sábado, 17 de septiembre de 2016

ALMAS DE METAL de Michael Crichton


Título: Almas de metal (Westworld)
Director: Michael Crichton
Año: 1973
Guión: Michael Crichton
Intérpretes: Yul Brynner (El Pistolero), Richard Benjamin (Peter Martin), James Brolin (John Blane), Alan Oppenheimer (Supervisor)

El difunto Michael Crichton debía tener alguna especie de trauma con los parques de atracciones que explique el que en el transcurso de una misma vida perpetrara dos cosas como Parque Jurásico y esta Almas de metal.
Un parque de atracciones futurista que reconstruye escenarios del pasado (concretamente la Edad Media, el Salvaje Oeste y los tiempos del Imperio Romano) mediante androides autónomos e hiperrealistas se torna una pesadilla cuando los robots comienzan a sufrir fallos y a cargarse a los turistas del mismo.  Premisa sencilla y un concepto muy interesante el de un parque de atracciones dónde uno literalmente puede olvidarse de su día día, de su vida y de sus mierdas personales fingiendo literalmente el ser otra persona en otro tiempo distinto. Un lugar dónde si lo deseas puedes dejar la ética y la moral de lado. Robar, matar, emborracharte a muerte, follar a diestro y siniestro con todo lo que se mueve, puedes hacer lo que quieras en ese sitio, no trae consecuencias, todos sus habitantes son robóticos y todas las instalaciones del parque estarán arregladas al día siguiente. Sin duda alguna, el entretenimiento del futuro. Un concepto muy molón pero que apenas es explorado en la cinta( y eso que eran los años 70, cuando si uno tenía los cojones suficientes podía lograr plasmar este tipo de ideas si quisiera). 
Pero bueno, si obviamos esto, la peli dura 85 minutos de los cuales la mitad son la presentación del parque, de los personajes y de la situación, y la otra mitad, la catástrofe que azota al mismo. Es entretenida y se aguanta bastante bien pero no va más allá. En el tema efectos especiales se ha quedado un poco vieja (la secuencia del aterrizaje de la nave en el parque al principio de la película canta horrores), no así en el maquillaje de los robots, que ha aguantado el paso de los años con más dignidad.
El plantel de actores está compuesto por una serie de mediocres entre los cuales se encuentra James Brolin (el padre de Josh Brolin) y, alzándose por encima del resto, Yul Brinner, que repite su performance en Los Siete Magníficos (hasta tal punto que va vestido de la misma madera que en dicha cinta). Curiosamente es este personaje y la expresión pétrea del señor Brinner lo que verdaderamente ha trascendido de la película, siendo citado por John Carpenter como una de los muchos elementos que le ayudaron a confeccionar a Michael Myers así como una gran inspiración para el bueno de Arnold Schwarzenegger a la hora de afrontar su papel en la mítica Terminator, por no hablar de las similitudes entre las secuencias de la visión infrarroja de los androides y las realizadas años más tarde en la ochentera Depredador
Detrás de la cámara se encuentra, cómo ya he dicho, el difunto novelista Michael Crichton que debutaba de esta manera como director. El señor Crichton fue un novelista de éxito sin duda alguna pero que, en mi modesta opinión, paría más novelas maluchas que trabajos dignos mención (por citar alguna de sus cagadas, ahí tenemos la infumable Sphera o Next, que es posiblemente la novela más aburrida escrita en lo que llevamos de siglo XXI). A lo largo de los años 70 y los 80 llegó a dirigir un total de seis películas y, si atendemos al mediocre trabajo que realiza aquí y al igualmente nefasto trabajo que realizo en Coma, el cual fue su siguiente trabajo tras Almas de Metal, es probable que estemos ante la cinta más meritoria de su filmografía.
La peli sufrió toda clase de presiones por parte de la Metro Goldwyn Mayer para que costara lo menos posible. Aún así, logró recaudar unos 10 millones de dólares en los Estados Unidos partiendo de un presupuesto de poco más de un millón, logrando un éxito suficiente cómo para que esputara una secuela, Mundo Futuro (Futureworld) que se estrenó en 1976 y una serie de TV que se canceló casi inmediatamente después de que viera la luz en 1980. A día de hoy, la HBO prepara el inminente estreno de una nueva adaptación televisiva. Conociendo el gusto de la cadena por meter cantidades ingentes de violencia y sexo en sus productos, no creo equivocarme al decir que es muy probable que nos encontremos ante un Westworld renovado para los tiempos modernos que poco tenga que ver con el film original pero que sin duda explotará como dios manda el concepto propuesto por el señor Crichton.



No hay comentarios:

Publicar un comentario