jueves, 22 de diciembre de 2016

SI TE ENCUENTRAS CON SARTANA...RUEGA POR TU MUERTE de Gianfranco Parolini


Título: Si te encuentras con Sartana...ruega por tu muerte (Se incontri Sartana prega per la tua morte)
Director: Gianfranco Parolini (acreditado como Frank Kramer)
Año: 1968
Guión: Renato Izzo, Gianfranco Parolini y Theo Maria Werner
Intérpretes: Gianni Garko (Sartana), William Berger (Lasky), Sidney Chaplin (Stewal), Fernando Sancho (General Tampico), Gianni Rizzo (Alman), Franco Pesce (Dusty), Klaus Kinski (Morgan)

Cuando uno quiere introducirse en el spaghetti western y explorar el género más allá de los archiconocidos films de Sergio Leone pronto acaba topándose con dos nombres repetidos por cientos de personas, tanto expertas en la materia como simples aficionadas: Django y Sartana. Tanto el primero, encarnado por Franco Nero e inmortalizado en la gran pantalla por Sergio Corbucci en el año 66, como el que hoy nos ocupa, son considerados los modelos arquetípicos del pistolero del spaghetti western y han conformado un modelo que ha sido seguido por cientos de artesanos a lo largo de la historia del cine.
Sartana era el nombre con el que se conocía al personaje que interpretaba Gianni Garko en Baño de sangre al salir el Sol, un western de 1967 dirigido por Alberto Cardone. Al parecer (y como ocurría en miles de casos en aquellos tiempos) la película contó con diversos títulos de cara a su distribución internacional y, en el caso de su estreno en Alemania, se decidió promocionarla bajo el simple título de Sartana. Según el señor Garko, el éxito de la peli en aquel país fue tal que motivó a los productores a lanzar una nueva cinta en la que el protagonista tuviera el mismo nombre que tanta pasta había proporcionado...aunque la nueva película no tuviera nada que ver con aquella (mentalidad exploitation pura y dura). Viendo el percal, Garko aceptó con una condición: alejarse completamente del clásico protagonista motivado por la venganza que tanto abundaba en el spaghetti western. Así, la unión de mentes entre el actor y el director Gianfranco Parolini (que por aquel entonces firmaba sus obras como Frank Kramer) da como resultado la creación del personaje que todos los fans del western reverencian. Un individuo que se inspira psicológicamente en el Clint Eastwood de Por un puñado de dólares y estéticamente en el Lee Van Cleef de La Muerte tenía un precio, pero que también, en palabras de Parolini, tiene también algo de inspiración en los personajes de James Bond y del mago Mandrake. Un personaje socarrón y elegante al que nunca se le descompone el chaleco y la corbata en toda la película a pesar de que lleve el sombrero y el abrigo llenos de mierda. También un hombre optimista, un personaje más positivo que muchos otros de los que poblaban los westerns italianos de la época pero que igualmente resultaba ser un antihéroe cabronazo que no dudaría en acabar con quien se le pusiera entre el y sus objetivos, para lo cual se servía de una serie de armas y gadgets francamente peculiares para un western entre los que destacaba una pequeña pistola de bolsillo que se convertiría en la más vinculada al personaje.
Su debut en la gran pantalla tendría lugar en el film que tratamos hoy. La trama de la película nos cuenta como Sartana llega a un pueblo y descubre como un cargamento de oro procedente de una estafa de una compañía de seguros es disputado por diversos personajes entre los que se cuentan unos empresarios locales, un general mejicano y un matón a sueldo. Ni que decir tiene que Sartana será el nuevo y último jugador que se incorpore a dicha competición.
Gianni Garko (o John Garko como aparece acreditado) amolda el personaje a su propia capacidad interpretativa (que tampoco es que sea gran cosa) y se lo calza como un guante convirtiendo su presencia en lo mejor de la película sin ninguna duda. Le acompañan en el reparto William Berger, principal villano de la cinta y habitual del género al que por cierto confundí en sus primeros momentos en la película con el puto enfermo mental de Klaus Kinski, con el que comparte escena y que cuenta con un papel muy secundario dentro de la trama. Sidney Chaplin, uno de los hijos del inmortal Charles Chaplin, y el italiano Gianni Rizzo (otro habitual del género) interpretan a los empresarios locales mientras que el español Fernando Sancho (participante como secundario en decenas de producciones de todo tipo, desde westerns hasta grandes pelis de Hollywood pasando por cintas de fantaterror español) encarna al general mejicano Tampico. El alivio cómico corre a cargo de Dusty, el fabricante de ataúdes del pueblo, interpretado por el también italiano Franco Pesce.
La labor de Parolini tras la cámara es la del típico artesano italiano de aquellos tiempos que era tan apto para hacer un western como un peplum, una cinta bélica o una peli de monstruos si surgiera la oportunidad para ello. Ni fascina ni molesta como, de hecho, si lo hace la banda sonora obra de Piero Piccioni (acreditado como compositor en casi 200 películas de todo tipo), un perforatímpanos en toda regla (uno podría achacar esto a una baja calidad de la copia visionada...pero me inclino a pensar que en este caso no es así). 
La película tiene un buen arranque y un buen final pero su segundo acto se me hizo un pelín cuesta arriba llegando incluso a contar con ciertos momentos sospechosamente similares a otros spaghetti westerns (un reloj musical recurrente que recuerda bastante a La Muerte tiene un precio, un tiroteo con ametralladora que retrotrae al espectador de inmediato a Django, etc), algo que se puede perdonar en producciones más secundarias pero que resultan menos tolerables en películas con tanto culto como esta. En cualquier caso, sin llegar a ser un coñazo ni tampoco una gran película, al final, la cinta, a pesar de ser tan reverenciada dentro del género, se nos muestra como una más de tantas que salieron en la época. Se puede ver sin problemas pero no impresiona más que la mayoría de westerns italianos de aquellos años.
En España la película llegó a congregar a algo más de un millón de espectadores de la época en los cines. A posteriori, como ya he comentado anteriormente, el personaje caló hondo en la industria (el hecho de que diera bastante pasta  ayudó también sin duda alguna), de manera que la peli llegó a contar con cuatro secuelas oficiales: Yo soy vuestro verdugo, Vende la pistola y cómprate la tumba, Buen funeral amigos...paga Sartana y Llega Sartana. Hago especial hincapié en el adjetivo "oficial" por una sencilla razón: Sartana es ,junto con Django y Trinidad, uno de los personajes más explotados del cine del oeste. El éxito de la peli provocó que entre 1968 y 1972 vieran la luz unas cuantas cintas que se vendían de cara al público como secuelas de la original. Películas protagonizadas por Gianni Garko que no tenían nada que ver con el personaje, westerns de medio pelo que se aprovechaban del nombre para hacer algo de dinero e incluso crossovers con sus camaradas de armas Trinidad y Django fueron algunos de los casos en el que la "Sartanaexplotation" hizo acto de presencia. La verdad es que este tipo de explotación tan descarada y flagrante es un fenómeno que me fascina y, de hecho, uno de mis propósitos para este 2017 que ya está a la vuelta de la esquina es repasar todos los films oficiales y todas las explotaciones tanto de Sartana como de Django y de Trinidad. 
Así que, queridos lectores, tendréis por desgracia mucho spaghetti western y mucho Sartana próximamente. Algunos tenemos aficciones peculiares, que se le va a hacer.



sábado, 17 de diciembre de 2016

LA REVOLUCIÓN DE LOS NOVATOS de Joe Roth



Título: La revolución de los novatos (Revenge of the Nerds II: Nerds in Paradise)
Director: Joe Roth
Año: 1987
Guión: Dan Guntzelman y Steve Marshall
Intérpretes: Robert Carradine (Lewis), Curtis Armstrong (Pelotilla), Larry B. Scott (Lamar), Timothy Busfield (Poindexter), Andrew Cassese (Wormser) Courtney Thorne-Smith (Sunny), Donald Gibb (Ogro)

