miércoles, 23 de diciembre de 2015

LEPRECHAUN: LA NOCHE DEL DUENDE de Mark Jones



Título: Leprechaun: La noche del Duende (Leprechaun)
Director: Mark Jones
Año: 1993
Guión: Mark Jones
Intérpretes: Warwick Davis (Leprechaun), Jennifer Aniston (Tory), Ken Olandt (Nathan Murphy), Mark Holton (Ozzie), Robert Gorman (Alex), Shay Duffin (O'Grady)

Un irlandés borracho atrapa a un Leprechaun al que previamente le había sustraído su preciado oro y lo encierra en una caja en el sótano de su casa, sufriendo un ataque cardíaco antes de poder hacer uso y disfrute del premio en metálico. Diez años más tarde unos chavales acaban encontrándose con el oro y liberando por accidente a la criatura al mismo tiempo, la cual no parará de darles caza con el fin de recuperarse su dorado tesoro.
Así empieza una de las sagas más chorras del cine de terror. Fechada en 1993, la película, a pesar de que el director afirma que la principal inspiración de la misma fue Critters, parece increíblemente deudora de esas entregas de Pesadilla en Elm Street donde Freddy Krueger soltaba chascarrillos cachondos antes de pasar a sus víctimas por las cuchillas. Con esto quiero decir que si bien la cinta empieza como una peli de monstruos al uso, con el duende acechando y asesinando a una anciana, pronto decae en el subgénero de la "comedia con toques de terror" desde el momento en que el Leprechaun persigue a sus víctimas por la carretera pedaleando a toda ostia en un triciclo (todo ello antes de hacerse con las llaves de un mini coche y sufrir un incidente con un policía local), degenerando con el tiempo en un cachondeo con patas que, sin resultar excesivamente gracioso, es lo suficientemente ligero y ágil cómo para mantenerte entretenido durante los 80 minutos que dura.

Warwick Davis, sin duda uno de los enanos más famosos del cine, interpreta, bajo un convincente maquillaje y vestuario (teniendo en cuenta el limitado presupuesto con el que contaba el film), al repugnante duende en el que probablemente sea el papel más recordado de su carrera junto al de protagonista en Willow  y conduce todo el espectáculo cómo el amo de la pista, correteando por ahí, cargándose a la peña, haciendo sus rimas cómo buen Leprechaun que es, hablando con impostado acento irlandés en la versión original (acabas del "me gold" hasta los mismísimos cojones) y procurando que todo el calzado que aparece en la película se encuentre reluciente (no en vano según la misma es, literalmente, "zapatero de oficio").
El otro nombre que destaca en el casting es el de Jennifer Aniston, la conocida actriz de la serie de TV Friends (que por cierto se estrenaría al año siguiente de que esta peli viera la luz) y de tantas comedias románticas, que aquí aparece bien joven y bien esbelta, con minifalda, deportivas, look adolescente y aún sin operar, interpretando a la protagonista femenina, un papel del cual ha estado renegando durante años (llegando incluso a decir en entrevistas que ella "no conocía la existencia de una película llamada Leprechaun") y que a día de hoy, ahora que las libertades de Internet impiden que todos estos "comienzos de mierda actorales" permanezcan en secreto, aún lleva encima cómo una pesada carga que soportar cuándo el periodista de turno decide joder la marrana haciendo la preguntita de turno.

Dirige y guioniza la función Mark Jones, un señor que comenzó trabajando como director de episodios de series de TV hasta que decidió entrar en el cine por la puerta del dinero, es decir, por la del "cine de terror", funcionándole la cosa bastante bien y ganando la cinta el estatus de culto suficiente cómo para que contara con nada menos que cinco secuelas de las cuales únicamente la segunda se estrenaría en pantalla grande, yendo todas las demás al mercado del direct-to-video (por lo que podemos decir que el sr.Jones ha estado sobreviviendo gracias al duende hasta el día de hoy). La peli llegaría incluso a estrenarse en cines en España bajo el título de La Noche del Duende, congregando a algo más de 24.000 espectadores en salas.
Con todo esto, y aceptando desde el primer momento que esto es una broma ante todo, la película se deja ver bastante mejor que otras muchas de su mismo estilo. Así que si, podría ser bastante recomendable como mero entretenimiento.
Y ahora, con vuestro permiso, me voy a tomar la libertad de cerrar la reseña citando al duendil protagonista de la cinta:

