martes, 22 de diciembre de 2015

INHUMANOS: EL ASCENSO DE ATTILAN de Charles Soule y John Timms


Título: Inhumanos: El Ascenso de Attilan (Inhumano Vol.1, #15-18)
Editorial española: Panini Comics
Publicado originalmente cómo: Secret Wars. Inhumans: Attilan Rising #1-5 [Marvel Comics]
Guión: Charles Soule
Dibujo: John Timms
Entintado: Roberto Poggi
Color: Frank D'Armata
Portadista: W.Scott Forbes y Dave Johnson

Cruce con las nuevas y diferentes Secret Wars de la mano de Charles Soule, guionista que, gracias a sus trabajos en DC (en La Cosa del Pantano sin ir más lejos) pero sobre todo en la actual Marvel (el último volúmen de Hulka, Inhumano y La Muerte de Lobezno) se ha convertido en uno de los nuevos guionistas de primera fila de la editorial, tanto es así que no sólo le han permitido el expandir en el nuevo universo Marvel post-Secret Wars su microcosmos en torno a la familia real inhumana con dos nuevas cabeceras de futura aparición (Uncanny Inhumans y All-New Inhumans) si no que también le han dado las riendas de una cabecera que, en los últimos 15 años ha sido mimada por Marvel con extrema atención como es Daredevil (y encima tomando el relevo de la exitosa y multipremiada etapa de Mark Waid).

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De esta manera, si bien en otros de sus trabajos se le puede considerar un autor con más intención de crear algo con trascendencia y algo más que contar que el simple entretenimiento, en Inhumano Soule ha tomado el formato de las mejores series de TV actuales (ritmo acojonante, variedad de personajes que despierten interés en el público y cliffhanger para mantenerte pegado a la pantalla ansioso por el siguiente episodio) y lo ha trasladado a las páginas del cómic, logrando posiblemente una de las cabeceras más entretenidas que hemos podido ver a lo largo de Marvel NOW. Ahora bien, para este tipo de autores con este estilo de escritura que podríamos denominar cómo "a largo plazo" o, casi mejor, por seguir con la analogía televisiva, "por temporadas", los eventos suelen ser un engorro que pueden acabar perjudicando a la cabecera (los últimos números de la etapa de Rick Remender en Imposibles Vengadores, una vez pasó la debacle de Axis, son prueba de cómo puede dañar un evento a un buen cómic), por lo que la tarea de un guionista  es saber adaptar su cabecera a las circunstancias o bien ser lo suficientemente hábil para esquivarlas.

Dicho esto, he de decir que el escenario de estas Secret Wars (un nuevo Universo constituido por fragmentos aglutinados de todos los Universos Marvel alternativos y gobernados con puño de hierro por el todopoderoso Dr. Muerte) garantiza más que en otras ocasiones que los guionistas puedan adaptar sus historias al mismo e incluso sacar algo bueno de verdad de todo ello. Así, en los diferentes cruces con el evento principal hemos podido ver historias que se restringen a un territorio determinado de este escenario, normalmente relacionado con el evento al que homenajean (porque una cosa es innegable, y es que mientras que el evento principal de Secret Wars es un homenaje de Jonathan Hickman tanto a las Secret Wars originales cómo en particular a los Cuatro Fantásticos, y más aún al Doctor Muerte, los distintos tie-ins son tributos a los diferentes eventos que ha sufrido el Universo Marvel desde su creación, con énfasis particular a los acontecidos en los últimos 15 años), e historias que se desarrollan en varias de estas zonas, dando una idea más global del nuevo "Mundo de Batalla" y de cómo se desarrollan las vidas de sus habitantes.

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Charles Soule introduce este El Ascenso de Attilan en esta última categoría, presentándonos una historia en el que una "Resistencia" contra el demonio de Muerte comandada por Rayo Negro se extiende en los submundos de "Mundo de Batalla" con el objetivo de derrocar al susodicho, a la vez que Medusa, en este universo regente de Manhattan, intenta desmantelarla para evitar perder su rango dentro del cuadriculado sistema político del Doctor Muerte.
La miniserie cuenta entre sus integrantes a casi todo el plantel de NeoHumanos ("nuevos Inhumanos") presentados en las páginas de Inhumano (se echan de menos las versiones de Linaje e Inferno de este mundo alternativo, pero...), así cómo a la familia real inhumana al completo y a algunos personajes que nada tienen que ver con los Inhumanos, cómo un Ghost Rider con la estética de los años 20 o la participación de la versión de Daredevil del universo de 1602. Todos ellos participan en una trama que, si bien en su segunda mitad es pura acción y espectáculo, durante sus primeros pasos respira un aire a cine clásico y al cine de espías más "James Bondiano" innegable, empezando por la trama puramente policíaca de los primeros números y terminando por ese escenario del Salón del Silencio que perfectamente podría ser el local de Bogart en Casablanca con un Rayo Negro que bien podría ser el legendario actor (y que dicho sea de paso es todo un reto de "Quien es quien" para el lector veterano, donde podemos encontrar desde a un Peter Quill subido a las tablas del escenario hasta a la emperatriz Lilandra de los Shi'Ar tomando unas copas con Bullseye). Soule congrega a estos personajes y además trae algunos conceptos con los que ya trabajó previamente en Inhumano (Medusa y Rayo Negro como enamorados y ,sin embargo, enemigos, cada uno a un lado de la contienda) , así como otros totalmente contrapuestos a los mostrados en dicha serie (el descontrol de la terrigénesis en esta última enfrentada al concepto de terrígeno cómo método de control en la población inhumana, por otro lado, el enfoque clásico que han tenido siempre las famosas nieblas), aplicándolos de manera efectiva a este nuevo universo. El problema de todo esto es que la miniserie parece más un complemento a la cabecera anterior de Soule que a un producto independiente por sí mismo, con lo cual, una persona que no haya leído la susodicha y se haya familiarizado con los personajes puede que encuentre cierta resistencia para disfrutarla sin tener interrogantes cada dos por tres sobre los personajes que van apareciendo en la misma. Claro que, por otro lado, ¿Quién si no alguien con interés en la franquicia inhumana iba a adquirir estos cómics?
Acompaña a Soule a los lápices John Timms, que junto al dueto Poggi-Darmata logran un resultado muy similar al conseguido por Pepe Larraz, y en menor medida al de Ryan Stegman, en Inhumano, o en otras palabras, un trabajo nada original, de manual, pero que por otro lado no desentona para nada con lo anteriormente realizado con los personajes ni con el propio espíritu de la cabecera.

Visto esto uno puede asegurar que Soule ha sabido afrontar las Secret Wars con habilidad, ofreciéndonos un producto que si bien se enclava en el universo de estas guerras, más bien parece una especie de epílogo en forma de What-If? para la primera temporada de Inhumano, por tanto, resulta un cómic aceptable pero que únicamente puedo recomendar a los seguidores de la franquicia inhumana, ya que para otro tipo de lectores seguramente resultará intrascendente.

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