Hace poco volví a ver por segunda vez el clásico ochentero, la teen movie por excelencia, La Revancha de los Novatos. Disfruté de ese segundo visionado mucho más que el primero que acometí hace años ya y me di cuenta de que la película es mucho mejor de lo que recordaba. Una comedia super gamberra y cerda con ese humor políticamente incorrecto y ese amplio despliegue de tetillas y felpudos (esas marcas de confianza del cine de antaño que ya no vamos a volver a recuperar en estos tiempos en los que reina la tiranía de lo políticamente correcto) que tanto caracterizaban este tipo de comedias en aquellos tiempos pero que, además, cuenta con un ritmo acojonante y cuidadosamente medido para que la peli acabe en el momento en que más cariño le has cogido a su brutal galería de personajes. Dicho de otra forma, acaba dejándote ávido de ver más peripecias de los novatos. Dicho y hecho. Tanto fue el éxito de la película en su momento que de inmediato se planeó una secuela a la cual me he enfrentado hoy, La Revolución de los Novatos, en la que prácticamente repetiría el reparto de protagonistas al completo. El si esta hace honor o no a su predecesora es algo que toca discutir ahora.
La peli nos sitúa tiempo después del final de la primera entrega, en un momento en que los novatos, liderados por Lewis son llamados a una convención de hermandades universitarias en la localidad costera de Fort Lauderle. Allí, sus viejos enemigos los Alfa-Betas, ávidos de venganza intentarán provocar una expulsión de los novatos de la sociedad de hermandades. Al no conseguirlo, acabaran secuestrándolos y abandonándolos en una isla desierta.
A pesar de que el punto de partida es bueno (no en vano el llevar a esta panda de degenerados a un lugar lleno de tías buenas en bikini es como encender la mecha de una bomba), la peli supone toda una decepción al repetir algunas de las situaciones más destacables de la primera entrega y adaptarlas al nuevo entorno (vuelven a ser engañados y humillados por los Alfa-Beta; volvemos a presenciar como estos últimos echan a los novatos de su alojamiento teniendo estos que trasladarse a un edificio cochambroso; volvemos a tener un número musical, en esta ocasión metido con calzador, con el que los novatos se ganan la ovación de la gente de la ciudad; volvemos a escuchar un discurso de hermanamiento por parte de Lewis, etc), perdiendo en el proceso gran parte del ritmo alocado de la primera entrega y, sobre todo, la mayor parte de la carga sexual y de la incorreción política que esta tenía, convirtiéndose en una especie de copia mucho más floja y blandita que su predecesora.
Esto no quiere decir que la película no tenga situaciones divertidas. Las escenas compartidas entre Curtis Armstrong y James Hong (el actor que encarnó al villano Lo Pan en Golpe en la Pequeña China) y las situaciones vividas entre los novatos y Ogro en el último acto de la cinta son memorables, pero prácticamente son lo único verdaderamente aprovechable de esta. No llega a ser soporífera en ningún momento, pero si es una peli sosa, sin gracia y que ofrece una constante sensación de que uno "ya ha visto esto antes" que no consigue quitarse de encima por mucho que lo intenta.
A pesar de que prácticamente repite casi todo el plantel de protagonistas, perdemos por el camino a John Goodman, a la fémina Julia Montgomery y al guaperas Ted McGinley, así como a Takashi al "nerd" japonés de la primera entrega, los cuales volverían en futuras secuelas. Se incorporan en su lugar Ed Lauter y Bradley Whitford como nuevos villanos, Courtney Thorne-Smith como nuevo interés amoroso de Lewis y un tal Barry Somel como nuevo novato añadido al grupo. Por otro lado, tanto el veterano James Cromwell como Anthony Edwards repiten en sus papeles respectivos como el padre de Lewsi y Gilbert (el líder de los novatos en la primera entrega), aunque en esta ocasión su participación se ve reducida a simples cameos.
Dirige el circo el señor Joe Roth, un personaje que cuenta con poquitas películas en su filmografía como director pero que, sin embargo, ha sido productor de incontables blockbusters desde los 80, contando en su haber con títulos que van desde Despedida de Soltero con Tom Hanks hasta Maléfica de Disney , pasando por la adaptación de Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton y muchos, muchos productos de consumo más.
La película recaudó unos 30 millones de dólares partiendo de un presupuesto original de unos 10, lo que aseguró que la saga continuara ( ya sin Anthony Edwards, Andrew Cassese/Wormser y Timothy Busfield/Poindexter en el reparto) en la forma de dos telefilms: La Revancha de los Novatos III y Revenge of the Nerds IV: Nerds in Love (que nunca llegó a estrenarse en España). Por lo que tengo entendido, si esta segunda parte ya es flojita por decirlo suavemente, el resto de secuelas son ya verdaderamente atroces, lo que prueba sin ninguna dudas  (y para esto no basta extenderse más) que la genialidad de La Revancha de los Novatos se limita a su primera entrega y que esta da mil patadas a todo lo que la franquicia parió después. Toda una pena.


viernes, 9 de diciembre de 2016

ENFRENTADOS de David Von Ancken


Título: Enfrentados (Seraphim Falls)
Director: David Von Ancken
Año: 2006
Guión: David Von Ancken y Abby Everett Jacques
Intérpretes: Liam Neeson (Carver), Pierce Brosnan (Gideon), Michael Wincott (Hayes), Ed Lauter (Parsons)

Un hombre se encuentra tranquilamente en medio de una montaña nevada cocinando tranquilamente un conejo que ha cazado cuando, de pronto, recibe un disparo en el hombro por parte de un individuo desconocido. Así se iniciará una persecución incesante a través del oeste americano cuyos motivos se revelarán progresivamente al espectador.
Este pequeño y humilde western forma parte de esa pequeña oleada de westerns modernos con estrellas de primera fila que se dio hace unos años y de la cual surgieron películas como El tren de las 3:10 o El Asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford y, sin embargo, a diferencia de las mencionadas y otras cintas semejantes no resulta tan conocida por el público, posiblemente porque no gozó de tanta fortuna como alguno de dichos títulos.
Enfrentados (un nuevo hito para los traductores españoles) es una película muy reposada, muy lentita y con un argumento mínimo. Se inicia con una primera media hora en la que Pierce Brosnan apenas hace otra cosa que gruñir y farfullar mientras sobrevive a sus perseguidores a duras penas a través de la nieve, prosigue en las grandes praderas y estepas norteamericanas para, tras haber atravesado una misión evangélica itinerante y la construcción de una línea de ferrocarril, terminar en pleno desierto, habiendo recorrido en menos de dos horas todos los tipos de parajes que el western moderno tiende a ofrecernos, los cuales nos son mostrados con una fotografía preciosista y unos planos largos que recuerdan muchísimo a dos películas que aparecerían años después: el Valor de Ley de los hermanos Cohen y El Renacido de Alejandro González Iñarritu, que no me extrañaría que hubiera tomado como inspiración esas secuencias iniciales en las montañas a la hora de retratar el calvario sufrido por Di Caprio en medio de los páramos helados.
Pero no sólo nos habla de los paisajes americanos, sino que Enfrentados intenta capturar la idea de que en el oeste americano (en este caso usado en parte como un reflejo de la sociedad actual) había más demonios que ángeles, ya fueras soldado, campesino, obrero, empresario o religioso, aunque también tiene tiempo de aportar su granito de arena al sempiterno conflicto entre las dos Américas (que por una vez muestra hijos de puta en ambos bandos y no sólo en el sudista) .
Evidentemente, al ser una película tan reposada, el peso principal de la misma recae en sus dos protagonistas. Por un lado tenemos a un Pierce Brosnan en su etapa post-James Bond interpretando un papel concebido en origen para Richard Gere. Ya no tenía que mostrar siempre un aire de gentleman inglés y eso se nota, pues lo que nos encontramos aquí es un Pierce Brosnan ya algo vejete, cansado y con una barriguilla incipiente que, por otro lado, ofrece una de las interpretaciones más intensas que yo haya recordado en su carrera. Su contrapartida, un Liam Neeson implacable, acomete un papel donde muestra su característica principal: el ser un actor muy solvente y muy satisfactorio pero únicamente sublime en unas pocas ocasiones. Y, ya sea por desgracia o por fortuna, Enfrentados no es una de dichas ocasiones. 
Acompañan al dúo protagonista en forma de cameos los rostros siempre reconocibles de Tom Noonan (interpretando a un reverendo evangélico), el siempre reconocible Wes Studi (encarnando a una especie de alegoría del diablo) y una ajada Anjelica Houston en el papel de un personaje que se podría interpretar como una versión "western" de la mismísima parca.
Dirige la cinta un personaje muy vinculado al mundo televisivo como director y productor de series como Salem, Hell on Wheels o Código Negro, el señor David Von Ancken que cuenta con Enfrentados como su, hasta ahora, único trabajo que ha llegado a la gran pantalla. Ambienta todo el conjunto, además, una atmosférica partitura con ligeros toques siniestros obra de Harry Gregson Williams, compositor de bandas sonoras de películas tales como El Reino de los Cielos o Shrek.
Por supuesto, fue un completo y absoluto fracaso tanto en USA, donde no recaudó ni para pipas (apenas recaudó 420.000 dólares partiendo de un presupuesto estimado de unos dieciocho millones) como en España, dónde llegaría dos años más tarde de su estreno americano y apenas recaudaría 66.000 €. La recaudación mundial apenas superaría la cifra del millón de dólares. Una auténtica calamidad y quizá la explicación de por que esta película no es conocida apenas y por que su director no ha vuelto a rodar una película para su estreno en cines.
En resumen, un western pequeño, sencillo y humilde que aún con toda su simpleza, la verdad es que mola bastante. Un visionado seguro que no le hace daño a ningún espectador.





domingo, 27 de noviembre de 2016

LA MANTIS MALDITA de Yip Wing Cho


Título : La Mantis Maldita (Dian tang lang)
Director: Wing-Cho Yip
Año: 1980
Guión: Hsin Yi Chang
Intépretes: Leung Kar Yan (Ah Chi), Wong Yat Lung (Niño), Chien Yuet Sat (Abuelo), Eddie Ko (General)

Un joven luchador de artes marciales trabaja en una ciudad china indeterminada como dependiente en una pescadería, dónde entrena sus reflejos atrapando las gambas que sirven directamente del agua con sus manos desnudas. Un buen día se enfrenta a unos matones miembros de la mafia criminal del pueblo dirigida por un malvado maestro de kung-fu, lo cual le gana a nuestro héroe la expulsión de su clan. En su búsqueda de venganza contra sus enemigos entablará amistad con un niño de la localidad y con su abuelo, un viejo maestro experto en el estilo kung-fu de la mantis.
Pues una peliculita de kung fu de las mejor consideradas de los 80. Habiendo atravesado ya las décadas de los 60 y 70, la época dorada del cine de artes marciales, al género aún le quedaba fuerzas para que algunos títulos que continuaran lo que se popularizó en años anteriores. De esta manera, La Mantis Maldita sería una digna heredera del subgénero de comedia de artes marciales que tan bien cultivaron Jackie Chan y Sammo Hung en producciones míticas como Le Llamaban Dragón Gordo o El Mono Borracho en el Ojo del Tigre. De hecho, esta segunda cinta resulta más que influyente en La Mantis Maldita, hasta tal punto que esta cuenta con una escena en la que el niño compañero del protagonista combate contra unos esbirros del villano utilizando el estilo del kung-fu borracho al mismo tiempo que suena la música que ambientaba la secuencia en la que Jackie Chan aprendía las figuras de los dioses borrachos en la celebérrima película ya mencionada , aunque puede que esto sea culpa de los trajines de los montadores que se encargaron de pasar a la cinta por la tijera antes de su estreno en USA, los mismos que probablemente se encargaran de robar música al mítico compositor de italianadas de serie B, Riz Ortolani, para ambientar los créditos iniciales de la película. El que diga esto no es una tontería, pues por todos es sabido que en muchas ocasiones en los Estados Unidos se recortaban cachos enteros de estas producciones para que no sobrepasaran los ideales 90 minutos de duración, algo que resulta evidente en este caso en las secuencias finales del film, donde la comedia da un giro de ciento ochenta grados para tornarse en un desenlace dramático y sangriento donde la susodicha censura actuó mutilando algunos de los momentos más violentos de toda la película.
El barbudo protagonista y mejor coreógrafo de la película es Leung Kar Yan, actor habitual del cine de artes marciales setentero que apareció en cintas tan reconocidas dentro del género como El regreso de los supercamorristas o El Dios Dormilón y el Cachorro Despierto. Junto a él aparecen el niño Wong Yat Lung, que volvería a ponerse a las órdenes del director de La Mantis Maldita en Los pequeños grandes maestros; el veterano Chien Yuet San y el veteranísimo Eddie Ko, ambos con incontables cintas de kung-fu en sus filmografías. Todos ellos ejemplifican el estilo de actuar del hongkonés de aquella época y de aquel género, con unas sobreactuaciones estratosféricas de manual (en especial, el señor Leung Kar Yan, que en los momentos finales del film, donde desciende a la locura más absoluta, nos deleita con un festival de caretos en el que hay momentos que sus ojos parecen a punto de salirse de las órbitas...brutal).
Dirige la función Wing Yo-Chip, director de las ya comentadas El Dios Dormilón y el Cachorro Despierto y Los pequeños grandes maestros, así como de unas cuantas pelis de artes marciales más.
Como suele ocurrir con este tipo de producciones, La Mantis Maldita cuenta con unos cuantos títulos de diversa índole a lo largo del mundo. En USA la película se estrenó con el título de The Thundering Mantis, aunque también se la conocía en aquellas tierras como Mantis Fist Fighter. En Australia salió a la luz con el nombre de Mantis Fist Boxer, mientras que en Francia llegó a las pantallas bajo el título de Poing d'acier contre les griffes du tigre (o dicho en puro castellano: "Puño de acero contra las garras del tigre").
Sin llegar a ser una gran película del género, La Mantis Maldita si que cuenta con unas coreografías decentes, un protagonista que cae simpático, un giro de guión inesperado y, sobre todo, no resulta aburrida en ningún momento (algo que parecen compartir casi todas las películas de kung-fu de aquellos años). Merece un visionado.

