Ya se acaba 2017. El año en que se iba a
acabar el mundo por culpa de la victoria de Donald Trump en las elecciones
estadounidenses. El año en que definitivamente iba a estallar la tercera guerra
mundial por culpa de Corea del Norte. El año en el que España ha sido
"destruida" por culpa del independentismo catalán. En fin, un año en
el que, visto lo visto, no hay nada nuevo y esperanzador por el horizonte. Pero
aquí eso nos da igual. Porque hoy regreso aquí para hablar de lo que nos ha
dejado el cine este año.
El año pasado intenté hacer un artículo
parecido pero mis circunstancias profesionales y el hecho de que hubiera tenido
que publicarse con meses de retraso hizo que lo mandara a tomar por culo cuando
lo tenía casi terminado. Pero este año todo ha cuadrado bien y estoy listo y
dispuesto para ponerme manos a la obra.
Este ha sido un año extrañamente mediocre
o, como dirían otros, "uno de los flojitos". Venimos de dos años
seguidos en los que había quedado realmente satisfecho de mis visitas al cine,
afirmando incluso que habíamos asistido al nacimiento de clásicos modernos
como, por ejemplo, el Whiplash de Damien Chazelle. Dos años
muy prolíficos en lo que a cine bueno de pelotas se refiere. Sin embargo, este
2017 ha sido un año en el que hemos tenido un montón de productos que no han
sido ni malos ni buenos, sino vulgarmente entretenidos, estándares,
prácticamente nada de lo que he visto ha sobresalido por encima de la media (de
hecho, esto llega a tal punto que los dos últimos puestos del ranking que
veréis a continuación podrían ser perfectamente intercambiables por otras pelis
iguales en calidad que he podido ver este año). Esto tiene una razón de ser:
prácticamente todas las visitas que he hecho al cine han sido para visionar
pelis de superhéroes, reboots, adaptaciones de novelas o secuelas tardías (por
cierto, un año de adaptaciones temidas particularmente por mi y que, sin
embargo, me han resultado casi todas bastante satisfactorias). Lo
"freak" es la moda ahora, lo que da dinero y manda en la industria. Y
estos productos nos pueden gustar más o menos, pero nadie podrá negar que, la
inmensa mayoría, es un producto estándar y mediocre (una peli "de 6"
de las de toda la vida) hecho para contentar a todo tipo de público posible. Y
eso mola. Mola ir al cine sabiendo de antemano lo que vas a ver y salir
completamente satisfecho tras el visionado. Pero es verdad que a la hora de
ponerse a escribir un post como este cuesta decidir cuales entre todos esos
productos sobresalen por encima de los demás, más aún cuando eres una persona
como yo que ni ha tenido el tiempo ni los recursos necesarios para tragarse
todo lo que se ha estrenado este año. Y es que a lo mejor me he quedado algo
corto al respecto.
En cualquier caso, este artículo consta de
varias secciones. Obviamente, contiene un ranking con las cinco mejores
películas que he tenido el placer de ver este 2017. Este ranking tiene unas
reglas que yo me autoimpongo porque para eso soy el dueño de este blog.
Únicamente son candidatas de entrar en la lista las películas que se hayan
estrenado, tanto en España como en USA, en cines. Por tanto, no encontraréis
aquí pelis estrenadas directamente en el mercado doméstico o producidas por
plataformas digitales tipo Netflix. Aunque sólo cinco de estas pelis llegaran a
la gloria, dejaré en la antesala una serie de menciones honorables, dignas de
ser reivindicadas por una u otra razón. Igualmente incluiré también una breve
reseña de la película que más me ha sorprendido (puede ser para bien o para
mal) este 2017 y otra de la que considero la mayor puta mierda estrenada este
año (y que conste que al igual que ha sido complicado elegir las mejores entre
tanta mediocridad, también ha sido chungo elegir una en particular como
especialmente nefasta). Cerrará el post una serie de reseñitas rápidas que
enumeraran en pocas líneas mi opinión de todas esas otras pelis que se han
quedado en el tintero.
Por supuesto, ni que decir tiene que esta
es mi opinión personal e intransferible. Cada persona es un mundo, pero este es
mi blog y me lo follo como quiero. Esto es lo que he visto este 2017 y esto es
lo que pienso de todo ello.
Y así, sin más dilación empecemos con
las...
MENCIONES HONORABLES: SAW 8 de
Michael y Peter Spierig
Como saben aquellos que me conocen, soy un
particular defensor de la saga Saw.
