miércoles, 23 de diciembre de 2015

LEPRECHAUN: LA NOCHE DEL DUENDE de Mark Jones



Título: Leprechaun: La noche del Duende (Leprechaun)
Director: Mark Jones
Año: 1993
Guión: Mark Jones
Intérpretes: Warwick Davis (Leprechaun), Jennifer Aniston (Tory), Ken Olandt (Nathan Murphy), Mark Holton (Ozzie), Robert Gorman (Alex), Shay Duffin (O'Grady)

Un irlandés borracho atrapa a un Leprechaun al que previamente le había sustraído su preciado oro y lo encierra en una caja en el sótano de su casa, sufriendo un ataque cardíaco antes de poder hacer uso y disfrute del premio en metálico. Diez años más tarde unos chavales acaban encontrándose con el oro y liberando por accidente a la criatura al mismo tiempo, la cual no parará de darles caza con el fin de recuperarse su dorado tesoro.
Así empieza una de las sagas más chorras del cine de terror. Fechada en 1993, la película, a pesar de que el director afirma que la principal inspiración de la misma fue Critters, parece increíblemente deudora de esas entregas de Pesadilla en Elm Street donde Freddy Krueger soltaba chascarrillos cachondos antes de pasar a sus víctimas por las cuchillas. Con esto quiero decir que si bien la cinta empieza como una peli de monstruos al uso, con el duende acechando y asesinando a una anciana, pronto decae en el subgénero de la "comedia con toques de terror" desde el momento en que el Leprechaun persigue a sus víctimas por la carretera pedaleando a toda ostia en un triciclo (todo ello antes de hacerse con las llaves de un mini coche y sufrir un incidente con un policía local), degenerando con el tiempo en un cachondeo con patas que, sin resultar excesivamente gracioso, es lo suficientemente ligero y ágil cómo para mantenerte entretenido durante los 80 minutos que dura.

Warwick Davis, sin duda uno de los enanos más famosos del cine, interpreta, bajo un convincente maquillaje y vestuario (teniendo en cuenta el limitado presupuesto con el que contaba el film), al repugnante duende en el que probablemente sea el papel más recordado de su carrera junto al de protagonista en Willow  y conduce todo el espectáculo cómo el amo de la pista, correteando por ahí, cargándose a la peña, haciendo sus rimas cómo buen Leprechaun que es, hablando con impostado acento irlandés en la versión original (acabas del "me gold" hasta los mismísimos cojones) y procurando que todo el calzado que aparece en la película se encuentre reluciente (no en vano según la misma es, literalmente, "zapatero de oficio").
El otro nombre que destaca en el casting es el de Jennifer Aniston, la conocida actriz de la serie de TV Friends (que por cierto se estrenaría al año siguiente de que esta peli viera la luz) y de tantas comedias románticas, que aquí aparece bien joven y bien esbelta, con minifalda, deportivas, look adolescente y aún sin operar, interpretando a la protagonista femenina, un papel del cual ha estado renegando durante años (llegando incluso a decir en entrevistas que ella "no conocía la existencia de una película llamada Leprechaun") y que a día de hoy, ahora que las libertades de Internet impiden que todos estos "comienzos de mierda actorales" permanezcan en secreto, aún lleva encima cómo una pesada carga que soportar cuándo el periodista de turno decide joder la marrana haciendo la preguntita de turno.

Dirige y guioniza la función Mark Jones, un señor que comenzó trabajando como director de episodios de series de TV hasta que decidió entrar en el cine por la puerta del dinero, es decir, por la del "cine de terror", funcionándole la cosa bastante bien y ganando la cinta el estatus de culto suficiente cómo para que contara con nada menos que cinco secuelas de las cuales únicamente la segunda se estrenaría en pantalla grande, yendo todas las demás al mercado del direct-to-video (por lo que podemos decir que el sr.Jones ha estado sobreviviendo gracias al duende hasta el día de hoy). La peli llegaría incluso a estrenarse en cines en España bajo el título de La Noche del Duende, congregando a algo más de 24.000 espectadores en salas.
Con todo esto, y aceptando desde el primer momento que esto es una broma ante todo, la película se deja ver bastante mejor que otras muchas de su mismo estilo. Así que si, podría ser bastante recomendable como mero entretenimiento.
Y ahora, con vuestro permiso, me voy a tomar la libertad de cerrar la reseña citando al duendil protagonista de la cinta:

" Van a ponerme a prueba. Van a intentarlo
El que me robe el oro. No podrá contarlo"


martes, 22 de diciembre de 2015

INHUMANOS: EL ASCENSO DE ATTILAN de Charles Soule y John Timms


Título: Inhumanos: El Ascenso de Attilan (Inhumano Vol.1, #15-18)
Editorial española: Panini Comics
Publicado originalmente cómo: Secret Wars. Inhumans: Attilan Rising #1-5 [Marvel Comics]
Guión: Charles Soule
Dibujo: John Timms
Entintado: Roberto Poggi
Color: Frank D'Armata
Portadista: W.Scott Forbes y Dave Johnson

Cruce con las nuevas y diferentes Secret Wars de la mano de Charles Soule, guionista que, gracias a sus trabajos en DC (en La Cosa del Pantano sin ir más lejos) pero sobre todo en la actual Marvel (el último volúmen de Hulka, Inhumano y La Muerte de Lobezno) se ha convertido en uno de los nuevos guionistas de primera fila de la editorial, tanto es así que no sólo le han permitido el expandir en el nuevo universo Marvel post-Secret Wars su microcosmos en torno a la familia real inhumana con dos nuevas cabeceras de futura aparición (Uncanny Inhumans y All-New Inhumans) si no que también le han dado las riendas de una cabecera que, en los últimos 15 años ha sido mimada por Marvel con extrema atención como es Daredevil (y encima tomando el relevo de la exitosa y multipremiada etapa de Mark Waid).

Blackagar "Bogart" Boltagon entra en las Secret Wars por la puerta grande

De esta manera, si bien en otros de sus trabajos se le puede considerar un autor con más intención de crear algo con trascendencia y algo más que contar que el simple entretenimiento, en Inhumano Soule ha tomado el formato de las mejores series de TV actuales (ritmo acojonante, variedad de personajes que despierten interés en el público y cliffhanger para mantenerte pegado a la pantalla ansioso por el siguiente episodio) y lo ha trasladado a las páginas del cómic, logrando posiblemente una de las cabeceras más entretenidas que hemos podido ver a lo largo de Marvel NOW. Ahora bien, para este tipo de autores con este estilo de escritura que podríamos denominar cómo "a largo plazo" o, casi mejor, por seguir con la analogía televisiva, "por temporadas", los eventos suelen ser un engorro que pueden acabar perjudicando a la cabecera (los últimos números de la etapa de Rick Remender en Imposibles Vengadores, una vez pasó la debacle de Axis, son prueba de cómo puede dañar un evento a un buen cómic), por lo que la tarea de un guionista  es saber adaptar su cabecera a las circunstancias o bien ser lo suficientemente hábil para esquivarlas.

Dicho esto, he de decir que el escenario de estas Secret Wars (un nuevo Universo constituido por fragmentos aglutinados de todos los Universos Marvel alternativos y gobernados con puño de hierro por el todopoderoso Dr. Muerte) garantiza más que en otras ocasiones que los guionistas puedan adaptar sus historias al mismo e incluso sacar algo bueno de verdad de todo ello. Así, en los diferentes cruces con el evento principal hemos podido ver historias que se restringen a un territorio determinado de este escenario, normalmente relacionado con el evento al que homenajean (porque una cosa es innegable, y es que mientras que el evento principal de Secret Wars es un homenaje de Jonathan Hickman tanto a las Secret Wars originales cómo en particular a los Cuatro Fantásticos, y más aún al Doctor Muerte, los distintos tie-ins son tributos a los diferentes eventos que ha sufrido el Universo Marvel desde su creación, con énfasis particular a los acontecidos en los últimos 15 años), e historias que se desarrollan en varias de estas zonas, dando una idea más global del nuevo "Mundo de Batalla" y de cómo se desarrollan las vidas de sus habitantes.

