sábado, 5 de agosto de 2017

Dobles programas bizarros (V): UNDERWORLD de Len Wiseman + UNDERWORLD: EVOLUTION de Len Wiseman


Título: Underworld
Director: Len Wiseman
Año: 2003
Guión: Danny McBride
Intérpretes: Kate Beckinsale (Selene); Scott Speedman (Michael Corvin), Bill Nighy (Viktor), Michael Sheen (Lucian), Shane Brolly (Kraven), Kevin Grievoux (Raze)

De todas las sagas de acción con monstruitos y criaturas varias que nacieron a finales de los 90 y principios de los 2000, posiblemente mi preferida sea la saga de Underworld. No sé si será por los vampiros, por los hombres lobo, porque es la única que me llevó al cine en algún momento o porque me pilló en mis efervescentes 12 añitos cuando estaba en su plenitud. En cualquier caso llevaba como cinco o seis años sin verme ninguna película de la saga (y eso que me quedé en la tercera la última vez) y ya tocaba pegarle un repaso para ver que tal ha envejecido, si sigue siendo tan entretenida y todas esas cosas. Así que empecemos por el principio de todo.
Underworld nos presenta un mundo en el que los vampiros y los licántropos no sólo existen sino que llevan cientos de años enfrentados entre sí en una guerra sin cuartel. En la Hungría actual, los hombres lobo viven reducidos a refugios en las alcantarillas y viven como alimañas mientras los vampiros se dedican a un estilo de vida hedonista congregados en grandes mansiones. Todo cambiará cuando Selene, una de las guerreras vampiras mas habilidosas, descubra que un humano, aparentemente relacionado con una antigua leyenda vampírica, está siendo perseguido por los licántropos, quienes creen que puede ser la clave para inclinar la balanza de la guerra hacia uno u otro bando y acabar con esta de una vez por todas.

Hay quien dice que la saga entera está plagiada prácticamente en su totalidad de los juegos de rol de Vampiro: La Mascarada y demás, pero como yo no tengo ni puta idea de esas mierdas no me cortaré en decir que me gusta la mitología planteada por la película y, sobre todo, me gusta la estética tan de aquellos años, con su cuero negro, su bullet-time y sus tiroteos imposibles, todo ello rodado en una fotografía de tonos fríos, grises y azules principalmente, que resalta aun más toda la frialdad y la artificialidad de ese mundo nocturno fantástico.
Si bien todo lo que es el empaque, el universo presentado, está bien fundamentado, la trama desarrollada viene a ser bastante predecible a pesar de los dos o tres giros de guión que tiene, e incluso peca a veces de depender de detalles que plantean pero no terminan de resolver, como si ya desde un primer momento estuvieran pensando en una saga de varias películas y en una trama a desarrollar a largo plazo, algo que para una película cuya secuela no está garantizada desde un primer es un ERROR, tenga o no sentido todo ello tras unas cuantas entregas. Aun así, como en estos casos lo que prima es que la estética mole y la acción no esté mal rodada (en este caso, ni el montaje es tan videoclipero como en otras pelis similares, ni el bullet-time tan molesto y casi todas las escenas de acción se pueden visualizar sin volverte loco intentando ver lo que pasa, así que se le puede dar un aprobado sin problemas), pues el que la trama desarrollada sea más o menos simple como que da un poco igual.

Protagoniza la película la guapísima Kate Beckinsale que, a pesar de haber trabajado también con Scorsese, Michael Bay y unos cuantos directores de renombre más, tiene en la saga Underworld el que es, sin duda alguna, el papel que ha marcado su carrera y por el cual va a ser recordado en el futuro. Es sexy, se mueve con soltura en las peleas, tiene un puntillo descarado incluso y las lentillas azules y los colmillos le sientan de puta madre asi que, por mi parte, ningún problema con ella. El co-protagonista es Scott Speedman, un señor sosísimo que también tiene en esta película el papel de su vida, pero en esta ocasión, porque no ha rodado nada más que merezca la pena reseñar. Como líder de los licántropos, uno de los personajes más carismáticos y más empáticos de toda la saga, tenemos a Michael Sheen (que no tiene nada que ver con Martin Sheen o el drogadicto de su hijo Charlie), ex pareja de la señorita Beckinsale y un actor que años después de hacer Underworld ganó un prestigio que te cagas con su participación en La Reina (el biopic de Isabel II con Helen Mirren) y en El Desafío: Frost contra Nixon, con una nominación a los BAFTA incluida, pero que en el momento de hacer esta peli era más bien desconocidillo. Por otro lado, Viktor, señor de los vampiros está interpretado por un especialista en papeles grimosos, el británico Bill Nighy, conocido por hacer de rockero viejo en Love Actually, por su papel de Davy Jones en la saga Piratas del Caribe y por sus cameos en las pelis de Edward Wright. El resto del plantel está compuesto por mediocres y completos desconocidos, muchos de ellos procedentes de Europa del Este, entre los que destaca como curiosidad  el cameo de Wentworth Miller, protagonista de Prison Break y el Capitán Frío en The Flash, Arrow y demás series de superhéroes de la CW.
Dirige toda la fiesta Len Wiseman, el señor por el cual Kate Beckinsale dejó a Martin Sheen hasta el año 2015 en el cual le pidió el divorcio. Un hombre cuya filmografía se compone básicamente de las dos primeras entregas de la saga Underworld y de dos putas mierdas como son La Jungla 4.0 y el remake de 2012 de Desafío Total. Un auténtico currela, impersonal hasta decir basta, lo cual lo excusa bastante en lo que respecta al resultado final de sus películas, y actualmente productor tanto de las nuevas entregas de Underworld como de diversas series de TV. Sin duda alguna, el otro pilar fundamental de la saga aparte de la señorita Beckinsale.
En líneas generales Underworld es una película que en su momento me gustó mucho (aunque claro está, tenía 12 añitos cuando la vi por primera vez) y que hoy día me entretiene pero no me dice gran cosa más. Ni de lejos es tan impresionante y adrenalínica como la recordaba. La película fue, en su momento, un éxito sorpresa ya que, partiendo de un presupuesto de 22 millones de dólares consiguió recaudar casi 96, lo que le aseguró a la misma su continuidad en toda una serie de secuelas, la primera de las cuales fue…