" Van a ponerme a prueba. Van a intentarlo
El que me robe el oro. No podrá contarlo"


martes, 22 de diciembre de 2015

INHUMANOS: EL ASCENSO DE ATTILAN de Charles Soule y John Timms


Título: Inhumanos: El Ascenso de Attilan (Inhumano Vol.1, #15-18)
Editorial española: Panini Comics
Publicado originalmente cómo: Secret Wars. Inhumans: Attilan Rising #1-5 [Marvel Comics]
Guión: Charles Soule
Dibujo: John Timms
Entintado: Roberto Poggi
Color: Frank D'Armata
Portadista: W.Scott Forbes y Dave Johnson

Cruce con las nuevas y diferentes Secret Wars de la mano de Charles Soule, guionista que, gracias a sus trabajos en DC (en La Cosa del Pantano sin ir más lejos) pero sobre todo en la actual Marvel (el último volúmen de Hulka, Inhumano y La Muerte de Lobezno) se ha convertido en uno de los nuevos guionistas de primera fila de la editorial, tanto es así que no sólo le han permitido el expandir en el nuevo universo Marvel post-Secret Wars su microcosmos en torno a la familia real inhumana con dos nuevas cabeceras de futura aparición (Uncanny Inhumans y All-New Inhumans) si no que también le han dado las riendas de una cabecera que, en los últimos 15 años ha sido mimada por Marvel con extrema atención como es Daredevil (y encima tomando el relevo de la exitosa y multipremiada etapa de Mark Waid).

Blackagar "Bogart" Boltagon entra en las Secret Wars por la puerta grande

De esta manera, si bien en otros de sus trabajos se le puede considerar un autor con más intención de crear algo con trascendencia y algo más que contar que el simple entretenimiento, en Inhumano Soule ha tomado el formato de las mejores series de TV actuales (ritmo acojonante, variedad de personajes que despierten interés en el público y cliffhanger para mantenerte pegado a la pantalla ansioso por el siguiente episodio) y lo ha trasladado a las páginas del cómic, logrando posiblemente una de las cabeceras más entretenidas que hemos podido ver a lo largo de Marvel NOW. Ahora bien, para este tipo de autores con este estilo de escritura que podríamos denominar cómo "a largo plazo" o, casi mejor, por seguir con la analogía televisiva, "por temporadas", los eventos suelen ser un engorro que pueden acabar perjudicando a la cabecera (los últimos números de la etapa de Rick Remender en Imposibles Vengadores, una vez pasó la debacle de Axis, son prueba de cómo puede dañar un evento a un buen cómic), por lo que la tarea de un guionista  es saber adaptar su cabecera a las circunstancias o bien ser lo suficientemente hábil para esquivarlas.

Dicho esto, he de decir que el escenario de estas Secret Wars (un nuevo Universo constituido por fragmentos aglutinados de todos los Universos Marvel alternativos y gobernados con puño de hierro por el todopoderoso Dr. Muerte) garantiza más que en otras ocasiones que los guionistas puedan adaptar sus historias al mismo e incluso sacar algo bueno de verdad de todo ello. Así, en los diferentes cruces con el evento principal hemos podido ver historias que se restringen a un territorio determinado de este escenario, normalmente relacionado con el evento al que homenajean (porque una cosa es innegable, y es que mientras que el evento principal de Secret Wars es un homenaje de Jonathan Hickman tanto a las Secret Wars originales cómo en particular a los Cuatro Fantásticos, y más aún al Doctor Muerte, los distintos tie-ins son tributos a los diferentes eventos que ha sufrido el Universo Marvel desde su creación, con énfasis particular a los acontecidos en los últimos 15 años), e historias que se desarrollan en varias de estas zonas, dando una idea más global del nuevo "Mundo de Batalla" y de cómo se desarrollan las vidas de sus habitantes.