El Salón del Silencio...busque todas las referencias que sea capaz de encontrar

Charles Soule introduce este El Ascenso de Attilan en esta última categoría, presentándonos una historia en el que una "Resistencia" contra el demonio de Muerte comandada por Rayo Negro se extiende en los submundos de "Mundo de Batalla" con el objetivo de derrocar al susodicho, a la vez que Medusa, en este universo regente de Manhattan, intenta desmantelarla para evitar perder su rango dentro del cuadriculado sistema político del Doctor Muerte.
La miniserie cuenta entre sus integrantes a casi todo el plantel de NeoHumanos ("nuevos Inhumanos") presentados en las páginas de Inhumano (se echan de menos las versiones de Linaje e Inferno de este mundo alternativo, pero...), así cómo a la familia real inhumana al completo y a algunos personajes que nada tienen que ver con los Inhumanos, cómo un Ghost Rider con la estética de los años 20 o la participación de la versión de Daredevil del universo de 1602. Todos ellos participan en una trama que, si bien en su segunda mitad es pura acción y espectáculo, durante sus primeros pasos respira un aire a cine clásico y al cine de espías más "James Bondiano" innegable, empezando por la trama puramente policíaca de los primeros números y terminando por ese escenario del Salón del Silencio que perfectamente podría ser el local de Bogart en Casablanca con un Rayo Negro que bien podría ser el legendario actor (y que dicho sea de paso es todo un reto de "Quien es quien" para el lector veterano, donde podemos encontrar desde a un Peter Quill subido a las tablas del escenario hasta a la emperatriz Lilandra de los Shi'Ar tomando unas copas con Bullseye). Soule congrega a estos personajes y además trae algunos conceptos con los que ya trabajó previamente en Inhumano (Medusa y Rayo Negro como enamorados y ,sin embargo, enemigos, cada uno a un lado de la contienda) , así como otros totalmente contrapuestos a los mostrados en dicha serie (el descontrol de la terrigénesis en esta última enfrentada al concepto de terrígeno cómo método de control en la población inhumana, por otro lado, el enfoque clásico que han tenido siempre las famosas nieblas), aplicándolos de manera efectiva a este nuevo universo. El problema de todo esto es que la miniserie parece más un complemento a la cabecera anterior de Soule que a un producto independiente por sí mismo, con lo cual, una persona que no haya leído la susodicha y se haya familiarizado con los personajes puede que encuentre cierta resistencia para disfrutarla sin tener interrogantes cada dos por tres sobre los personajes que van apareciendo en la misma. Claro que, por otro lado, ¿Quién si no alguien con interés en la franquicia inhumana iba a adquirir estos cómics?
Acompaña a Soule a los lápices John Timms, que junto al dueto Poggi-Darmata logran un resultado muy similar al conseguido por Pepe Larraz, y en menor medida al de Ryan Stegman, en Inhumano, o en otras palabras, un trabajo nada original, de manual, pero que por otro lado no desentona para nada con lo anteriormente realizado con los personajes ni con el propio espíritu de la cabecera.

Visto esto uno puede asegurar que Soule ha sabido afrontar las Secret Wars con habilidad, ofreciéndonos un producto que si bien se enclava en el universo de estas guerras, más bien parece una especie de epílogo en forma de What-If? para la primera temporada de Inhumano, por tanto, resulta un cómic aceptable pero que únicamente puedo recomendar a los seguidores de la franquicia inhumana, ya que para otro tipo de lectores seguramente resultará intrascendente.

viernes, 18 de diciembre de 2015

MEMORIAS DEL ÁNGEL CAÍDO de Fernando Cámara y David Alonso




Título: Memorias del Ángel Caído
Directores: Fernando Cámara y David Alonso
Año: 1997
Guión: Fernando Cámara y David Alonso
Intérpretes: Santiago Ramos (Francisco), Hector Alterio (Julio), Emilio Gutiérrez Caba (Vicente), José Luis López Vázquez (Antonio), Juan Echanove (Carlos), Asunción Balaguer (Juana), Tristán Ulloa (Alberto)

Una de esas incursiones español de finales de los noventa en el cine fantástico y de terror antes de que se terminara de joder el género del todo quedando sólo Balagueró, De la Iglesia y dos o tres más como únicos representantes del mismo. La película cuenta como en una iglesia del centro de Madrid suceden consecutivamente dos fenómenos extraños, por un lado un supuesto milagro divino y por otro la muerte por envenenamiento de una serie de feligreses tras consumir la sagrada forma, lo que desencadenará una investigación policial que involucrará a todos los sacerdotes de la parroquia y a supuestas sectas satánicas, todo ello enmarcado en el contexto de paranoia que se vivió en las fechas próximas al fin del milenio.

Dicen que antes en España había mejores actores, y puedo dar fe de ello con seguridad viendo cosas cómo esta en las que actores de la vieja guardia comparten plano con actores maduros con algo de caracter y con algunas de las muestras de lo peor del panorama actoral español. Ello quiere decir que cuando sale Tristán Ulloa sólo quieres matarle de lo mal actor que es (por cierto, personaje totalmente sobrante en la película), que cuando sale Santiago Ramos (cuyo mayor problema es que uno lo tiene mentalizado por su papel en Aquí no hay quien viva y se predispone a verle en un registro cómico que para nada tiene que ver con el que muestra en esta peli) o Juan Echanove (tres cuartos de lo mismo que ocurre con Santiago Ramos) uno se queda contento, que cuando se nos muestra a Hector Alterio (totalmente alejado de los Ricardo Darín y demás purria que nos viene ahora de argentina) o a Emilio Gutiérrez Caba uno asiente con aprobación y que, finalmente, para cuando entra en escena el gran José Luis López Vázquez uno piensa que es el puto Dios del cine de lo buen actor que es y la naturalidad y el saber hacer con el que acomete su interpretación.
En cuanto a la peli en sí misma tenemos un producto con un buen envoltorio (una gran atmósfera de tensión a lo largo de la peli, especialmente en las escenas de las visiones y los momentos más oscuros de la cinta, situaciones cumbre de la trama) al servicio de un guión que si bien cuenta con altibajos y sus lagunas (misterios que nunca se llegan a explicar, actitudes de personajes que chirrian y una escena final que, personalmente, no he llegado a comprender), fallos ,según parece, cometidos debido a recortes en el presupuesto que conllevaron los inevitables cambios en el guión, está más o menos bien construido (lo suficiente cómo para que, habiéndome dispuesto a ver la peli a medianoche, aguantara su hora y media perfectamente y con interés).
La cinta está dirigida por Fernando Cámara y David Alonso, y posiblemente sea su único trabajo meritorio en toda su carrera, ya que el primero tras esto se iría directamente a la televisión (resurgiendo momentaneamente para dirigir Trastorno en el 2007), mientras que el segundo acabaría siendo el creador de una de las grandes mierdas de la historia del cine español, Más de 1.000 cámaras velan por tu seguridad (co guionazada con la ayuda del señor Cámara... todo queda en familia).
Con todo, esta Memorias del Ángel Caído es una película bastante aceptable (para bajarse, ver y borrarla después, pero eso sí, manteniéndola en la memoria), y un muestrario perfecto del esquema de película de terror/suspense (género que a día de hoy agoniza si no se encuentra muerto directamente) que se sigue manteniendo, salvo en contadísimas ocasiones, en nuestros días.


miércoles, 16 de diciembre de 2015

ALIAS: EL ORIGEN SECRETO DE JESSICA JONES y ALIAS: PURPURA de Brian Michael Bendis y Michael Gaydos


Título: Alias: El Orígen secreto de Jessica Jones ( Alias Vol.1 #11-12) y Alias: Púrpura ( Alias Vol.1 #12-14)
Editorial española: Fórum
Publicado originalmente cómo: Alias: The Secret Origin of Jessica Jones ( Alias Vol.1 #22-23) y Alias: Purple (Alias Vol.1 #24-28) [Marvel Comics]
Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Michael Gaydos y Mark Bagley
Entintado: Michael Gaydos y Mark Bagley
Color: Matt Hollingsworth
Portadista: David Mack

En los últimos días de existencia de la cabecera de Alias, Bendis acometía la tarea final de narrar la génesis de Jessica Jones y sobre todo el cómo llego a convertirse en el sórdido personaje que es a raíz de un conflicto con Killgrave, el Hombre Púrpura. Uno podría pensar que dado que Bendis, entre su aclamado trabajo en Marvel Knights: Daredevil, el cual compaginaba con la serie de Jessica, y su fichaje para guionizar nada más ni nada menos que la piedra funcional de la llamada por un servidor "nueva Marvel del siglo XXI", Los Nuevos Vengadores, estaría más imaginando el cuento de la lechera de cara a su futuro inmediato que pendiente de lo que tenía entre manos en ese momento. Pero ni corto ni perezoso, sabiendo que eran sus últimos momentos como guionista de su niña mimada, cogió y se cascó no sólo el mejor arco argumental de toda la cabecera sino también el más experimental de ellos y el más reconocido por la crítica (no en vano estuvo nominado al prestigioso premio Eisner del año de su publicación en la categoría de Mejor Historia Serializada ).

Aprendiendo a volar...

En estos últimos episodios se toma cómo punto de partida un encargo para Jessica de parte de una asociación de víctimas de Killgrave para lograr que el susodicho villano encarcelado confiese todos los crímenes cometidos en su dilatada carrera criminal que  acabará convirtiendose en un enfrentamiento en toda regla cuando el Hombre Púrpura escape de la cárcel. Es en estas páginas cuando Bendis nos revela de la manera más directa posible que todas las acciones y comportamientos que hemos visto a lo largo de Alias son el resultado de un trauma por parte de Jessica, trauma desencadenado por una violación. Pero este es un mundo de superhéroes y una violación corriente, aunque ya de por sí resulta un acto deleznable, no basta para resultar todo lo impactante que deba. Bendis resuelve la papeleta de la manera más sencilla: si tenemos un villano que controla las mentes, ¿Qué mejor que este robe la mente de la protagonista y la someta a su control? ¿Acaso hay algo más invasivo, más perturbador que el hecho de que alguien corrompa tus pensamientos, te convierta en una marioneta a su servicio, viole literalmente tu libre albedrío?  No me equivoco al decir que los flashbacks en los que se narra el pasado de Jessica son sin duda alguna el clímax de la serie, en tanto que la resolución del conflicto funciona casi más a modo de moraleja, una lección sobre cómo dejar el pasado atrás.
Pero detengámonos momentáneamente en el Hombre Púrpura, villano de segunda hasta que la mano de Bendis lo tocó y catapultó al plano donde se encuentran aquellos malvados con algo de consideración. Cómo he dicho anteriormente estos últimos números, precisamente por ser los últimos, son los más experimentales de toda la cabecera, tanto en la temática tratada cómo en la narrativa (construir una pelea final contra un supervillano basándose principalmente en diálogos no es tarea fácil), pero es en el tratamiento del Hombre Púrpura dónde Bendis se lleva la palma, pues se nos muestra como un personaje sádico y amoral que además, durante sus conversaciones con Jessica, rompe constantemente la cuarta pared, dirigiéndose directamente al lector, autoproclomando tanto a él como a Jessica cómo personajes de ficción e incluso tomándose la libertad, en palabras del guionista en todo momento, de criticas el guión y el dibujo del cómic cómo si de un lector más se tratara. Un movimiento que en un primer momento despista, y que sin dudas desvirtúa un poco las motivaciones del villano, pero que no resulta menos brillante por ello.