La considero la sucesora conceptual de las grandes sagas slasher nacidas en los
80 (Viernes 13, Pesadilla en Elm Street y demás) y, a diferencia de estas, es la
única cuya evolución he podido contemplar desde sus orígenes y a la cual me
aficioné en un momento concreto de mi vida en el que despierta mi gusto por el
cine de terror (todo esto quedará mucho más claro cuando termine el mega
artículo retrospectivo sobre la saga Saw
que estoy preparando). El que Saw 8
esté reseñada como una mención honorable aquí no sólo se debe a que sea un fan
de esta serie de pelis, sino sobre todo a que ha sido la primera vez que he
podido tragarme una de estas pelis en pantalla grande, cosa que nunca había
podido hacer, bien porque era demasiado pequeño en su momento como para verlas
en cine, bien porque nunca llegaron a estrenarse en mi pueblo. Y ha sido una
experiencia muy satisfactoria. Saw 8
es una peli que cumple con todas las reglas de la saga, tiene sus momentos de
gore salvaje (aunque bien es verdad que muchas de las muertes de esta entrega
se antojan variaciones respecto a algunas vistas en otras entregas de la saga),
un montón de guiños a los fans y planta la semilla para que tengamos mucho más Saw en el futuro (porque una cosa es
segura, y es que estas pelis son rentables al cien por cien para los que las
hacen). Incluso, gracias al vídeo digital y el HD, podemos decir que esta es la
peli de la saga que mejor factura tiene, cosa que logra apartándose de algunos
de los tópicos de la saga como son el montaje frenético de las escenas de
muertes, basado en planos cortísimos y "flashazos" y el que sea la
primera peli de la saga que transcurre durante casi todo su metraje a la luz
del día o en entornos muy luminosos a la par que sórdidos, alejados
completamente de esa escenografía de baños sucios, naves industriales
abandonadas y halógenos verdes.
Muchos fans la detestan y ni siquiera yo
la considero como una de las mejores entregas de la saga, pero para mí, como
fan de esta, ha sido una experiencia muy satisfactoria y una de las mejores
experiencias que he vivido este año en cines. Suficiente para aparecer aquí.
MENCIONES HONORABLES: THOR:
RAGNAROK de Taika Waititi
La saga Thor ha sido hasta este año la considerada, por lo general, como la
más floja dentro del Universo Cinematográfico Marvel. Personalmente, considero
que la primera Thor es una película
bastante digna, en tanto que su secuela Thor:
El Mundo Oscuro es una de las cintas de superhéroes modernas más flojas,
una comedieta sin gracia que me llegó a producir vergüenza ajena cuando la vi
en el cine en su momento. Esta tercera parte, sin embargo, se folla vilmente a
ambas.
Bien es verdad que los lectores del cómic
hemos considerado siempre que Thor es un personaje que ha sido siempre muy
seriote y que habría merecido una cinta épica con vikingos, trolls y demás
criaturas de la mitología nórdica (de hecho, me puse adrenalínico perdido
cuando la peli coge ese tono durante la batalla final… ojalá hubiera mantenido
por más tiempo). Y bien es verdad también que esta es posiblemente la peli
Marvel que más acusa del “síndrome Guardianes
de la Galaxia” en tanto a como intentan convertir tanto a Thor como a Hulk
en metralletas de chistes (algunos de los cuales funcionan bien y otros que no
lo hacen tanto). Pero es innegable que
de las tres es la que mejor funciona, la más vistosa estéticamente y la más
divertida. Chris Hemsworth tiene ya cogido el punto al personaje, no hablemos
ya del Loki Tom Hiddleston que sigue imbatible en su rol de devora-escenas o
del Hulk de Mark Ruffalo, que a ver si le dan una peli en solitario de una puta
vez. De las nuevas incorporaciones al reparto destaco a un Jeff Goldblum
histriónico y, cómo no, a la auténtica reina de la función de la peli: Cate
Blanchett encarnando a la diosa de la muerte Hela.
Dicho esto, a los fans de los tebeos les
digo que no se quejen tanto, más aún cuando están siendo tan fieles a la
estética original de los tebeos, hasta el punto de que hay escenas calcadas de
viñetas del Thor de Walter Simonson. Y también que hagan algo de memoria, que
parece que se les olvida que los tebeos siempre han tenido dosis de humor
cuando este venía a cuento, que no tienen por qué quitarlo del todo en las
pelis, que con racionarlo basta.
De todos modos, visto como han ido
avasallando los proyectos PG-R de la franquicia cinematográfica mutante y las
series Marvel de Netflix, así como los adelantos que hemos podido ver de la
tercera parte de Los Vengadores, yo
pronostico que de aquí a unos años, la Marvel va a volver a dar un giro hacia
rincones más oscuros y que posiblemente tengamos por delante una serie de
productos más seriotes que los que hemos tenido estos últimos años.
A mí con que mantengan el estándar mínimo
de calidad al que nos han acostumbrado estos años me tendrán contento. Y Thor: Ragnarok, en calidad de redentora
de esta saga, merece perfectamente una mención de honor en esta lista.
5- KONG: LA ISLA CALAVERA de
Jordan Vogt-Roberts
Todos tenemos nuestros placeres culpables,
nuestras obsesiones personales. A mí por ejemplo me encantan las pelis con
monstruo. Me fascinan sus diseños y como cada vez la gente que quiere hacer una
peli de estas características se tiene que romper más la cabeza en un intento
de ser original. Me encanta ver a gente huyendo despavorida ante la perspectiva
de ser devorada. Y si encima se continúa una franquicia clásica pues mejor que
mejor.
