencia las carencias del film. Con todo, está entrenida.
-Nadie: Adrenalínica peli que equilibra perfectamente la acción brutal y descarnada con la comedia de que un asesino de élite se encuentre tras el rostro del pringado de tu vecino de al lado. El estilo John Wick de rodar acción ha venido para quedarse.
-Spiral: Saw: Cualquier neófito de la saga puede acercarse a ella porque discurse por otro camino al de sus ocho entregas anteriores. Los fans veteranos de la saga atestiguaran con ojos como platos el más que probable nacimiento del "Sawverso". Se hace rarísimo, no obstante, ver una peli de estas características con actores reconocibles al frente. Viéndola como espectador objetivo, es un thriller pasable. Viéndola como fan de la saga, supone todo un soplo de aire fresco. Que las sigan haciendo, a mí no me importa.
- Cruella: En la línea de los remakes en imagen real de los últimos años de Disney. Una Emma Stone súper carismática sostiene una peli que en un principio promete ser mejor de lo que finalmente es. Sobre el tema de que la compañía del ratón se esté cargando su propia mitología quitando todo ápice de malignidad a sus villanos, opino que estamos ante una batalla perdida. Con todo, es posiblemente la más entretenida de esta tendencia junto a El Libro de la Selva de Jon Favreau.
-Viuda Negra: Una aventura más de nuestros queridos personajes marvelitas que se ve lastrada por el hecho de que conocemos de antemano el destino que le espera a la protagonista (cosas de la continuidad del MCU). Como vehículo de presentación del relevo generacional del personaje es ejemplar. Como peli de superheroes en general, es un entretenimiento bastante decente.
-Shang chi y la leyenda de los diez anillos: La fórmula Marvel se aplica a un personaje de segunda fila de los tebeos y lo coloca, dentro de su universo cinematográfico, al mismo nivel de importancia que otros personajes conocidos por todo Dios. El clímax final con todos los monstruos del calendario chino haciendo aparición y Tony Leung doblado por Jose Luis Gil encarnando al villano se llevan los laureles en una peli que muestra que, a poco que se haga con un mínimo de intención, la fórmula siempre funciona.
-Dune: La gran obra de ciencia ficción de todos los tiempos llevada de nuevo al cine. La capacidad de Denis Villeneuve para generar imágenes bonitas es innegable pero el material original sigue siendo igual de denso y, por ende, la peli se acaba haciendo larga como ella sola y aburrida por momentos. Y no es nada más que el principio de una saga que, a cada día que pasa me da mas pereza.
-Escuadrón Suicida: James Gunn se pasea por DC, suelta una gamberrada y se vuelve a la Marvel. Una partida de culo en la que brillan un Idris Elba y un John Cena sorprendentemente graciosos. Como comiquero se agradece que la trama relegue a los personajes más icónicos a un segundo plano en pro de darle protagonismo a otros de segunda fila. La segunda mejor peli de superheroes del año.
-Candyman: Mantiene parcialmente el tono de la original a la vez que moderniza el mito y lo adapta a los tiempos actuales de Black Lives Matter y redes sociales. Para pertenecer a esa casta de "nuevo cine de terror afroamericano" no da tanto la matraca con el racismo y demás problemática social como otros productos similares. Merece la pena.
-Sin Tiempo para morir: No llega a los niveles de excelencia de Casino Royale o Skyfall pero tiene algunos de los momentos más intensos de la saga Bond que yo recuerde. Cierra la boca a todos aquellos que afirmaban que con esta entrega Bond iba a abandonar sus fundamentos y también a aquellos que abogaban por ello. Ana de Armas deslumbra tanto en su papel de secundaria como decepciona el villano encarnado por Rami Malek. Con esta entrega la etapa Craig del personaje se reafirma como una de las más sólidas en términos generales, si no la que más.
-Titane: La ganadora de la palma de oro de Cannes de este año podría haber sido un thriller estupendo con el tema "trans" de fondo pero acaba convirtiéndose en una pedantería por querer ir de rareza. Presume de provocación y transgresión y carece de ambas. Para más inri, pertenece a ese odioso tipo de productos que se vende como cine de género al espectador cuando en ningún momento pretende serlo. Sobrevalorada es poco. ¿Qué se les pasa por la cabeza al jurado al repartir premios en estos certámenes?
-Venom: Habrá Matanza: Si te gustó la primera te gustará esta segunda parte que suma a un sobreactuado Woody Harrelson al elenco. Por momentos parece Escenas de Matrimonio pero como dura unos gloriosos 90 minutos no te da tiempo ni a verle las costuras ni mucho menos a aburrirte. Está bien.
