Título: El Papá de los pollitos
Director: Alonso O. Lara
Año: 2009
Guión: Alonso O. Lara
Intérpretes: Bernabé Meléndrez (Raúl Muriño), John Solis (Mario Muriño), Eleazar García Jr. (Demetrio Camacho), Roberto Carbajal (El Gato), Margarito Barajas "El Centenario" (El Centenario), Felix Rosales (El Buitre), Roberto López (Comandante Serrano)
A día
de hoy se puede que una de las grandes exportaciones al extranjero de
latinoamerica es, sin duda, la narcocultura: música y, especialmente, películas
y series relacionadas con el mundo del narcotráfico. Un fenómeno popularizado
en gran medida por la serie de Netflix Narcos, hasta el punto de que hay menos
tres producciones de Hollywood en preparación que tocaran de una manera u otra
el entorno del jefe de jefes Pablo Escobar. Pero esto no es algo nuevo, sino
una realidad que lleva existiendo años…pero claro, de manera marginal. La
explotación del narcotráfico en producciones low-cost (por llamarlas de alguna
forma) directas a DVD es algo que lleva ocurriendo desde hace más de una década
especialmente en México, donde se fabrican a toneladas y constituyen uno de los
principales motores de la industria audiovisual del país. Son pelis duras de
ver, eso no se puede negar, pero, aquellas que cuentan con algún actor medio
decente, con un guión que no ha sido improvisado en el momento y con algo de
ritmo pueden llegar a entretener al espectador. No es el caso de lo que hoy se
va a comentar.
El Papá
de los Pollitos es una película inspirada, como tantas otras, en un
narcocorrido, en este caso, de Los Tucanes de Tijuana. Narra la historia de un
narco poderoso, dueño absoluto de su plaza, que se carga a todo aquel que no se
arregla con él antes de introducirse en sus dominios. Cuando su hijo interviene
un gran cargamento de cocaína a Demetrio Camacho, un narco rival, este último
iniciará una sangrienta campaña contra el Papá de los Pollitos para arrebatarle
su territorio.
Igual
contada no pinta ni tan mal, pero tras hora y tres cuartos de conversaciones en
bares, rancheras y salones intercaladas con algún tiroteo rodado al más puro
estilo narco (es decir, con armas que disparan aire, actores que no saben ni
caerse muertos y los mínimos o, como en este caso, ausentes efectos digitales)
y, por supuesto, en el argot propio de los traficantes (ya saben ustedes:
“quebrarle”, “darles piso”, “partirles su madre”, “hacerle un levantón”, etc),
uno no puede hacer otra cosa que aburrirse más que viendo crecer a las plantas,
incluso en los momentos musicales, que suelen ser lo mejor de este tipo de
productos y que pocas veces han estado peor grabados que en esta ocasión.
Protagoniza
la cinta Bernabé Meléndrez, que ha participado en decenas de estas putas
mierdas, junto a otro que también ha hecho su porrón de narco películas, John
Solis. Como villano, tenemos al grandísimo (no es coña) Eleazar García Jr. , un
actor que si yo fuera Tarantino, Robert Rodríguez o cualquiera de estos
supuestos consumidores de cine marginal y extravagante ya me habría llevado a
una gran producción, porque desde luego muestra tablas suficientes como para
componer un personaje serio y una actuación decente (sin duda alguna, la única
decente de la película).
Dirige
el subproducto Alonso O. Lara, que ignoro si tendrá algún parentesco con Mario
Quintero Lara (líder y fundador de Los Tucanes de Tijuana, como he dicho antes,
el grupo creador del corrido que inspiró la peli), el cual debe ser una especie
de experto en adaptar este tipo de canciones al vídeo doméstico, ya que en su
reducida filmografía tiene al menos otras dos cintas inspiradas en narcorridos:
El Centenario (que toma su nombre una vez más de un corrido de Los Tucanes) y,
más recientemente, Sanguinarios del M1 (inspirada en esta ocasión en un tema
del Movimiento Alterado, una suerte de agrupación de distintos narco cantantes
bajo una misma bandera).
Y
hablando de música, como toda peli de narcos que se precie, la cinta incluye
colaboraciones musicales (que no son otra cosa que canciones de artistas
invitados, los cuales normalmente cuentan además con un pequeño papel en la
peli, que son metidas a capón en el metraje y utilizadas por lo general como
reclamo para las masas). En esta ocasión contamos con la presencia de Los
Incomparables de Tijuana y también de El Halcón de la Sierra, el cual sería
tiroteado poco después de hacer la peli por unos narcos, ingresando ya cadáver
en urgencias.
Y ya está, que bastante le he dedicado a esta puta mierda que dudo que muchos se atrevan a
visionar. Infame, infame y aburridísima.
PD: No hay trailer pero os dejo el tema inspirador, que es bastante mejor que la totalidad del metraje visionado.
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