No tengo apenas recuerdos de la King Kong original, y lo poco que me
viene a la mente del remake setentero de John Guillermin no me genera ningún
tipo de malestar (o sea que tan mal no tenía que ser). Pero sí que tengo muy
fresca la versión de Peter Jackson (de la que soy un gran defensor) y puedo
afirmar sin tapujos que las incursiones japonesas en el universo del monstruo
con King Kong vs. Godzilla y, sobre
todo, King Kong se escapa, me hacen
cierta gracia.
Si juntamos todo esta mezcolanza de
sensaciones y le añadimos el que este hecha con los impecables efectos
especiales modernos y con la pasta y el ingenio suficiente como para asegurar
un futuro universo compartido con Godzilla y otras criaturas gigantescas de la Toho (de hecho, este ha sido el
único intento de crear un universo propio este año que ha salido realmente
airoso), puedo decir que, al menos a día de hoy, Kong: La isla calavera es mi película favorita de todas las
protagonizadas por el simio gigante.
Esta es una película de desmesura, en la
que sudamos de la historia de amor clásica asociada al mono y de explorar las
relaciones entre los personajes humanos más allá de lo necesario para ir a lo
que verdaderamente, ver a monstruos reventando cosas. Porque sí, aparte del
simio gigante (que a pesar de estar hecho de cojones de bien, conserva parte de
esa estética de señor disfrazado tan propia de los kaiju eiga) tenemos también
unos lagartos monstruosos, arañas colosales y asquerosas e incluso un pulpo
descomunal que llega a entrar en combate con Kong. Todo ello rodado con una
estética que intenta imitar las cintas bélicas encuadradas en la guerra de
Vietnam (con referencias muy poco sútiles, por no decir obvias, a cosas como Apocalypse Now) y un reparto de
campanillas de esos en los que no destacan las interpretaciones pero que es
igualmente simpático (que incluye a Tom Hiddleston, Samuel L. Jackson, Brie
Larson, John Goodman o John C. Reilly junto a secundarios eternos como Shea
Whigham, Toby Kebbell o Richard Jenkins, que sale un momentito).
Cinta espectacular de estudio, con acción
a raudales, desmesurada en su concepción y con monstruos gigantes a tutiplén.
Tenía que entrar por huevos en el ranking.
Eso sí, me cago por ver los proyectos
futuros que tiene por ofrecernos este universo de “Kaijus americanos” que nos
tiene preparado la Warner.
4- LOGAN de James Mangold
Como fan a muerte de los tebeos de
superhéroes es inevitable que una peli de este género caiga en la lista. Este
año con diferencia, la peli que más ha merecido la nominación ha sido la última
película de la saga cinematográfica de Lobezno y última ocasión, además, en la
que Hugh Jackman se enfundará las garras de adamantium. Tomando como
inspiración, muy de aquella manera, el tebeo de El Viejo Logan de Mark Millar y Steve McNiven, la película nos
narra básicamente una road-movie en la que Lobezno, acompañado de Charles
Xavier y una misteriosa niña, trata de sobrevivir a los peligros de un futuro
universo en el que los mutantes se han ido a la mierda, lidiando con los
problemas que acarrea su avanzada edad y tratando de llegar a un supuesto
santuario mutante en Canadá en el proceso.
Muchos críticos y fans hablan de esta peli
como un western crepuscular en el universo X-Men. No es para menos, y de hecho
las referencias al respecto son muy poco sutiles, osea que Mangold y compañía
no engañan a nadie. Al margen de esto, la peli tiene una carga muy importante
de drama y, por supuesto, de acción, para la cual la calificación R le ha
sentado de puta madre (por fin hemos podido ver a Lobezno rajando, amputando
extremidades y atravesando cabezas como Dios manda). Y sin embargo, una de las
cosas que más me gustaron fueron los pequeños detalles sobre el universo en el
que se desarrolla la película que la película suelta sin profundizar demasiado
en ellos y que, no sólo nos dejan ver todas las calamidades que han soportado
los X-Men en ese futuro pseudo-apocalíptico, sino como los humanos tampoco es
que se encuentren en una situación mucho más boyante.
Hugh Jackman, tras 17 años encarnando al
personaje, lo ha hecho tan suyo que ya, al menos en el mundo cinematográfico,
va a ser muy difícil separar al personaje del actor. Lo mismo se puede decir de
Patrick Stewart y su Xavier. Ni que decir tiene que ambos se alzan en sus
interpretaciones. Pero quien verdaderamente destaca por encima de ambos es la
niña Dafne Keen, que debuta en esta película y que con su interpretación se
convierte en un caso más de joven talento prometedor de los que tanto abundan
en estos últimos años.