PD: Mención aparte merece las diversas carátulas con las que contó la edición española en VHS, una de las cuales, la de VCA (la cual encabeza esta entrada), nos mostraba una amalgama entre una ilustración con un chino similar al prota de la peli, otro chino ejecutando una patada voladora y el melenas con cuchillo que aparecía en el poster español de la película Aquella casa al lado del cementerio de Lucio Fulci. Explotation en estado puro.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

GHOST IN THE SHELL de Mamoru Oshii


Título: Ghost in the Shell
Director: Mamoru Oshii
Año: 1995
Guión: Kazunori Itō (Basado en un manga de Masamune Shirow)
Intérpretes (voces): Atsuko Tanaka (Motoko Kusanagi), Akio ōtsuka (Batou), Iemasa Kayumi (Titiritero), Tamio ōki  (Jefe Aramaki), Kōichi Yamadera (Togusa) 

Aunque consumo anime y manga japonés con frecuencia aún después de tantos años me considero un profano en la materia. Es un mundo tan extenso y tan variado que me supera en todos los sentidos. Aun así tengo la suficiente experiencia como para tener conocimiento de ciertos aspectos del mundillo que cualquier aficionado supuestamente debería conocer. Así pues, antes del día de hoy conocía de sobra la existencia de Ghost in the Shell. Nacido en la forma de un manga seinen es considerada una de las obras cumbres del Cyberpunk moderno (ese subgénero de la fantasía futurista en el que la tecnología y la robótica juegan un papel fundamental) y su primera adaptación cinematográfica en forma de película animada se tiene como uno de los mejores largometrajes de anime de la historia. Aun siendo tan importante dentro del fandom, me cuesta creer como he tardado tanto tiempo en pegarle un visionado. Y lo que me he encontrado...bueno, ahora lo veréis.

La trama de Ghost in the Shell gira en torno a un mundo futurista donde la tecnología se ha implantado íntimamente en la sociedad hasta  el punto de que existe un gran número de seres humanos que presentan partes corporales cibernéticas, llegando en muchos casos a ser mas máquinas que seres humanos. En este mundo, la Sección 9 es un organismo encargado de perseguir diferentes delitos relacionados con el mundo cibernético y su principal brazo armado es la Mayor Kusanagi quien será la encargada de investigar un misterioso caso en el que varias personas con implantes cibernéticos han sido "hackeadas" para actuar contra su voluntad siguiendo las órdenes de un misterioso individuo que se hace llamar el Titiritero.
Lo primero que hay que decir de la película es que visualmente (más aún teniendo en cuenta los años que corrían) es acojonante. La animación tradicional deslumbra en cada secuencia y el poco y primitivo CGI no sólo no estorba sino que se integra perfectamente con el resto de la película. Ahora, dejando de lado el aspecto visual, toca hablar de lo que cuenta la película. Uno puede intuir perfectamente que esta nos está retratando un mundo futuro en el que la tecnología no solo ha pasado a ser parte fundamental de nuestras vidas, sino que nos ha devorado por el camino. En pro del progreso tecnológico el ser humano ha perdido en el camino su identidad como individuo, la idea del propio concepto de humanidad y hasta su sexualidad (no en vano el hecho de que la Mayor se ponga en pelotas cada dos por tres sin mostrar ningún tipo de pudor es una prueba fehaciente de esto último). En este mundo en el que el ser humano está prácticamente deshumanizado, los únicos que intentan plantearse estas incógnitas y descubrir que significa de verdad el ser humano son los cyborgs, los robots, las máquinas inteligentes. Al final de todo, son nuestras propias creaciones las que inician el camino para ocupar el lugar que dejamos en el mundo. Todo esto está claro y mola un cojón desde luego (aunque el mérito sea para el material original que adapta).
Lo que no mola tanto es la forma en la que esto se narra: escenas casi contemplativas intercaladas con diálogos completamente herméticos y las pocas escenas de acción, maravillosas eso sí, que son las que verdaderamente salvan a la película de ser un producto completamente tedioso que cuenta, por otro lado, con una maravillosa a la par que perturbadora banda sonora obra del compositor Kenji Kawai.
Con todo, uno puede soportar bastante bien Ghost in the Shell, más aún si se dispone a verla con una buena intención, sabiendo lo que va a encontrarse de antemano, pero no es ni de lejos la gran obra maestra que muchos venden aunque desde luego si es el punto de partida que muchas películas y animes que vinieron tomaron como referencia (particularmente la saga Matrix ha plagiado más que una homenajeado una enorme cantidad de conceptos de esta cinta).
El director tras esto es Mamuro Oshii, un japo con una larga carrera tanto en el anime como en las películas de imagen real, donde ha tocado principal géneros como la fantasía, el kaiju eiga y, por supuesto, la ciencia ficción.
El éxito de Ghost in the Shell tanto en Oriente como en Occidente fue desde luego notable y con el tiempo su estatus como película de culto ha propiciado una vida más allá del material original que contenía el manga. Así, a lo largo de los últimos años, la franquicia se ha expandido contando con dos películas más (Ghost in the Shell 2: Innocence en 2004 y Ghost in the Shell: The New Movie en 2015), un anime, Ghost in the Shell: Stand Alone Complex que , por decirlo de alguna manera, "rebooteaba" el universo de la película y que contó con dos temporadas, a las cuales siguió otro anime que actuaba como precuela a todo lo contado hasta el momento, Ghost in the Shell: Arise.
La última actualización en este mundo corre a cargo de Hollywood, que después de tantos años está por fin a punto de estrenar en 2017 la adaptación americana en imagen real de la obra, con Scarlett Johansson en el papel protagonista y Rupert Sanders, director de Blancanieves y la Leyenda del Cazador, tras las cámaras. El proyecto ha contado desde su inicio con el rechazo de otakus y fans varios, hasta el punto de que, como en otros ejemplos actuales como Los Cuatro Fantásticos de Josh Trank o el reboot de Cazafantasmas, se ha condenado y ejecutado a la película y su protagonista antes incluso de su estreno. Personalmente guardo esperanzas, pues si algo demuestra Hollywood día tras día es que, por lo general, el relleno y el tedio es eliminado de sus producciones en pro del puro espectáculo. Habrá que verla.


domingo, 6 de noviembre de 2016

LA FIESTA DE LAS SALCHICHAS de Conrad Vernon y Greg Tiernan


Título: La Fiesta de las Salchichas (Sausage Party)
Director: Conrad Vernon y Greg Tiernan
Año: 2016
Guión: Kyle Hunter, Ariel Shaffir, Seth Rogen y Evan Goldberg (guión); Seth Rogen, Evan Goldberg y Jonah Hill (historia).
Intérpretes: Seth Rogen (Frank), Kristen Wiig (Brenda), Michael Cera (Barry), Bill Hader (Firewater), Nick Kroll (Douche), David Krumholtz (Kareem Abdul Lavash), Edward Norton (Sammy Bagel Jr.), Salma Hayek (Teresa del Taco), Jonah Hill (Carl), James Franco (Drogata), Danny McBride (Honey Mustard)