El Salón del Silencio...busque todas las referencias que sea capaz de encontrar

Charles Soule introduce este El Ascenso de Attilan en esta última categoría, presentándonos una historia en el que una "Resistencia" contra el demonio de Muerte comandada por Rayo Negro se extiende en los submundos de "Mundo de Batalla" con el objetivo de derrocar al susodicho, a la vez que Medusa, en este universo regente de Manhattan, intenta desmantelarla para evitar perder su rango dentro del cuadriculado sistema político del Doctor Muerte.
La miniserie cuenta entre sus integrantes a casi todo el plantel de NeoHumanos ("nuevos Inhumanos") presentados en las páginas de Inhumano (se echan de menos las versiones de Linaje e Inferno de este mundo alternativo, pero...), así cómo a la familia real inhumana al completo y a algunos personajes que nada tienen que ver con los Inhumanos, cómo un Ghost Rider con la estética de los años 20 o la participación de la versión de Daredevil del universo de 1602. Todos ellos participan en una trama que, si bien en su segunda mitad es pura acción y espectáculo, durante sus primeros pasos respira un aire a cine clásico y al cine de espías más "James Bondiano" innegable, empezando por la trama puramente policíaca de los primeros números y terminando por ese escenario del Salón del Silencio que perfectamente podría ser el local de Bogart en Casablanca con un Rayo Negro que bien podría ser el legendario actor (y que dicho sea de paso es todo un reto de "Quien es quien" para el lector veterano, donde podemos encontrar desde a un Peter Quill subido a las tablas del escenario hasta a la emperatriz Lilandra de los Shi'Ar tomando unas copas con Bullseye). Soule congrega a estos personajes y además trae algunos conceptos con los que ya trabajó previamente en Inhumano (Medusa y Rayo Negro como enamorados y ,sin embargo, enemigos, cada uno a un lado de la contienda) , así como otros totalmente contrapuestos a los mostrados en dicha serie (el descontrol de la terrigénesis en esta última enfrentada al concepto de terrígeno cómo método de control en la población inhumana, por otro lado, el enfoque clásico que han tenido siempre las famosas nieblas), aplicándolos de manera efectiva a este nuevo universo. El problema de todo esto es que la miniserie parece más un complemento a la cabecera anterior de Soule que a un producto independiente por sí mismo, con lo cual, una persona que no haya leído la susodicha y se haya familiarizado con los personajes puede que encuentre cierta resistencia para disfrutarla sin tener interrogantes cada dos por tres sobre los personajes que van apareciendo en la misma. Claro que, por otro lado, ¿Quién si no alguien con interés en la franquicia inhumana iba a adquirir estos cómics?
Acompaña a Soule a los lápices John Timms, que junto al dueto Poggi-Darmata logran un resultado muy similar al conseguido por Pepe Larraz, y en menor medida al de Ryan Stegman, en Inhumano, o en otras palabras, un trabajo nada original, de manual, pero que por otro lado no desentona para nada con lo anteriormente realizado con los personajes ni con el propio espíritu de la cabecera.

Visto esto uno puede asegurar que Soule ha sabido afrontar las Secret Wars con habilidad, ofreciéndonos un producto que si bien se enclava en el universo de estas guerras, más bien parece una especie de epílogo en forma de What-If? para la primera temporada de Inhumano, por tanto, resulta un cómic aceptable pero que únicamente puedo recomendar a los seguidores de la franquicia inhumana, ya que para otro tipo de lectores seguramente resultará intrascendente.

viernes, 18 de diciembre de 2015

MEMORIAS DEL ÁNGEL CAÍDO de Fernando Cámara y David Alonso




Título: Memorias del Ángel Caído
Directores: Fernando Cámara y David Alonso
Año: 1997
Guión: Fernando Cámara y David Alonso
Intérpretes: Santiago Ramos (Francisco), Hector Alterio (Julio), Emilio Gutiérrez Caba (Vicente), José Luis López Vázquez (Antonio), Juan Echanove (Carlos), Asunción Balaguer (Juana), Tristán Ulloa (Alberto)