Sin olvidar tampoco la dirección con un
estilo más clásico de James Mangold en la que las escenas de acción, herederas
tanto de la fórmula Marvel como del estilo que ha popularizado John Wick, quedan resueltas de puta
madre, Logan es la película que la saga de Lobezno necesitaba para marcharse
con dignidad (al igual que, como ya he comentado, Thor: Ragnarok lo hace con la saga del Dios del Trueno), la mejor
peli de superhéroes de 2017 y, por tanto, una de las mejores que nos ha dado la
cinematografía este año.
3- THE
DISASTER ARTIST de James Franco
La última peli que vi en un cine el pasado
año resultó ser una de mis favoritas. Bien es verdad que iba algo predispuesto
a que gustara por la temática que trata, tampoco las tenía del todo conmigo por
el hecho de que el fandom post-moderno que ahora se ha aficcionado al visionado
de “películas malas” está intoxicando la concepción que se tenía de este tipo
de productos y de cómo afrontar su visionado… y The Disaster Artist podría haber corrido el riesgo de caer en esta
tendencia. Y sin embargo, lo brillante de la visión de James Franco sobre la
enigmática figura de Tommy Wiseau y el rodaje de The Room es el cómo este ha conseguido encontrar el equilibrio.
Esta es una peli perfectamente válida
para cualquier tipo de público, sea conocedor o no de la historia original que
relata y, de hecho, he podido comprobar cómo el film funciona de manera muy
distinta para el público que desconoce el fenómeno The Room, para aquellos que lo descubrimos en su momento (cuando
aún no había ganado la popularidad de la que goza hoy día) y para los que se
han subido al carro del postureo y la moda en estos últimos años. Aun así, la
película, como lo fue el Ed Wood de
Tim Burton (su predecesora e inspiradora en todos los sentidos), no deja de ser
una fábula que dulcifica detalles de los sucesos que rodearon al rodaje de The Room y a la cabrona y megalomaníaca
persona de Tommy Wiseau de cara a contentar al mayor espectro de público
posible. Dicen por ahí en la red que el documental Room Full of Spoons de Rick Harper (secuestrado judicialmente hasta
hace poco a raíz de una denuncia por difamación puesta por el propio Wiseau) es
mucho más fiable a los hechos reales que The
Disaster Artist, argumento que algunos usan para desacreditar la película
de Franco. Aunque esto sea así (yo, como prácticamente todo el público
potencial del documental, no he tenido la oportunidad de verlo), reitero que
esta distorsión no hace sino beneficiar a la película de cara a que esta guste
a la gente y ni de coña es un motivo de peso que niegue la calidad que tiene de
por sí la peli de Franco.
Ahora, dejando de lado impresiones
personales, rabietas y pataletas contra el fandom, tenemos una papelón de James
Franco galardonado con un merecidísimo Globo de Oro (y emponzoñado por los
problemillas que le surgieron al actor tras la entrega del premio) acompañado
de un casting en el que toda la colegada que le acompaña, desde el
co-protagonista Dave Franco hasta Seth Rogen, pasando por Allison Brie, están
más que bien. Si adornamos esto con los cameos de todo tipo de celebridades,
desde Sharon Stone y Bryan Cranston hasta Zac Efron y los mismísimos Tommy
Wiseau y Greg Sestero, podemos decir que a nivel actoral es una auténtica
delicia. Ni que decir tiene que no verla en versión original con subtítulos es
un completoo y absoluto crimen, dado que gran parte de la comedia de James
Franco radica en su genial imitación de un personaje tan grimoso como Wiseau.
La gran pega que le veo a la peli es que,
a no ser que logre una trascendencia mayor que la que tiene actualmente, me
temo que no va a permanecer en el futuro más allá de ser la rémora, el lastre
que acompañe a ese hito del cine de mierda que es The Room, cuando la cinta tiene las suficientes virtudes y valores
como para destacar de manera independiente a esta. Esperemos que esto nunca
ocurra.
2- BRAWL IN CELL BLOCK 99 de
S. Craig Zahler
Una de mis pelis favoritas de 2016 fue Bone Tomahawk. Aquel híbrido entre
western y película de caníbales rodado con un tempo lento y una preciosista
dirección por el debutante S. Craig Zahler me ganó en su primer visionado y me
terminó de fascinar cuando la revisioné adecuadamente y con tranquilidad en
Blu-Ray. La duda estaba en si, como tantos otros directores que comienzan su
carrera petándolo, iba a ser capaz de mantener el nivel conseguido con su
primer trabajo. Vista su segunda película, uno no puede sino rendirse a la
evidencia de que Brawl in Cell block 99
consagra a Zahler como una de las grandes jóvenes promesas actuales, a la
altura de otros talentos como Damien Chazelle y Ryan Coogler, que ya han sumado
películas a sus filmografía que ya se pueden considerar clásicos modernos.
La peli nos narra la historia de un hombre
de turbio pasado que, por una serie de infortunios, acaba en prisión siendo
sometido a un chantaje de los más chungos: debe buscarse la forma de ser
trasladado a una prisión de máxima seguridad y cargarse a un preso concreto
encerrado en dicho lugar o, de lo contrario, los sicarios de un narco hijo de
puta con el que prota se había involucrado previamente, se cargarán al feto no
nato de su mujer embarazada.
