Título: Toky Ghoul #1-2
Editorial española: Norma Editorial
Publicado originalmente como: 東京喰種トーキョーグール (Tōkyō Gūru), Tankobon#1-2
Guionista: Sui Ishiida
Dibujante: Sui Ishiida
Primero fue una compañera de clase que decía que prácticamente mojaba las bragas de la emoción leyéndolo. A ella le siguió las alabanzas generalizadas de los medios especializados, y continuó con el agotamiento de la primera edición española del primer tomo. Las señales estaban claras. El mundo me estaba pidiendo que leyera Tokyo Ghoul. Y ahora, una vez adquiridos y leídos los dos primeros tomos, mientras contemplo lo bien que quedan los mismos en la estantería, colocados en la cajita promocional que me regalaron con la compra, me dispongo a contaros las primeras impresiones que me ha causado la lectura del nuevo "manga del momento".
La trama se desarrolla en un Tokyo alternativo pero muy similar al actual con la salvedad de que se encuentra asediado por una serie de criaturas caníbales sobrenaturales que se camuflan bajo la forma de seres humanos conocidas como ghouls. En este contexto, el joven Ken Kaneki tiene un encuentro con una de estas criaturas que acaba en fatalidad cuando un accidente acaba con la vida del monstruo y obliga a los médicos a sustituir los órganos dañados del joven con las vísceras del ghoul difunto. Ahora, Kaneki es un "ghoul" a su pesar, y como tal deberá integrarse en los submundos de Tokyo, aprender sus reglas y sus peligros y sobrevivir como buenamente puede a estos.
A pesar de contar con elementos fantásticos resultantes de una especie de híbrido entre el género zombie y el de vampiros, Tokyo Ghoul es, al menos por lo que llevo leído, un manga fundamentalmente urbano, en el que se pone más empeño en retratar esa sociedad dentro de una sociedad que es la de los ghouls que regalarnos escenas de acción o un ritmo frenético. Los dos primeros tomos son, por lo que parecen, meramente introductorios, y cómo tal, apenas tienen páginas que se puedan considerar de relleno, pues cada capítulo constituye un aporte nuevo destinado a enriquecer el universo en el que se mueven los personajes, presentándonos los hábitos de alimentación de los ghouls, sus costumbres o sus jerarquías dentro de la sociedad. Igualmente se agradece que el autor no construya un mundo de blancos y negros, y que en su lugar deje mucho espacio a los grises, presentándonos unos personajes con aristas morales, tanto dentro de los "buenos" ( vease ese Kaneki resistiéndose a comer carne humana aun a riesgo de morir por ello; o ese personaje de Touka tomándose la venganza por su cuenta, por no hablar del anciano propietario del Anteiku y su papel como lo más similar a una figura respetada por todos dentro de la comunidad de ghouls, o de Hinami, una niña en un mundo de monstruos) cómo de los villanos, y no hablo tanto de Nikishi y su personalidad cercana a la de un sociópata moderno, o de Mado (un psiópata, directamente), cómo de ese personaje del que, de momento, nos han enseñado poco, que es Amon, una "paloma" (agentes de la ley encargados de acabar con los ghouls por todos los medios) de la cual, por lo que uno intuye en sus breves apariciones, parece tener alguna motivación detrás de ese comportamiento obsesivo para con la muerte de los ghouls.
La trama se desarrolla en un Tokyo alternativo pero muy similar al actual con la salvedad de que se encuentra asediado por una serie de criaturas caníbales sobrenaturales que se camuflan bajo la forma de seres humanos conocidas como ghouls. En este contexto, el joven Ken Kaneki tiene un encuentro con una de estas criaturas que acaba en fatalidad cuando un accidente acaba con la vida del monstruo y obliga a los médicos a sustituir los órganos dañados del joven con las vísceras del ghoul difunto. Ahora, Kaneki es un "ghoul" a su pesar, y como tal deberá integrarse en los submundos de Tokyo, aprender sus reglas y sus peligros y sobrevivir como buenamente puede a estos.