Una de esas incursiones español de finales de los noventa en el cine fantástico y de terror antes de que se terminara de joder el género del todo quedando sólo Balagueró, De la Iglesia y dos o tres más como únicos representantes del mismo. La película cuenta como en una iglesia del centro de Madrid suceden consecutivamente dos fenómenos extraños, por un lado un supuesto milagro divino y por otro la muerte por envenenamiento de una serie de feligreses tras consumir la sagrada forma, lo que desencadenará una investigación policial que involucrará a todos los sacerdotes de la parroquia y a supuestas sectas satánicas, todo ello enmarcado en el contexto de paranoia que se vivió en las fechas próximas al fin del milenio.

Dicen que antes en España había mejores actores, y puedo dar fe de ello con seguridad viendo cosas cómo esta en las que actores de la vieja guardia comparten plano con actores maduros con algo de caracter y con algunas de las muestras de lo peor del panorama actoral español. Ello quiere decir que cuando sale Tristán Ulloa sólo quieres matarle de lo mal actor que es (por cierto, personaje totalmente sobrante en la película), que cuando sale Santiago Ramos (cuyo mayor problema es que uno lo tiene mentalizado por su papel en Aquí no hay quien viva y se predispone a verle en un registro cómico que para nada tiene que ver con el que muestra en esta peli) o Juan Echanove (tres cuartos de lo mismo que ocurre con Santiago Ramos) uno se queda contento, que cuando se nos muestra a Hector Alterio (totalmente alejado de los Ricardo Darín y demás purria que nos viene ahora de argentina) o a Emilio Gutiérrez Caba uno asiente con aprobación y que, finalmente, para cuando entra en escena el gran José Luis López Vázquez uno piensa que es el puto Dios del cine de lo buen actor que es y la naturalidad y el saber hacer con el que acomete su interpretación.
En cuanto a la peli en sí misma tenemos un producto con un buen envoltorio (una gran atmósfera de tensión a lo largo de la peli, especialmente en las escenas de las visiones y los momentos más oscuros de la cinta, situaciones cumbre de la trama) al servicio de un guión que si bien cuenta con altibajos y sus lagunas (misterios que nunca se llegan a explicar, actitudes de personajes que chirrian y una escena final que, personalmente, no he llegado a comprender), fallos ,según parece, cometidos debido a recortes en el presupuesto que conllevaron los inevitables cambios en el guión, está más o menos bien construido (lo suficiente cómo para que, habiéndome dispuesto a ver la peli a medianoche, aguantara su hora y media perfectamente y con interés).
La cinta está dirigida por Fernando Cámara y David Alonso, y posiblemente sea su único trabajo meritorio en toda su carrera, ya que el primero tras esto se iría directamente a la televisión (resurgiendo momentaneamente para dirigir Trastorno en el 2007), mientras que el segundo acabaría siendo el creador de una de las grandes mierdas de la historia del cine español, Más de 1.000 cámaras velan por tu seguridad (co guionazada con la ayuda del señor Cámara... todo queda en familia).
Con todo, esta Memorias del Ángel Caído es una película bastante aceptable (para bajarse, ver y borrarla después, pero eso sí, manteniéndola en la memoria), y un muestrario perfecto del esquema de película de terror/suspense (género que a día de hoy agoniza si no se encuentra muerto directamente) que se sigue manteniendo, salvo en contadísimas ocasiones, en nuestros días.


miércoles, 16 de diciembre de 2015

ALIAS: EL ORIGEN SECRETO DE JESSICA JONES y ALIAS: PURPURA de Brian Michael Bendis y Michael Gaydos


Título: Alias: El Orígen secreto de Jessica Jones ( Alias Vol.1 #11-12) y Alias: Púrpura ( Alias Vol.1 #12-14)
Editorial española: Fórum
Publicado originalmente cómo: Alias: The Secret Origin of Jessica Jones ( Alias Vol.1 #22-23) y Alias: Purple (Alias Vol.1 #24-28) [Marvel Comics]
Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Michael Gaydos y Mark Bagley
Entintado: Michael Gaydos y Mark Bagley
Color: Matt Hollingsworth
Portadista: David Mack