La cinta aplica todos los elementos que
resultaron tan efectivos en Bone Tomahawk
uno detrás del otro. Tempo lento, reminiscencias a subgéneros setenteros (en
este caso, el drama carcelario), violencia burrísima y exploitation (ya no es
que parezca sacada de una película italiana, es que parece directamente la
versión seria de Historia de Ricky),
actores metidísimos en el papel ofreciendo un recital de interpretación (Vince
Vaughn, que tenía el sambenito de ser un caricato colgado a pesar de haber
demostrado sus capacidades como actor serio en cosas como la segunda temporada
de True Detective, hace un papelón
tal que, si hubiera justicia en este mundo, habría estado nominado al Oscar a
mejor actor), caras conocidas entre los secundarios (los siempre solventes Don
Johnson y Udo Kier), todo ello redondeado con una dirección reposada y sin
estridencias que te deja la película envuelta con un lacito lista y dispuesta
para que le quites el envoltorio y disfrutes del regalo que es.
Cuando la estaba viendo me recordaba
muchísimo a otra gran película de otro director (ya no tan joven) que me
encanta, Bronson de Nicolas Winding
Refn. Es curioso, ambos son directores que cogen el cine de género y le meten
elementos del arte y ensayo, pero mientras Winding Refn tira más por el
elemento artie y por hacer algo trascendente, S. Craig Zahler no deja en ningún
momento de abandonar las raíces de las que parte, asentadas en la serie B y el
cine más exploit. Es una mezcla explosiva de la que poco se puede decir que le
haga justicia. Hay que verla, hay que experimentarla. Brawl in Cell Block 99, un pedazo de peliculón.
Ni que decir tiene, que me cago por ver la
peli que está preparando para este 2018 con Vince Vaugh repitiendo papel de
prota y acompañado de Mel Gibson. Dragged
Across Concrete (“Arrastrado a través
del asfalto”…joder, es que ya sólo el título es una genialidad) va a ser
cine policial del que no espero otra cosa que un Harry el Sucio aún más pasado de rosca y con todos los elementos de
la casa. Mucho se tienen que torcer las cosas para que no esté en la lista de
pelis favoritas el próximo año.
1-
LA LA LAND (LA CIUDAD DE LAS ESTRELLAS) de Damien Chazelle
Y si no es ninguna sorpresa el que uno de
los directores que más me ha llamado la atención en los últimos años esté en la
lista, tampoco lo es el que la segunda película de Damien Chazelle, autor de
una de las pelis que me dejó flipando como pocas películas lo hacen
últimamente, Whiplash, se haya
encumbrado hasta el primer puesto. Si bien es muy posible que no esté tan
distanciada en lo que a calidad se refiere de Brawl in Cell Block 99, hay una muy buena razón por la que haya
colocado donde está: a diferencia de la anterior, esta película ya se puede
decir que forma parte de la cultura popular.
Chazelle ya mostró en su debut que aparte
de ser un flipado del jazz sabe mover la cámara de cojones, y en este, su
tributo a los musicales clásicos de Hollywood, dobla la apuesta con secuencias
tan cojonudas como el plano secuencia inicial en la autopista, la escena de verano
o el semi-onírico baile en el Planetario.
Protagonizando esta historia de amor entre
una aspirante a actriz y un joven pianista de jazz en busca de sus sueños
tenemos a una Emma Stone deslumbrante (galardonada el año pasado con su
correspondiente Óscar a mejor actriz) y a un Ryan Gosling sorprendentemente
expresivo y desenvuelto en los momentos musicales (yo soy de los que opinan que
este señor es un actor con un registro muy limitado que ha sido encumbrado por
una serie de películas que han trascendido en las que su interpretación se
reduce a ser un carapalo).
Se ha dicho de todo a estas alturas de la vida
de La La Land y podría, al igual que
tantos otros antes, extenderme mencionando las referencias a los musicales
Hollywoodienses añejos o a comentando la colorida estética de la peli, entre
otras virtudes que tiene la peli, que son unas cuantas. Por mi parte, voy a
limitarme a comentar un par de aspectos que me han flipado muchísimo.
El primero, obviamente, es la banda sonora
de Justin Hurwitz (obra maestra inmediata), también premiada por la Academia el
año pasado. Una música en la que todos los temas incidentales, instrumentales,
swingueros y jazzísticos me fascinan mucho más que los números musicales que
tanto han trascendido (de hecho, personalmente, City of Stars me parece el peor tema de la peli y el peor
interpretado, dicho sea de paso, ya que el señor Gosling podrá hacer muchas
cosas, pero cantar en este registro igual no es lo suyo). Eso sí, Another day of sun y Someone in the crowd son dos pepinos de
un calibre descomunal.