En los últimos años la comedia americana ha vivido un notable boom y un crecimiento imparable, cosechando un éxito tras otro. Muchos de estos triunfos han estado protagonizados por lo que uno podría denominar como "la Colegada", un grupo de jóvenes mentes que elevaron el concepto de "la unión hace la fuerza" a su máximo. Seth Rogen, Jonah Hill, James Franco, Michael Cera, Danny McBride, Evan Goldberg... echar un vistazo a sus respectivas filmografías es el equivalente a contemplar la mayoría de comedias de éxito de la última década. Personalmente opino que el humor que prodigan como supuestamente transgresor no deja de ser el clásico humor facilón y tontorrón fundamentado en chistes guarros muy poco originales, bromas con drogas y en meter una cantidad insana de tacos por minuto. Un tipo de humor que, por otro lado, me hace, salvo en contadas excepciones (las comedias televisivas de Danny McBride para la HBO serían una de ellas), muy poquita gracia.
El beber las mieles del éxito ha hecho que últimamente el tandem Rogen/Goldberg se arriesguen con una serie de excentricidades. La primera fue la producción de una adaptación en forma de serie de televisión de Predicador, el mítico cómic de Garth Ennis y el difunto Steve Dillon, la cual ha resultado, dicho sea de paso, bastante satisfactoria. La segunda ha sido este proyecto, La Fiesta de las Salchichas
La película gira en torno a las vivencias de una serie de productos de supermercado animados que descubrirán que toda su vida es una mentira y que en realidad, cuando son adquiridos por los seres humanos, no viajan a un paraíso utópico sino a un lugar de muerte y sufrimiento. Una salchicha llamada Frank será la encargada de desvelar la verdad a sus compatriotas y enfrentarse a aquellos a los que veneran como "Dioses".
El film surge como un intento de parodiar las clásicas producciones animadas con "objetos inanimados que cobran vida" tipo Toy Story, Cars y tantas otras, y sin embargo esta parodia se construye siguiendo el mismo esquema de estas películas con todos sus ingredientes, incluyendo la típica historia de amor y la moralina implícita. Si bien no trata temas como la amistad o la autoestima que podrían considerarse más "infantiles" si trata temas enfocados más a un público adulto como la falsedad y sinsentido de las religiones o la libertad sexual, algo absurdo por otro lado, pues la película no deja de estar repleta de ese humor cerdo, chabacano y estúpido que enmierda todo el posible potencial que hubiera podido tener como parodia, algo que queda enfatizado con referencias al racismo (con sus correspondientes estereotipos), al patriotismo americano o al conflicto Israelita-Palestino y, sobre todo, con una secuencia final que más que resultar graciosa da  puto asco. En conjunto uno siente que tenían unas bases muy buenas asentadas y un diseño inicial con mucho potencial y algunos personajes simpáticos que estropean tirando encima litros y litros de mierda licuada. 
Aun así, hay que decir que la peli tiene un buen ritmo (como cualquier otra película de animación, tampoco es que sea ningún mérito) y entretiene un rato, que ya es algo. Ahora, el objetivo principal de una comedia que es el hacer reír brilla por su ausencia (más aún si la ves en el cochambroso doblaje al español donde los pocos detalles que pueden hacer gracia por cuestiones idiomáticas se pierden completamente).
Para esta ocasión (y seguramente anticipando el boom que sabían que iba a ser esto), la Colegada echa mano de algún que otro actor famosillo, de manera que tenemos también sumándose a la fiesta a gente como Kristen Wiig (una de las cómicas mejor valoradas de los últimos años), Salma Hayek, Paul Rudd o el asqueroso de Edward Norton.
El guión está firmado a cuatro manos entre el tandem Rogen/Goldberg y otros dos individuos, Kyle Hunter y Ariel Shaffir, guionistas a su vez de una de las últimas comedias del señor Rogen, Los tres reyes malos, o dicho de otra forma, dos colegas más del susodicho.
Los directores escogidos para el proyecto son Conrad Vernon (director de Shrek 2, Monstruos contra Alienígenas y Madagascar 3) y  Greg Tiernan (máximo responsable de los dibujos animados de Thomas y sus amigos, protagonizados por una simpática locomotora), lo que parece ser una forma más que tienen los responsables de la cinta de gritar a los cuatro vientos, "'¡¡EH, MIRAD!! ¡¡Cogemos a directores de exitosas pelis de dibujos para mostraros que ellos también son transgresores como nosotros!! !!Debajo de la inocente animación Disney también hay pervertidos y depravados!!"...en fin.
Si no ha quedado claro, como comedia es una puta mierda. Como película de animación, una más.
Si querían vender esta película como un producto dirigido al público adulto han fracasado. Eso sí, han sabido encontrar toda una mina entre la chavalería borrega y estúpida que inunda nuestras ciudades. La prueba de este éxito es que, a partir de un presupuesto de 19 millones de dólares, han conseguido recaudar casi 137, consiguiendo además el beneplácito de una gran parte de los críticos especializados (que una vez más, demuestran ser los auténticos ignorantes dentro del mundillo). 
La Colegada ya se está frotando las manos y amenaza con una secuela mezclando animación con imagen real al estilo de ¿Quién engañó a Roger Rabbit?
Tan sólo nos queda temblar ante esto.


viernes, 4 de noviembre de 2016

EL INCREÍBLE HULK de Louis Leterrier



Título: El Increíble Hulk (The Incredible Hulk)
Director: Louis Leterrier
Año: 2008
Guión: Zak Penn y Edward Norton (no acreditado)
Intérpretes: Edward Norton (Bruce Banner/ Hulk), Liv Tyler (Betty Ross), William Hurt (General Thaddeus Ross), Tim Roth (Emil Blonsky), Tim Blake Nelson (Samuel Sterns)

Año 2008. Tras la finalización de la trilogía de Spiderman de Sam Raimi, de la primera trilogía de X-Men y de que la Fox declarara oficialmente muertas las franquicias de Daredevil y los Cuatro Fantásticos tocaba explorar nuevos terrenos. Nos encontrábamos todavía en una época en la que Disney aún no había comprado Marvel, ni había creado su propio estudio cinematográfico y distribuidora, Marvel Studios, ni se había apropiado de la práctica totalidad de los derechos de distribución de sus personajes (aunque poco faltaba), por lo que estos continuaban repartidos entre distintas compañías. Por un lado, de la mano de Paramount Pictures se estrenó en abril de dicho año 2008 la primera entrega de Iron Man , que fue todo un pepinazo y que, por todos es sabido, colocó la primera piedra que permitió el nacimiento del Universo Cinematográfico Marvel tal y como lo conocemos hoy día. Por otro, los estudios Universal preparaban su propio blockbuster para ese verano que no era otro que un reboot que adaptaba de nuevo los tebeos del Increíble Hulk (cuyos derechos había recuperado Marvel para dicha ocasión) a la gran pantalla. Previamente en 2003 ya habían tanteado esos terrenos estrenando la primera adaptación gorda de Hulk dirigida por Ang Lee (la cual si Dios quiere será algún día reseñada en esta santa casa). Esta película es sin duda alguna una "rara avis" dentro del cine de superhéroes y muchos fans criticaron en su momento lo densa que era y lo falta que estaba de escenas de acción. Así pues, tocaba hacer lo contrario: pirotecnia y espectáculo. Para ello la Universal echó mano de la agenda de contactos y contrató al francés Louis Leterrier (director de las dos primeras pelis de la saga Transporter), el cual ya había sido candidato previamente para dirigir Iron Man antes de que Jon Favreau se llevara el billete dorado. El resultado fue El Íncreible Hulk.
A pesar de venderse como reboot el film engaña al espectador al comenzar la acción en Brasil, donde terminaba el Hulk de Ang Lee. Allí Bruce Banner se esconde de los militares norteamericanos mientras intenta buscar una forma de curar su condición y eliminar a su alter ego de una vez por todas. Sin embargo, un accidente volverá a ponerle en la mira del ejército norteamericano y su viejo rival el General Ross a la vez que encontrará una nueva amenaza en la forma de un agente de operaciones especiales llamado Emil Blonsky.
Inicialmente se consideraron como potenciales protagonistas a David Duchovny (el agente Mulder de Expediente-X) y a Mark Ruffalo (quien, irónicamente, encarnaría al personaje en Los Vengadores en la que es para muchos, incluido un servidor, la versión cinematográfica definitiva del Goliat Esmeralda), pero finalmente los productores decidieron fichar como protagonista a un ser repugnante y asqueroso que fue bautizado por su madre como Edward Norton. Este señor tenía ganada a pulso en Hollywood una fama de megalomaníaco y controlador que una vez más volvió a demostrar en esta ocasión exigiendo reescribir el guión a su antojo como requisito para aceptar el rol, cosa que hizo hasta el punto de retocar constantemente sus escenas durante todos los días que duró el rodaje. Dicho esto, he de decir que ni Norton es tan buen actor como para exigir esos caprichos (de hecho, en mi opinión y salvo contadas excepciones, es un actor muy del montón e hipersobrevaloradísimo), ni demuestra aquí ese supuesto talento ni convence físicamente en ningún momento como Bruce Banner. Tampoco es que uno pida maravillas para una peli de estas características, pero por lo menos que uno se crea de verdad a los personajes sería algo deseable. Esto último es un hecho que también ocurre con la "partenair" de Norton, la señorita Liv Tyler, que no solo no convence tampoco como Betty Ross sino que además llega a convertirse en un personaje francamente molesto que estorba más que ayuda a fortalecer el conjunto de la película.
Junto a la parejita tenemos también como villanos a William Hurt como el General Ross y a Tim Roth como Emil Blonsky, más conocido en las páginas de los cómics como la Abominación. El primero queda retratado perfectamente moviéndose en esa línea difusa entre el militar que sabe con certeza que el monstruo verde que caza es una amenaza sin parangón y el civil con un resentimiento particular hacia el hombre dentro del monstruo. El segundo se aleja de su caracterización del tebeo para mostrarse como un soldado veterano de mil batallas que acaba obsesionándose con el poder que representa Hulk y, sobre todo, con la idea de derrotarlo en combate. Una reinterpretación cojonuda del personaje y un trabajo muy solvente de Tim Roth (quien por cierto estuvo en la película finalmente por insistencia de Leterrier, pues ni Norton ni la productora lo querían dentro del proyecto) que resulta ser posiblemente lo mejor de la película.
En papeles muy secundarios y con objetivos claramente referenciales encontramos a Ty Burrell encarnando a un psicólogo conocido como Leonard (y más conocido en los cómics bajo el pseudónimo de Doc Samson) y a Tim Blake Nelson interpretando a un científico llamado Samuel Sterns, que no es sino el alter ego del mítico villano de Hulk conocido como el Líder (un dato con el que, de hecho, jugaron en la película de cara a potenciales secuelas).  Igualmente y ya que estamos tratando el tema referencia, la película no anda escasa de estas (aparecen los famosos pantalones morados del Goliat Esmeralda, alguna que otra mención a SHIELD y un cameo de cierto superhéroe marvelita de gran importancia) pero sorprende sobre todo la cantidad de referencias a la serie de TV protagonizada por Lou Ferrigno y Bill Bixby, sobre todo en la secuencia de apertura del film, y es que al parecer tanto Tim Roth como Leterrier y el guionista Zak Penn son grandes fans de la susodicha serie, especialmente este último, el cual quería acercar más la película a ese espíritu televisivo, un deseo que lamentablemente no pudo cumplir. Además, como detalle curioso, hay que recalcar la existencia de una escena eliminada en la que Banner viaja al Ártico para intentar suicidarse, logrando solo que Hulk resurja y provoque la destrucción entre casquetes de hielo. En dicha escena aparece entre los casquetes resquebrajados y en forma de cameo el escudo del Capitán América, de manera que de haberse incluido oficialmente esta escena dentro del metraje, no habría sido otro que el Goliat Esmeralda el responsable de desenterrar al mismísimo Steve Rogers de su prisión helada.
Indudablemente han pasado ya ocho años desde que se estrenó esta película y los efectos digitales cantan un poco en ciertos momentos pero aun así, a día de hoy, siguen sorprendiendo los diseños tan puercos y salvajes (inspirados muchísimo en las ilustraciones comiqueras de Dale Keown) tanto de Hulk como de la Abominación, especialmente en las secuencias donde se mueven entre sombras, cuando menos se nota el CGI y más inquietantes resultan para el espectador. Además, las escenas de acción son super dinámicas y muestran un despliegue de medios acojonante, como no podía ser menos en una cinta de estas características.
El peso de la reciente Iron Man era mucho y los recuerdos del Hulk de Ang Lee en la mente de los fans muy malos, por lo que el público le dio la espalda. Costando unos 150 millones de dólares consiguió recaudar poco más de 260 millones a nivel mundial. Dio dinero, pero comparado con los 585 millones que recaudó Iron Man esto era viruta. Dos películas de Hulk con grandes presupuestos, dos películas que no fueron los grandes super éxitos previstos. Es lógico que actualmente los estudios Marvel bajo el amparo de Disney no quieran arriesgarse con una película individual viendo los resultados pasados (aunque he de decir que dado el fanatismo actual por el Goliat Esmeralda tras Los Vengadores esta sería a día de hoy una bomba atómica sin ninguna duda).
Aun así, en conjunto, El Increíble Hulk se nos muestra como un producto meramente entretenido. Pasable. Se puede ver y disfrutar sin problemas pero se nota mucho que aún estaban aprendiendo a manejar estos personajes y enfocarlos correctamente y que al Universo Cinematográfico Marvel aún le quedaba mucha práctica. Sin embargo, una cosa es segura, viendo estos productos pasados no ayuda a uno si no a darse cuenta de lo bien montado y lo efectivo que es el mercado cinematográfico marvelita actual. Que dure por muchos años más si Dios quiere. 
Eso sí, el cochambroso doblaje al castellano de Lou Ferrigno en el momento del "Hulk, Smash!" es motivo suficiente para fusilar al responsable y enterrar su cadáver en cal viva. ¡¡HEREJÍA!!