El Hombre púrpura dirigiéndose al espectador... de mindundi a la primera división en  unas pocas páginas

Por tanto, Bendis cierra Alias a la vez que Jessica Jones cierra las puertas a su traumático pasado, pero previamente a Púrpura, el último arco argumental, el "Calvo de Cleveland" nos narra en dos numeritos la génesis del personaje, y una vez más el costumbrismo y la cercanía al lado más humano de los superhéroes del que hace gala toda la serie vuelve a hacer acto de presencia. Si bien en Púrpura esta cercanía se nos muestra de la forma más sórdida , en El Orígen Secreto de Jessica Jones se nos presenta de la forma más inocente, pues si bien es la historia del cómo Jessica obtuvo sus poderes, lo es también de la vida de una adolescente en un mundo de superhéroes, una adolescente enamorada en secreto de un chico de su clase, un tal Peter Parker (y si, asistimos al famoso momento de la picadura de araña), una joven que se masturba por las noches fantaseaando con su ídolo, un tal Johnny Storm, y que en un despiste provoca que un camión de residuos tóxicos pegue un volantazo y a punto esté de no chocar con ella, como le ocurriría a un tal Matt Murdock con un vehículo de semejante apariencia. Compaginando estos momentos vemos el incidente que causa sus superpoderes, sus primeros pasos más bien torpes cómo superheroína y el cómo es testigo de alguno de los momentos cumbres de la historia del Universo Marvel, siendo la llegada de Galactus a la Tierra el más reconocible.

Acompañando a Bendis tenemos a los lápices una vez más a Michael Gaydos (cuyo estilo dentro de la cabecera fue comentado anteriormente) que firma en El Orígen Secreto de Jessica Jones el dibujo más feísta de toda  la serie, acentuado gracias a una paleta de colores más chillones que de costumbre, quizá intentando imitar la estética de los cómics de Archie, que hacen que los lápices rocen casi lo grotesco en ciertos momentos. Igualmente, durante las escenas de flashback en Púrpura y a modo de invitado especial tenemos a Mark Bagley, un hombre que en mi humilde opinión es uno de los mejores dibujantes que existen hoy en día para un cómic de superhéroes (sus larguísimas etapas junto a Kurt Busiek en Thunderbolts y junto al propio Bendis en Ultimate Spiderman son una más que suficiente prueba de ello), siendo su trazo estilizado, expresivo, optimista y con un coloreado que lo acerca muchísimo al de las cabeceras anteriormente mencionadas (que son puro blockbuster totalmente alejado de lo que constituye Alias) toda una contraposición con el de Gaydos, algo irónico cuando son las páginas de Bagley las encargadas de mostrar los episodios más atroces de la vida de Jessica.

Bagley y Bendis: fusión de dos grandes talentos

Así pues, y a pesar de tratar con acontecimientos de lo más oscuros, el final de Alias termina siendo una puerta al optimismo, cosa que no extraña, pues una vez terminado su papel en la colección, y ya embarazada de Luke Cage, Jessica se movería a una nueva cabecera, The Pulse, donde guionizada por Bendis de nuevo, y ahora con un tono mucho más ligero, continuaba moviéndose en los submundos del Universo Marvel, esta vez como periodista y acompañada de J. Jonah Jameson, Ben Urich y el resto de plantilla del Daily Bugle. Pero ahí queda el recuerdo de Alias y de cómo en aquellos tiempos hizo lo que nadie más en Marvel se atrevía a hacer, siendo estos dos últimos arcos argumentales la muestra más descarnada de ello. Hay que leerla al menos una vez en la vida.

viernes, 11 de diciembre de 2015

THE RIDICULOUS 6 de Frank Coraci


Título: The Ridiculous 6
Director: Frank Coraci
Año: 2015
Guión: Tim Herlihy y Adam Sandler
Intérpretes: Adam Sandler (Tommy "Cuchillo Blanco"), Rob Schneider (Ramón), Jorge García (Herm), Taylor Lautner (Pequeño Pete), Terry Crews (Chico), Luke Wilson (Danny), Nick Nolte (Frank Stockburn)

Simpática película que demuestra de primeras que los tiempos han cambiado y que ya cualquier productora puede atreverse a producir y estrenar por su cuenta en internet, y es que este es un producto traído de la mano de Netflix, la plataforma de video on demand más popular del mundo, y por tanto no verá la luz nada más que a través de la red y en las pantallas de las que cada uno disponemos en casa. Aunque claro, tampoco extraña siendo el bueno de Adam Sandler el que está detrás del proyecto, pues si no algo no es este señor es tonto, y sabe donde está el dinero y que un producto cómo este, en un estreno en cines a gran escala, es probable que se comiera un mojón.
Aun así, lo que tenemos  sin ser una grandísima comedia si que resulta un entretenimiento más que aceptable para pasar un buen rato durante casi dos horas (al igual que la mayoría de películas del señor Sandler), cosa de la que no todas las películas que se cuelgan ese apelativo pueden presumir a día de hoy.

The Ridiculous 6 gira en torno a Tommy "Cuchillo Blanco", un huérfano criado por apaches que, tras reencontrarse con su padre perdido, debe embarcarse en una misión para reunir 50.000 dólares que le permitirán rescatar a este de las manos de un grupo de bandidos, para lo cual contará con la ayuda de una serie de hermanos que el follarín de su padre fue procreando durante sus tiempos mozos cuando iba fornicando por todo el Oeste americano.

¡Y qué hermanos! A cada cual más estrambótico. Tenemos a un mexicano que va a todas partes con su burro interpretado por Rob Schneider, al negro hipermusculado de Terry Crews, a Luke Wilson (hermano de Owen Wilson) haciendo de un borrachín con un oscuro secreto en su pasado, al "crepuscular" Taylor Lautner (al que muchos creíamos acabado, muerto y enterrado profesionalmente) interpretando básicamente, y en una elección más que acertada, a un retrasado mental y a Jorge García (el gordo de Perdidos) cómo una especie de "Hombre de los bosques" que sólo habla a base de gruñidos. Todos ellos, aún sin acometer grandes interpretaciones dejan por los suelos la llevada a cabo por Adam Sandler (al que al menos hay que reconocerle la habilidad para reunir a semejante plantel), quien nos deleita una vez más con su rostro inexpresivo y su sobria interpretación, la cual queda en poco menos que nada si la comparamos con el gran papel de Rob Schneider (que SI es un gran comediante), la partida de culo que es ver a Taylor Lautner (tenido cómo guapo en sus tiempos en la saga Crepúsculo) con perpetua cara de subnormal y los dientes pochos, a Terry Crews tocando el piano con el rabo o el festival de caretos de Jorge García.
Acompaña a esta peculiar hermandad un Nick Nolte viejísimo y pasado de rosca interpretando al progenitor de la peculiar banda y toda una avalancha de cameos de actores de toda clase e índole que no pierden la ocasión de demostrar lo que es tomarse un  papel a cachondeo, a saber: Danny Trejo, un sobreactuadísimo Harvey Keitel, Jon Lovitz, , John Turturro o el siempre eficiente Steve Buscemi (protagonista absoluto, en la piel del clásico barbero de pueblo del oeste, de una de las mejores secuencias del film), amen de toda una serie de cómicos americanos desconocidos para mi persona. 
Uno podría pensar que una película cómo esta tiraría de lo fácil y se dedicaría a parodiar uno por uno todos los tópicos del género western, pero la cinta sabe ir un paso más allá y tener su propia personalidad, aunque eso sí, no pierde la oportunidad de parodiar el clásico "stand-off", el típico pueblo confederado, meter coñas con nativos americanos,, con Abrahama Lincoln e incluso tomarse la libertad de reunir en torno a una mesa de poker a Wyatt Earp, al general Custer y a Mark Twain (ojo, este último encarnado por el rapero Vanilla Ice y haciéndose el negrata con las anteriores leyendas del oeste mencionadas).

Dirige el cotarro Frank Coraci, personaje que ya había trabajado previamente con Sandler en películas cómo El Click y Juntos y Revueltos, y si bien cojea en ciertos aspectos cómo en los efectos especiales (en particular uno referente a una cabeza decapitada que da bastante pena) si da muestras de tener una cantidad relativa importante de capital para ser una producción destinada únicamente a la distribución vía internet, sobre todo en pequeños detalles como es, por ejemplo, el tener de compositor de la banda sonora a Harry Gregson-Williams, que se encargó en el pasado de las partituras de Prometheus o El Reino de los Cielos entre muchas otras.