El segundo es el demoledor final de la
peli, que al igual que lo hizo el de Whiplash
invita al debate y a que cada uno saque su propia interpretación. Para mí, el
mensaje está claro: tú te puedes montar la película que quieras hacer de tu
vida, un sueño en el que tengas el trabajo de tus sueños y el amor de tu vida a
la vez, pero la vida no es así, la vida es brutalmente dura y realista y lo más
probable es que si quieres ver cumplida algunas de tus expectativas sin ser
arrastrado por el barro, tengas que renunciar a algunos de esas situaciones
idealizadas con las que sueñas. Un discurso muy en la línea de Whiplash.
Lo dicho, una peli que, a diferencia de
todas las otras de la lista, pongo la mano en el fuego que va a trascender de
cara al futuro como una de las películas favoritas de los jóvenes de esta
generación que todos rememoraran en el futuro como una de esos films que les
hicieron amar el cine.
Sólo por eso merece el puesto en el que la
he colocado. Hay que ser consecuente con el criterio que uno se autoimpone.
LA SORPRESA DEL AÑO: LA LIGA DE LA
JUSTICIA de Zack Snyder
Antes de nada, dejar una cosa clara. La Liga de la Justicia es una peli de
superhéroes mediocre como tantas otras. Si la califico como la sorpresa del año
es porque fui al cine en su momento con las expectativas por los suelos porque
la cosa pintaba muy, pero que muy mal. Y sin embargo, me encontré con una peli
entretenida que no ofrece nada nuevo pero que no es ni de lejos la puta mierda
que muchos opinan que es.
Yo creo que aquí entran muchas cosas en juego,
mayormente las actitudes reprobables de muchos de los fans del cine de
superhéroes, aquellos que pueden condenar una peli de estas antes incluso de su
estreno. Si a esto le añadimos el odio particular que muchos espectadores
tienen hacia el estilo recargado de Zack Snyder, es comprensible hasta cierto
punto el entender las bajas calificaciones de esta peli. Calificaciones basadas
en criterios erróneos, pero que a la larga acaban instauradas al fin y al cabo.
Personalmente, las virtudes de La Liga de la Justicia se reducen a tres
puntos clave. Primero, el encomiable esfuerzo por intentar implantar a toda
costa a la Trinidad de DC (Batman, Superman y Wonder Woman) como iconos del
cine de superhéroes moderno en el que Marvel avasalla sin piedad (de hecho,
todas las secuencias con Superman son brutales, lo mejor del film con
diferencia). Segundo, el intento de situar a cada uno de los nuevos personajes
(Aquaman, Flash, Cyborg, etc) en un contexto adecuado y darles una personalidad
diferenciable de cara a que el espectador sepa que esperar de las próximas
películas de la franquicia que estos van a protagonizar por separado. Tercero,
y el más importante, el retorno a un tono más positivista y alejado de ese aire
depresivo y tristón que adquirieron las pelis de DC a partir del Batman Begins de Christopher Nolan, tono
que bebe tanto de la fórmula Marvel como, y esto es algo que no he visto
comentar a casi nadie, de los clásicos añejos de DC como son el Superman de Richard Donner y el Batman de Tim Burton.
Con todo esto, y a pesar de que, como ya
he dicho, se trata de una peli mediocre (a la que, ojo, merece la pena echarle
un vistazo por lo menos), uno no puede sino rendirse a la evidencia de que
Warner y DC han superado el bache que suponía esta película de cara a salir del
pozo al que iban encaminados. Esta, y sobre todo, Wonder Woman nos están demostrando que esta es una franquicia que
tiene muchas posibilidades de mejorar muchísimo y colocarse a la altura de sus
competidores principales en el mercado, Disney y Marvel, a los que precisamente
el exceso de buen rollismo está empezando a pasarles factura. En el término
medio encontrarán la virtud ambas compañías.
LA PUTA MIERDA DEL AÑO: UNA NOCHE
FUERA DE CONTROL de Lucia Aniello
Como dije al principio de todo esto, de la
misma manera que entre tanta mediocridad cuesta elegir cosas que destaquen por
encima de la media, también ha sido difícil escoger un pedazo de mierda que
esté por debajo del resto de cine de 2017. Si he escogido Una noche fuera de control ha sido por una sencilla razón: es una
comedia que ni siquiera consiguió arrancarme media sonrisa aún estando de
vacaciones en un pueblo de Salamanca perdido de la mano de Dios, donde
cualquier cosa que me sacara del tedio cuando llegaba a mi alojamiento ya me
parecía la ostia. Si a esto le añadimos el cómo desperdicia el carisma de Kate
McKinnon, una de las mejores cómicas que podemos encontrar en la actualidad, y
la imagen y personalidad de una estrella como Scarlett Johansson tenemos tedio,
sopor e incluso mala leche añadida por la oportunidad perdida de lo que pudo
haber sido y ni se acercó.
Claro que, cuando uno lee en Internet que
el guión estuvo años almacenado en un cajón y que sólo salto a la producción a
raíz del éxito que logró la directora Lucia Aniello con una serie de TV (con lo
cual esto no deja de ser el capricho que le concedió una productora a la
susodicha),se entienden muchas cosas.
