domingo, 3 de enero de 2016

CRÁNEO ROJO de Joshua Williamson y Luca Pizzari


Título: Cráneo Rojo (Capitán América vol.8, #61)
Editorial española: Panini Comics
Publicado originalmente cómo:  Secret Wars: Red Skull #1-3 [Marvel Comics]
Guion: Joshua Williamson
Dibujo: Luca Pizzari
Entintado: Luca Pizzari
Color: Rainier Beredo
Portadista: Riley Rossmo

He aquí otro cruce con las nuevas Secret Wars, tie-in que, al igual que otros cómo Marvel Zombies o Asedio se desarrolla en el Escudo y todos esos territorios que hay más allá de esa barrera protectora, donde se albergan todas las amenazas que podrían poner en jaque al "Mundo de Batalla" y dónde aquellos que disgustan al Dios de este universo, Víctor Von Muerte, van a parar. La trama gira en torno a cómo un grupo de villanos son enviados al otro lado del Escudo para traer pruebas de la muerte de Cráneo Rojo, es este universo, un agitador político, a cambio de su libertad.
Eso es al menos la sinopsis oficial, un tanto engañosa ya que, para cuando uno termina el primer capítulo de la historia, de ese grupúsculo de personajes únicamente Magneto sobrevive para seguir adelante el resto de la trama, por lo que uno podría decir que la misma trata más en realidad sobre la relación que se establece, en ese escenario extremo, entre el Amo del Magnetismo y Cráneo Rojo. Una pareja curiosa cómo pocas, ya que si bien en lo personal parecería que son polos opuestos (un judío superviviente de la Segunda Guerra Mundial frente a un antiguo científico nazi ), en la práctica, ambos son bastante similares, ambos han sido líderes de sus respectivas facciones, líderes por otro lado con ansias de gobernar sobre los colectivos a los que representan y con comportamientos que se podrían calificar eufemísticamente como radicales, y sobre todo, grandes villanos, antagonistas supremos para la Patrulla- X y el Capitán América respectivamente. La trama, según dicen algunos, bebe del legado de ciertas etapas de Thunderbolts (en absoluto , según lo veo yo, el parecido con cualquier etapa de esa maravillosa cabecera es igual al que tiene un huevo con una castaña), e incluso hay quien la compara con la de la película Apocalypse Now (el que afirme esto por favor que venga y me explique dónde ve las similitudes), es lo mismo, porque al fin y al cabo la historia que nos quieren contar es simple y aun así fallida, pues uno nunca llega a ver nada más allá de una artificial tensión entre ambos personajes (personajes, además, sin apenas trasfondo más allá de lo que transcurre en estas páginas), la cual se acerca más bien poco al concepto inicial (que se intuye no obstante) de "alianza contra natura" entre los dos villanos que acabo de comentar. Incluso uno podría decir que en torno al ecuador de la historia, dependiendo de las ganas con las que estés leyendo el tebeo, uno puede llegar a aburrirse un tanto, por no decir que la historia resulta auto contenida a más no poder y apenas sabe salir fuera del terreno en el que se mueve para participar en ese fascinante universo que es el de estas Secret Wars.

El brutal diseño de Cráneo Rojo, lo único auténticamente decente en la miniserie

Guioniza el asunto Joshua Williamson, que al parecer está triunfando en Image cómo la coca cola con una serie protagonizada por psychokillers, Nailbitter (la cual aún no he tenido el placer de catar). Por tanto, un guionista que parece moverse como pez en el agua en el terreno villanesco, lo cual no hace sino más sorprendente el hecho de que haya llevado una serie cómo esta, con un plantel tan interesante de malvados comiqueros, de manera tan fallida. Actualmente compagina su trabajo en Image con una nueva cabecera propia en Marvel, Illuminati, dónde toma el protagonismo el Encapuchado comandando a lo que parece ser lo más cercano que tiene Marvel actualmente a una nueva encarnación de los Thunderbolts. Habrá que ver en que queda todo ello.
Acompaña al señor Williamson a los lápices Luca Pizzari, un dibujante que parece querer crear un dibujo oscuro, feísta y con grandes contrastes de colores, pero únicamente consigue algo ajeno al buen gusto y que llega a ser amorfo en ciertos momentos (joder, si la armadura de Magneto parece estar hecha de polígonos en algunas viñetas). Un trabajo del que únicamente se salva el brutal diseño con el que el susodicho reimagina a Cráneo Rojo, por lo que todo parece indicar que pertenece a esa casta de dibujantes que resulta fantástico para dibujar personajes no humanos pero la caga a la hora de plasmar personas en el papel (veremos como se desenvuelve en la nueva cabecera del Caballero Negro en el universo post-Secret Wars). Todo lo contrario a Riley Rossmo el genial artista que ilustra las portadas de los tres números de la miniserie (concretamente la del tercero es de esas que valdría la pena tenerla enmarcada en condiciones), al cual me habría gustado muchísimo, comparando su trabajo con los resultados de Pizzari, ver como artista principal de la cabecera.

Si juntamos todo esto, y siendo benevolentes, nos encontramos con que Cráneo Rojo es un producto fallido, que se puede leer pero que es, en definitiva, muy mediocre, siendo la prueba más fehaciente el que haya dado pie a una reseña tan corta. Es un cómic que tiene poco que contar y del que apenas se puede sacar jugo.


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