En resúmen, una cosita divertida, más aún para el que disfrute con la ambientación western, que no va a descubrir nada a nadie pero que si sirve para entretenerse buenamente un rato e intentar dilucidar cual de todos los respetables actores que pueblan el metraje queda más ridículo en la pantalla. Recomendable.


martes, 8 de diciembre de 2015

BONE TOMAHAWK de S. Craig Zahler


Título: Bone Tomahawk
Director: S. Craig Zahler
Guión: S. Craig Zahler
Año: 2015
Intérpretes: Kurt Rusell (Sheriff Franklin Hunt), Patrick Wilson (Arthur O'Dwyer), Matthew Fox (Brooder), Richard Jenkins (Chicory), Lili Simmons (Samantha O'Dwyer), David Arquette (Purvis)

Esto es una cinta que apenas se ha distribuido fuera de determinados festivales de cine fantástico (al menos hasta ahora que, gracias a las bondades del Torrent, puede ser visionada por todo el mundo en calidad HD ) y además uno de esos híbridos raros que surgen cada vez con más frecuencia, y que pueden o bien resultar algo como mínimo entretenido o bien ser un zurullo pestilente. En este caso el experimento es aunar el cine western con el de terror, y más concretamente, con el subgénero de las llamadas "películas de caníbales" en una cinta gira en torno a una pequeña cuadrilla de clásicos estereotipos del cine del oeste que se embarcan en una misión para rescatar a la mujer de uno de ellos y al desaparecido ayudante del sheriff de las manos de una mítica tribu de indios caníbales.
A pesar de venderse como híbrido, Bone Tomahawak es más puro western que otra cosa, siendo el contenido en terror de la misma reducido a momentos puntuales de gore ligero (olvidense del exceso de vísceras y violencia propio de las cintas de caníbales), el acojonante aspecto de los caníbales cabrones de turno y algunas escenas con una atmósfera inquietante bastante bien trabajada. Igualmente, el que espere ver tiroteos espectaculares y un ritmo apabullante que busque mejor otra cosa que ver, pues la peli transcurre sosegadamente a lo largo de poco más de dos horas, de las cuales el ochenta por ciento del metraje son conversaciones entre los personajes.
Teniendo esto en cuenta, la peli funciona todo lo bien que tiene que funcionar para pasarte todo lo que dura esta pegado a la pantalla. El trabajo del director, su debut en el mundo del cine, es más que correcto. El muy pillo conoce el género western y sabe lo que queremos ver los fans de este, planos largos, paisajes bonitos, polvo, arena, contraluces y demás elementos escénicos del género. El vídeo digital y el HD hacen el resto.
Encabezando el reparto tenemos al veterano Kurt Rusell metido de nuevo en una peli del oeste tras su paso por Tombstone de George P. Cosmatos y por la inminente The Hateful Eight de Quentin Tarantino. Tiene el aspecto, tiene la presencia y sin acometer una gran interpretación consigue contentar a la audiencia. Lo mismo se puede decir de sus compañeros de cartel, Patrick Wilson, actor de esos de "su cara me suena" ahora más conocido que nunca dentro de los círculos del fantástico por su papel protagonista en Expediente Warren ; Matthew Fox, protagonista de la conocidísima serie de TV Perdidos y Richard Jenkins, al cual si soy sincero no tengo ubicado para nada (aunque veo que la IMDB lo coloca entre otras cosas en la serie de TV A Dos Metros bajo Tierra). El conjunto de todos ellos logra el objetivo de la peli de hacerlos ver cómo los acomodados habitantes de un tranquilo pueblo que se ven obligados a meterse de lleno en una tarea totalmente desconocida para ellos para la que ni mucho menos están preparados.
Acompañan al cuarteto de intrépidos aventureros la señorita Lili Simmons, conocida por despelotarse en la pequeña pantalla en Banshee y True Detective, David Arquette (protagonista de la parodia viviente llamada Arac Attack) y en un brevísimo cameo de Sid Haig, actor clásico de serie B y más infame que nunca hoy día gracias a la mano de, entre otros, Rob Zombie, que se ocupó de soltarle la correa en peñazos como La Casa de los Mil Cadáveres.

En general, una película festivalera aceptable más que quizá merezca un nuevo visionado en el futuro y no el pasar simplemente al cajón del olvido.



domingo, 22 de noviembre de 2015

ALIAS de Brian Michael Bendis y Michael Gaydos


Título: Alias (Alias vol.1, #1-5)
Editorial española: Fórum
Publicado originalmente como: Alias vol.1, #1-10 (Marvel Comics)
Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo y entintado: Michael Gaydos
Color: Matt Hollingsworth
Portadista: David Mack

Principios de los 2000. Joe Quesada como editor de las líneas Marvel Knights y MAX, el Marvel para los adultos. Mucho se ha hablado de ello y mucho lo trataré aquí en el futuro me temo, pues es sin duda alguna uno de los movimientos más audaces y que más obras de calidad aportó a toda la historia de la editorial. En aquellos momentos iniciales, en los que el Punisher de Garth Ennis y el Daredevil realizado por Kevin Smith daban muestras de todo el potencial que se le podría exprimir a la línea MAX, desembarca en la misma el odiado por muchos y adorado cada vez por menos, el infame calvo Brian Michael Bendis, famoso a día de hoy por su extensísima etapa en las colecciones vengadoras durante la pasada década y por su no menos extenso trabajo en Marvel Knights: Daredevil.

No voy a entrar en el eterno debate que se mantiene constantemente en los foros y webs dedicadas al mundo comiquero sobre si Bendis es un buen o mal guionista en general (yo soy de los que defienden que el Marvel actual, con sus pros y contras, pero al fin y al cabo, la forma que tiene Marvel de crear y publicar, la base de su éxito actual junto con la explosión del mercado cinematográfico, debe mucho a los canones impuestos por Bendis en sus trabajos más mainstream), pero es innegable que cuando el señor se pone en serio y centrado pare auténticas obras maestras. Alias se presentó como un experimento singular, una incursión de Marvel en el género noir pero sin por ello alejarse del mundo superheroico de manos de un personaje de nueva cuña y un enfoque destinado exclusivamente al público adulto, una decisión atrevida por parte de Bendis y la editorial pero que sin duda dió en el clavo, no en vano se convirtió casi instantáneamente en el "buque insignia" de la línea MAX, el modelo a seguir, algo que ayudó al experimento a prolongarse durante 28 números y, posteriormente, a contar con una pseudosecuela más ligera en todos los sentidos bajo el nombre de The Pulse. Pero antes de entrar en el meollo es menester resolver las consabidas preguntas, ¿Qué es Alias? y ¿Quién es Jessica Jones?

Michael Gaydos con un coloreado y un entintado distinto es otro Michael Gaydos...

Alias es la historia de una antigua superheroína caída en desgracia y sumida en una depresiva espiral de sexo, alcohol, paranoia que, a la vez que tiene que lidiar con los aspectos más sórdidos de la sociedad acaba, de una manera o de otra, relacionada también con el mundo superheroico. En estos primeros números, que casi casi sirven de introducción para el resto de la serie, Jessica Jones se topara durante la investigación de una desaparición con una conspiración en la que un vídeo en el que se desvela la identidad civil del Capitán América jugará un papel clave, además de tratar de dilucidar el paradero del desaparecido Rick Jones, viejo compañero de armas de supers tales como Hulk o el Capitán Marvel.
Por tanto, una historia de detectives, pero no de esos detectives que acaban resolviendo casos de altos vuelos y ganándose la notoriedad, sino de uno de esos que contratarías para averiguar si tu pareja te pone los cuernos o no, un personaje que más que guiarse por un sentido de la justicia parece más bien encontrarse siempre en el lugar equivocado en el momento equivocada y rodeada de la gente equivocada. Esa es la gracia del personaje de Jessica Jones, que no es un superhéroe retirado que sigue actuando a menor escala, ni alguien que descubre sus poderes de repente y los aplica a su trabajo detectivesco, es alguien que conoció el oficio de superhéroe, llego a conocer las mieles del éxito, a relacionarse con los vengadores incluso, pero que a día de hoy está hasta los cojones de todo ese mundo, alguien que tan sólo quiere ser una persona más entre la multitud, ser olvidada por el gente, o al menos que esta olvide lo que fue en el pasado. Jessica es un personaje más humano que cualquier otro superhéroe de Marvel, incluso que Spiderman, el super con "problemas del día a día" por antonomasia. Leer Alias es meterse en la vida de una persona que, como muchas otras repartidas a lo largo del mundo, está desencantada con su vida, y Bendis se molesta en dejarnos claro esta situación de la mano de un personaje para el que el sexo compulsivo, la cercanía a una botella de whiskey y un suceso traumático del que, al principio, sabemos prácticamente nada componen casi la totalidad de su día a día.
Y aunque es este aspecto feísta, depresivo y noir lo que a la mayoría del público le podría parecer lo más atractivo del cómic, para mi lo es el hecho de que sea una especie de puerta trasera del Universo Marvel, no sólo ya porque se paseen por la cabecera toda una serie de personajes de dicho mundillo, desde el Capi hasta el Hombre Hormiga (la versión de Scott Lang) o el mismísimo Daredevil, sino por lo humanos que se muestran estos. Quiero decir, aquí no vamos a ver al Capitán América escudo en mano protegiendo a los Estados Unidos del mal, sino en chandal paseando por la calle, a Jessica yendo a pedir ayuda a los Vengadores a su mansión y encontrándose con que esta está vacía (porque aunque parezca mentira, los superhéroes no están 24 horas al día listos y dispuestos a saltar a la mínima en una misión) y así con todos los aspectos del Universo Marvel y los conceptos del género superheroico que uno se pueda imaginar. Para mí, la escena más brillante de estos primeros números es una conversación de varias páginas en la que Jessica y Carol Danvers (aka, Miss Marvel) discuten durante una comida sobre sus viejos looks de superheroínas y sobre el como a Luke Cage le pone cachondo el follarse a "chicas con uniformes", como harían dos amigas cualesquiera poniéndose al día con sus respectivas vidas. Muchos cómics a lo largo de la historia han intentado presentar a los superhéroes como meros humanos, pero pocos lo han logrado de manera tan vulgar y directa cómo lo hace Alias.