Un pedazo de basura, pero ni siquiera es
un zurullo con la personalidad y entidad suficiente como para que se le pueda
dedicar una buena parrafada. Así ha sido este año de plano.
-Guardianes
de la Galaxia vol.2: Más de lo mismo que vimos en la primera entrega.
Me encanta como responden a las críticas de los detractores de su predecesora
alzando a los personajes que quedaban flojos en esa y dándoles todos los
puntazos. Mantiene el nivel, cosa que no suele ser habitual en las secuelas.
-Alien:
Covenant: Se quita de encima en diez minutos casi todos los cabos
sueltos que nos dejó Prometheus para
contarnos una historia más cercana a la saga clásica de Alien pero que mantiene las rayadas metafísicas que tienen estas
nuevas pelis. Es la más burra de todas las cintas de la franquicia hasta el
momento y detesto a todos esos fans gilipollas que quieren ver El octavo
pasajero una y otra vez por no darse cuenta de las virtudes que tiene el nuevo
rollo de esta saga-reboot. Y está muy bien dirigida, que cojones…
-Piratas
del Caribe: La Venganza de Salazar: Mantiene el nivel de la cuarta,
para mal y para bien. Es una prueba fehaciente de los estragos que ha hecho la
cocaína en Johnny Deep. Javier Bardem sobreactuadísimo es una partida de culo.
A los que seguimos esta saga con gusto aún nos prometen el equivalente a Los Vengadores en el universo Piratas
del Caribe. Un placer culpable, pero vista objetivamente es floja.
-La
Momia: La primera mitad de la película intenta ser una peli de terror
siguiendo el corte clásico de la Universal, pero hecho con la pasta de ahora, para
dar un giro después y convertirse en una peli de superhéroes Marvel. Me encanta
el look de la momia cuando es aún de trapo y no se ha transmutado en tía. Tom
Cruise me cae bien y Russel Crowe está imparable en su camino hacia la obesidad
más recalcitrante. Muy divertida, no soy capaz de explicarme la masacre que ha
sufrido por parte de crítica y público.
-Wonder Woman: La mejor
película del nuevo universo cinematográfico DC hasta el momento. Corría el
riesgo de seguir las tendencias actuales de las redes y convertirse en un
panfleto hembrista pero sabe manejar los conceptos adecuadamente y no resultar
una ofensa para todos los que repudiamos el feminismo moderno. Acción brutal,
actitud positiva y grandes villanos histriónicos y sobreactuados, como debe ser
(geniales Elena Anaya y David Thewlis).
-La Guerra del
Planeta de los Simios: Cierre satisfactorio para una de las grandes
trilogías de los últimos tiempos. No me gusta tanto como El Orígen del Planeta de los Simios pero está cerca. Un drama
descarnado salvo en las partes en las que vemos a monos con armas de fuego
cabalgando por eriales post-apocalípticos. Si hay justicia en este mundo, Andy
Serkis debería llevarse al menos una nominación al Óscar por su papel aquí.
Brutal.
-Spiderman:
Homecoming:
El segundo reboot de Spiderman en cinco años nos devuelve al superhéroe que
perdimos tras la segunda entrega de la trilogía de Sam Raimi. Fórmula Marvel
seguida a rajatabla: efectos especiales espectaculares, diversión por un tubo,
guiños al tebeo y un casting cojonudo (grande y sobreactuadísimo Michael
Keaton). Lo que verdaderamente me mola de esta peli es el diseño del Buitre,
pero he de reconocer que todo el metraje que transcurre a partir de la escena
en la que Tom Holland y Michael Keaton comparten un viaje en coche de camino al
baile de fin de curso es brillante.
-La Torre Oscura: Iba con el
machete desenfundado para cargármela sin piedad y me tuve que tragar mis sucias
palabras. Es una adaptación infame, pero una película entretenida que no hace
daño a nadie que no soy un fan radical. Estaré pendiente de cómo continúan esta
saga tanto en TV como en cine, si es que al final lo hacen.
-Ghost in the
Shell:
Por mucha que les duela a los otakus es mejor que el anime original. Se olvida
de los monólogos internos y el ritmo lentísimo que tenía este para darnos más
acción y menos pajas mentales. Scarlett preciosa, vende la peli por sí sola,
pero es que además tenemos buenas dosis de acción y una estética recargadísima,
como Blade Runner mezclada con una
dosis de LSD. Es mediocre, pero no es una mierda.
-It (Eso): La Stranger Things original. Una adaptación
de Stephen King como Dios manda, muy fiel a la obra original. El payaso acojona
pero los mejores momentos de terror pertenecen a otros personajes. Sophia
Lillis, la actriz que interpreta a Beverly Marsh, es todo un descubrimiento,
una chiquilla súper dulce que además tiene tablas para ser una gran actriz en
el futuro. Poco más hay que decir, si te gusta King o el cine de terror es un
visionado obligado.