-Halloween Kills: Se agradece que prescinda de los elementos atmosféricos de su predecesora en pro de darnos un festival de violencia, lo cual, por otro lado, convierte a la peli en un slasher más que no mantiene las pretensiones de la primera parte. La crítica a la sociedad americana post-Trump es tan sutil como un machetazo de Michael Myers. La tercera parte de esta trilogía reboot nos confirmará si el ejercicio en su conjunto tenía un sentido o se debía haber reducido a la genial película de 2018.
-La Casa Gucci: La otra de Ridley Scott de este año. La fórmula del biopic hollywoodiense adaptada a la figura de Maurizio Gucci y la mujer que lo mandó matar convierte una historia sobre un mundo que a priori te importa una mierda en un ejercicio súper entretenido. Adam Driver se reafirma como uno de los grandes talentos de la actualidad y Lady Gaga se casca otra interpretación cojonuda en contraposición a un Jared Leto insoportable que parece fuera de lugar entre tanto talento interpretativo. Muy recomendable.
-Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City: Es más fiel a los videojuegos que la saga con Milla Jovovich a la cabeza, pero en lugar de ser mejor en lo visual y en lo efectista que estas, las acaba dejando de obras notables en comparación. El reparto da bastante asquete, se notan las carencias presupuestarias por todas partes y, en general, no ves el momento de que acabe la peli. Un sidazo.
-Lamb: La gran triunfadora del festival de Sitges de este año. Una ida de olla que, una vez más, se vende como peli de género para ocultar sus pretensiones artísticas de cara al público. Te tiras toda el film viendo a un muñeco ridículo pasearse y esperando bien un giro hacia el terror puro que nunca llega, bien que llegue el momento en que se explique de alguna forma la metáfora oculta del film, cosa que tampoco ocurre. Una soberana chorrada con ínfulas. Repito, ¿Que les pasa por la cabeza a la gente en estos festivales para repartir premios así a lo loco?
-El Contador de Cartas: Paul Schrader nos trae una historia de personajes torturados en ambientes malsanos, terreno en el que está acostumbrado a moverse y en el que sobresale casi siempre. La pena es que, a pesar de llevar todos los años del mundo en esto del cine, sigue sin ser el mejor de los directores y tiene algunas idas de olla visuales que me sacan de la peli. La interpretación hipnótica de Oscar Isaac sostiene una peli que de otra forma se caería por su propio peso. Con un poquito más de presupuesto y otro director adaptando el guión de Schrader habríamos tenido, en verdad, la gran película que todos dicen que ya es. Bien, sin más.
-Matrix Resurrections: En el mejor de los casos funciona como un rollo de publicidad que puedes ver pasar por delante tuya sin que te llame la atención en ningún momento. En el peor, resulta un auténtico despropósito que parece reírse en la cara de los fans de la saga, si es que queda alguno por ahí después de esto. El reparto de la trilogía original que repite está a otra cosa y las nuevas incorporaciones brillan por su falta de carisma. Aséptica y ridícula a partes iguales. La prueba que no necesitábamos para comprobar que lo de Matrix debió restringirse a la original del 99 y no haber seguido adelante.
-Pig: El gran engaño del 2021. Sobre el papel se vende como una especie de John Wick con Nicolas Cage persiguiendo a los canallas que le robaron su cerdo trufero. En realidad es una peli más lenta que el caballo del malo sobre el proceso del duelo por la pérdida de un ser querido que se narra en un ambiente culinario, con momento Ratatouille incluído. Entretenida, sin más. Eso sí, Nicolas Cage nos da una interpretación súper sólida y serena que cierra las bocas de todos aquellos que se mofan de él y lo siguen considerando una especie de meme viviente.
-El Poder del perro: Para muchos, el gran peliculón del año. Para mí, un western mundano que no tiene nada especialmente excelso. El giro de tuerca a la típica moralina LGTBQ tan repetida en el arte últimamente se agradece. Mola ver pelis que se atrevan a decir que hay hijos de puta y mala gente en todos los colectivos. Está guay.
-The King's Man: La Primera Misión: Va tan a todo tren que sus predecesoras acaban pareciendo cine contemplativo. Por otro lado, reduce la comedia al mínimo en una saga que precisamente se ha caracterizado por su gamberrismo pero intentando seguir molando todo el rato. Veo las inconsistencias de tono de la propuesta que todo el mundo critica pero a mí me ha gustado. Ojalá continúe por estos derroteros la franquicia.
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