sábado, 22 de octubre de 2016

JONAH HEX de Jimmy Hayward


Título: Jonah Hex
Director: Jimmy Hayward
Año: 2010
Guión: Mark Neveldine y Brian Taylor
Intérpretes: Josh Brolin (Jonah Hex), John Malkovich (Quentin Turnbull), Megan Fox (Lila), Michael Fassbender (Burke), Aidan Quinn (Ulysses S.Grant)


Vamos a ver, situémonos antes de empezar. En 2010, Warner Bros. estaba frotándose las manos compulsivamente, pues no en vano acababan de pegar el gran pepinazo  dos años antes con el estreno de El Caballero Oscuro que tantas buenas reacciones entre crítica y público estaba cosechando. Así pues, no era raro que otros se lanzaran de cabeza a adaptar todo lo que pudieran del Universo DC y, entre planes para nuevas pelis de Batman y Superman y el debut en la gran pantalla de Linterna Verde, decidieron quedarse con unos poquitos productos para potenciales películas más minoritarias entre los que se encontraban los derechos del personaje de Jonah Hex. 
Para los profanos en la materia Hex es un personaje nacido en los 70 en las páginas de All-Star Western (la cabecera de DC dedicada a narrar historias ambientadas en el Salvaje Oeste) y pronto se destacaría como uno de los mejores aportes de la misma llegando a tener una serie propia que llegaría contar con hasta tres volúmenes, al menos hasta el día de hoy. Las historias de un cazarrecompensas con medio rostro deformado enfrentándose a toda clase de enemigos en el Oeste americano parecen una apuesta segura para lograr entretenido por lo menos, ¿No?
Error. Pero antes de profundizar, una breve sinopsis. 
En esta película Jonah Hex es un antiguo soldado confederado cuya familia es asesinada por su antiguo general Quentin Turnbull quien además se encarga de dejarle un regalito marcándole el rostro con un hierro candente antes de dejarlo abandonado y dispuesto a recibir una muerte segura. Salvado por chamanes indios y adquiriendo la habilidad de hablar con los muertos como resultado de la magia india, Hex se convierte en un cazarrecompensas con unas ansias insaciables de sangre que encontrarán un nuevo objetivo cuando por azares del destino se encuentra de nuevo en persecución de su viejo enemigo Turnbull quién tiene un plan para destruir los Estados Unidos de América.
Yo no se puede decir que sea un experto en el personaje de Jonah Hex (apenas he leído sobre él), pero de lo que estoy convencido es que esa habilidad para comunicarse con los difuntos es una patraña inventada por los guionistas.Pero bueno, dejando de lado las potenciales profanaciones al material original, uno esperaría al menos encontrarse con una película potable, un western mínimamente entretenido y no con un cagarro de dimensiones mayúsculas. 
Jonah Hex no es mala en su producción. El vestuario y el diseño denotan la pasta que hay detrás de la cinta. El maquillaje de los personajes es cojonudo y los pocos efectos digitales que hay son más que solventes. Además eligieron como protagonista al que probablemente sea el actor que mejor concuerda físicamente con el personaje del tebeo, el señor Josh Brolin (quién por cierto no lo interpreta nada mal). ¿Que falló entonces en Jonah Hex?
En primer lugar tenemos un guión que sufre el peor defecto que puede tener cualquier película: el desprender no asco ni odio hacia el mismo, sino aburrimiento. La película es soporífera a más no poder, lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta que el guión viene firmado por el tandem Mark Neveldine- Brian Taylor responsables de las desmadradas Crank:Veneno en la sangre y Crank:Alto Voltaje pero que también volverían a aburrir a los fans comiqueros dos años después de Jonah Hex con Ghost Rider: Espíritu de Venganza, la infecta secuela de las andanzas en el cine del Motorista Fantasma. De hecho, los propios Neveldine-Taylor iban a ser los encargados de dirigir la peli, pero diferencias irreconciliables con la productora hicieron que esta tarea acabara recayendo sobre Jimmy Hayward, un animador curtido en la factoría Pixar quien únicamente tenía en su currículum una película de animación para críos, Horton (aunque esto quizá sea lo que explique que una de las pocas cosas buenas que tiene la peli sea ese prólogo donde a base de viñetas animadas se nos resume el pasado de Hex).
Junto a Josh Brolin tenemos también a esa actriz que no está tan buena como muchos dicen pero que si tiene la expresividad de una pata hervida que es Megan Fox, como villano tenemos a un John Malkovich al que se le nota la más absoluta y completa desgana por todo lo que hace y como esbirro número 1 del mismo al adorado por las masas Michael Fassbender sobreactuando en esta ocasión hasta límites estratosféricos (y eso que para entonces ya había trabajado con Tarantino y había debutado también con el prestigioso director Steve McQueen, quien lo convirtió en su actor fetiche y con quién obtuvo su primera nominación al Oscar por 12 años de esclavitud). Completando el reparto de caras conocidas tenemos los cameos de Aidan Quinn como el presidente Ulysses S. Grant, del negro Lance Reddick, del feo y ahora televisivo Wes Bentley, del grandísimo Michael Shannon y del señor Jeffrey Dean Morgan que directamente no se encuentra ni acreditado entre los intérpretes del film.
Todo este pifostio viene orquestado además por una banda sonora metalera y totalmente fuera de contexto compuesta por el antaño prolífico y ahora semi caído en desgracia grupo de metal progresivo Mastodon.
Si juntamos un guión pésimo, actores co protagonistas horripilantes y aburrimiento a raudales...¿A alguien le extraña que Jonah Hex fuera un fracaso? Vapuleada por la crítica, ignorada por el público y un desastre financiero que llego a España directamente en forma de DVD.
Recientemente el personaje de Hex volvió a ser interpretado en carne y hueso en la serie de la cadena CW Legends of Tomorrow, ambientada en el multiverso DC. Un sitio más adecuado para un personaje tan minoritario donde le deseo una mejor suerte que la que sufrió cuando este pedazo de infamia vio la luz. Horrenda.


miércoles, 5 de octubre de 2016

VENGADORES SECRETOS: La primera "etapa" de Nick Spencer


TítuloVengadores Secretos #12-14
Editorial Española: Panini Comics
Publicado originalmente comoSecret Avengers vol.1, #12.1, Secret Avengers vol.1, #13-15 y Fear Itself: Black Widow #1
Guión: Nick Spencer y Cullen Bunn
Dibujo: Scott Eaton y Peter Nguyen
Entintado: Javier Mendoza, Rick Ketcham y Peter Nguyen
Color: Frank D'Armata y Veronica Gandini
Portadistas: Adi Granov