En los últimos días de existencia de la cabecera de Alias, Bendis acometía la tarea final de narrar la génesis de Jessica Jones y sobre todo el cómo llego a convertirse en el sórdido personaje que es a raíz de un conflicto con Killgrave, el Hombre Púrpura. Uno podría pensar que dado que Bendis, entre su aclamado trabajo en Marvel Knights: Daredevil, el cual compaginaba con la serie de Jessica, y su fichaje para guionizar nada más ni nada menos que la piedra funcional de la llamada por un servidor "nueva Marvel del siglo XXI", Los Nuevos Vengadores, estaría más imaginando el cuento de la lechera de cara a su futuro inmediato que pendiente de lo que tenía entre manos en ese momento. Pero ni corto ni perezoso, sabiendo que eran sus últimos momentos como guionista de su niña mimada, cogió y se cascó no sólo el mejor arco argumental de toda la cabecera sino también el más experimental de ellos y el más reconocido por la crítica (no en vano estuvo nominado al prestigioso premio Eisner del año de su publicación en la categoría de Mejor Historia Serializada ).

Aprendiendo a volar...

En estos últimos episodios se toma cómo punto de partida un encargo para Jessica de parte de una asociación de víctimas de Killgrave para lograr que el susodicho villano encarcelado confiese todos los crímenes cometidos en su dilatada carrera criminal que  acabará convirtiendose en un enfrentamiento en toda regla cuando el Hombre Púrpura escape de la cárcel. Es en estas páginas cuando Bendis nos revela de la manera más directa posible que todas las acciones y comportamientos que hemos visto a lo largo de Alias son el resultado de un trauma por parte de Jessica, trauma desencadenado por una violación. Pero este es un mundo de superhéroes y una violación corriente, aunque ya de por sí resulta un acto deleznable, no basta para resultar todo lo impactante que deba. Bendis resuelve la papeleta de la manera más sencilla: si tenemos un villano que controla las mentes, ¿Qué mejor que este robe la mente de la protagonista y la someta a su control? ¿Acaso hay algo más invasivo, más perturbador que el hecho de que alguien corrompa tus pensamientos, te convierta en una marioneta a su servicio, viole literalmente tu libre albedrío?  No me equivoco al decir que los flashbacks en los que se narra el pasado de Jessica son sin duda alguna el clímax de la serie, en tanto que la resolución del conflicto funciona casi más a modo de moraleja, una lección sobre cómo dejar el pasado atrás.
Pero detengámonos momentáneamente en el Hombre Púrpura, villano de segunda hasta que la mano de Bendis lo tocó y catapultó al plano donde se encuentran aquellos malvados con algo de consideración. Cómo he dicho anteriormente estos últimos números, precisamente por ser los últimos, son los más experimentales de toda la cabecera, tanto en la temática tratada cómo en la narrativa (construir una pelea final contra un supervillano basándose principalmente en diálogos no es tarea fácil), pero es en el tratamiento del Hombre Púrpura dónde Bendis se lleva la palma, pues se nos muestra como un personaje sádico y amoral que además, durante sus conversaciones con Jessica, rompe constantemente la cuarta pared, dirigiéndose directamente al lector, autoproclomando tanto a él como a Jessica cómo personajes de ficción e incluso tomándose la libertad, en palabras del guionista en todo momento, de criticas el guión y el dibujo del cómic cómo si de un lector más se tratara. Un movimiento que en un primer momento despista, y que sin dudas desvirtúa un poco las motivaciones del villano, pero que no resulta menos brillante por ello.