Encima, Brian Michael Bendis pone la prosa a la autobiografía de Rick Jones. Debajo, en las páginas de dicha obra , el gran Sienkiewicz nos muestra un atípico retrato del Increíble Hulk. 


Acompañando a Bendis y el sórdido escenario en el que construye la historia de Jessica Jones tenemos a los lápices a Michael Gaydos, un dibujante que con su trazo feísta, que a veces roza casi la deformidad, resulta un acompañamiento más que adecuado para una historia de esta categoría. No es un dibujo que me gustaría ver en cabeceras más coloridas, y menos aún con ese entintando (obra del propio Gaydos) y ese coloreado (basta ver cómo en el número dedicado a la entrevista de trabajo que J. Jonah Jameson concede a Jessica los cambios en la técnica usada para el entintado y el color convierten el dibujo de Gaydos en algo mucho más ligero y cercano a lo que podemos ver en otros artistas), pero en un cómic cómo este que se mueve constantemente en un mundo de sombras no se podía pedir algo menos sucio. Acompañando a Gaydos en momentos puntuales tenemos la colaboración de un absoluto genio del cómic, el maestro Bill Sienkiewicz, otro de esos dibujantes que únicamente parecen salir a la luz para aportar su radical dibujo a los rincones más oscuros del Universo Marvel con sus lápices emborronados, caóticos y, sobre todo, geniales. Cierra el trío de artistas la inevitable mención del portadista David Mack, con el que Bendis trabajaría en Marvel Knights: Daredevil, y que basa su trabajo en una especie de hibridación entre el dibujo realista que le caracteriza y una composición más cercana al collage que al del dibujo comiquero propiamente dicho.
Inevitablemente, cuando uno tiene que hablar de Alias no puede pasar por alto la famosa polémica que siguió a la publicación del primer número de la serie en Estados Unidos dónde diversas imprentas se negaron a imprimir dicho cómic por una sencilla razón, en dicho número Jessica era sodomizada durante un encuentro sexual por el vigoroso héroe de alquiler Luke Cage, algo que por aquellos tiempos en los que no sólo esto no era común de ver en productos mainstream sino que todavía quedaban algunos colectivos que todavía consideraban que el cómic era un producto exclusivo para el público infantil-juvenil se consideró escandaloso pero que, si lo ves a día de hoy, entre que ya hasta el tato lee cómics de superhéroes (por tanto ya es absolutamente un producto destinado a cualquier tipo de público) y que cualquier serie de televisión saca a la mínima este tipo de cosas o peores, uno no puede ver esto nada más que cómo una curiosidad histórica y, eso sí, una muestra de los cojonazos del Bendis de esa época.

He aquí la archiconocida "página de la polémica"

Así pues, estos primeros números constituyen a la vez un prólogo bien cimentado para la intensa pero corta peripecia que fue la cabecera de Alias, muestra del mejor Bendis, del lado más sucio del Universo Marvel y de las posibilidades que tenía este universo en el mercado del cómic para adultos. Algo sin duda alguna recomendadísimo y que todo marvelita que se precie debería leer al menos una vez en la vida. Toda una experiencia.


lunes, 16 de noviembre de 2015

GOLDENEYE de Martin Campbell



Título: Goldeneye
Dirección: Martin Campbell
Guión: Jeffrey Caine, Bruce Feirstein, Michael France y Kevin Wade
Año: 1995
Intérpretes: Pierce Brosnan (James Bond), Izabella Scorupco (Natalya Simeonova), Sean Bean (Alec Trevelyan), Famke Janssen (Xenia Onatopp), Gottfried John (General Ourumov), Alan Cumming (Boris Grishenko), Robbie Coltrane (Valentin Zukovsky), Desmon Llewellyn (Q), Samantha Bond (Moneypenny), Judi Dench (M)


Cuando se habla de Goldeneye hay que ponerse en situación. Tras la poco fructífera etapa con Timothy Dalton como 007 la saga se tomó un respiro para replantearse los conceptos. Había que traer a Bond un poquito hacia el presente, actualizar la acción pero respetando el modelo planteado por todas las películas anteriores de la saga. A mí personalmente me gusta ver la etapa de Pierce Brosnan cómo una transición entre las películas más ligeras y casi casi que coñeras de Roger Moore y la acción desenfrenada de las actuales cintas con Daniel Craig a la cabeza. El resultado es una mezcla de conceptos que no terminan de casar bien, y que dan cómo resultado una etapa irregular en la que se dieron cita algunas de las peores películas de toda la saga Bond, hasta el punto de que parece que Goldeneye, la película que dió el pistoletazo de salida a dicha etapa fue la única que se tomaron algo en serio.

En la peli, un grupo criminal roba de unas instalaciones militares rusas los códigos de lanzamiento de una antigua arma espacial soviética, el Goldeneye, cargándose a todos los trabajadores del centro con la excepción de la programadora Natalia Simeonova. En respuesta a esto, Bond será despachado por la inteligencia británica con el objetivo de detener los planes de esta organización, un caso que le pondrá en contacto con hechos trágicos de su pasado acaecidos durante la Guerra Fría.
La Guerra Fría, cuánto le debe el género de espionaje a esos turbios años del siglo XX...y la película lo sabe bien, ambientando prácticamente toda la acción en Moscú, en un ambiente post comunista en el que sin embargo aún se respiran los últimos estertores de ese régimen caído, cosa que el film se molesta en recalcar desde esos créditos iniciales guapísimos en los que bellas mujeres se contonean entre hoces, martillos y los símbolos de los gloriosos líderes soviéticos.
Por tanto, de principio una ambientación buena a la que acompaña unas escenas de acción solventes pero que nunca llegan a ser todo lo espectaculares que podrían llegar a ser, a pesar de que tienen los escenarios y las situaciones apropiadas para lograrlo si se hubieran esforzado en ello (que la escena más espectacular de la cinta sea la persecución en la que Bond literalmente destroza las calles de Moscú con un tanque...tiene tela). Al margen de esto, la peli pincha por más sitios de los que debería.

En primer lugar, tarda muchísimo en arrancar, vale que el prólogo es vital para entender la película, pero es que hasta prácticamente los tres cuartos de hora los villanos no roban el Goldeneye ni Bond llega a Moscú, y la peli no llega a las dos horas. Puede que por aquel entonces (los años 90) esto fuera la leche de ágil, pero a día de hoy, donde lo más normal es un non stop en las pelis de acción se hace lento de cojones y se aprecia muchísimo todas las escenas que fueron introducidas a capón para rellenar metraje. Y eso que quien está detrás de la dirección es el mismo responsable de la que sería años después el debut de Daniel Craig como Bond, Casino Royale, la cual tenía unas escenas de acción y un ritmo a años luz de esta película (¿Estaba Martin Campbell aprendiendo a dirigir, simple casualidad o acaso es desde entonces va a ser el responsable de inaugurar la dirección de cada nueva etapa en la saga Bond? ¿Acaso volverá tras las cámaras para dirigir al próximo James Bond que vendrá tras Daniel Craig?).
Segundo, la relación entre Izabella Scorupco, a la que nos quieren colar como la chica Bond, y el propio 007 no hay dios que se la crea, simplemente porque la química entre ellos es inexistente desde el primer momento, aparte de que la verdadera chica Bond de esta película es la sádica villana Xenia Onatopp, interpretada por esa actriz que sin ser especialmente guapa tiene algo que parece invitar a cualquiera a pegarle un empujón que es Famke Janssen
Tercero, ciertos detalles de la película están muy desaprovechados, siendo el principal el villano, Jano, el hombre de las dos caras, un supuesto villano en la sombra con el que resulta que se puede contactar fácilmente, con un supuesto maquiavélico plan de venganza contra Gran Bretaña que no deja de ser poco más que un vulgar atraco y que ni siquiera, a pesar de que así nos lo venden, hace físicamente honor a su nombre.
Cuarto y último, que este último visionado de la película me ha servido para darme cuenta de que Pierce Brosnan es un actor malo de pelotas que únicamente tiene dos registros, el de serio y el de cachondeo, y que es incapaz de salir de estos en ningún momento, con lo cual las escenas donde se supone que tiene que expresar algo que no sea esto resultan creíbles de ninguna forma.
Acompañan a las cabezas del reparto Robbie Coltrane (el Hagrid de la saga de películas de Harry Potter), el difunto, y muy feo en vida, Gottfried John (el Julio César de la Astérix y Obélix contra César), el asqueroso de Alan Cumming interpretando a un personaje igual de asqueroso, el veterano Desmond Llewelyn volviendo a su sempiterno papel de Q y los debuts , discretos eso sí, de Judi Dench y Samantha Bond, como M y Moneypenny respectivamente.
Finalmente, y a pesar de que el resto de la banda sonora es una cosa más bien anodina, he de decir que el tema que acompaña a los créditos iniciales, interpretado por Tina Turner y compuesto por Bono el de U2 como favor personal hacia la cantante, me parece una de las mejores canciones que ha tenido la saga Bond en toda su historia.

