domingo, 3 de abril de 2016

GREEN ARROW: CARCAJ de Kevin Smith y Phil Hester



Título: Green Arrow: Carcaj (Green Arrow: Carcaj #1-5)
Editorial española: Norma Editorial
Publicado originalmente como: Green Arrow: Quiver (Green Arrow vol. 3 #1-10) [DC Comics]
Guión: Kevin Smith
Dibujo: Phil Hester
Entintado: Ande Parks
Color: Guy Major
Portadista: Matt Wagner

Muerte y resurrección, el eterno ciclo que se repite en los cómics de superhéroes. Un hecho fundamental que cobró un nuevo significado cuando Dan Jurgens decidió matar a Superman a principios de los 90, una estrategia que supuso un éxito doble para DC, que se forraría de pasta (no se vendieron tebeos ni nada del susodicho evento) con la muerte y se volvería a forrar con la posterior resurrección del héroe. Ejemplos desde entonces los ha habido a patadas, véase a Green Lantern y Batman en DC o al Capitán América y Ojo de Halcón en Marvel por decir unos cuántos. Normalmente hoy en día la muerte de personajes de estas características suelen suponer la culminación o incluso el detonante de un evento gigantesco confeccionado como estrategia infalible para vender más comics. Pero hubo un tiempo en que esto no era así.
Pocos años después de la vuelta a la vida de Superman y tras el fin de la aclamada etapa de Mike Grell al cargo de Green Arrow, el por aquel entonces guionista de la cabecera, Chuck Dixon, decidía, en un movimiento inesperado, acabar con la vida de Oliver Queen, acontecimiento que apenas tendría impacto en la propia serie (no digamos ya al margen de esta) , ya que en el número posterior al fallecimiento, el arquero esmeralda sería sustituido por su propio hijo, Connor Hawke, y la cabecera zozobraría durante un tiempo hasta ser cancelada en el 98. Dos años después, cómo suele ocurrir cuando cabeceras secundarias como esta pierden el rumbo, los directivos de DC encargarían un relanzamiento de la colección dando carta blanca al guionista y cineasta Kevin Smith, que acababa de terminar su colaboración con Marvel y Daredevil (comentada previamente en esta santa casa). El señor Smith decidiría entonces traer de vuelta al viejo Green Arrow, el de toda la vida, pero con ciertos cambios que le permitirían, al igual que hizo en Daredevil, contar una historia en la que poner sobre el papel algunas de sus obsesiones metafísicas, así como para demostrar su vasto conocimiento del Universo DC.