El Hombre púrpura dirigiéndose al espectador... de mindundi a la primera división en  unas pocas páginas

Por tanto, Bendis cierra Alias a la vez que Jessica Jones cierra las puertas a su traumático pasado, pero previamente a Púrpura, el último arco argumental, el "Calvo de Cleveland" nos narra en dos numeritos la génesis del personaje, y una vez más el costumbrismo y la cercanía al lado más humano de los superhéroes del que hace gala toda la serie vuelve a hacer acto de presencia. Si bien en Púrpura esta cercanía se nos muestra de la forma más sórdida , en El Orígen Secreto de Jessica Jones se nos presenta de la forma más inocente, pues si bien es la historia del cómo Jessica obtuvo sus poderes, lo es también de la vida de una adolescente en un mundo de superhéroes, una adolescente enamorada en secreto de un chico de su clase, un tal Peter Parker (y si, asistimos al famoso momento de la picadura de araña), una joven que se masturba por las noches fantaseaando con su ídolo, un tal Johnny Storm, y que en un despiste provoca que un camión de residuos tóxicos pegue un volantazo y a punto esté de no chocar con ella, como le ocurriría a un tal Matt Murdock con un vehículo de semejante apariencia. Compaginando estos momentos vemos el incidente que causa sus superpoderes, sus primeros pasos más bien torpes cómo superheroína y el cómo es testigo de alguno de los momentos cumbres de la historia del Universo Marvel, siendo la llegada de Galactus a la Tierra el más reconocible.

Acompañando a Bendis tenemos a los lápices una vez más a Michael Gaydos (cuyo estilo dentro de la cabecera fue comentado anteriormente) que firma en El Orígen Secreto de Jessica Jones el dibujo más feísta de toda  la serie, acentuado gracias a una paleta de colores más chillones que de costumbre, quizá intentando imitar la estética de los cómics de Archie, que hacen que los lápices rocen casi lo grotesco en ciertos momentos. Igualmente, durante las escenas de flashback en Púrpura y a modo de invitado especial tenemos a Mark Bagley, un hombre que en mi humilde opinión es uno de los mejores dibujantes que existen hoy en día para un cómic de superhéroes (sus larguísimas etapas junto a Kurt Busiek en Thunderbolts y junto al propio Bendis en Ultimate Spiderman son una más que suficiente prueba de ello), siendo su trazo estilizado, expresivo, optimista y con un coloreado que lo acerca muchísimo al de las cabeceras anteriormente mencionadas (que son puro blockbuster totalmente alejado de lo que constituye Alias) toda una contraposición con el de Gaydos, algo irónico cuando son las páginas de Bagley las encargadas de mostrar los episodios más atroces de la vida de Jessica.

Bagley y Bendis: fusión de dos grandes talentos

Así pues, y a pesar de tratar con acontecimientos de lo más oscuros, el final de Alias termina siendo una puerta al optimismo, cosa que no extraña, pues una vez terminado su papel en la colección, y ya embarazada de Luke Cage, Jessica se movería a una nueva cabecera, The Pulse, donde guionizada por Bendis de nuevo, y ahora con un tono mucho más ligero, continuaba moviéndose en los submundos del Universo Marvel, esta vez como periodista y acompañada de J. Jonah Jameson, Ben Urich y el resto de plantilla del Daily Bugle. Pero ahí queda el recuerdo de Alias y de cómo en aquellos tiempos hizo lo que nadie más en Marvel se atrevía a hacer, siendo estos dos últimos arcos argumentales la muestra más descarnada de ello. Hay que leerla al menos una vez en la vida.

viernes, 11 de diciembre de 2015

THE RIDICULOUS 6 de Frank Coraci


Título: The Ridiculous 6
Director: Frank Coraci
Año: 2015
Guión: Tim Herlihy y Adam Sandler
Intérpretes: Adam Sandler (Tommy "Cuchillo Blanco"), Rob Schneider (Ramón), Jorge García (Herm), Taylor Lautner (Pequeño Pete), Terry Crews (Chico), Luke Wilson (Danny), Nick Nolte (Frank Stockburn)

Simpática película que demuestra de primeras que los tiempos han cambiado y que ya cualquier productora puede atreverse a producir y estrenar por su cuenta en internet, y es que este es un producto traído de la mano de Netflix, la plataforma de video on demand más popular del mundo, y por tanto no verá la luz nada más que a través de la red y en las pantallas de las que cada uno disponemos en casa. Aunque claro, tampoco extraña siendo el bueno de Adam Sandler el que está detrás del proyecto, pues si no algo no es este señor es tonto, y sabe donde está el dinero y que un producto cómo este, en un estreno en cines a gran escala, es probable que se comiera un mojón.
Aun así, lo que tenemos  sin ser una grandísima comedia si que resulta un entretenimiento más que aceptable para pasar un buen rato durante casi dos horas (al igual que la mayoría de películas del señor Sandler), cosa de la que no todas las películas que se cuelgan ese apelativo pueden presumir a día de hoy.