He de decir que,cuando era más joven,Goldeneye me parecía una película cojonuda y, sin duda, de las mejores de Bond que había tenido la oportunidad de ver por aquel entonces. Ahora, con este nuevo visionado, sin embargo, no me ha parecido tan buena ni de broma. Entretenida, si, y sin duda la mejor de toda la etapa de Pierce Brosnan, pero también la clara muestra de una fórmula que estaba agonizando y que hasta la llegada de Daniel Craig no se actualizaría como debía para atraer a la audiencia de los tiempos modernos.


jueves, 5 de noviembre de 2015

FRANKENSTEIN'S ARMY de Richard Raaphorst


Título: Frankenstein's Army
Director: Richard Raaphorst
Guión: Richard Raaphorst
Año: 2013
Intérpretes: Robert Gwilym (Novikov), Alexander Mercury (Dmitri), Luke Newberry (Sacha), Joshua Sasse (Sergei), Mark Stevenson (Aleksei), Andrei Zayats (Vassili), Karel Roden (Viktor Frankenstein)


Un comando de soldados soviéticos en plena guerra mundial se infiltran en un pueblo minero abandonado para rescatar a un grupo de camaradas cautivos pero acaban encontrándose con un montón de engendros mecanizados que les darán caza.
Found footage. Género de terror. Hora y cuarto de duración. Chapeau
La verdad es que pocos géneros son más agradecidos que el de cámara en mano. Muy mala tiene que ser la peli para que no te entretenga (aunque la mayoría sean para ver y olvidar), y para la productora mucho mejor, porque suelen costar dos perras y recaudar bastante más de lo gastado en ellas. Está claro que a día de hoy es una de las fórmulas del éxito en el mundo del cine, tanto es así que ya ha traspasado las fronteras del género de terror para meterse en otros terrenos cómo el de la comedia con Project X o el del cine de aventuras con, por ejemplo, Proyecto Dinosaurio. Pero se originó en el cine de terror y siempre se acaba volviendo a este, cómo cada año nos demuestran toda una andanada de títulos.

Y es aquí que tenemos a Frankenstein's Army, una película que ya desde su minuto uno se salta las reglas no escritas del found footage (si se supone que es material encontrado,¿por qué cojones tiene créditos iniciales?), aparte de tener una serie de detalles que hacen que te sea más díficil meterte dentro de la peli (la clave para que un buen found footage funcione), la primera de las cuales es la puta mierda del vídeo en alta definición. Vamos a ver, se supone que toda la película está rodada con una cámara de los años 40, luego, ¿cómo te vas a creer esto cuando estas viendo todo con una resolución que le ves hasta los pelos de las cejas a los protagonistas? Aparte de que los horrorosos filtros que meten para simular los pelos y rayones del celuloide antiguo estropean el conjunto y que el montaje de las secuencias estoy prácticamente seguro de que sería inviable con una cámara de estas características. Un problema de muy fácil solución, pues a día de hoy siguen existiendo formatos de cámaras y de película de vídeo no digital para evitar todos estos artificios, o, si no quiere uno gastarse un duro más, bastaba con trasladar la acción a la actualidad. Pero claro, entonces perdería toda la gracia que la segunda guerra mundial, con sus nazis, sus comunistas, sus bombardeos y todas esas cosas. Que parecen tonterías, pero juro por lo más sagrado que hay momentos en los que estas cosas te sacan de la acción.

Pero bueno, aun quitando todo esto tenemos una película más bien normalita que casi, por lo que nos quiere contar, hubiera funcionado mejor como un mediometraje. Y es que toda la trama es básicamente una excusa para una sola cosa, que en el fondo es la razón por la que alguien se decidiría a visionar esto: los monstruos. Brutal es lo único que se puede decir de los diseños de las criaturas, que cómo buenos Frankensteins están hechos con cachos de muertos, pero que ademas cuentan con el añadido de estar armados con cachos de maquinería bélica (de entre todos me quedo con el bichejo con el taladro en la cabeza que protagoniza el poster y el que se pasea con un motor de avión  y su hélice haciendo las veces de cabeza), todo esto sin prácticamente CGI de por medio, únicamente un vestuario y maquillaje cojonudos, látex y muchos extras de por medio.¿Cuántas películas pueden presumir de esto a día de hoy? Cada día menos (y si ya a esto le añades pinceladas discretas pero intensas de un gore más que aceptable, ya tienes la mitad del trabajo hecho). Lo más destacable que nos puede ofrecer la peli sin duda alguna.
Protagonizan el film un puñado de mindundis (cómo todo buen found footage que se precie requiere) encabezados por un actor semi desconocido, Karel Roden, el Rasputín del Hellboy de Guillermo del Toro, que aquí interpreta al supuesto descendiente del Dr. Frankenstein responsable de todo el percal.
Dirige la función un tal Richard Rhaaphorst en su primer y de momento único trabajo cómo director. Un novato tras la cámara pero un profesional con cierta experiencia en el campo del diseño, ya que si uno se detiene a investigar descubre enseguida que este buen señor ha trabajado bien como creador de storyboards bien como artista y diseñador de efectos especiales en películas como El Libro Negro de Paul Verhoeven, Frágiles de Jaume Balagueró, y sobre todo en multitud de proyectos de la desaparecida Fantastic Factory como Dagon: la secta del mar, Rottweiler o Faust

Juntamos todo y tenemos un combinado para matar el aburrimiento durante hora y poco, pero para nada más. Otro found footage para ver y olvidar después que añadir a la pila que año a año va aumentando de tamaño.




martes, 3 de noviembre de 2015

QUANTUM OF SOLACE de Marc Foster


Título: Quantum of Solace
Director: Marc Foster
Guión: Paul Haggis, Neil Purvis y Robert Wade
Año: 2008
Intérpretes: Daniel Craig (James Bond), Olga Kurylenko (Camille Montes), Mathieu Amalric (Dominic Greene), Joaquín Cosio (General Medrano), Jeffrey Wright (Felix Leiter), Giancarlo Gianini (Renée Mathis), Gemma Arterton (Strawberry Fields)

Después del pelotazo que supuso el re impulso de la saga de 007  con Casino Royale en el año 2006, lo lógico para todo aquel con dos dedos de frente y algún papel de responsabilidad en la misma era que había que seguir por la línea que había trazado esta última entrega. Era evidente, la gente ya estaba cansada de los gadgets, los truquitos de salón y la acción descafeinada que habían mantenido los últimos y lamentables ejemplos de la etapa de Pierce Brosnan. El público buscaba un Bond más físico, con más acción y frenesí (algunos dicen que la saga de 007 se contagió del "Síndrome de Jason Bourne") y menos filigranas, y Casino Royale se lo había entregado en bandeja de plata. Así pues, la gallina de los huevos de oro estaba fecundada y lista para la puesta, y los ejecutivos de la Metro se frotaban las manos pensando en los millones que se iban a embolsar con las secuelas.

Llega el 2008 y entonces...¡¡Oh, Sorpresa!! Crítica y público empezaron a echar mierda enzima de Quantum of Solace, que si Bond se había convertido en Jason Bourne del todo (¿Pero esto no era lo que le gustó a la peña de Casino Royale?), que si parecía una peli de justicieros a lo Charles Bronson (tampoco era la primera vez que esto ocurría en una película de Bond...) y demás argumentos que, una vez vista la peli, me parecen meras excusas, pataletas de gente que no es capaz de justificar el por qué de sus opiniones. Porque si bien es evidente que Quantum no es la mejor peli de James Bond, ni tampoco esta cerca de sus mejores entregas, no es para nada la puta mierda pinchada en un palo que todos dijeron en su momento.
A ver, si, la peli en parte parece una peli de venganza como cientos antes, en la que James Bond, tras el final de Casino Royale va tirando del hilo para encontrar a los responsables de la muerte de su amada Vesper Lynd y descubrir toda una conspiración detrás de esta. Es igual, la trama en las pelis de Bond pocas veces a sido más que una chorrada (joder, miren la etapa de Roger Moore y verán que es cierto), y si bien el guión de Casino Royale era cojonudo tampoco se le podía pedir a sus responsables repetir el milagro eternamente. Pensemos que , si bien tanto Casino Royale como la secuela de Quantum of SolaceSkyfall, son películas con guiones sólidos, el tándem Neil Purvis-Robert Wade también había sido responsable del guión de Muere otro día que era una patata hervida.
El que James Bond protagonizara una peli de venganza al más puro estilo justiciero no me parece mala idea, pero el principal problema de Quantum of Solace es que se queda a medias o pincha totalmente al desarrollar algunos de sus elementos que deberían ser más fuertes. Quantum tiene un villano sin carisma (el pobre de Mathie Amalric tampoco da para mucho más), una chica Bond sin atractivo ni aunque lo intente (que se puede esperar de Olga Kurylenko, que ni es actriz ni es nada), la práctica ausencia del tema espionaje (el giro sorpresa del guión se produce a media película y es casi casi que de traca) y un ritmo y una duración que hacen que la peli resulte demasiado atropellada, sobre todo en el desenlace.
¿Qué cosas buenas tiene, sin embargo? Pues por ejemplo, Daniel Craig. Él es el mejor Bond de todos los tiempos junto a Sean Connery se ponga la gente cómo se ponga. Vale que su interpretación resulte bastante planita en esta entrega (tanto en Casino Royale cómo en Skyfall ofreció un trabajo mejor a nivel interpretativo), pero también hay que tener en cuenta que, a diferencia de otras películas, en esta Bond es poco más que una máquina de matar durante la mayor parte de la cinta. Y al servicio de esta máquina asesina tenemos una acción rodada de puta madre, desde la persecución inicial a la escena final en el hotel del desierto, que salva los papeles de sobra ante la falta de profundidad del guión. Porque es indudable que la peli cuando se lo propone es puro espectáculo.
Pero sin embargo, lo que más me gusta con diferencia del film es el cómo poco a poco ayuda a construir el nuevo universo en el que las últimas pelis de Bond se desarrollan. En Casino Royale se nos deja entrever que hay una especie de organización maligna operando en las sombras, aquí en Quantum of Solace se nos muestra un poco más de ese enemigo y hasta donde pueden llegar sus tentáculos. En Skyfall se nos intuye que el pasado de Bond puede ser algo más misterioso de lo que en principio podemos suponer. Habrá que ver como continúa esta tendencia la inminente Spectre que llega ya mismito a los cines. Si juntamos esto último con todo el omnipresente tema de la venganza a su amada, no es tan difícil el ver a Quantum of Solace como una especie de epílogo alargado para una película claramente superior cómo es la ya mencionada Casino Royale.