A pesar de contar con elementos fantásticos resultantes de una especie de híbrido entre el género zombie y el de vampiros, Tokyo Ghoul es, al menos por lo que llevo leído, un manga fundamentalmente urbano, en el que se pone más empeño en retratar esa sociedad dentro de una sociedad que es la de los ghouls que regalarnos escenas de acción o un ritmo frenético. Los dos primeros tomos son, por lo que parecen, meramente introductorios, y cómo tal, apenas tienen páginas que se puedan considerar de relleno, pues cada capítulo constituye un aporte nuevo destinado a enriquecer el universo en el que se mueven los personajes, presentándonos los hábitos de alimentación de los ghouls, sus costumbres o sus jerarquías dentro de la sociedad. Igualmente se agradece que el autor no construya un mundo de blancos y negros, y que en su lugar deje mucho espacio a los grises, presentándonos unos personajes con aristas morales, tanto dentro de los "buenos" ( vease ese Kaneki resistiéndose a comer carne humana aun a riesgo de morir por ello; o ese personaje de Touka tomándose la venganza por su cuenta, por no hablar del anciano propietario del Anteiku y su papel como lo más similar a una figura respetada por todos dentro de la comunidad de ghouls, o de Hinami, una niña en un mundo de monstruos) cómo de los villanos, y no hablo tanto de Nikishi y su personalidad cercana a la de un sociópata moderno, o de Mado (un psiópata, directamente), cómo de ese personaje del que, de momento, nos han enseñado poco, que es Amon, una "paloma" (agentes de la ley encargados de acabar con los ghouls por todos los medios) de la cual, por lo que uno intuye en sus breves apariciones, parece tener alguna motivación detrás de ese comportamiento obsesivo para con la muerte de los ghouls.
Al margen de todos estos elementos introductorios, el autor se guarda un par de momentos de acción en la manga en los que despliega todo el potencial terrorífico de los ghouls, tanto en las formas adoptadas por los mismos como en el gore mostrado al lector, consiguiendo con esto un aspecto siniestro y "creepy" que, unido al ritmo de la acción y a la estructuración de los diálogos, entre otros detalles, otorgan al manga de un tono que hace pensar que se trata de una especie de seinen camuflado como shonen, esto es, un manga para adultos presentado para el público con una forma que lo hace parecer más un manga juvenil.
A la trama presentada la acompaña un arte de esa que entra por los ojos sóla, mundana en la mayoría de los paneles, pero increíblemente atractiva en las viñetas más curradas, aquellas de página completa ( o prácticamente de página completa) o que presenten momento de especial interés para la trama (vease la presentación de la máscara más arriba o la escena de acción entre el "ghoul conejo" y Mado en el segundo tomo). Por tanto, nada fuera de lo común, pero que tampoco merece ser ninguneado por el lector.
Uniendo todos estos elementos tenemos que los dos primeros tomos de Tokyo Ghoul resultan contener una trama meramente introductoria, presentándonos un universo y unos personajes volubles y dejándolo todo atado y claro para poder meterse en el futuro, digo yo, en el grueso de la historia del manga sin ningún impedimento que cargar a cuestas, todo ello acompañado de un dibujo, por lo general, sobrio, que no distrae al lector de la trama más de lo necesario. Por tanto, unas primeras impresiones favorables de lo que parece ser un manga que, si es manejado con cautela y conciencia por el autor, puede tratarse de todo un pelotazo digno de figurar en un puesto de honor en mi colección particular.
Kaneki presentado con su look enmascarado (realmente molón) que tanto ha gustado al fandom
A la trama presentada la acompaña un arte de esa que entra por los ojos sóla, mundana en la mayoría de los paneles, pero increíblemente atractiva en las viñetas más curradas, aquellas de página completa ( o prácticamente de página completa) o que presenten momento de especial interés para la trama (vease la presentación de la máscara más arriba o la escena de acción entre el "ghoul conejo" y Mado en el segundo tomo). Por tanto, nada fuera de lo común, pero que tampoco merece ser ninguneado por el lector.
Uniendo todos estos elementos tenemos que los dos primeros tomos de Tokyo Ghoul resultan contener una trama meramente introductoria, presentándonos un universo y unos personajes volubles y dejándolo todo atado y claro para poder meterse en el futuro, digo yo, en el grueso de la historia del manga sin ningún impedimento que cargar a cuestas, todo ello acompañado de un dibujo, por lo general, sobrio, que no distrae al lector de la trama más de lo necesario. Por tanto, unas primeras impresiones favorables de lo que parece ser un manga que, si es manejado con cautela y conciencia por el autor, puede tratarse de todo un pelotazo digno de figurar en un puesto de honor en mi colección particular.
El "mordisquito" que da comienzo al calvario del joven Kaneki
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