-Blade Runner
2049:
Era un proyecto arriesgado desde un principio por ser la secuela tardía de una
peli emblemática de la historia del cine y, sin embargo, ha demostrado ser una
digna secuela en lo estético y en continuar la temática tratada en la original,
aunque hay algunas cosas que no quedan muy claritas según sales del cine. Ryan
Gosling para hacer de androide es cojonudo porque es un “carapalo” con todas
las de la ley y Ana de Armas es una belleza caída del cielo. Me gustó.
-La Piel Fría: El nombre de
Xavier Gens vende entre el fandom sólo por haber sido uno de los directores
clave en lo que se llamó “la nueva ola de cine de terror francés”. Esta no es
de terror y, sinceramente, la he olvidado en su mayoría. Recuerdo que el
maquillaje de los monstruos era cojonudo y que Ray Stevenson, señor que me cae
muy bien, estaba convincente en su papel de pseudo-Robinson Crusoe pasado de
rosca.
-Jumanji:
Bienvenidos a la Jungla: Una que ya estaba crucificada por el
público antes del estreno. Diga lo que diga la gente está entretenida,
técnicamente es brutal y Jack Black y Dwayne Johnson son dos de los mejores
actores de comedia que tenemos actualmente. Pero vamos, que ni que la primera
fuera algo del otro mundo.
-La gran muralla: Posiblemente la
película más plana que he visto en mucho tiempo. Los efectos especiales son
cojonudos y el despliegue de medios por parte de los chinos es espectacular,
pero no tiene nada más que merezca la pena remarcar. Aburrida.
-John Wick:
Pacto de sangre:
Más de lo mismo que vimos en la primera entrega pero con un poquito más de
ritmo. Los que disfrutamos de una buena película acción salimos contentos por
ver peleas bien rodadas en las que se ve lo que está ocurriendo, a John Wick
matando a tres tíos con un puto lápiz y por presenciar tantos años después de Matrix una reunión de Neo y Morfeo.
Keanu no será uno de los mejores actores de Hollywood ni de lejos pero en una
cosa como esta funciona a las mil maravillas.
-Crudo: Cine de
“terror” para hipsters. La nueva ola de terror francés caricaturizada.
Películas como estas hace diez años intentaban tener un subtexto de
trascendencia pero por lo menos ofrecían una peli de terror de verdad. Aquí no
solo no tenemos ese elemento sino que es prácticamente cine de arte y ensayo
vendido con otra etiqueta. No me gustó.
-La bella y la
bestia:
Una copia prácticamente plano por plano de la original en la que el tóner de la
impresora se les gastó a medias a los de Disney. Los añadidos para que este
remake diverja de la original no hacen sino estorbar y quitar fuerza a algunos
de los grandes momentos que tenía la peli de dibujos. Todo el colorido de esta,
además, se va a tomar por culo en una cinta que tiene una iluminación y un
empaque que inspira tristeza en lugar de optimismo. El casting muy bien buscado
aunque la Emma Watson me cae como el puto culo desde que dejó la franquicia del
niño mago y me parece una puta mierda de actriz. Los arreglos a los que se ha
sometido la banda sonora de Alan Menken son un completo y absoluto destrozo de
la obra original. ¡Ah! Y la Bestia tiene un look que parece el hombre lobo de
Paul Naschy. No molesta tanto como para encabronarse pero es lo de siempre:
teniendo una copia casi idéntica de la original pero un escalón por debajo,
¿Qué ofrece al espectador que no tenga la original en mayor medida y mejor hecho? Pronostico que, con el tiempo, esta peli
acabará cayendo en el olvido.
-El otro
guardaespaldas:
Esperaba una comedia chorra e incluso una exploitation de Deadpool y me encontré una buddy movie cojonuda en la que tanto
Ryan Reynolds como Samuel L. Jackson están muy bien y que cuando se pone
violenta está al nivel de las grandes producciones del cine de acción de los
últimos años. Te apaña una tarde sin problemas.
-Tulip Fever: Se vendió como
una peli de época con mucho erotismo y mucho desnudo femenino. De lo último
tiene poco y muy mal utilizado, como también desperdicia el potencial de un
escenario histórico muy interesante para contar lo que es básicamente un
culebrón con personajes que llevan gorguera al cuello. Muy mediocre, por no
decir malilla.
-Kingsman: El
Círculo de Oro:
Ofrece lo mismo que la primera pero más pasado de rosca. Lo mejor, los cameos
de celebridades y la maravillosa sobreactuación constante de las grandes
estrellas que protagonizan el cartel. Un divertido despropósito que tampoco
cala demasiado. Olvidable.
-Star Wars
Episodio VIII: Los Últimos Jedi: La película que más ha polarizado al
fandom retrasado en este 2017. Yo sólo puedo decir que, a diferencia de cuando
vi en el cine el episodio VII, salí contento del cine y que a nivel de
dirección y manejo de cámara, está a años luz de todo lo que hemos visto en la
saga hasta el momento, incluida la trilogía clásica. Me gustó.
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