Director: Mamoru Oshii
Año: 1995
Guión: Kazunori Itō (Basado en un manga de Masamune Shirow)
Intérpretes (voces): Atsuko Tanaka (Motoko Kusanagi), Akio ōtsuka (Batou), Iemasa Kayumi (Titiritero), Tamio ōki (Jefe Aramaki), Kōichi Yamadera (Togusa)
Aunque consumo anime y manga japonés con frecuencia aún después de tantos años me considero un profano en la materia. Es un mundo tan extenso y tan variado que me supera en todos los sentidos. Aun así tengo la suficiente experiencia como para tener conocimiento de ciertos aspectos del mundillo que cualquier aficionado supuestamente debería conocer. Así pues, antes del día de hoy conocía de sobra la existencia de Ghost in the Shell. Nacido en la forma de un manga seinen es considerada una de las obras cumbres del Cyberpunk moderno (ese subgénero de la fantasía futurista en el que la tecnología y la robótica juegan un papel fundamental) y su primera adaptación cinematográfica en forma de película animada se tiene como uno de los mejores largometrajes de anime de la historia. Aun siendo tan importante dentro del fandom, me cuesta creer como he tardado tanto tiempo en pegarle un visionado. Y lo que me he encontrado...bueno, ahora lo veréis.
La trama de Ghost in the Shell gira en torno a un mundo futurista donde la tecnología se ha implantado íntimamente en la sociedad hasta el punto de que existe un gran número de seres humanos que presentan partes corporales cibernéticas, llegando en muchos casos a ser mas máquinas que seres humanos. En este mundo, la Sección 9 es un organismo encargado de perseguir diferentes delitos relacionados con el mundo cibernético y su principal brazo armado es la Mayor Kusanagi quien será la encargada de investigar un misterioso caso en el que varias personas con implantes cibernéticos han sido "hackeadas" para actuar contra su voluntad siguiendo las órdenes de un misterioso individuo que se hace llamar el Titiritero.
Lo primero que hay que decir de la película es que visualmente (más aún teniendo en cuenta los años que corrían) es acojonante. La animación tradicional deslumbra en cada secuencia y el poco y primitivo CGI no sólo no estorba sino que se integra perfectamente con el resto de la película. Ahora, dejando de lado el aspecto visual, toca hablar de lo que cuenta la película. Uno puede intuir perfectamente que esta nos está retratando un mundo futuro en el que la tecnología no solo ha pasado a ser parte fundamental de nuestras vidas, sino que nos ha devorado por el camino. En pro del progreso tecnológico el ser humano ha perdido en el camino su identidad como individuo, la idea del propio concepto de humanidad y hasta su sexualidad (no en vano el hecho de que la Mayor se ponga en pelotas cada dos por tres sin mostrar ningún tipo de pudor es una prueba fehaciente de esto último). En este mundo en el que el ser humano está prácticamente deshumanizado, los únicos que intentan plantearse estas incógnitas y descubrir que significa de verdad el ser humano son los cyborgs, los robots, las máquinas inteligentes. Al final de todo, son nuestras propias creaciones las que inician el camino para ocupar el lugar que dejamos en el mundo. Todo esto está claro y mola un cojón desde luego (aunque el mérito sea para el material original que adapta).
Lo que no mola tanto es la forma en la que esto se narra: escenas casi contemplativas intercaladas con diálogos completamente herméticos y las pocas escenas de acción, maravillosas eso sí, que son las que verdaderamente salvan a la película de ser un producto completamente tedioso que cuenta, por otro lado, con una maravillosa a la par que perturbadora banda sonora obra del compositor Kenji Kawai.
Con todo, uno puede soportar bastante bien Ghost in the Shell, más aún si se dispone a verla con una buena intención, sabiendo lo que va a encontrarse de antemano, pero no es ni de lejos la gran obra maestra que muchos venden aunque desde luego si es el punto de partida que muchas películas y animes que vinieron tomaron como referencia (particularmente la saga Matrix ha plagiado más que una homenajeado una enorme cantidad de conceptos de esta cinta).
El director tras esto es Mamuro Oshii, un japo con una larga carrera tanto en el anime como en las películas de imagen real, donde ha tocado principal géneros como la fantasía, el kaiju eiga y, por supuesto, la ciencia ficción.
El éxito de Ghost in the Shell tanto en Oriente como en Occidente fue desde luego notable y con el tiempo su estatus como película de culto ha propiciado una vida más allá del material original que contenía el manga. Así, a lo largo de los últimos años, la franquicia se ha expandido contando con dos películas más (Ghost in the Shell 2: Innocence en 2004 y Ghost in the Shell: The New Movie en 2015), un anime, Ghost in the Shell: Stand Alone Complex que , por decirlo de alguna manera, "rebooteaba" el universo de la película y que contó con dos temporadas, a las cuales siguió otro anime que actuaba como precuela a todo lo contado hasta el momento, Ghost in the Shell: Arise.
La última actualización en este mundo corre a cargo de Hollywood, que después de tantos años está por fin a punto de estrenar en 2017 la adaptación americana en imagen real de la obra, con Scarlett Johansson en el papel protagonista y Rupert Sanders, director de Blancanieves y la Leyenda del Cazador, tras las cámaras. El proyecto ha contado desde su inicio con el rechazo de otakus y fans varios, hasta el punto de que, como en otros ejemplos actuales como Los Cuatro Fantásticos de Josh Trank o el reboot de Cazafantasmas, se ha condenado y ejecutado a la película y su protagonista antes incluso de su estreno. Personalmente guardo esperanzas, pues si algo demuestra Hollywood día tras día es que, por lo general, el relleno y el tedio es eliminado de sus producciones en pro del puro espectáculo. Habrá que verla.
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