Título: Underworld: Evolution
Director: Len Wiseman
Año: 2006
Guión: Danny McBride
Intérpretes: Kate Beckinsale (Selene), Scott Speedman (Michael Corvin), Tony Curran (Marcus Corvinus), Derek Jacobi (Alexander Corvinus), Steven Mackintosh (Andreas Tanis)

Underworld: Evolution. Primera secuela en la que repiten Wiseman, Beckinsale y Speedman y en la que prácticamente nada cambia en lo referente a la estética, la dirección y las interpretaciones de los actores. Y sin embargo mi favorita de la saga por el momento ¿Por qué? Simple, porque se centran más en la mitología planteada para el universo de la saga, es un no parar de escenas de acción bastante mejor planificadas que las de la primera entrega y tiene como villanos a un puto licántropo albino inmenso y a un señor de los vampiros, con sus alas de murciélago y todo, curradísimos con un maquillaje de puta madre.

La película es una continuación directa de la primera parte y nos presenta a los protagonistas, Selene y Michael, huyendo de los restantes vampiros y licántropos por igual. Sin embargo, sus acciones en la anterior peli provocaron indirectamente el despertar de Marcus Corvinus, el primer vampiro quién también se lanzará en persecución de la feliz pareja, pues aunque estos no lo sepan, tienen la clave para despertar de su encarcelamiento eterno a William Corvinus, el primer licántropo y hermano de Marcus, pieza fundamental de un plan del susodicho chupasangre para lograr el dominio sobre ambas razas de seres nocturnos.
La verdad es que es una peli de la que no se puede decir gran cosa, menos aún después de haber comentado la que le precedió. No ofrece prácticamente nada nuevo salvo la continuación de la trama iniciada y la presentación de nuevos personajes, y mantiene todos los elementos de fotografía y estética de la primera entrega, mejorando eso sí cosillas tales como el CGI utilizado y la realización de las escenas de acción. Claro que también contó con un presupuesto bastante mayor que el de su predecesora, casi 45 millones de dólares que rentabilizaron de sobra con una recaudación de algo más de 113 millones.
Entre las nuevas incorporaciones al plantel de actores tenemos como Marcus Corvinus a Tony Curran, actor irlandés que , al margen de un papel secundario en Blade II y su interpretación como el hombre invisible en La Liga de los hombres extraordinarios, no ha hecho nada que merezca la pena destacar. El británico Steven Mackintosh encarna al historiador y cronista de los clanes vampíricos Andreas Tanis y, junto a todos estos mediocres, encontramos la participación estelar de un grande, el shakespeariano Sir Derek Jacobi, al que habréis podido en decenas de producciones de diversa índole, desde series B hasta pelis de prestigio, y al que recuerdo especialmente por sus papeles de Graco en Gladiator y del emperador Claudio en la adaptación televisiva del Yo, Claudio de Robert Graves por el que obtuvo un merecidísimo premio BAFTA a Mejor Actor.

Y ya está, no hay más que decir. La verdad es que en este tipo de sagas en las que se adhieren a una fórmula estética que funciona no suele haber gran cosa que destacar salvo cuando se convierten en una puta mierda. Eso y que, por otro lado, la preferencia de unas entregas sobre otras suele ser puramente subjetiva y complicado de argumentar salvo con la clásica pregunta “¿Qué tiene esta que no tengan las demás?”. Al menos así lo veo yo. La próxima vez que afronte esta saga revisionaré la tercera entrega y precuela de todas las demás películas, Underworld: La Rebelión de los licántropos, y afrontaré por primera vez el visionado de la cuarta parte. Cuídense hasta entonces…


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