Acompañando a los protagonistas tenemos todo una serie de cameos entre los que destacan Jeffrey Wright y Giancarlo Gianini retomando sus papeles de Felix Leiter y Mathis de la anterior entrega, Joaquín Cosio (actor mexicano muy reconocible que interpreta a un general boliviano con ínfulas de dictador), Gemma Arterton (otra muchachita dispuesta a dejarse seducir por Bond y protagonista de una evidente referencia a uno de los films clásicos de la saga, Goldfinger) y, ojo al dato, Fernando Guillén Cuervo interpretando a un oficial militar boliviano (parece que todavía a día de hoy si no eres Javier Bardem no puedes hacer otra cosa en USA que interpretar a narcos o a hispanoamericanos de diversa índole).
Finalmente, en el tema musical, tenemos repitiendo a la batuta a David Arnold, compositor de la banda sonora de Casino Royale, que repite más o menos el mismo trabajo, y a Alicia Keys y Jack White interpretando la canción de los créditos iniciales (Another Way to Die), la cual tampoco es que sorprenda demasiado.
En resúmen, que no hagáis ni puto caso a lo que dicen, que Quantum of Solace si bien no es la mejor película de la saga de 007 ni la que más se apega a sus elementos clave, funciona perfectamente como un entretenimiento palomitero de primera clase. Regulera, si, una puta mierda, para nada.




lunes, 26 de octubre de 2015

LA VIDA SECRETA DE EVA BELL (Uncanny X Men Annual v3) de Brian Michael Bendis y Andrea Sorrentino

Título: La Vida secreta de Eva Bell (Imposible Patrulla-X, vol.1 , 36) 
Editorial española: Panini Comics
Publicado originalmente como: Uncanny X-Men Annual v3 y All New X-Men Annual 1 (Marvel Comics)
Guionista: Brian Michael Bendis
Dibujante: Andrea Sorrentino
Colores: Marcelo Maiolo

Sin entrar en una de esas discusiones en las que acabó enfrentado al resto de la humanidad, la actual (aunque a puntito está de tocar a su fin) etapa de Brian Michael Bendis en las dos colecciones mutantes pricipales a día de hoy, Uncanny X-Men y All New X-Men, tiene, cómo tantas otras antes que la suya, cosas buenas y cosas malas, pero desde luego no es ni de lejos la podredumbre que mucha gente afirma que es. De entre los mejores elementos que el susodicho nos deja para la posteridad, destaca por encima de otros el personaje de Eva Bell, uno de los primeros "nuevos mutantes" que la atípica Patrulla X de Scott Summers reclutó para su autodenominada revolución mutante durante los primeros compases de la actual cabecera. A lo largo del transcurso de la serie, la joven australiana ha sido tratada por su creador con el suficiente mimo cómo para ganarse el interés del público, por lo que no es de extrañar que el empeño de Bendis no se quede en presentarla cómo una más dentro del extenso catálogo mutante, sino en intentar darle un protagonismo cómo uno de esos personajes que el fan de turno va a tener que tener en cuenta a la larga. De ahí la razón de que sea protagonista del primer annual de ambas series, una historia dividida en dos capítulos que ,bajo el título de La vida secreta de Eva Bell , se convierte en el lacre dorado con el que se cierra la carta de presentación de Eva Bell, también conocida como Tempus, para todo marvelita que se acerque a las series mutantes hoy día.
La trama es tal y como sigue. Allá hacia mediados de la andadura de Bendis en Uncanny X Men, los novatos reclutas de la escuela de Cíclope eran enviados a un lugar llamado Tabula Rasa, un pueblo de Estados Unidos en el que, a causa de una serie de eventos que no es momento de explicar ahora, conviven criaturas monstruosas de toda índole, para una sesión de entrenamiento en un escenario real. Durante dicho entrenamiento Eva, usando una de sus burbujas temporales, desapareció del lugar de la acción para reaparecer minutos después aparentemente intacta pero con un aspecto más envejecido. Lo que nos cuenta esta historia es que ocurrió en aquellos minutos, pues lo que para el resto de sus compañeros fueron instantes para Eva Bell fue un largo periplo que recorrer, atrapada en un tiempo desconocido sin la capacidad para volver a su época.
La historia del personaje atrapado en un tiempo que no es el que le corresponde es un tópico que se ha explorado en Marvel hasta la saciedad, desde las incontables veces que se ha tratado en las páginas de Capitán América hasta la última muestra que tenemos actualmente en All New X-Men con la Patrulla X original y adolescente atrapada en la continuidad actual. Por tanto, en este aspecto, Bendis no descubre nada nuevo, pero lo que sí hace es aprovechar la ocasión para hacer todo tipo de referencias a cuantas líneas temporales y eventos pasados de la continuidad del Universo Marvel se le ocurren, aprovechando tanto para hacerse algo de autobombo con referencias a Invasión Secreta o a Reinado Oscuro, cómo para rescatar alguna que otra línea temporal abandonada, sorprendiendo el "cameo" de la realidad de los cómics de Killraven (aquella en la que los marcianos de la Guerra de los Mundos de H.G. Wells conquistaban la Tierra) o el viejo Oeste de los cómics sesenteros de Rawhide Kid, escogiendo de entre todas las líneas temporales a las que dar mayor protagonismo una en concreto que no voy a spoilear (sólo puedo decir que es muy noventera) pero que poco a poco está volviendo a la luz, ¿Acaso nos espera un revival de dicha continuidad en toda regla?.

Reto marvelita: Encuentra todas las referencias posibles. 

Al margen del placer friki que supone hacer estas cosillas, Bendis también aprovecha para colar un cameo de Morgana Le Fay, otro de esos personajes que Bendis usó en el pasado para juguetear con los viajes en el tiempo, primero en las páginas de Poderosos Vengadores y más tarde en las de Vengadores Oscuros, así como de dejarnos caer una vez más pistas sobre el prometido desenlace de su actual etapa.
Lo que consigue con todas estas chorraditas no es otra cosa que hacernos olvidar que estamos ante una trama vista mil veces y tenernos entretenidos durante casi sesenta páginas a la vez que deja lucirse a un personaje tan atractivo como la protagonista.
Aunque bien es verdad que el efecto no sería tan efectivo si Bendis no contara con la ayuda de su partenaire, el italiano Andrea Sorrentino, uno de los dibujantes actualmente en el punto de mira de muchos tras su estelar paso junto a Jeff Lemire por Green Arrow, una etapa que aún no he podido degustar pero que me cago por hacerlo. Lo que hace este señor, al cual he descubierto con este Annual dicho sea de paso, es pura magia. Su trazo me recuerda un poco al de Jae Lee pero mucho más depurado, con menos abuso del sombreado (por tanto, mucho más flexible en cuanto al tono del dibujo), sus fondos para los escenarios son acojonantes, el uso que hace del contraste, los claroscuros y los tonos blancos es digno del manual del buen hacedor, la composicion de sus dobles páginas quita el hipo...sin duda, uno de los dibujos más espectaculares y llamativos con el que me he topado en mucho tiempo, por lo que no me sorprende la decisión de Marvel de fichar con un contrato en exclusiva a este señor el cual estoy seguro de que en cuanto le dejen un poco de vía libre nos va a deleitar con auténticas obras maestras (espero no equivocarme).

Eva Bell y Sorrentino: deslumbrando dentro y fuera de la viñeta

Así pues, un dibujo cojonudo, una trama vista pero entretenida por la acertada labor del guionista y un personaje protagonista llamativo. Tomen nota autores comiqueros del mundo, que así es como se hace un Annual. Sin duda uno de los momentos, sino el más brillante de toda la etapa de Bendis en las cabeceras mutantes. Cuando se quiere, se puede.


LOBEZNO: ENEMIGO DEL ESTADO de Mark Millar y John Romita Jr.