The Ridiculous 6 gira en torno a Tommy "Cuchillo Blanco", un huérfano criado por apaches que, tras reencontrarse con su padre perdido, debe embarcarse en una misión para reunir 50.000 dólares que le permitirán rescatar a este de las manos de un grupo de bandidos, para lo cual contará con la ayuda de una serie de hermanos que el follarín de su padre fue procreando durante sus tiempos mozos cuando iba fornicando por todo el Oeste americano.

¡Y qué hermanos! A cada cual más estrambótico. Tenemos a un mexicano que va a todas partes con su burro interpretado por Rob Schneider, al negro hipermusculado de Terry Crews, a Luke Wilson (hermano de Owen Wilson) haciendo de un borrachín con un oscuro secreto en su pasado, al "crepuscular" Taylor Lautner (al que muchos creíamos acabado, muerto y enterrado profesionalmente) interpretando básicamente, y en una elección más que acertada, a un retrasado mental y a Jorge García (el gordo de Perdidos) cómo una especie de "Hombre de los bosques" que sólo habla a base de gruñidos. Todos ellos, aún sin acometer grandes interpretaciones dejan por los suelos la llevada a cabo por Adam Sandler (al que al menos hay que reconocerle la habilidad para reunir a semejante plantel), quien nos deleita una vez más con su rostro inexpresivo y su sobria interpretación, la cual queda en poco menos que nada si la comparamos con el gran papel de Rob Schneider (que SI es un gran comediante), la partida de culo que es ver a Taylor Lautner (tenido cómo guapo en sus tiempos en la saga Crepúsculo) con perpetua cara de subnormal y los dientes pochos, a Terry Crews tocando el piano con el rabo o el festival de caretos de Jorge García.
Acompaña a esta peculiar hermandad un Nick Nolte viejísimo y pasado de rosca interpretando al progenitor de la peculiar banda y toda una avalancha de cameos de actores de toda clase e índole que no pierden la ocasión de demostrar lo que es tomarse un  papel a cachondeo, a saber: Danny Trejo, un sobreactuadísimo Harvey Keitel, Jon Lovitz, , John Turturro o el siempre eficiente Steve Buscemi (protagonista absoluto, en la piel del clásico barbero de pueblo del oeste, de una de las mejores secuencias del film), amen de toda una serie de cómicos americanos desconocidos para mi persona. 
Uno podría pensar que una película cómo esta tiraría de lo fácil y se dedicaría a parodiar uno por uno todos los tópicos del género western, pero la cinta sabe ir un paso más allá y tener su propia personalidad, aunque eso sí, no pierde la oportunidad de parodiar el clásico "stand-off", el típico pueblo confederado, meter coñas con nativos americanos,, con Abrahama Lincoln e incluso tomarse la libertad de reunir en torno a una mesa de poker a Wyatt Earp, al general Custer y a Mark Twain (ojo, este último encarnado por el rapero Vanilla Ice y haciéndose el negrata con las anteriores leyendas del oeste mencionadas).

Dirige el cotarro Frank Coraci, personaje que ya había trabajado previamente con Sandler en películas cómo El Click y Juntos y Revueltos, y si bien cojea en ciertos aspectos cómo en los efectos especiales (en particular uno referente a una cabeza decapitada que da bastante pena) si da muestras de tener una cantidad relativa importante de capital para ser una producción destinada únicamente a la distribución vía internet, sobre todo en pequeños detalles como es, por ejemplo, el tener de compositor de la banda sonora a Harry Gregson-Williams, que se encargó en el pasado de las partituras de Prometheus o El Reino de los Cielos entre muchas otras.