¿Que ocurre cuando tienes que unir una etapa de un autor reconocido con otra nueva de otro autor con un buen puñado de éxitos detrás?... ¡Exacto! ¡Es la hora de los fill-ins!, ¡Sacad la chequera y que entren los mercenarios!
Cuando Nick Spencer entró en Vengadores Secretos tras la marcha de Ed Brubaker sabía perfectamente (hay entrevistas en internet de aquellos años que lo prueban) que el iba a ser el puente en aquella ocasión. Corría el año 2011 y el que hoy día es posiblemente una de las principales puntas de lanza de Marvel y a la vez el guionista más odiado de América estaba empezando a asomar la cabecita en el mundo del tebeo. Nick empezó su andanza comiquera en la editorial Image donde se encargó en un principio de series limitadas pequeñitas como Existence 3.0. o Forgetless hasta que la editorial tuvo suficiente confianza como para permitirle sacara un proyecto más gordo. Este proyecto serían Morning Glories, cabecera que empezó a guionizar en 2010 y que con 50 números permanece a día hoy abierta y continuándose en buena forma cuando el guionista buenamente puede. Un buen despegue en Image significa de un tiempo para acá que las grandes editoriales te van a querer echar el guante. Dicho y hecho. Al poco tiempo empezaron a caer los trabajos. Un número suelto de Action Comics por aquí, otro de Iron Man 2.0. por allá, lo que hiciera falta. Con el tiempo, y sin por ello perder el contacto con sus raíces en Image, se acabó encariñando con Marvel gracias en parte a la tutela de su mentor, el grande entre grandes, Jonathan Hickman, quien le tutelaría en su participación en Ultimate Fallout y, posteriormente, Ultimate X-Men. Los grandes maestros crean buenos aprendices y bajo el ala de papá Hickman Nick Spencer entraría de lleno como joven promesa en el relanzamiento de Marvel NOW del 2013. A partir de entonces, una segunda etapa en Vengadores Secretos (a la que ya se llegará en su momento); una cabecera, Vengadores Mundiales, guionizada a cuatro manos con Hickman y dos obras de culto inmediatas  (Superior Foes of Spiderman y las dos últimas y breves cabeceras del Hombre Hormiga) han sido currículum suficiente como para que le endilguen una de las principales espadas de la editorial, Capitán América, donde se esta cascando actualmente una etapa que con los años será recordada por la polémica que ha traído consigo como un revulsivo clásico moderno.
Ahora, después de repasar un poco la bibliografía de Spencer toca recolocarse en el tiempo. 2011. Brubaker se va y a la espera del sustituto de envergadura toca encargar a alguien que cubra algunos números. Spencer es el elegido y tiene que encargarse además de la siempre incómoda tarea de guionizar los tie-ins con el evento de turno de aquel año, Miedo Encarnado.
Para el que no recuerde de que iba aquella historia, este era un evento en el que los superhéroes marvelitas se enfrentaban a la amenaza de la Serpiente, el Dios del miedo de los asgardianos, que era liberado de su prisión submarina por Pecado, la hija de Cráneo Rojo. En dicho contexto, Spencer opta por evitar follones realizando en sus tie-ins algo parecido a lo que hizo Bendis en los cruces de Nuevos Vengadores con Civil War. Así, situándose en distintos momentos temporales del evento, el guionista opta por contar tres pequeñas historias autoconclusivas protagonizadas por miembros del equipo de operaciones encubiertas. Por un lado, la Bestia tiene que ocuparse en plena batalla contra el enemigo en Washington DC de un problema con un viejo amigo; por otro, Valkyria toma parte en el conflicto a la vez que ve el reflejo de ciertos acontecimientos que tienen lugar en la batalla en su propio pasado. Finalmente, la Viuda Negra protagoniza el último cruce con el evento donde tiene que hacer frente a las consecuencias que traen para ella la muerte de cierto personaje durante el evento. Previamente a estos cruces, Spencer también cubre el hueco dejado por Brubaker con un fill-in en el que el equipo tiene que hacer frente a una filtración de secretos de estado por parte de un grupo activista.
A pesar de que Spencer mantiene las dinámicas dentro del grupo que estableció Brubaker (la Bestia como cerebro del grupo, el Hombre Hormiga como alivio cómico...), de que da protagonismo a algunos personajes ninguneados por este como la ya mencionada Valkyria y, sobre todo, a pesar de que intenta meter algo del trasfondo político y social que esta caracterizando sus obras actuales (la falta de confianza del ciudadano en sus gobiernos, la importancia de las luchas raciales, la falta de privacidad de los personajes públicos y el daño que esto puede causar, etc), estos números se sienten a kilómetros como un trabajo apresurado y torpe de autor primerizo con una narrativa fallida sobre todo en los momentos durante los cuales un autor puede explayarse mas como son los monólogos de los personajes. Como he dicho en otras ocasiones, saber solventar el tener que cruzar tus cómics con un evento es una tarea dificultosa, más aún para un autor inexperto en la materia o, como es el caso de Spencer, con labores de sustituto. Y en el caso del bueno de Nick, el fracaso en el intento es patente. 

"La mayoría de vosotros vais a morir hoy". Valkyria antes de entrar en combate

Le acompaña a los lápices Scott Eaton, un dibujante contratado para trabajos esporádicos tanto por Marvel como por DC que, al igual que los dibujantes que sustituían a Mike Deodato en los últimos números de la etapa de Brubaker, parece una copia barata y deslucida de Steve Epting en el trazo, aunque tambien me parece detectar manerismos del trazo de Oliver Coipel, algo a lo que sin duda ayudan los luminosos colores del incombustible Frank D'Armata, cuya dilatada trayectoria en la Marvel de la última década no voy a pararme a analizar.
En el caso de la edición española en grapa de Panini ( e incluido en ciertas ediciones americanas) la lectura de estos números se completa con un One-Shot ajeno a la cabecera y protagonizado por la Viuda Negra que es, si cabe, todavía más mediocre que los tie-ins de Spencer. Este número está escrito por Cullen Bunn , otro guionista asentado a día de hoy ( con recientes trabajos para Marvel al frente de las cabeceras de Magneto y Veneno y encargado actual de guionizar Uncanny X-Men) pero que por aquel entonces estaba, literalmente, aprendiendo a escribir tebeos de superhéroes. Le acompaña en este caso a los lápices Peter Nguyen, un dibujante de trazo caricaturesco francamente espantoso cuya carrera y posibles logros (aunque dudo mucho que existan) no voy a pararme a consultar.
Rematan ambos trabajos gráficos y literarios unas portadas hiperrealistas inexplicablemente horrendas obra del señor Adi Granov, famoso a más no poder entre los fanáticos de Tony Stark, ya que fue el artista gráfico detrás de una de las obras cumbre del Hombre de Hierro moderno, Iron Man: Extremis.

Sintetizando en unas breves líneas, estos pocos números de Vengadores Secretos son completamente insulsos, cansinos en su lectura y completamente olvidables. Pero aun así, el trabajo estaba hecho. Nick Spencer se iría, como he mencionado antes, a ponerse al frente de Ultimate X-Men y a aprender de Jonathan Hickman, volviendo años más tarde  a probar suerte con Vengadores Secretos de nuevo ya con una formación más cimentada. Entre tanto, al dejar la cabecera pasaba el testigo a un caballero cuyos logros en el cómic moderno están fuera de toda duda. El que es, en mi opinión, uno de los guionistas con una carrera más redonda de toda la historia del cómic americano. El señor Warren Ellis.

sábado, 24 de septiembre de 2016

EL HOMBRE DE LOS PUÑOS DE HIERRO 2 de Roel Reiné


Título: El Hombre de los puños de hierro 2 ( The Man with the Iron Fists 2)
Director: Roel Reiné
Año: 2015
Guión: John Jarrell y RZA
Intérpretes: RZA (Thaddeus "El Hombre de los puños de hierro"), Dustin Nguyen (Li Kung), Charlie Ruedpokanon (Li Guang), Carl Ng (Maestro Ho), Pim Bubear (Inocencia), Cary-Hiroyuki Tagawa (Alcalde Zhang)

Producida por el binomio Quentin Tarantino-Eli Roth y dirigida y protagonizada por el rapero RZA del grupo Wu Tang Clan, la original El Hombre de los Puños de Hierro es una película que a mi particularmente me cae en gracia. Entiendo perfectamente el que la gente por lo general (y el fan del cine de artes marciales en particular) la considere una puta mierda, sobre todo por ese diseño post modernista y recargado que reviste una película que intenta rendir un homenaje a un estilo de cine con una serie de imágenes rodadas de una forma que poco o nada tiene que ver con este. Aun así los elementos fantásticos de la película, el que sea más bruta que un arado y la presencia de actores en decadencia como Lucy Liu y, sobre todo, Russell Crowe la convierten a mi parecer en una película entretenida y más que visible. A pesar de todo esto, y de contar con semejantes nombres de respeto en la producción, la película no funcionó entre el público y apenas logró cubrir gastos con la recaudación obtenida.
Sin embargo, el mencionado RZA debe de ser un ser de lo más caprichoso e inconsciente, pues tres años después logra convencer de nuevo a Eli Roth y a otros dos o tres productores para juntos financiar una secuela directa a DVD de su ópera prima, dónde el desiste en la tarea de dirección para únicamente encargarse del guión y la banda sonora y protagonizar la película. Así, en El Hombre de los puños de hierro 2 tenemos que el negraco de las manos metálicas acaba por circunstancias llegando a un pueblo minero cercano a un templo budista dónde tendrá que enfrentarse a un cacique opresor y a una serie de asesinatos supuestamente perpetrados por el fantasma de un monje budista renegado.
Es curioso el que en una película que se titule El Hombre de los puños de hierro 2 el susodicho héroe no haga acto de presencia como quien dice hasta los casi 40 minutos de película (y eso que la peli dura apenas 90). En lo que uno espera a que aparezca el prota  uno es testigo de escenas del malo rodeado de chinitas bellas alternadas con momentos en los que se muestran a los mineros pasándolas putas y secuencias de duelos de kung-fu en tabernas. Las coreografías de esta segunda entrega son malas a rabiar, lentas, mecánicas y falsisímas, amen de que la brutalidad que hacía que las peleas de la primera película fueran majas aquí brilla por su ausencia (lo que, por cierto, arruina completamente escenas que podrían haber molado como el enfrentamiento entre el hombre los puños de hierro y un hombre con piernas de hierro). El nivel de producción también se resiente brutalmente por el bajón del presupuesto. Así, donde en la primera había hierro y madera, aquí tenemos cartón y hojalata acompañados de unos efectos especiales digitales de la peor estofa y un maquillaje completamente zetoso (mención especial al momento en la primera pelea de la peli dónde RZA golpea a un maloso en el cráneo y este tiene unas heridas en la cara dignas de una película turca antes incluso de que le golpe se produzca y puedas disfrutar de la costrosidad del momento en un nada disimulado primerísimo plano). Todos estos detalles se encuentran orquestados por una banda sonora raperil que, si bien en la primera película fungía relativamente bien con las melodías orientales que también formaban parte de la banda sonora y las imágenes mostradas, aquí se convierte en un estorbo auditivo constante donde incluso, en un alarde de sinvergonzonería, se atreven a copiar a Ennio Morricone con la peor versión que he escuchado en mi puta vida del Ecstasy of Gold de El Bueno, El Feo y el Malo.
Protagoniza la cinta , como he dicho anteriormente, el rapero RZA, quién postula seriamente al título de peor actor negro de la historia. Le acompañan una serie de asiáticos desconocidos (el que más y el que menos ha tenido algún pequeño papel en televisión) de entre los cuales destaca únicamente el japonés Cary-Hiroyuki Tagawa quien a pesar de tener  una dilatada filmografía permanece en la memoria del fandom principalmente por su interpretación del villano Shang Tsung en la primera película de Mortal Kombat.
Dirige la pantomima el videoclubero Roel Reiné, director de El rey escorpión 3, de Death Race 3: Inferno y de Muerte en Tombstone otra película que también me hace gracia al igual que El Hombre de los Puños de Hierro por los actores en decadencia que aparecen en ella (concretamente Dina Meyer, Anthony Michael Hall y el mismísimo Mickey Rourke).
Así pues, El Hombre de los Puños de Hierro 2 carece de todos los elementos que hacían de la primera entrega una película medianamente disfrutable lo cual, por si no ha quedado suficientemente claro, la convierten en una mierda de un calibre superior. Y no hay más que decir sobre ella.