Título: Lobezno: Enemigo del Estado (Lobezno v4, #1-3 / Marvel Deluxe: Lobezno: Enemigo del Estado)
Editorial española: Panini Comics
Publicado originalmente como: Wolverine v3, #20-25
Guionista: Mark Millar
Dibujante: John Romita Jr.
Entintado: Klaus Janson
Colores: Paul Mounts

Continuamos con uno de los más conocidos trabajos de uno de los grandes guionistas "Midas" de la actualidad: Mark Millar. Puede gustar más o menos, pero nadie puede negar que Millar tiene una carrera envidiable para cualquier autor comiquero, con sendas etapas en Superman The Flash dentro de DC, reonocidas etapas en Marvel dentro de 4 FantásticosUltimates Ultimate X-Men, amén de ser el principal instigador detrás de uno de los eventos marvelitas más importantes de la historia, Civil War, así cómo de toda la franquicia surgida a partir de Kick-Ass y los productos derivados del éxito de esta (NemesisSupercrooks,etc), por no hablar de sus trabajos fuera de las dos grandes editoriale, dónde Wanted: Se Busca y una reverenciada pero corta etapa en The Autority. Vamos, que sin duda un autor merecedor de todas las buenas críticas y del éxito entre el público, y sobre todo económico, que esto conlleva, con el cual tendríamos para meses y meses de reseñas pero al cual hoy me acerco para hablar de una de sus obras con la que nunca antes había tenido contacto (primera lectura, hermanos), que no es sino su primer contacto (de las dos colaboraciones que realizó para Marvel) con el personaje de Lobezno: Enemigo del Estado.
La historia comienza cuando Lobezno, durante una misión personal en Japón, es víctima de una trampa y asesinado a manos del Gorgón, el nuevo aliado superhumano de la organización terrorista HYDRA, la cual procederá a lavarle el cerebro y liberarlo, convertido en una marioneta a su servicio, cómo principal instrumento de un plan de dominación a gran escala. En el camino del ahora más peligroso que nunca Lobezno se cruzarán los 4 Fantásticos, Daredevil o la propia Patrulla-X, a la vez que Nick Furia y SHIELD, ayudados por la experimentada asesina ninja Elektra dan caza al descontrolado mutante de las garras de Adamantium.

Lobezno entra en escena vestido de calle. Se masca la tragedia en el aire.

Como se puede comprobar, la historia no da mucho de sí, es una trama propia de un cómic "blockbuster", como me gusta llamarlos, como Dios manda, en el que el argumento en este caso no es sino un pretexto para lanzar a Lobezno a darse de ostias con algunos de los personajes más destacables del Universo Marvel. Sin embargo, en el transcurso de los seis números que componen el arco argumental los personajes cruzan medio mundo, de Sudamérica a Japón, y de este a Nueva York, y transcurren varias semanas durante el desarrollo de los acontecimientos, sin que por ello resulta atropechado el ritmo de la trma, lo cual me retrotrae a los gloriosos tiempos pasados, las décadas de los 70 y los 80, dónde las historias se contaban con todo detalle en poco tiempo, los tiempos en los que, por ejemplo, el maestro Chris Claremont podía componer una saga tan cojonuda como Días del Futuro Pasado en apenas dos números de la Patrulla-X. Mark Millar puede ser perfectamente en este caso una reedición adaptada a los tiempos modernos de este estilo de composición de guiones, y lo demuestra perfectamente con unos diálogos ágiles y que cuando tienen que explicar detalles de la trama lo hacen de la manera más clara y concisa posible.
La composición del Lobezno de Millar es quizá un acercamiento al personaje destinado al fan menos exigente, pues si bien a lo largo de toda la trama se nos intenta mostrar a la auténtica personalidad de Lobezno resistiéndose a la manipulación mental sufrida y sufriendo por ello el conflicto moral propio de aquel que no es capaz de controlar sus acciones, durante la mayor parte de la trama lo que vemos es al Lobezno más salvaje y violento, con una personalidad más propia de un depredador que de un ser humano, lo cual, no nos engañamos, es lo que más vende entre el público general. Ver a este Lobezno darse de palos, por ejemplo, con La Cosa de los 4F o con la mitad de la Patrulla-X es sin duda un espectáculo, pero un espectáculo más palomitero que otra cosa que apenas aporta nada al personaje, lo cual no resta calidad para nada al cómic, si uno sabe a lo que se enfrenta, claro.
Si bien Lobezno es el protagonista absoluto de la historia, es indudable que la coprotagonista de la historia es Elektra. Es curioso ver a este personaje tan ligado al mundo de Daredevil cobrar un papel tan importante en una historia tan alejada de este personaje, contagiándose de ese síndrome que parece afectar a personajes tan vinculados a un cómic concreto cuando salen de las páginas de este, un síndrome que los hace brillar por sí sólos. En el personaje de Elektra vemos una evolución interesante a lo largo de la trama, pues si bien al principio se nos presenta como asesora de SHIELD durante un ataque terrorista de la Mano, un trabajo de mercenaria en toda regla, conforme avance la trama, y una vez se confirma la relación del clan ninja al que tantas veces se ha enfrentado con HYDRA y el lavado de cerebro de Lobezno, la persecución llevada a cabo por la asesina se convierte en una misión personal, en la que el deber de detener a sus enemigos y el orgullo (no en vano Elektra se autocaracteriza como una asesina infalible que, sin embargo, es básicamente humillada por Lobezno en su primer encuentro) se mezclan a partes iguales, un conflicto que llegará a su clímax en el quinto número de la saga, no en vano, el número en que el Diablo de la Cocina del Infierno hace su particular cameo en la historia.

Acompañando a Millar a los lápices tenemos a uno de esos dibujantes que polarizan a los lectores: John Romita Jr. Genio para algunos, un inútil para otros,  John Romita Jr., hijo del mítico dibujante John Romita Sr., puede presumir de haber trabajado con prácticamente todos los personajes principales del Universo Marvel, en etapas clásicas tan míticas como el Iron Man de David Michelinie o el Daredevil de Ann Nocenti, cómics que seguramente el señor Millar leyera de joven, con lo que no es de extrañar que en cuanto pudo le pidiera una colaboración, colaboración que fructificó, pues el equipo Millar-Romita Jr. se ha reforzado con el paso del tiempo, siendo este el responsable de los lápices de todas las entregas de la franquicia Kick-Ass desde la publicación de su primer número. El caso es que Romita Jr. es amado y odiado por el público por la misma razón: su estilo particular se aleja del realismo para caricaturizar a los personajes, mediante un dibujo que huye de la complejidad para abrazar las formas simples y, en ocasiones, angulosas. Dicho estilo puede resultar atractivo para ciertos personajes, pero fatal para otros muchos, y ese es el gran problema del señor Romita, que tiene trabajos mejores y peores. Por ejemplo, su Spiderman que realizó con J.M. Straczynski es una gozada, pero en gran medida porque, aparte de ser un superhéroe más cachondo que la mayoría, es un personaje que salta, trepa por las paredes y se retuerce de mil maneras. Sin embargo, su trabajo en los Vengadores de Bendis es sencillamiento horroroso, pues su estilo tan cuadriculado acaba convirtiendo a Thor y a Iron Man en una especie de "muñecos de cartón" que no pegan para nada con el tono de los personajes.

Lobezno vs Elektra. Primer asalto.

En el caso de Enemigo del Estado, podemos decir que su trabajo tiene sus más y sus menos y que, en muchas ocasiones, resulta atractivo por atenerse a la regla no escrita de "un buen entintador te puede sacar de un aprieto", y es que aquí contamos con un entintador tan mítico cómo Klaus Janson, el encargado de la díficil tarea que fue entintar el Batman de El Regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller. El caso es que, cómo visión conjunta, el dibujo de Romita Jr. resulta consonante con lo que se está contando en la historia tanto en tono, como en estilo (cómo he dicho más arriba, esto es un blockbuster de acción, así que tampoco es que necesitemos a Miguel Ángel a los dibujos). Su Lobezno y su Elektra son realmente atractivos, sobre todo en las páginas más curradas (ese Lobezno bajo la lluvia al principio de la saga, o esa pelea de Elektra en el quinto número...), pero las limitaciones de Romita se ven cuando le toca dibujar a ciertos personajes cómo Kitty Pryde (que en ciertas viñetas llega a parecer un hombre) o el Capitán América (que si bien no es una basura, necesitaba de un mayor empeño que llegaría años más tarde durante el comienzo de la actual etapa de Rick Remender en la colección del capi), por no hablar de sus personajes "no humanos" (su Cosa y su Bestia son realmente infames). Aun así, con sus defectos y sus virtudes, el conjunto no desluce en absoluto, que es lo importante.

Si tenemos en cuenta todo lo comentado, podemos asegurar que Enemigo del Estado no es para nada la gran historia de Lobezno, ni tampoco una obra maestra, pero si es un tebeo que resulta fácil de leer y realmente entretenido, y que seguramente aguantará bien el paso del tiempo y merecerá alguna relectura de la que seguro que se podrá sacar mucho más contenido que de esta primera. Mark Millar y Romita Jr. cerrarían su primer contacto con Lobezno con una segunda saga, Lobezno: Agente de SHIELD, para, posteriormente, separarse del personaje. El segundo se volvería a encontar con él en otras colecciones, pero el primero tomaría buena nota de lo aprendido en la aventura para volver años después al personaje acompañado de un auténtico monstruo de los lápices como es Steve McNiven para parir una auténtica obra maestra y el que sí es uno de los mejores cómics de Lobezno de la historia: El Viejo Logan.