En resúmen, una cosita divertida, más aún para el que disfrute con la ambientación western, que no va a descubrir nada a nadie pero que si sirve para entretenerse buenamente un rato e intentar dilucidar cual de todos los respetables actores que pueblan el metraje queda más ridículo en la pantalla. Recomendable.


martes, 8 de diciembre de 2015

BONE TOMAHAWK de S. Craig Zahler


Título: Bone Tomahawk
Director: S. Craig Zahler
Guión: S. Craig Zahler
Año: 2015
Intérpretes: Kurt Rusell (Sheriff Franklin Hunt), Patrick Wilson (Arthur O'Dwyer), Matthew Fox (Brooder), Richard Jenkins (Chicory), Lili Simmons (Samantha O'Dwyer), David Arquette (Purvis)

Esto es una cinta que apenas se ha distribuido fuera de determinados festivales de cine fantástico (al menos hasta ahora que, gracias a las bondades del Torrent, puede ser visionada por todo el mundo en calidad HD ) y además uno de esos híbridos raros que surgen cada vez con más frecuencia, y que pueden o bien resultar algo como mínimo entretenido o bien ser un zurullo pestilente. En este caso el experimento es aunar el cine western con el de terror, y más concretamente, con el subgénero de las llamadas "películas de caníbales" en una cinta gira en torno a una pequeña cuadrilla de clásicos estereotipos del cine del oeste que se embarcan en una misión para rescatar a la mujer de uno de ellos y al desaparecido ayudante del sheriff de las manos de una mítica tribu de indios caníbales.
A pesar de venderse como híbrido, Bone Tomahawak es más puro western que otra cosa, siendo el contenido en terror de la misma reducido a momentos puntuales de gore ligero (olvidense del exceso de vísceras y violencia propio de las cintas de caníbales), el acojonante aspecto de los caníbales cabrones de turno y algunas escenas con una atmósfera inquietante bastante bien trabajada. Igualmente, el que espere ver tiroteos espectaculares y un ritmo apabullante que busque mejor otra cosa que ver, pues la peli transcurre sosegadamente a lo largo de poco más de dos horas, de las cuales el ochenta por ciento del metraje son conversaciones entre los personajes.
Teniendo esto en cuenta, la peli funciona todo lo bien que tiene que funcionar para pasarte todo lo que dura esta pegado a la pantalla. El trabajo del director, su debut en el mundo del cine, es más que correcto. El muy pillo conoce el género western y sabe lo que queremos ver los fans de este, planos largos, paisajes bonitos, polvo, arena, contraluces y demás elementos escénicos del género. El vídeo digital y el HD hacen el resto.
Encabezando el reparto tenemos al veterano Kurt Rusell metido de nuevo en una peli del oeste tras su paso por Tombstone de George P. Cosmatos y por la inminente The Hateful Eight de Quentin Tarantino. Tiene el aspecto, tiene la presencia y sin acometer una gran interpretación consigue contentar a la audiencia. Lo mismo se puede decir de sus compañeros de cartel, Patrick Wilson, actor de esos de "su cara me suena" ahora más conocido que nunca dentro de los círculos del fantástico por su papel protagonista en Expediente Warren ; Matthew Fox, protagonista de la conocidísima serie de TV Perdidos y Richard Jenkins, al cual si soy sincero no tengo ubicado para nada (aunque veo que la IMDB lo coloca entre otras cosas en la serie de TV A Dos Metros bajo Tierra). El conjunto de todos ellos logra el objetivo de la peli de hacerlos ver cómo los acomodados habitantes de un tranquilo pueblo que se ven obligados a meterse de lleno en una tarea totalmente desconocida para ellos para la que ni mucho menos están preparados.
Acompañan al cuarteto de intrépidos aventureros la señorita Lili Simmons, conocida por despelotarse en la pequeña pantalla en Banshee y True Detective, David Arquette (protagonista de la parodia viviente llamada Arac Attack) y en un brevísimo cameo de Sid Haig, actor clásico de serie B y más infame que nunca hoy día gracias a la mano de, entre otros, Rob Zombie, que se ocupó de soltarle la correa en peñazos como La Casa de los Mil Cadáveres.

En general, una película festivalera aceptable más que quizá merezca un nuevo visionado en el futuro y no el pasar simplemente al cajón del olvido.