viernes, 23 de septiembre de 2016

VENGADORES SECRETOS: La Etapa de Ed Brubaker


Título: Vengadores Secretos #1-11
Editorial Española: Panini Comics
Publicado originalmente como: Secret Avengers vol.1, #1-12
Guión: Ed Brubaker
Dibujo: Mike Deodato Jr.,Will Conrad, David Aja y Michael Lark
Entintado: Mike Deodato Jr.,Will Conrad, David Aja y Michael Lark
Color: Rain Beredo y José Villarubia
Portadistas: Mike Deodato Jr. y Marko Djurdjevic

La diversificación de las colecciones Vengadoras es un fenómeno asociado casi exclusivamente a los últimos diez años de la historia de Marvel. Si bien es verdad que en los 80 los Vengadores contaban con dos series regulares simultáneas, la cabecera principal y Los Vengadores de la Costa Oeste, el concepto de conversión de un cómic en franquicia era algo prácticamente exclusivo de la Patrulla X (no en vano para cuando llegó el siglo XXI los mutantes contaban con todo un abanico de series regulares como Uncanny X-Men, X-Men, Factor-X o X-Force que derivaba de la desaparecida Los Nuevos Mutantes, por no hablar de proyectos creados en los 80 que ya habían caducado como Excalibur o los múltiples spin-offs dedicados a integrantes concretos de la Patrulla X, de entre los cuales destacaba por encima de los demás la cabecera dedicada a Lobezno en solitario). Sin embargo, la llegada de Bendis a los Vengadores, su reconversión una nueva cabecera, Los Nuevos Vengandores, unido a la aparición de los primeros eventos anuales  (el sistema de publicación que le ha otorgado en gran medida a Marvel el éxito editorial del que goza actualmente) y, como no, al anuncio de la adaptación cinematográfica del cómic condujo a que una serie de autores, encabezados una vez más por Bendis, decidieran convertir al equipo de superhéroes en una nueva franquicia. Así, casi inmediatamente después de que Los Nuevos Vengadores dieran el pistoletazo de salida comenzaron a surgir cabeceras como Jóvenes Vengadores, Poderosos Vengadores, Vengadores: La Iniciativa, Academia Vengadores o Vengadores Oscuros, y así hasta la actualidad, momento en que Los Vengadores cuentan con nada menos que seis cabeceras grupales regulares, spin- offs aparte.
Entre toda esta maraña de colecciones que surgieron en la década pasada encontramos el debut de Vengadores Secretos, una serie que surge a raíz del final de una de las etapas más brillantes de los últimos quince años de la editorial, Reinado Oscuro, aquella línea argumental en la que Norman Osborn se hacía con el puesto de figura principal al mando de la seguridad mundial, y por tanto, cabecilla de SHIELD, jefe de su particular alineación de Vengadores conformado por villanos encarnando el papel de superhéroes y, básicamente, el hombre más poderoso políticamente hablando del mundo. Este status quo llegaría, cómo todo en este mundo, a un final en el que Norman Osborn caería llevándose todo el sistema que había construido por delante. En esta situación Steve Rogers, quién por aquellos tiempos no vestía el uniforme del Capitán América, decidía montar su propio equipo de Vengadores, destinado a llevar a cabo, cual regimiento de black-ops e inspirado en gran parte en lo que había hecho Osborn durante su etapa al mando, misiones encubiertas a espaldas de los poderes gobernantes. Este equipo proactivo, destinado a atacar la amenaza antes de que pudiera ser un peligro para el mundo (en el fondo esto no deja de ser la versión vengadora de la X-Force mutante) estaba conformado inicialmente, al margen de por el propio Steve Rogers, por una serie de personajes polifacética que incluía al Caballero Luna, al tercer Hombre Hormiga, a Valquiria, Maquina de Guerra, la Viuda Negra, la Bestia y Nova, aunque como veremos enseguida esta alineación ejercía mas una función publicitaria a la hora de vender la serie (al menos en estos primeros números) que un papel importante dentro de la propia cabecera.

Reunión de equipo

Al mando de los guiones se pondría Ed Brubaker, guionista por entonces encumbrado en Marvel gracias a su memorable etapa en Capitán América la cual seguía escribiendo por aquel entonces, compaginándola con otros proyectos entre los cuales se encontraba la cabecera que estamos tratando. Brubaker puede ser un gran guionista cuando se trata de escribir las aventuras del Centinela de la Libertad, pero ni de lejos es un escritor perfecto y aquí resulta bastante fallido. Su etapa en Vengadores Secretos es una en la que la coralidad brilla por su ausencia. Personajes como el Caballero Luna (precisamente un personaje con un potencial extraordinario a la hora de usarlo dentro de un equipo) o Maquina de Guerra no pintan prácticamente nada en la trama, no tienen una dinámica establecida dentro del grupo, simplemente están ahí para ser usados cuando el guión requiera de la presencia de más efectivos en las batallas. Y lo mismo se puede decir de otros personajes completamente desaprovechados como la Viuda Negra (la espía marvelita por excelencia) o Valquiria (que tiene la virtud nunca explotada de ser el equivalente a un elefante en una cristalería para un equipo de estas características), por no hablar de Nova, al cual se quitan de un plumazo de encima en el cuarto número, no llegando a formar parte en ningún momento de la alineación (así pues aquel que comprara los primeros números por este personaje se llevaría un buen cabreo por este movimiento de Brubaker). La serie da la sensación en todo momento de no ser un cómic de los Vengadores sino un spin-off del Capitán América en el que este hace piña con otros personajes, pues el desarrollo de la acción, la trama (especialemente en el segundo arco argumental de la etapa ) y la potencial evolución de personajes está siempre relacionada directa o tangencialmente con Steve Rogers, de manera que sólo la Bestia (ejerciendo el papel de "cerebrito" del grupo) o el Hombre Hormiga (el alivio cómico que nunca puede faltar) se salvan de la influencia del Capi y adquieren algo de protagonismo.
Al margen de esto, el cómic también parece más un capricho de Brubaker, que quería probar a hacer otro tipo de historias que no tuvieran un tono político o de espionaje exclusivamente. Así pues, en los primeros cinco números se las ingenia para construir una aburrida trama de ciencia ficción llevándose al equipo a Marte (algo inexplicable, pues como demostró en su paso por  Uncanny X-Men es que el guionista es capaz de construir una trama de este género convincente y entretenida), mientras que en las siete últimas entregas de la etapa se monta una incursión en el mundo de las artes marciales con un arco argumental bastante más solvente y efectivo en el cual merece la pena profundizar un poquito.
Shang-Chi, el Capi y el Príncipe de los Huérfanos: Brubaker repasa sus éxitos pasados

Los ojos del dragón, que así se titula esta segunda aventura, aligera el exceso de atención sobre el personaje de Steve Rogers para traer de vuelta por todo lo alto al personaje de Shang-Chi, el Maestro del Kung Fu, el cual se unirá al equipo para intentar impedir la resurrección de su malvado padre. Al margen de recuperar a este último, Brubaker aprovecha para reutilizar también a un personaje que había creado previamente en su reverenciada etapa a cargo de El Inmortal Puño de Hierro, el Príncipe de los Huérfanos, así como también al supersoldado John Steele, personaje procedente de aquellos cómics de la Marvel (por aquel entonces conocida como Timely Comics) primigenia de los años 40, etapa de la historia del cómic americano en la que Brubaker se empapó como pocos de cara a preparar tanto su etapa en Capitán América como esa otra obra de culto que es El Proyecto Marvels, donde se volvía a poner el punto de mira en todos aquellos superhéroes de la Segunda Guerra Mundial. Aparte de ser un relato más dinámico y ágil en el que se reparte mejor el peso entre los distintos participantes del equipo (aunque sigue presente el lastre comentado hace un momento), este segundo arco argumental representa también un curioso ejemplo de la problemática de los derechos de autor en estos medios. Resulta que en los años en los que Marvel, presa como tantas otras empresas de aquella época de la fiebre por las artes marciales que tanto propiciaron Bruce Lee y compañía, publicaba la cabecera Masters of Kung Fu (la cual también tiene su propia historia que contar), Steve Engleheart estableció que la identidad del padre de Shang Chi era ni más ni menos que la del mismísimo Fu Manchú. ¿Que ocurre con esto? Pues que por aquellos años Marvel había comprado los derechos de este personaje a su creador para adaptarlo al cómic en dicha cabecera, pero con el paso del tiempo esos derechos se perdieron por el desuso. De esta manera, cuando llegó la hora de volver a utilizar al personaje, Marvel se encontró con que no podía llamarlo por el nombre por el que fue incorporado a su Universo. Y es así que Brubaker se anda con evasivas evitando el nombrar al padre de Shang-Chi por su nombre real en una estrategia de la que sale más o menos airoso.
La etapa de "Bru" se cierra con una historia autoconclusiva protagonizada por John Steele que resulta ser lo más salvable de la misma, dejando un buen sabor de boca de cara a futuras entregas de la cabecera y mostrando un atisbo del potencial que podría mostrar el supersoldado rescatado del olvido.
Le acompaña a los lápices el oscuro Mike Deodato, el cual acababa de rematar una racha gloriosa dibujando a los Thunderbolts de Warren Ellis y a los Vengadores Oscuros de Bendis. Si bien este no es un material tan cojonudo como las cabeceras citadas, su arte no queda deslucido en absoluto (siempre y cuando seas una de esas personas que aprecian su técnica de dibujo realista y oscura a más no poder) y logra unos resultados particularmente atractivos al dibujar al Caballero Luna y a la Bestia. En los últimos números, durante los flashbacks a la Segunda Guerra Mundial, es sustituido por Will Conrad, un artista que ha trabajado en múltiples cabeceras a lo largo de su carrera Buffy Cazavampiros hasta Aves de Presa para DC Comics, pasando por encargos aislados aquí y allá para Marvel. Su trazo sigue en la línea oscura trazada por Deodato pero se acerca más al estilo de otro gran dibujante, Steve Epting (lo que no hace sino recalcar el hecho de que esta cabecera parezca un tebeo más del Capi de Brubaker, donde puso los lápices a casi una cincuentena de números), por lo que se antoja como un vulgar parche con el que rellenar el último número antes de la salida definitiva del guionista y dibujante que habían inaugurado la serie. Igualmente, en el número especial dedicado a uno de los villanos presentados (el número 5 de la cabecera concretamente) aparecen como artistas invitados el ahora laureado David Aja (que previamente habia colaborado con Brubaker en el Inmortal Puño de Hierro) y Michael Lark ( que puso los lápices en un buen puñado de números de la etapa de Daredevil del señor Ed), así que todo queda en familia.

