Título: Dagon: la secta del mar
Director: Stuart Gordon
Año: 2001
Guionista: Dennis Paoli (historia original de H.P.Lovecraft)
Intérpretes: Ezra Godden (Paul Marsh), Raquel Meroño (Bárbara), Francisco Rabal (Ezequiel), Macarena Gómez (Uxía Cambarro), Ferran Lahoz (Cura)
Director: Stuart Gordon
Año: 2001
Guionista: Dennis Paoli (historia original de H.P.Lovecraft)
Intérpretes: Ezra Godden (Paul Marsh), Raquel Meroño (Bárbara), Francisco Rabal (Ezequiel), Macarena Gómez (Uxía Cambarro), Ferran Lahoz (Cura)
He aquí uno de los productos salidos de la desaparecida Fantastic Factory, aquel proyecto que, amparado por la productora española Filmax y bajo la tutela de la colaboración entre Julio Fernández (presidente de la susodicha Filmax) y Brian Yuzna (director de series B como El Dentista pero más reconocido por sus labores de productor en clásicos del género como Re Animator), tenía como objetivo el establecer una conexión cinematográfica entre Estados Unidos y España de cara a producir una serie de películas de terror y/o género fantástico rodadas en España con capital patrio pero echando mano de directores americanos especializados en estas lides. La idea era buena en el papel, pero una vez puesta en práctica los resultados no fueron tan positivos. Todo empezó cuando Brian Yuzna se gastó el presupuesto destinado a tres películas en el desarrollo de una sola, Faust: la venganza está en la sangre. Continuó cuando Jack Sholder (director de Pesadilla en Elm Street 2 entre otras) dejó su proyecto, Arachnid, a medio montar en España para volver meses después de los USA y encontrarse la cinta ya montada y estrenada. Y así, una tras otra, las producciones de la Fantastic Factory no cosechaban el éxito que se esperaba de ninguna forma, lo que provocó que en el 2005, tras el estrepitoso fracaso de Bajo aguas tranquilas del señor Yuzna una vez más, la Filmax cerrará el grifo y diera carpetazo de una vez por todas al experimento, dejando detrás bastantes chascos pero también alguna que otra cosa resultona, como lo es esta Dagon.
La trama de la película gira en torno a una serie de turistas que, veraneando en la costa de Galicia acaban naufragando en un sórdido pueblo pesquero que esconde un secreto y donde sus habitantes no son lo que parecen. Esto viene a ser una adaptación de un relato del maestro del horror H.P. Lovecraft (no tanto el susodicho Dagon, como sugiere el título, sino más bien una traslación casi calcada de La Sombre Insmouth) que se presenta como una de las representaciones más fidedignas del complejo universo del escritor en el panorama cinematográfico. Una adaptación en la que, si bien presenta alguna que otra referencia fuera de lugar inevitables (no faltan la sudadera de la Universidad de Miskatonic o la forzada referencia a Cthulhu) se ajusta bastante bien a lo que nos contaba Lovecraft en ese relato donde el horror cósmico del autor (esos dioses extraterrestres, esos montruos antinaturales y la semilla que habían dejado en la Tierra) se unía a un terror más visceral, aquel que el hombre siente por naturaleza hacia el mar,un entorno totalmente hostil a la naturaleza humana, pero también, a la atracción hacia el mismo, esa atracción nacida de la curiosidad, de la necesidad en parte de conocer ese ambiente tan desconocido y lleno de misterios.
No extraña tampoco el que como adaptación funcione cuando detrás de la cámara tenemos a Stuart Gordon y a los guiones a Dennis Paoli, ambos compañeros de armas en multitud de proyectos, entre los cuales se cuentan la ya mencionada Re-Animator, por tanto, dos personas que se conocen entre sí, conocen sus métodos de trabajo y, sobre todo, conocen el material a adaptar. Y aunque el señor Gordon es solvente con la cámara, la práctica totalidad del efectismo de la película recae en la atmósfera del escenario escogido para el rodaje, el pueblo de Combarro en Pontevedra (hiper sombrío y con un aire sórdido de pueblo pesquero abandonado a su suerte que echa para atrás), los efectivos efectos especiales físicos (no así el CGI, que evidentemente ya se nota añejo) y sobre todo el maquillaje que es una puta pasada.
Paseándose delante de la cámara tenemos a un tal Ezra Godden (que según IMDB saltó de hacer Band of Brothers para la HBO a protagonizar Dagon, para luego hacer un episodio de la serie Masters of Horror y después directamente a poner voces en videojuegos), actor muy bien escogido por el mal rollo que da por lo delgado y sobre todo por lo extremadamente pálido que es, en el papel protagonista, a Raquel Meroño (a la que casi se le ve el coño) cómo la chica del prota, a Macarena Gómez (ahora en alza por su participación en la serie de Telecinco La Que se Avecina y que, dicho sea de paso, casi que poco maquillaje necesita con la cara de rodaballo que tiene) como mujer monstruo y, sobresaliendo por encima de todos, al gran Paco Rabal en su último papel cinematográfico antes de morir, hablando en un inglés de mierda (tampoco tenía puta idea del idioma el buen hombre, no le va a pedir uno más), protagonizando uno de los momentos clave de la peli y demostrando que al margen de los grandes trabajos por les que se le reivindica también era aficionado a currar en alguna de estas cosillas de género por el mero hecho de darse el gustazo de hacerlo (además, según se dice, un gran entendido en Lovecraft que hasta llegó a aconsejar en ciertos momentos al propio Stuart Gordon durante el rodaje).
En fin. En conjunto una buena adaptación del universo Lovecraftiano y una película bien maja y resultona, más aún si la comparamos con alguna de las otras ponzoñas que hizo la Fantastic Factory. La recomiendo.
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