Oliver Queen de vuelta de entre los muertos

Carcaj nos muestra como Oliver Queen aparece misteriosamente con vida en Star City años después de su supuesta muerte mostrando además una amnesia por la cual es incapaz de recordar que ha ocurrido en los últimos diez años. Acogido por un millonario de la localidad y contando con la ayuda de una nueva pupila, Oliver Queen retomará su papel de superhéroe una vez más en la ciudad que lo vio crecer mientras intenta descubrir como es posible que haya vuelto a la vida y más importante aún, por que lo ha hecho.
Cuando hable en su momento de la etapa de Smith en Daredevil comenté que uno de los mayores lastres de esta era el empeño del guionista por introducir elementos religiosos en la trama de manera forzada, lo que parece ser una constante en la obra comiquera de este señor pues aquí en Carcaj vuelve a introducir el elemento religioso planteando una serie de cuestiones metafísicas al más puro estilo de un sermón de misa del domingo. ¿Qué hay después de la muerte? ¿Es más importante el alma o el cuerpo? o ¿La propia humanidad requiere de la existencia del alma? son algunas de los dilemas que plantea Kevin Smith a lo largo de los diez números, dilemas que, evidentemente, intenta resolver con el inevitable componente cristiano. Sin embargo,mientras que en Daredevil esto era una losa que no desaparece en la totalidad del arco argumental, aquí es algo que aparece en breves momentos y tocando tangencialmente la trama, o en otras palabras, en lugar de tomar un papel central es un mero complemento a lo que de verdad nos quiere contar el cómic. Y lo que este quiere contar es simplemente el esfuerzo de Ollie por encajar en un mundo que ha avanzado años sin su presencia junto a la pura aventura que vivirá para resolver el misterio en torno a su muerte, periplo en el cual se encontrará con personajes de la talla de Aquaman, Batman, Superman, Etrigan el demonio, la "Arrowfamilia" al completo (que incluye a Connor Hawke, a Roy Harper aka Arsenal y a la mismísima Canario Negro) o Hal Jordan (que por aquellos años ejercía el papel de receptáculo de los poderes ultraterrenos de El Espectro) entre otros. Kevin Smith demuestra con todas estas "colaboraciones" ser un mayor conocedor del Universo DC que del cosmos Marvelita, haciendo referencias a las diferentes "Crisis" vividas hasta la fecha (y el cacao que supusieron para la continuidad Deceita), a las dos etapas más importantes hasta la fecha de la cabecera del arquero, la de Mike Grell (concretamente al arco argumental El Cazador Acecha, al cual Smith homenajea mediante una subtrama en la que Ollie persigue a un asesino en serie en Star City, historia que recuerda poderosísimamente a aquel mítico cómic) y aquella guionizada por Dennis O' Neil en la que junto a Green Lantern recorrió,como si de una "road movie" se tratara, diversos puntos de los Estados Unidos mostrando los problemas sociales de la América de los años 70, e incluso llega a tirarse el pisto de hacer referencias al Sandman de Neil Gaiman y a Stanley and his Monster, un cómic infantil de la DC primigenia de los 60. Lo que Kevin Smith consigue con esto es lograr un equilibrio perfecto entre la seriedad de un tebeo que quiere plantear algo con lo que el lector pueda comerse el coco y la de un producto de puro entretenimiento para las masas, complementando la mezcla con unas gotas de humor basadas fundamentalmente en el contraste que supone la interacción de unos personajes situados en el presente con un Green Arrow que, a causa de su amnesia, se encuentra anclado en los años 70, o dicho de otra manera, con la mentalidad de un viejo cascarrabias de aquellos años.

Green Arrow se reencuentra con la JLA...con simpáticas consecuencias

Acompaña al guionista a los lápices Phil Hester, dibujante odiado por muchos por su particular estilo cartoon, de trazo simple, estilizado y muy poco recargado que, unido a los vivos colores de Guy Major, dan como resultado un dibujado muy dinámico (casi ves a los personajes moviéndose en la viñeta frente a tus ojos) y francamente encantador que recuerda poderosamente (Ay, la nostalgia...) al Batman de Paul Dini y Bruce Timm, y por consiguiente, a la mítica serie de dibujos animados de los 90. Complementan el apartado gráfico el entintado de Ande Parks que resalta y mejora de manera muy efectiva el trabajo de Hester y unas portadas acojonantes obra del mítico Matt Wagner, el legendario autor de Grendel.
El resultado en su conjunto es un cómic muy entretenido, que va follado de ritmo, con un plantel de personajes (entre cameos, secundarios y protagonistas) envidiable y una trama a caballo entre la seriedad y el más puro entretenimiento palomitero ilustrada por un dibujo sensacional. Un trabajo mucho más redondo en todos los sentidos que el realizado por Kevin Smith en su paso por Daredevil, con el que no sólo demuestra ser mejor conocedor del Universo DC que del marvelita, sino también que sabe aplicar mejor los conceptos que quiere tratar en dicho entorno (¿O acaso será que su experiencia en Marvel no le hizo sino aprender a escribir guiones de verdad?).
Ni que decir tiene que el retorno de Oliver Queen fue todo un éxito de crítica y de ventas (no en vano este arco argumental se tiene como uno de los mejores cómics de toda la historia de la cabecera del arquero) que propició que Kevin Smith se quedara en la colección por cinco números más y que esta resucitara también de entre los muertos por todo lo alto inaugurando un volumen 3 de Green Arrow que se mantendría como serie regular durante la friolera cifra de 75 números, lo cual no es moco de pavo para un personaje que ha vivido durante la mayor de su historia en el fino umbral entre la serie de culto y la implacable cancelación.