John Steele: el tributo de Brubaker a los tiempos de Timely Comics

En cualquier caso, este paso por Vengadores Secretos no pasa de ser un mero entretenimiento, más interesante para un completista de la cabecera que para cualquier otro tipo de público, que muestra múltiples carencias, siendo la principal la incapacidad de Brubaker de construir una trama que resulte lo suficientemente coral y equilibrada para el plantel de personajes, desaprovechados en su mayoría. Así pues, volviendo a recalcar lo ya dicho, más que un cómic de los Vengadores, estos números iniciales parecen más bien un spin-off de la cabecera principal del capi guionizada aún en aquel momento por el señor Brubaker. Y es que cuando uno quiere diversificar cuando está únicamente centrado para una sola cosa pasa lo que pasa. En cualquier caso, la propuesta había vendido lo suficiente como para que otro guionista tomara el relevo, y este no sería sino un guionista recién llegado de la editorial Image que estaba realizando sus primeros trabajillos para la gran Casa de las Ideas. Un guionista que por aquel entonces era un mindundi pero que actualmente se puede decir que se encuentra entre las figuras mejor valoradas dentro de la editorial, el cual no era otro que el actual guionista de las múltiples cabeceras del Capitán América, el señor Nick Spencer.

martes, 20 de septiembre de 2016

LA CARRERA DE LA MUERTE DEL AÑO 2000 de Paul Bartel



Título: La Carrera de la muerte del año 2000 (Death Race 2000)
Director: Paul Bartel
Año: 1975
Guión: Charles B. Griffith
Intérpretes: David Carradine (Frankenstein), Sylvester Stallone (Joe "Metralleta" Viterbo), Simone Griffeth (Annie Smith), Mary Woronov (Calamity Jane), Roberta Collins (Matilda), Martin Kove (Nero el Héroe), Louisa Moritz (Mira), Harriet Medin (Thomasina Paine)

En un futuro no muy lejano (aunque técnicamente pasado al encontrarnos a septiembre de 2016) América está gobernada por una potencia fascista que aplica la político del "Pan y Circo" de una manera más bien curiosa: cada año, cinco pilotos de coches se enfrentan en una carrera a muerte dónde pueden ganar puntos que le permitan vencer en la competición mediante el atropello impune de hombres, mujeres, niños y ancianos. El ídolo de las masas en este sangriento deporte es un piloto enmascarado conocido cómo Frankenstein, quién mantiene una rivalidad encarnizada con otro corredor, Joe "Metralleta" Viterbo. La celebración de una nueva "Carrera de la Muerte" coincidiendo con las actuaciones de un grupo de saboteadores que intentan abolir el evento será el epicentro de un conflicto que podría cambiar de la nación.
Producción setentera de Roger Corman, y cómo tal, una película modesta en su concepto y sobre todo ,como era la costumbre de Corman, en su presupuesto,que sufre todas las virtudes y defectos de la serie B de esta época. Entre los pros podemos encontrar una serie de conceptos y formas de plasmar esta clase de historias, empezando por el propio concepto de que los concursantes tengan que atropellar gente para ganar puntos que hoy seguramente sería visto con más que malos ojos (sólo falta ver como un concepto similar, el de poder atropellar impunemente a personajes virtuales como diversión, fue una de las muchas cosas que contribuyeron a acrecentar la polémica de los videojuegos de la saga GTA años después), cómo con malos ojos sería visto el que el personaje de Stallone abofeteara  cada dos por tres a su partenair femenina sin que a esto se le diera mayor importancia. Si a esto le añadimos algo de gore en ciertos atropellos a viandantes (cabezas reventadas bajo ruedas de coches, empalamientos, sangre expulsada como si fueran salpicaduras de barro, etc) y una considerable cantidades de desnudos femeninos (en algunos casos muy agradecidos según el gusto del espectador) pues tenemos los suficientes ingredientes para considerarla una serie B divertida y muy sana en sus intenciones, un tipo de diversión cinéfila inconcebible hoy en día. 
Si nos ponemos algo serios, la cinta guarda ciertos paralelismos con otra película de "deportes futuristas" de aquella época como es Rollerball, ya que en ambas se muestra el deporte excepcionalmente violento como una forma de distraer a las masas borreguiles del futuro. La Carrera de la muerte del año 2000 juega con esto y lo aprovecha para satirizar el género de futuros distópicos y mostrar que aunque puede que nos volvamos más violentos y salvajes en el futuro seremos igual de idiotas y cerrados de mente, cosa que demuestra especialmente con el desenlace de la trama.
Encabezando el casting  tenemos a un David Carradine recien salido de la serie Kung-Fu que aceptó la oferta de Corman para protagonizar la película por el hecho de ser algo totalmente opuesto a su papel en la serie de televisión (y porque Corman el 10% de la recaudación que hiciera la película como sueldo adicional) y nos deleita con una infra-actuación totalmente desganada y carente de carisma alguno, demostrando una vez más que es un actor de mierda. En el lado opuesto tenemos a un Sylvester Stallone en uno de sus primeros papeles acreditados para la gran pantalla (ni Rocky había hecho aún) sobreactuando de puta madre con el gesto torcido toda la película, gritando en todo momento y haciendo todas las excentricidades que el guión le exige sin vergüenza alguna y comiéndose con patatas al pobre señor Carradine en cuanto a presencia sin por ello de ser igual de mierdoso que él a nivel interpretativo. Acompañan a los dos astros una serie de mindundis y de féminas (muchas de las cuales como he dicho anteriormente muestran sus senos y traseros en diversos momentos del metraje) y, como curiosidad, en un brevísimo cameo como mecánico, el director de cine John Landis.
Del guión se encarga Charles B. Griffith, guionista de un buen puñado de películas dirigidas y/o producidas por Corman, tanto de las más potables (La tienda de los horrores) cómo de lo peorcito de la carrera de este rey de la caspa cinematográfica (El monstruo del mar encantado). Dirige la película de manera completamente mecánica el señor Paul Bartel, que para el año 1975 venía de dirigir Neurosis Asesina bajo las órdenes del hermano de Roger, Gene Corman. Tras La Carrera de la muerte del año 2000 repitiría con Carradine al año siguiente a su estreno en Cannonball, tras lo cual dirigió unas cuantas cintas y capítulos de series de TV más antes de morir en el año 2000 de un cáncer de hígado.
Para acabar, uno no puede cerrar un comentario de una película de la factoría Corman sin incluir una ronda de curiosidades y anécdotas sobre su concepción. En este caso los auténticos protagonistas del rodaje fueron los coches utilizados en el mismo. Por lo visto el bueno de Roger siguiendo su máxima de austeridad a rajatabla compró y mando remontar y tunear para la ocasión una serie de coches de segunda mano logrando tener entre manos una serie de trastos móviles que apenas podían moverse siquiera, teniendo el equipo de rodaje que empujarlos muchas veces cuesta abajo para que cogieran algo de velocidad y pudieran filmar las escenas. Evidentemente el resultado eran secuencias donde los coches circulaban a una velocidad lamentable, evento que solucionarían rodando las escenas a cámara rápida para que pareciera que los bólidos iban a toda mecha. A todo esto le añadimos el hecho de que conducir vehículos que parecían sacados de Los Autos Locos se consideraba a todas luces ilegal en los cascos urbanos americanos por lo que muchos stunts preferían no meterse en líos y no conducir en esos escenarios, de manera que en más de una ocasión fueron los propios Stallone y Carradine (y se rumorea que también el propio Corman) los que tuvieron que hacer de stunt y salvar la papeleta. El punto y final a esta aberrante historia mecánica lo pone, una vez más, el mismísimo Corman quien afirma haber vendido los vehículos años después del estreno de la película a diversos museos ganando en la transacción mucho más de la miseria que le costó fabricar dichos engendros. Lo dicho, un maestro de las finanzas capaz de competir con canallas de la talla de Jordan Belfort o el propio Bárcenas.

En su época la película fue vapuleada hasta la saciedad por la crítica, lo cual no impidió que, partiendo de un presupuesto mísero de entre 300.000 y 500.000 dólares, resultara todo un éxito comercial, pues se estima que recaudó entre 5 y 8 millones de dólares en todo el mundo. Con el tiempo la cinta se convirtió en una peli de culto dando lugar a un remake en 2008 protagonizado por Jason Statham y dirigido por el videoclipero Paul W.S. Anderson  a la cual seguirían dos secuelas directas a DVD. Y la historia no termina aquí, pues el propio Roger Corman anunció a principios de este año 2016 su intención de producir un nuevo remake que supuestamente se titulará Death Race 2050, por lo que podemos decir que aún tenemos carreras mortales y violentas para rato. Muy simpática me ha parecido.